Año 2 - EDICIÓN ESPECIAL - 4 de Abril de 2002
edición especial
No es tan solo la
bravura de los chacales y carniceros como Sharon o Bush, ni la
inteligencia colonialista de los asesinos franceses o alemanes, lo que puede llevar a la derrota a las heroicas revoluciones palestina
y argentina. Si aquí y
allá, el imperialismo, ante los golpes de la revolución pueden
rearmar sus fuerzas y contraatacar, es porque las direcciones
traidoras socialdemócratas o stalinistas, las direcciones nacionalistas
burguesas o pequeñoburguesas, deshacen desde adentro, como una
verdadera “Quinta Columna”, lo que las masas revolucionarias construyen
en su combates. Es esta traición de las direcciones de las masas
árabes – con una policía organizada para perseguir a su propio
pueblo y no para enfrentar al invasor sionista- la que ha permitido
la ofensiva y el contrataque imperialista actual en Palestina
Un accionar similar
de las direcciones contrarrevolucionarias se vive en la Argentina.
Producto de estas direcciones, como la burocracia sindical y el
stalinismo, la revolución en este país se haya en una encrucijada:
por un lado, todas las fuerzas de la patronal se concentran con
el imperialismo yanqui al mando, incluso los sectores de la patronal
que hasta ayer balbuceaban, con el aliento de las masas atrás,
acerca de la “suspensión” de los pagos de la deuda externa. Pero
todos se subordinan cobardemente al amo yanqui porque saben que
éste es el único que puede derrotar a las masas con el furibundo
golpe económico que se está descargando sobre los trabajadores
y el pueblo. Por el otro lado, frente a esta enorme concentración
de fuerzas patronales y del imperialismo, las de los trabajadores
y el pueblo se hayan dispersas: el movimiento de desocupados se
haya dividido, con una inmensa mayoría bajo la tutela estatal
directa y una minoría bajo el control férreo de la nueva burocracia
sindical del movimiento de desocupados. Este movimiento es dejado
por estas direcciones separado de las asambleas populares, embriones
de organismos de doble poder. Mientras tanto, los trabajadores
ocupados enfrentan aislados una oleada de despidos fábrica por
fábrica. Ninguna de estas direcciones traidoras quiere unir en
un mismo torrente a todas estas fuerzas para organizar un nuevo
embate de masas que -como continuidad de las grandes acciones
independientes del 13 al 20 de diciembre- termine de reducir a
escombros al gobierno y régimen infame.
Contra todos los renegados del marxismo, que hablan de la
“crisis de subjetividad” de las masas explotadas del mundo, del “atraso de su conciencia” y de su desorganización,
la gloriosa y heroica revolución palestina, con la que ha empezado
el siglo XXI, y la revolución argentina, ubicada como el eslabón
mas débil del dominio imperialista en América Latina, han demostrado
toda la energía revolucionaria que son capaces de desplegar las
masas que entran en el combate en enfrentamientos decisivos pese
a tener direcciones que les atan las manos, que las aíslan, mientras
los enemigos concentran sus fuerzas a nivel mundial para derrotar
los focos revolucionarios en todo el mundo.
Estos enemigos encubiertos
tienen nombre y apellido. Son las direcciones traidoras agrupadas en el Foro Social Mundial
reunido recientemente en Porto Alegre, como Castro, las Farc,
los Zapatistas, la burocracia sindical de la CUT, el PT de Lula,
la CUT chilena, el satlinismo, etc, que se dan la mano con el
movimiento “globalifóbico” que protestaba en Qatar contra la matanza
de ballenas en el Pacífico en momentos en que las bombas caían
sobre Afganistán.
Son los que le dicen
a las masas que para ganar las guerras nacionales no hay que expropiar
a la burguesía sirviente del imperialismo. Son los que impiden
que el pueblo palestino en Líbano y en Jordania se levante en
una sola revolución y se una a las masas antiimperialistas
de medio Oriente para cavarle una nueva tumba al imperialismo
norteamericano, como en Vietnam. Son los que en América Latina
con Castro y el comandante Marcos y los comandantes de las FARC
se han juramentado en que no debe haber una nueva Cuba en el continente,
por eso aquí y allá hacen treguas, pactos, para apoyar a los regímenes
cipayos semicoloniales; todos estos traidores, reunidos en el
Foro de Porto Alegre, –con la revolución argentina en las calles-,
se han negado a hacer una sola jornada mundial, con las masas
en las calles, de solidaridad con la revolución argentina. En
Porto Alegre se reunieron más de 2000 mil organizaciones de todo
el mundo y no votaron un a sola jornada de lucha mundial en apoyo
a la lucha del pueblo palestino. Es que todas estas direcciones
son defensoras, desde la “izquierda”, de la política imperialista
de “dos estados”, o sea que reconocen la legitimidad del Estado
de Israel obtenida mediante el saqueo, la expulsión y genocidio
de todo un pueblo. Por eso, su acción, como la del agente imperialista
José Bové, es rodear y defender a Arafat y no mover un dedo para
defender a los trabajadores palestinos que son los que están siendo
realmente masacrados.
Son los partidos
supuestamente “anticapitalistas“ de Europa, formados por deshechos
de viejos partidos stalinistas y renegados del trotskismo, que
en verdaderos partidos únicos, se preparan para contener por izquierda,
desmovilizar y derrotar a las masas para allanarles el camino
a los gobiernos socialdemócratas de “3ra. Vía” que como administradores
de los asuntos de su “propia” burguesía imperialista, necesitan
de esta colaboración para emprender nuevas aventuras contrarrevolucionarias
en sus colonias y atacar a sus propios proletariados, como ya
anuncia el gobierno de Berlusconi en Italia de. Esos partidos
que les suplican a sus amos esclavistas que den algunas limosnas
a sus esclavos coloniales, reduciendo unos puntos los intereses
de la deuda, terminaron arrodillados
a las faldas de Bush en Afganistán y ante la ONU pidiendo
“Paz” y “dos estados” para estrangular la revolución palestina.
Ante estas fuerzas
terminaron arrodillados en Porto Alegre, los partidos que arrastran
por el fango las banderas del trotskysmo y de la IV Internacional.
Renegados como Alain Krivine y la LCR francesa, que trabaja para
la burguesía francesa intentando convencer a los trabajadores
palestinos que acepten los Tratados de Oslo, que son capaces,
como el 23 de marzo pasado de marchar junto al partido socialista
y comunista, hoy en el gobierno de Jospin, por la “paz” y por
los “dos estados”. O a su organización hermana en Italia, Bandiera
Rossa, que está hace doce años en un partido único con el stalinismo.
Arlette Laguilier y su organización Lutte Ouvriére, a quien las
encuestas le dan el 10 % en las próximas elecciones presidenciales
francesas, vienen de negarse a apoyar a Afganistán en su guerra
contra el Imperialismo con el viejo de argumento de que su dirección,
el Talibán, es reaccionario. La misma política que tuvo el PLP,
partido pakistaní aliado de la LIT-CI.
El Partido Obrero
de Argentina, que no hace apenas dos años había “refundado” la
Cuarta Internacional en una pequeña reunión en Buenos Aires y
que ahora destaca la “gran homogeneidad política” lograda con
el castrismo y el maoísmo en el movimiento de desocupados, al
que todos dirigen con la mano de hierro de una nueva burocracia
sindical, también defiende, junto al PTS, la política de los “dos
estados”, bajo el falso argumento de la “autodeterminación nacional”
palestina.
Otras corrientes
como la LIT-CI y la CITO, aunque levantan correctamente la destrucción
del Estado de Israel y la lucha por un estado palestino laico,
democrático y no racista, lo hacen separando y desarticulando
esa correcta consigna de la lucha por los consejos obreros, por
las milicias obreras, y por la victoria de la revolución y la
instauración de un gobierno obrero y campesino. De esa manera
transforman el programa democrático, en lugar de un motor de la
movilización revolucionaria de las masas en su contrario, lo que
Trotsky llama “un dogal en el cuello del proletariado”.
Contra los centros
y los estados mayores de las direcciones de la contrarrevolución
vendidas y compradas por los imperialismos y las burguesías cipayas
semicoloniales, hay que reagrupar inmediatamente alrededor de
las lecciones y tareas de las revolución palestina y argentina,
a las fuerzas sanas de la Cuarta internacional.
Las tendencias son
al enfrentamiento y a la polarización entre revolución y contrarrevolución
ante las crisis de los estados y los regímenes golpeados y desarticulados
por el avance de la crisis
económica internacional, ante las crisis permanente de las distintas
mediaciones que impone el imperialismo para frenar a las masas.
Ante esta situación, han sido llamados los liquidadores de la
Cuarta internacional y del trotskismo a poner el hombro para que
sea creíbles las nuevas mediaciones contrarrevolucionarias. Así,
los vemos en Argentina haciendo partidos únicos con el stalinismo
–como el PO y el MST- o abandonando el trotskysmo y declarándose
gramscianos como el PTS, pero poniéndole todos juntos el hombro
al surgimiento de una verdadera burocracia del movimiento de desocupados
que junto a los punteros del maldito régimen infame contienen
la desesperación y el combate de la clase obrera argentina que
se encuentra desocupada o subocupada o trabajando como esclava
en negro.
Los vemos aquí y
allá sosteniendo los partidos “anticapitalistas” donde se borran
las fronteras entre reforma y revolución, en partidos
de “Lenin y Jean Jaurés”, o de “Stalin y Trotsky”, o de “Gramsci
y Trotsky”, llevando
a la postración a las limpias banderas de la Cuarta internacional.
Desde el Comité Organizador
del Trotskysmo Principista (Cuarta Internacional) hemos hecho
un llamamiento a las fuerzas sanas del trotskysmo que buscan un
camino para responder a las guerras contrarrevolucionarias como
en Afganistán, a las revoluciones como en Palestina y Argentina,
a que no podemos seguir más aislados, combatiendo país por país.
Que los cañonazos de la guerra y los combates de la revolución
y contrarrevolución nos han puesto ante una obligación: reagrupar
ya las filas de los que luchamos por poner en pie a nivel mundial
un programa revolucionario para despejar el camino hacia el triunfo
de las revoluciones abiertas por los combates heroicos de las
masas, labor que sólo podrá hacerse combatiendo a las direcciones
traidoras. Esta es una tarea inmediata e ineludible.
Los trotskistas japoneses,
como los compañeros de la
JCRL que vienen enfrentando a su propio imperialismo y a sus aventuras
militares, a la cabeza de los estudiantes rojos (Zengakuren);
los trotskistas brasileños, enfrentados a los pactos sociales
de la CUT y a los revisionistas del trotskismo, que sostienen
al régimen de Cardoso y el PT y que integran gobiernos estatales
de frente popular; los trotskistas peruanos, que como los argentinos
han tomado en sus manos la lucha de desarrollar los organismos
de doble poder para enfrentar a la burguesía cipaya semicolonial
y su entrega de la nación al imperialismo; los trotskistas norteamericanos
que se han negado a ser una agencia castrista -como ya lo es el
SWP-, y pugnan por ligarse a la revolución mundial, enfrentando
a los traidores y canallas del AFL-CIO. Los trotskistas europeos,
que se han propuesto reagrupar sus filas para preparar, programática
y estratégicamente los combates que esperan al proletariado europeo
y del Este, así como los de Oceanía, tenemos todos una gran obligación:
convocar ya, con un programa revolucionario alrededor de Palestina
y Argentina, un comité internacional de los
que nos resistimos a la destrucción de la Cuarta internacional
y los que nos proponemos reagrupar sus filas bajo las limpias
banderas de la revolución proletaria internacional.
Sacar una declaración
común y realizar inmediatamente con ella una campaña internacional
puede ser un extraordinario punto de partida, al que convocamos
desde la LOI-Ci y el GOI de Chile. Un reagrupamiento de nuestras
fuerzas bajo un programa revolucionario ante estos grandes acontecimientos
mundiales, puede ser una fabulosa palanca para que la Cuarta internacional
esté a la altura de lo que las masas revolucionarias de Medio
Oriente y Argentina ya están realizando. ¡El 99% de las fuerzas
del trotskismo principista para que triunfen las fuerzas de la
revolución palestina y argentina! Para que de sus entrañas y de
sus luchas, surjan poderosos partidos trotskistas internacionalistas
de combate. Y esas no son tareas nacionales, son tareas internacionales
revolucionarias de las fuerzas sanas que se reivindican de la
Cuarta internacional.
Para que la clase obrera y los pueblos
oprimidos del mundo sobrevivan, el imperialismo debe morir. Es hora de reagrupar a sus sepultureros, pues sus enfermeros, aquí y allá,
preparan nuevas derrotas catastróficas para el proletariado mundial.
Lo que la clase obrera mundial necesita ante el agudizamiento
de la crisis de dirección revolucionaria a nivel mundial, ante
el pasaje al liquidacionismo del pablismo generalizado en que
ha devenido el centrismo usurpador de las banderas de la Cuarta
Internacional, serán nuevos Kienthal y Zinmerwald de los revolucionarios
internacionalistas os capaces de unir los hilos de continuidad
de la historia y dar continuidad al marxismo revolucionario. En
las fuerzas sanas, hoy dispersas, de la Cuarta Internacional está
la llave para abrir esta perspectiva.
Secretariado Internacional
del COTP(CI)
"La liberación de los trabajadores será obra
de los trabajadores mismos"
"La liberación de los trabajadores será
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