"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"
Año 2 - Número 10 - 15 de marzo de 2002
i n t e r n a c i o n a l
¡Paremos el ataque genocida del Estado sionista de Israel y su ejército asesino,El estado sionista-fascista
de Israel, gendarme del imperialismo en Medio Oriente, y su ejército
genocida, han lanzado un nuevo brutal ataque contra la clase obrera
y el pueblo palestino. Con veinte mil soldados, cientos de tanques
y helicópteros artillados que bombardean y disparan a mansalva,
han entrado a sangre y fuego en las ciudades y campamentos palestinos
de la Franja de Gaza y de Cisjordania. Ocuparon la ciudad de Ramallah
y los campos de refugiados cercanos. Las tropas entran casa por casa
masacrando a los palestinos, derribando sus hogares, deteniendo
a todos los hombres de entre 16 y 45 años para interrogarlos, torturarlos
y fusilar al que se resista. En la Franja de Gaza, arrasaron con el
campamento de Jalbaya, donde viven 200.000 palestinos. ¡Sharon
y su ejército asesino no tienen nada que envidiarle a los nazis:
mantiene al pueblo palestino en campos de concentración, extermina,
fusila, tortura y, al igual que hiciera Hitler, marca con un número
en sus brazos a los prisioneros palestinos!
Pero
los trabajadores y el pueblo palestino que hace casi dos años iniciaron
su grandiosa revolución, enfrentan heroicamente este ataque genocida
del estado fascista de Israel, casa por casa, campamento por campamento,
ciudad por ciudad. Por cada uno de los más de mil obreros y jóvenes
palestinos masacrados en los últimos dos años, decenas de miles
se ponen de pie en la guerra contra el usurpador sionista. Y no sólo
en Gaza y Cisjordania, sino que la revolución palestina y la guerra
civil amenazan con extenderse al Líbano –donde habita, en campamentos
de refugiados, gran parte del pueblo palestino: así, como respuesta
a la ofensiva asesina israelí, han recomenzado los combates en
la zona fronteriza entre Líbano y el estado de Israel.
¡Paremos el ataque genocida del Estado de Israel
y su ejército asesino, gendarmes de Bush y los carniceros imperialistas!
¡Viva la guerra revolucionaria de la clase obrera y el pueblo palestinos,
vanguardia de la lucha antiimperialista en Medio Oriente!
El ataque genocida de
Israel
y el imperialismo yanqui
es para imponer, sobre
el aplastamiento de la revolución palestina,
el plan contrarrevolucionario
de “dos estados” de la
ONU
El enfrentamiento
directo entre revolución y contrarrevolución ha llegado al punto
de una guerra civil abierta en Palestina. Es un choque directo entre
una guerra revolucionaria de la clase obrera y el pueblo palestino
contra el Estado de Israel, que con su acción contrarrevolucionaria,
con verdadera saña genocida, intenta aplastar, ahogando en sangre
y fuego, esa gloriosa revolución cuyo objetivo no es otro que la
destrucción de ese estado sionista-fascista y la liberación de
los trabajadores y el pueblo palestino de la brutal explotación
a la que son sometidos.
Este
ataque es parte de la ofensiva del imperialismo yanqui en Medio
Oriente y Asia Central. Es la avanzada del carnicero Bush que se prepara
-después de haber aplastado y ocupado a la nación afgana-, para
volver a atacar al pueblo iraquí, a Irán, e incluso destruirlos con
armas nucleares, mientras amenaza con hacer lo mismo con Rusia, China,
Siria, Libia y Corea del Norte.
Cuando
la crisis económica mundial ha golpeado a su interior, el imperialismo
yanqui quiere descargar los costos de la misma sobre los trabajadores
y los pueblos oprimidos del mundo, y arrodillar a sus competidores
de las potencias europeas en una lucha feroz por las zonas de influencia
y las fuentes de materias primas (como es, por ejemplo, el petróleo
de Medio Oriente, y Asia Central), y sobre todo, por las riquezas,
los mercados y la mano de obra barata de China y Rusia, a las que debe
transformar en colonias o protectorados como lo son hoy el Kosovo
o Afganistán. Para ello, se prepara para ofensivas guerreristas
mayores, armándose hasta los dientes (con casi 500.000 millones
de dólares dedicados al presupuesto militar), para dirimir esa
pelea con las potencias europeas y Japón, y a la vez escarmentar
y provocarles durísimas derrotas a la clase obrera mundial y a
las masas explotadas, a los bombazos limpios como ayer en Afganistán,
y hoy en Palestina y en Colombia, y también con golpes económicos
y llevando a países enteros a la quiebra como quiere hacer con Argentina.
Frente
a la revolución palestina, esa cueva de bandidos que es la ONU, junto
a Francia, Alemania y demás carniceros imperialistas europeos,
las burguesías árabes cipayas, y Fidel Castro, vienen levantando
la política de “dos estados”. Buscan consagrar definitivamente
la usurpación, invasión y ocupación de Palestina, mediante la creación
de una ficción de “estado palestino” coexistiendo al lado del estado
de Israel. Es decir, quieren condenar el pueblo palestino a vivir
dividido, con millones hacinados en campos de refugiados en el
Líbano y en Jordania –bajo la explotación y la opresión de la burguesía
jordana y su archirreaccionaria monarquía-, y otros millones en
verdaderos campos de concentración en el Estado de Israel, pequeñas
islas de territorio separadas entre sí, rodeados por el ejército
sionista –el quinto más poderoso del mundo. Quieren condenar a los
trabajadores y el pueblo palestino a vivir bajo toque de queda,
esclavizados y superexplotados en las fábricas del sionismo e
imperialistas, teniendo que mostrar pasaporte todos los días para
salir de los campos de concentración e ir a trabajar, bajo riesgo
permanente de ser masacrados o detenidos.
En medio
de la ofensiva actual, la ONU acaba de aprobar la resolución propuesta
por los carniceros yanquis, que consagra este plan contrarrevolucionario
de “dos estados”. Justamente, con el ataque genocida actual buscan
aplastar al pueblo palestino y su heroica revolución, sin lo cual
no pueden imponer el plan de la ONU. Tienen que ahogar en sangre al
pueblo palestino, porque fue precisamente contra esa política
contrarrevolucionaria de “dos estados”, consagrada en 1993 por
los acuerdos de Oslo –por los que Arafat, creando la Autoridad Nacional
Palestina y su propia policía, se transformó en gendarme de su propio
pueblo- que se levantó el pueblo palestino iniciando su revolución,
haciendo estallar esos acuerdos contrarrevolucionarios, dividiendo
a la policía palestina, tomando las comisarías, requisando las
armas y poniendo en pie las milicias obreras y campesinas de los
campamentos.
Es la
propia burguesía nacional palestina, encabezada por Arafat y
la OLP, la que ha permitido que el imperialismo y su gendarme puedan
lanzar hoy su guerra contrarrevolucionaria. Fueron Arafat y esa
burguesía las que firmaron los acuerdos de Oslo con el imperialismo
y los sionistas entregando la lucha histórica del pueblo palestino
por expulsar al invasor sionista de su propia tierra, y apoyando
el plan contrarrevolucionario de “dos estados”, tal cual lo siguen
haciendo ahora en medio de la masacre de su propio pueblo.
Al igual
que la burguesía talibán de Afganistán, Arafat y la burguesía palestina
son incapaces de enfrentar al
imperialismo hasta el final, puesto que son sus sirvientes y sus
socios menores en la explotación y opresión de su propio pueblo.
Las direcciones
nacionalistas burguesas o pequeñoburguesas como Hamas, Hizbollah
y la Jihad, son también responsables de peritir el ataque actual:
se llenan la boca hablando de destruir al Estado de Israel pero son
las que impiden la victoria de la revolución. Impiden el armamento
generalizado de los trabajadores y el pueblo palestino, la coordinación
y centralización de sus milicias en un solo ejército nacional obrero
y campesino unificado en Palestina, en el Líbano y en Jordania
para derrotar al estado de Israel. Es que esas direcciones responden
a las burguesías árabes cipayas –como son los ayatollahs y jeques
iraníes- que quieren regatear con el imperialismo su propia tajada
de la renta petrolera de la región, utilizando como chantaje la
lucha palestina y el terrorismo individual, llevando a cientos
de jóvenes palestinos a autoinmolarse, para después utilizar
su sangre como moneda de cambio en este regateo. Pero estas burguesías,
cuando la lucha de las masas amenaza su propia propiedad y dominio,
siempre terminan alineándose con el amo imperialista contra las
masas.
¡Por un ejército unificado
obrero
en Palestina, Líbano
y Jordania,
¡Por la destrucción del
estado sionista-fascista de Israel!
¡Por un Estado Palestino
laico,
de las masas palestinas
insurrectas !
La heroica
revolución de los trabajadores y el pueblo palestino – la primer
gran revolución del siglo XXI- está en un momento crucial, de vida
o muerte. Para derrotar la ofensiva contrarrevolucionaria y fascista
del estado de Israel, su ejército y el imperialismo, y el plan de
la ONU, ¡hay que armar a todo el pueblo palestino, centralizar las
milicias de los campamentos y poner en pie un único ejército revolucionario
de los obreros y campesinos palestinos en Palestina, Líbano y
Jordania! Para ello, hay que derrotar la política de las direcciones
nacionalistas burguesas y pequeñoburguesas que lo impiden. Es
que la revolución plantea la lucha por la liberación nacional del
pueblo palestino y la revolución social no sólo contra la burguesía
sionista, sino también contra la burguesía nacional palestina
y sus socias de Jordania y Líbano, carceleras y explotadoras de
la clase obrera palestina.
¡Por
la derrota del ataque fascista! ¡Abajo el plan contrarrevolucionario
de la ONU, de los imperialistas yanquis y europeos, las burguesías
árabes cipayas y Fidel Castro! ¡Por
la destrucción del estado sionista-fascista de Israel! ¡Por un Estado
Palestino laico, democrático y no racista en todo el territorio
histórico de Palestina, bajo un gobierno obrero y campesino de
las masas palestinas insurrectas autoorganizadas y armadas,
en el camino de conquistar un Federación de Repúblicas Obrero-Campesinas
de Medio Oriente!
Ante
esta guerra nacional y civil de la clase obrera y el pueblo palestino,
los trotskistas nos ubicamos incondicionalmente en la trinchera
militar del pueblo palestino, por su triunfo militar y por la derrota
del Estado de Israel.
¡Que las organizaciones
obreras
En el
resultado de esta guerra abierta entre revolución y contrarrevolución
en Palestina se juega hoy el destino de toda la clase obrera y los
pueblos oprimidos de Medio Oriente. Si los trabajadores y el pueblo
palestino son masacrados y aplastados, el imperialismo y su gendarme
sionista estarán un millón de veces más fuertes para masacrar al
pueblo iraquí, iraní, reducirlos a cenizas en un nuevo holocausto
atómico, y para redoblar su ofensiva sobre todos los países semicoloniales
y por la colonización de Rusia, China y todos los ex –estados obreros
en liquidación.
Es necesario
llamar a los trabajadores y campesinos de todo Medio Oriente a
levantarse al grito de ¡Fuera
los carniceros imperialistas yanquis, franceses, alemanes, sus
tropas y la ONU de Afganistán! ¡Fuera las tropas y los ejércitos imperialistas
de toda la región!, y a ponerse a la cabeza de la lucha por el
triunfo de sus hermanos palestinos, enfrentando a las propias burguesías
árabes que hoy, con la archirreaccionaria monarquía saudita a la
cabeza, quieren obligar al pueblo palestino a rendirse y aceptar
el plan contrarrevolucionario de la ONU.
En las
potencias imperialistas europeas, sobre todo en Francia, en Alemania,
en Inglaterra, millones de trabajadores inmigrantes musulmanes
son superexplotados y tratados como parias, asesinados, perseguidos
y deportados, al igual que sus hermanos palestinos.
Los trabajadores
nativos franceses, alemanes y de toda Europa, tienen en sus manos
la posibilidad de unir sus filas con los trabajadores inmigrantes,
levantando todas sus demandas y en primer lugar, luchando por el
triunfo de la clase obrera y el pueblo palestino, enfrentando a
sus propias burguesías imperialistas y a la burocracia sindical
y la aristocracia obrera de esos países que las apoyan. Está en sus
manos luchar por paralizar desde dentro la maquinaria de guerra
del Estado de Israel –armado por los carniceros imperialistas-,
con sus métodos de lucha, como la huelga y el boicot: ¡son los obreros
de Europa los que pueden bloquear todo envío de armas para el estado
de Israel, y por el contrario, garantizar que sí lleguen a Palestina
todas las armas necesarias para garantizar el triunfo del pueblo
palestino! ¡Ni una bala, ni un fusil, para el carnicero Sharon y su ejército
genocida! ¡Armas para los obreros y el pueblo palestino!
La misma
posibilidad tiene en sus manos la clase obrera de los Estados Unidos,
donde millones de obreros negros e inmigrantes latinos, asiáticos,
musulmanes son superexplotados y son hoy el blanco central de la
campaña fascista de Bush “contra el terrorismo”, como sucede con
los obreros de origen árabe en la ciudad de Detroit. La clase obrera
norteamericana, hoy también atacada con millones de despidos,
tiene la posibilidad de retomar su tradición de lucha contra la
guerra de Vietnam, enfrentando al carnicero Bush y a la burocracia
sindical canalla de la AFL-CIO que le ha dado su apoyo en su “guerra
contra el terrorismo”.
La revolución
que hemos iniciado los trabajadores y el pueblo de Argentina, y
la lucha de toda la clase obrera y los explotados de América Latina,
son hermanas de la revolución y la guerra revolucionaria de los
trabajadores y el pueblo palestino, que enfrentan al mismo imperialismo
yanqui y a los carniceros europeos que, junto a los gobiernos y regímenes
cipayos del continente, nos explotan, saquean nuestras naciones,
nos reprimen y nos bombardean como hoy en Colombia. El triunfo de
la revolución palestina y la derrota del Estado de Israel, gendarme
del imperialismo, sería una victoria también para todos los trabajadores
y explotados de América Latina. ¡Todo el apoyo a nuestros hermanos
palestinos! ¡Libertad inmediata a los heroicos milicianos internacionalistas
presos en Guantánamo en las garras de Bush, con la complicidad de
Fidel Castro!
¡Que las organizaciones obreras, campesinas
y populares de Medio Oriente, Europa y de todo el mundo convoquen
a formar ya brigadas internacionales de voluntarios listos para
ir a combatir a Palestina, para derrotar al estado sionista-fascista
de Israel y a sus amos imperialistas! ¡Este debe ser el grito de guerra de quienes
nos reclamamos de la IV Internacional, retomando la grandiosa
tradición del trotskismo en la década del ’30 en la Revolución Española,
y para estar a la altura de los mártires internacionalistas y
antiimperialistas que cayeron bajo las balas imperialistas en
las masacres de Kunduz y Mazar i Sharif en Afganistán!
¡Paremos el ataque genocida del Estado de Israel
y su ejército asesino, gendarmes de Bush y los carniceros imperialistas!
¡Por la derrota del ataque fascista! ¡Abajo el
plan contrarrevolucionario de la ONU, de los imperialistas yanquis
y europeos, las burguesías árabes cipayas y Fidel Castro!
¡Viva la guerra revolucionaria de la clase
obrera y el pueblo palestinos, vanguardia de la lucha antiimperialista
en Medio Oriente!
¡Por un único ejército revolucionario de los
obreros y campesinos palestinos en Palestina, Líbano y Jordania!
¡Que las organizaciones obreras, campesinas y populares de Medio
Oriente, Europa y de todo el mundo convoquen a formar ya brigadas
internacionales de voluntarios listos para ir a combatir a Palestina!
¡Por la destrucción del estado sionista-fascista
de Israel! ¡Por un Estado Palestino laico, democrático y no racista
en todo el territorio histórico de Palestina, bajo un gobierno
obrero y campesino de las masas palestinas insurrectas autoorganizadas
y armadas, en el camino de conquistar un Federación de Repúblicas
Obrero-Campesinas de Medio Oriente!
¡Fuera los carniceros imperialistas y todas
sus tropas de Afganistán y de todo Medio Oriente! ¡Fuera yanquis
de Colombia y de América Latina! ¡Libertad inmediata a los milicianos
presos en Guantánamo!
Silvia Novak