"Omnialerta" |
Por Dr. Royé Muñoz Zamora Resulta verdaderamente paradójico hoy día, después de cientos de años de civilización, ciencia y tecnología, observar como la humanidad, teniendo a sus pies el inmenso bagaje que esos métodos nos proporcionan y que son la única fuente del progreso, insisten por ignorancia en aceptar creencias y mitos varios, a recibir tratamientos fantasiosos y en general a poner en peligro la salud personal o la de sus familiares. Parece mentira que los animales, a quienes los humanos conceptuamos despectivamente como atrasados y faltos de conciencia, en la práctica se comportan como si la tuvieran, pues viven de acuerdo con los lineamientos genéticos de sus respectivas especies y, la verdad, casi el único peligro que enfrentan es la cercanía de los humanos. Las personas que leen literatura o escritos útiles se enteran del daño que el "hombre" constantemente le proporciona a su planeta, a la Naturaleza, a los seres vivos vegetales y animales y, por si esto no bastara, a sus propios semejantes. Ya en otras ocasiones me he referido al progreso que la curandería ha tenido en este y otros muchos países pues se ha convertido en fuente importante de ingresos económicos : tratamientos esotéricos que inclusive algunas iglesias los promueven en medios publicitarios, ángeles, chacras, pranas, yerbas, "energías" misteriosas, quiropráctica, punzadas varias, iridología y homeopatía entre otras muchas más. Desde hace algún tiempo se han venido introduciendo algunos productos en forma de tabletas, líquidos o polvos que se inscriben en el Ministerio de Salud como alimentos o complementos y que son comercializados por agentes nacionales que deben asociarse pagando una cuota. Cada vendedor es independiente para buscar a sus clientes y para promocionar a su manera, aunque la estrategia fundamental es la cura de enfermedades. La empresa promueve premios variados a los que se distinguen en las ventas así como a los buenos consumidores, pero no invierte en publicidad directa. Es increíble la negligencia y parsimonia como los entes públicos, llámense Ministerios o Colegios profesionales, permiten el ejercicio ilegal de la medicina y la explotación de los ciudadanos. Iniciativa para la Promoción del Pensamiento Crítico (IPPEC-CR) |