"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"
Año 2 - Número 10 - 15 de marzo de 2002
e d i t o r i a l
La burocracia sindical del movimiento piquetero tratan a los desocupados como en un cuartel
Amancay
Ardura, el dirigente de la “rama desocupados” de la CCC, explicó
en el programa del derechista Daniel Hadad cómo funciona su corriente:
cada trabajador desocupado tiene un cuadernito donde los punteros
de la CCC le adjudican "puntos" por cada marcha, por cada
corte de ruta a la que asisten, hasta "calificar" para acceder
a un Plan Trabajar. Si no se tienen los “puntos” necesarios, el plan
no se cobra. El mismo sistema se aplica en las organizaciones de
desocupados dirigidas por el “Bloque Piquetero”.
Pero esto es sólo la mitad
de la verdad: los desocupados –como nos dijo una compañera- tienen
“la vida comprada”. Son obligados de esta manera a marchar a veces
todo un día, en jornadas agotadoras de 6 de la mañana a 9 de la noche,
con pase de lista al empezar y al terminar, para recibir esos “puntos”.
A veces –como denuncian- sin que se les provea comida a lo largo de
todo el día. No importa el calor agobiante, la lluvia o el frío. Las
mujeres se ven obligadas a hacerlo con bebes de brazos o embarazadas.
Una compañera, para no perder el derecho a su plan, se vio obligada
a marchar en los últimos días de su embarazo y empezó a parir en
la calle. ¡Esta burocracia sindical del movimiento de desocupados
repite lo peor de la explotación de la mujer trabajadora!
Es común
que al llegar el momento de cobrar, los desocupados se encuentran
de parte de los dirigentes, con la frase terrible de “tu plan no llegó”.
Los 150 miserables pesos para muchos no son más que 60 o menos. ¿Adónde
fue a parar el faltante?. Nadie lo explica...
Esta
disciplina propia de milicos y no de una organización de lucha,
este chantaje y coerción despiadada contra los trabajadores desocupados,
va de la mano con la vida privilegiada de estos verdaderos capangas
y capataces con sueldos de mil quinientos y dos mil pesos, con oficinas
secretas lujosísimas, repletas de computadoras, pagadas por
“Juampi” Caffiero. Toda oposición, todo disenso está prohibido,
todo cuestionamento a los privilegios recibe –igual que de parte
de D’Elía y Alderete- el mote de “servicio” o de “provocador”. Al
que critica, se le quita el “plan”.
Bajo
este régimen bochornoso ningún
trabajador desocupado puede ponerle los "puntos" a D'
Elía y Alderete que fueron, de la mano de Pitrola y el Polo Obrero,
a besarle las manos a Rodríguez Saá. Tampoco a los "dirigentes
piqueteros" que le dieron, igual que Daer y Moyano, una tregua
a De la Rúa primero y luego a Duhalde mientras se la pasaban en los
despachos de los ministerios en reuniones secretas, negociando
las migajas de los Planes Trabajar.
En el
programa obrero de los "21 puntos" de los piqueteros del
Norte de Salta, que llama a "la
construcción de organizaciones independientes del estado patronal
y de todo interés contrario al de los trabajadores", se
planteaba que "los dirigentes que han traicionado a
los desocupados deben ser expulsados de las organizaciones y
considerados enemigos de los trabajadores".
¡Hay
que prenderle fuego a esos “cuadernitos”, a esas oficinas y a esas
computadoras que son la más grande vergüenza y oprobio del movimiento
de desocupados! ¡Hay que echar a patadas a los burócratas como hicieron
los trabajadores del pescado de Mar del Plata o los de la UOCRA de
Neuquén con los burócratas de sus sindicatos!! ¡Que los dirigentes
piqueteros cobren un “Plan Trabajar”! ¡Que sean las asambleas de desocupados,
barrio por barrio las que manejen y decidan como se reparten los
“Planes Trabajar”! Por un movimiento de desocupados democrático,
independiente del estado patronal, para organizar a millones
y no a unos pocos miles! La alternativa de hierro es: o limosnas
para pocos o ¡Trabajo para todos!