Año 2 - Número 10 - 15 de marzo de 2002
e d i t o r i a l
Hay
que terminar lo que empezamos
preparar y organizar un nuevo 20 de diciembre hasta
¡que se vayan todos, que no quede ni uno solo!
Los trabajadores empezamos en diciembre, con magníficas acciones independientes de masas, una revolución al costo de treinta trabajadores asesinados- que ya se cargó a De la Rúa- Cavallo, y que ha puesto en pie de guerra a todos los explotados del país y a la clase media arruinada. Llenamos ya varias veces la Plaza de Mayo, hicimos multitud de "cacerolazos" y los bancos sufren todos los días la furia de los pequeños ahorristas estafados y robados, rodeamos la Corte una y otra vez. En centenares de fábricas los trabajadores enfrentan los despidos y suspensiones. Los desocupados volvieron a cortar las rutas en todo el país. Las asambleas populares se extienden por todos lados. Jueces, políticos patronales y burócratas sindicales odiados no pueden salir a la calle. Alfonsín considera esto como "un ataque a la democracia", pero para los trabajadores y el pueblo es empezar a hacer justicia. El régimen está completamente dislocado y el gobierno suspendido en el aire.
El movimiento desde el 19 y 20 de diciembre ha crecido sin pausa abarcando a más y más sectores de los trabajadores y el pueblo que no dejan de movilizarse ni un día.
Pero, ¿qué ha cambiado, desde diciembre, de la terrible situación de hambre y miseria que sufrimos los trabajadores y el pueblo? Poco, casi nada. La situación sigue siendo tan insoportable como antes, o peor. El aumento descontrolado de los precios golpea todos los hogares obreros sin piedad. La desocupación alcanza ya el 30 %. ¡650 mil desocupados más en los últimos cuatro meses! ¡Casi 80 mil solo en el mes de febrero cuando Duhalde dice estar defendiendo la cultura del trabajo! En las fábricas, cuando no nos suspenden o despiden, seguimos bajo la flexibilización laboral esclavista.
Si esto es así, es porque lo del 20 de diciembre quedó sin terminar. Para tirar a De la Rúa fueron necesarios una huelga general el 13 de diciembre, la explosión de los hambrientos asaltando los supermercados el 19, los cacerolazos y por último la batalla de Plaza de Mayo que duró todo el día 20. Pero estas grandes jornadas no fueron suficiente para demoler completamente a este régimen odiado, a su parlamento y a su justicia, para ponerle el pie en el pecho a la patronal y hacerle pagar la crisis a ellos y conseguir un salario digno, trabajo para todos, hacer definitivamente justicia para todos los explotados.
Pero, ¿por qué no se produce otro 20 de diciembre que termine de barrer con toda esta podredumbre? Hay un sola explicación: Para que no se repita, se levantan multitud de obstáculos. Hay una conjura de todas las fuerzas del régimen -burócratas sindicales que intentar convencer a los trabajadores que la salida está en los programas patronales y que desgastan las luchas obreras y populares, políticos como la Lilita Carrió que dicen que la salida son elecciones anticipadas, Frentes contra la pobreza que llaman a defender la democracia de los capitalistas, etc. - todo para que los trabajadores no puedan poner en pie sus organismos de autodeterminacion que les permita dar una embestida que los barra a todos y se abra así un régimen de doble poder.
En diciembre, conseguimos resultados inmediatos -como la caída de De la Rúa- porque esas jornadas heroicas se realizaron pasando por encima de todo control de la burocracia de los sindicatos y de la del movimiento de trabajadores desocupados. Hoy, las energías de las masas y el pueblo siguen vivas, pero no tiramos a nadie y estamos cada vez peor.
Es que a las energías enormes y la disposición a la lucha de las masas explotadas se las quiere desgastar en multitud de acciones de presión al gobierno, aisladas y separadas, y por todo eso, impotentes. ¡Ese es el papel de la burocracia sindical de las CGTs, del CTA, de la nueva burocracia sindical del movimiento de desocupados! Para eso les pagan millones de dólares. Para tener -como esta semana cruzada por multitud de manifestaciones y paros- a los desocupados por un lado, a los docentes por otro, a los pequeños ahorristas reclamando frente a los bancos, por otro. A los obreros como los de Zanón separados de los de la Uocra de Neuquén, de los de Brukman, de los trabajadores del Pami, de los médicos y efermeras que se movilizan en defensa de la educación pública, separados a su vez de las Asambleas populares y de los que enfrentan a las patotas de los partidos patronales.
Se necesita mucha agua para apagar tanto fuegoencendido en la Argentina.
Y ese agua son los programas patronales que nos quieren hacer apoyar a los trabajadores, las marchas por el pan y el trabajo como las que convoca la dirección piquetera combativa iguales a las que convocaba Moyano que no es para luchar por la huelga general hasta que se vayan todos ni para luchar contra el FMI, ni para levantar el grito de se va a acabar la burocracia sindical que se cantaba en las asambleas piquteras de La Matanza; o las marchas como la del 24 de marzo donde el CTA y el FRENAPO quieren que vayamos a defender la democracia de los esclavistas, como si la alternativa fuera democracia vs. dictadura y no clase contra clase, la clase obrera y los explotados contra la patronal esclavista y el imperialismo.
Por eso, a pesar de que el que se vayan todos, que no quede ni uno solo se canta en todos lados, Duhalde sigue gobernando elegido por nadie y odiado por todos; las instituciones de este régimen infame siguen en pie. El Parlamento que hoy vota el presupuesto anual que asigna 15 mil millones de dólares al pago de la deuda externa es el mismo que dócilmente votó las leyes antiobreras y le dio los superpoderes a Cavallo. La justicia sigue en manos de la misma casta de jueces videlistas, peronistas y radicales que dejaron libres a los genocidas y avalaron la entrega del país al imperialismo.
Al país lo siguen dominando, como antes, un pequeño puñado de monopolios y el imperialismo, tras la fachada de este régimen infame y odiado por todo el pueblo. Por eso separan 60 millones de dólares -que contrastan con la miseria y el hambre actual- para reforzar a las FFAA genocidas, a las que quieren meter en los barrios con el cuento de que realizarán "tareas comunitarias", mientras los políticos patronales organizan y pagan bandas de matones para rompernos la cabeza, como ya lo hicieron en el Mercado Central al precio de un trabajador desocupado asesinado, en la Plaza del Congreso contra la izquierda, en Merlo contra los trabajadores que querían organizar una asamblea popular, o en Salta contra los piqueteros que rechazan el acta-traición.
La patronal sí consiguió beneficios: con la devaluación y la pesificación, a los esclavistas les redujeron sus deudas a la mitad. A los trabajadores y al pueblo, en cambio, nos licúan los salarios con la devaluación y la inflación. A los banqueros como Escassany lo salvan dándole 400 millones de dólares; a los pequeños ahorristas expropiados les quieren "devolver" sus ahorros con bonos sin valor y a cobrar dentro de 10 años.
Tenemos todo el derecho a preguntarnos: ¿Y las reivindicaciones de los trabajadores y el pueblo pobre, para cuándo? El trabajo para todos, un salario y jubilaciones dignas, la educación y la salud ¿para cuándo? El que se vayan todos, ¿para cuándo? Los trabajadores y el pueblo no hicimos y hacemos tantos sacrificios, no hemos luchado tanto, para no obtener nada a cambio, y para permitir que delante de nuestras narices todo siga descaradamente igual que bajo De la Rúa y Menem, que la sartén por el mango la sigan teniendo la gran patronal nacional e imperialista, con su corte de políticos, jueces y burócratas sindicales odiados. No podemos permitir que continúe esta ignominia, donde los patrones y el imperialismo se siguen llevando todo y para los trabajadores solo hay más hambre, miseria y represión.
Duhalde ha declarado que si el país se calma, esto es, si dejamos de luchar, se adelantarían las elecciones. Piensa que puede engañarnos dándonos el dulce de las elecciones para que se mantenga este régimen infame. Pero, ¿cómo vamos a calmarnos si el hambre y la miseria aumentan, siguen los despidos, se profundiza el saqueo del país?
Por eso, si no completamos la obra que iniciamos el 20 de diciembre y le hacemos a Duhalde y a todo el régimen lo que le hicimos a De la Rúa, ese triunfo se nos va a volver en contra. El crac económico no hace más que profundizarse sin salida. El FMI y el Imperialismo quieren, con un golpe económico, como con la hiperinflación del 89, poner de rodillas a la nación oprimida, dar un escarmiento a todos los explotados de Latinoamérica para que no sigan el ejemplo de los trabajadores y el pueblo argentinos: quieren terminar de quebrar el país. ¡Con la ley de quiebras de países, hasta discuten si es un comité de las corporaciones, el FMI o la ONU los que deben gobernar directamente, o sea imponer un protectorado como en el Kosovo o un gobierno títere como en Afganistán! El Imperialismo yanqui quiere dar a las masas del mundo un escarmiento, no solo económico sino militar. Mientras, desata la Guerra del Acero contra las otras potencias imperialistas, las amenazas contra Irak y otros 11 puntos del planeta donde se podría realizar un ataque nuclear- se redoblan. La ofensiva asesina del estado sionista-fascista de Israel contra la revolución palestina, la guerra en Colombia, las matanzas en Ecuador, son otros ejemplos de la política del Imperialismo de disciplinamiento de las masas del mundo.
Por eso, aunque echamos a De la Rúa, ya haye otro ajuste comandado por el FMI, que es más brutal que todos los anteriores, un verdadero golpe económico que Duhalde y los gobernadores peronistas y radicales ya se comprometieron a aplicar sin chistar. Ante la misión del FMI, encabezada por el hindú Singh, se arrodillan gobierno, oposición, burócratas sindicales. ¿El resultado?: más miseria y hambre, la educación pública y la salud aún mas devastada de lo que ya están. ¡Los que hablan de defender la producción son un verdadero gobierno de saqueadores!
Estamos ante la profundización de la catástrofe descargada sobre los hombros de los trabajadores y el pueblo. Si hoy el 50 % del aparato productivo está parado, ya se pronostica que la caída de la producción en lo que queda del año va a constituir un récord mundial nunca visto: 16 % de caída. Eso significa que a corto plazo la desocupación superará el 40% de la fuerza laboral. La inflación ya se está robando día a día los salarios de miseria y hambre.
¡Hay que dar vuelta la tortilla! ¿Pero cómo? De la única manera que los trabajadores podemos hacerlo: preparando y organizando un nuevo 20 de diciembre, pero superior a aquél, con piquetes, cacerolazos y con la huelga general hasta terminar de poner en desbandada a este régimen odiado, a sus personeros políticos, a sus burócratas sindicales y a sus planes de hambre. Poniendo en pie los organismos de autodeterminación y de doble poder, organismos donde día día decidamos nuestros destinos y donde los trabajadores y el pueblo pongan y cambien a sus representantes sin delegar en burócratas sindicales ni en políticos patronales como sucede bajo esta democracia, como un Congreso Nacional Obrero y Popular que tome en sus manos la crisis imponiendo una salida obrera y popular. Para eso hay que derrotar a los que quieren estrangular estos organismos como las asambleas populares, y no permitir que se expropie a los verdaderos protagonistas.
¡Abajo
la burocracia sindical de los Daer, los
Moyano, los De Gennaro!
¡Abajo
la nueva burocracia sindical del
movimiento de desocupados!
Defensa de la producción y el trabajo junto a la patronal esclavista de la UIA, pan y trabajo de la mano de las PYMES, defensa de la democracia de los capitalistas. Así hablan los bomberos que son el principal sostén del gobierno de Duhalde y de este régimen infame.
En primer lugar, la vieja burocracia sindical de los Daer y los Moyano, que apoyan abiertamente a Duhalde. Estos traidores dejan a decenas de fábricas luchando aisladas contra los despidos, en lugar de coordinarlas regional y nacionalmente y convocar inmediatamente a un congreso de fábricas en lucha. Los estatales y los docentes están en pie de lucha -como en Río Negro y la provincia de Buenos Aires- pero el CTA ni habla de llamar a la huelga general. Los trabajadores cada vez que se los convocó, como en los 8 paros generales políticos contra De la Rúa como el 13 de diciembre que fue el inicio del fín del gobierno de De la Rúa- respondieron como un solo hombre y demostraron su disposición a la lucha. Pero las escuálidas columnas de la UOM en la Marcha del Acero del 7 de marzo demuestran que a pesar de que el ánimo y la disposición de los trabajadores en las fábricas era de salir a la calle- la burocracia no los quiere convocar a ninguna lucha seria, porque tienen pavor de que se abran de nuevo jornadas como las de diciembre. Para estos bomberos, ¡ni hablar de la Huelga General!
Al lado de los viejos burócratas sindicales, sosteniendo a Duhalde y al régimen, está la nueva burocracia sindical del movimiento de desocupados la de los DElía, los Alderete, los Martino, los Castells, los Pepino Fernández, los Pitrola- que manejan sin ningún control ni rendición de cuentas los millones de pesos de los Planes Trabajar que el estado patronal les entrega a discreción.
Para seguir manejándose como burócratas y actuando como verdaderas "manzaneras de izquierda", viviendo de los privilegios obtenidos del manejo de los Planes Trabajar, estos dirigentes acallan la voz de los trabajadores igual que Lorenzo Miguel, Daer o Moyano. Impiden que sean estos los que decidan votando a mano alzada, son enemigos de la democracia directa. Por eso en la Asamblea Piquetera del 16 y 17 de febrero pasados, mientras se daban la mano con los banqueros del Credicoop, echaron a decenas de trabajadores opositores con los matones armados, igual que hace Lorenzo Miguel en la UOM.
Si los sindicatos dominados por los Moyano, Daer y de Gennaro dejan por fuera a la gran mayoría de los trabajadores ocupados como son los contratados y en negro, esta nueva burocracia sindical pretende organizar con las limosnas del estado patronal a unos pocas decenas miles de desocupados ¡cuando estos ya suman de más de 4 millones! A esos millones de desocupados hambrientos se los deja en manos de Chiche Duhalde y sus tickets canasta de miserables $20 mensuales, de la misma Chiche Duhalde y el PJ que -al igual que el peronismo y López Rega armaron a la Triple A desde el Ministerio de Bienestar Social- organiza a los matones que en el Gran Buenos Aires les van a romper la cabezas a los trabajadores, sus mujeres e hijos como hicieron en Merlo.
Los trabajadores de la UOCRA de Neuquén dieron un ejemplo de cómo se debe tratar a estos traidores: los echaron a patadas del sindicato. Ese es el camino para hacer realidad el grito de ¡se va acabar a burocracia sindical! ¡Que los Daer, los Moyano se vayan con la patronal de la UIA que son sus verdaderos jefes! ¡Que D' Elía, Alderete, Martino, Pitrola y compañía, se subordinen a las asambleas piqueteras democráticas y viven con 150$ -lo que ninguno de ellos hace-, o que se saquen el ropaje de dirigentes piqueteros y se vayan a los ministerios del gobierno patronal de los cuales son funcionarios sin nombramiento, que les pagan lujosas oficinas, y en los que discuten todos los días a espaldas de los trabajadores! Sin todos ellos, el gobierno de Duhalde y este régimen podrido no durarían ni un segundo. Si no caen todos no podemos preparar un nuevo 20 de diciembre.
¡Abajo
los programas patronales de "defensa
de la producción y el trabajo!
¡Abajo
el acta-traición de subrodinación
obrera a la patronal en Salta!
Para preparar un nuevo 20 de diciembre
y para que la crisis la paguen la patronal
y el imperialismo hay que tomar la crisis
en nuestras manos
con soluciones obreras y populares
a la crisis
Detrás de la mentira de la "defensa de la producción" de la UIA, la patronal exportadora y la burocracia sindical miguelista (Piccinini, Brunelli, Gdansky), se esconden la defensa de las monumentales ganancias patronales. Gracias a esta traición, los trabajadores metalúrgicos han visto diezmar sus filas por centenares de miles como en una guerra y perdido todas sus conquistas. ¡Abajo los programas patronales! La alternativa de hierro es: o las ganancias de la patronal, o los trabajadores.
¿Defender el trabajo? La única solución es poner todas las manos a producir. Para eso hay que levantar verdaderas soluciones obreras frente al drama de la desocupación siguiendo el camino de los "21 Puntos" de los piqueteros del Norte de Salta que planteaban pelear por el "tercer turno en las empresas petroleras y reparto de las horas de trabajo sin bajar los salarios", a la vez que denunciaban que "los planes de empleo son instrumentados como un mecanismo para hacer bajar el salario del trabajador activo y al luchar por ellos lo hacemos en la perspectiva de arrancar trabajo, lograr la efectivización laboral y liquidar la precariedad laboral". Este programa de soluciones obreras es el de la reducción de la jornada laboral y el reparto de las horas de trabajo hasta que trabajemos todos. Al grito de ¡Basta de despidos! ¡Trabajo para todos! ¡Abajo la flexibilización laboral esclavista! hay que unir a los trabajadores ocupados que hoy están super-esclavizados con salarios miserables, la mayoría contratado o en "negro", sin ningún derecho.
¿Aumentar el consumo? Para eso hay que imponer un salario mínimo al nivel de la canasta familiar e indexado mensualmente según el costo de vida. ¿Defender la producción? Eso quiere decir imponer la reapertura de todas las fábricas cerradas o que despidan mediante la expropiación sin pago y bajo control obrero. Pero ese control obrero solo puede ser efectivo y no una mera ficción si se elimina el secreto comercial y se abren los libros de contabilidad, no por fábrica aislada sino por rama de producción.
El aumento de los precios es una cuña que los patrones meten para desorganizar las filas de los trabajadores y dividir la alianza obrera y popular. Las promesas de Duhalde de que se van a "controlar" los aumentos es una mentira. Solo puede enfrentarse impulsando comités obreros y populares de vigilancia y control de precios y abastecimiento; expropiando sin pago y bajo control obrero a las grandes fábricas alimenticias Sancor, La Serenísima, Bunge y Born, Cargill, etc.- los grandes supermercados Norte, Coto, Carrefour, etc.-y las grandes estancias asegurando la distribución directa entre los trabajadores y el pueblo pobre eliminando toda intermediación. Así podrían ponerse a producir inmediatamente un millón de obreros sin trabajo.
¿Defender la nación? El único programa que puede hacerlo es un programa obrero. Para eso hay que terminar con el saqueo imperialista, para que haya trabajo, pan, salud y educación para todos. Hay que romper con el FMI, dejar de pagar la deuda externa y expropiar sin pago y bajo control obrero a todas las empresas privatizadas, mostrándole el camino a los trabajadores y el pueblo de toda América Latina. ¡Abajo Duhalde y el Parlamento del PJ, la UCR, el Frepaso y el ARI que le dan 15 mil millones de dólares al FMI. ¡Todo ese dinero para la salud pública y la educación! ¡Basta de curas parásitos pagados por el estado! ¡Expropiación de los bienes de la Iglesia!
La clase media arruinada no puede esperar nada más que la devolución de sus ahorros en moneda devaluada, si no se golpea a los capitalistas en donde les duele, luchando por la expropiación sin pago y bajo control obrero de los bancos y su concentración en una banca estatal única, y tomando como garantías de los ahorros todas las propiedades de los monopolios imperialistas en el país. ¡O traen los 150 mil millones de dólares que fugaron al exterior o nos quedamos con todas sus empresas!
¡Basta de echar agua en el fuego de la combatividadobrera y popular!La lucha obrera y popular no se delega¡Viva la democracia directa de los explotados!¡Vivan las asambleas populares!Poner en pie comités de autodefensa contralos matones del PJ y la represión de este régimen infame
Estas medidas elementales para la defensa de los intereses de los trabajadores y el pueblo no son posibles si estos no se organizan alrededor de hacer realidad el que se vayan todos, solo posible de aplicar y llevar hasta el final por un gobierno basado en las organizaciones de las masas insurrectas.
Estamos ante una enorme predisposición a la lucha del movimiento de masas. Las energías que éstas pueden poner en el combate son enormes.
Las asambleas populares -que surgieron en la Capital Federal- hoy se están extendiendo al Gran Buenos Aires, como en San Antonio de Padua, decenas de barrios de Merlo, Ituzaingó, Avellaneda, San Isidro, y decenas de localidades más, ciudades como Rosario, Córdoba, San Nícolas, en algunas de las cuales empiezan a organizarse los desocupados. En la Matanza, la Asamblea de los docentes del SUTEBA votó por amplia mayoría llamar a los trabajadores desocupados y ocupados en lucha a poner en pie asambleas populares alrededor de cada escuela. En las centenares de fábrica donde los trabajadores enfrentan los despidos y los cierres -como en BruKman- surgen los piquetes obreros. En La Plata, en Córdoba y Neuquén han surgido organismos coordinador de distintos gremios y fábricas en lucha. La Interbarrial de Parque Centenario que centraliza las asambleas populares de la Capital Federal, ha convocado y ya está organizando una Asamblea Interbarrial Nacional para el 17 de marzo.
Pero esta organización que tiene que surgir es para luchar por las demandas de los trabajadores y el pueblo, y no por las de la patronal que nos hambrea y esclaviza. Es para tirar abajo este régimen infame y no para apuntalarlo como quieren el CTA y el FRENAPO con la marcha del 24 de Marzo y la Lilita Carrió con la mentira de la "nueva república, por eso tienen que ser independientes del estado patronal. Es para tomar la crisis en nuestras propias manos y no delegarla en ninguna otra que no sean las de los trabajadores mismos, con sus organismos de lucha como las asambleas populares y los piquetes de lucha, extendidos a todo el país, centralizados por ciudad y provincia, y defendidos de las represión por los comités de autodefensa de los trabajadores y el pueblo.
En cada barrio tienen que surgir estos comités de autodefensa, para ir a buscar a los matones organizados por los punteros del PJ a sus mismas ratoneras. Un buen escarmiento a estos matones en dos o tres barrios y a los intendentes peronistas y radicales -como Othacehe de Merlo, Quindimil de Lanús, o Posse de San Isidro- les será un millón de veces más difícil reclutarlos para atacar a los trabajadores y al pueblo.
La Interbarrial Nacional del 17 de marzo, puede ser un gran paso para conquistar el gran congreso nacional obrero y popular que necesitamos.
¡Que se elijan delegados con mandato, en cada asamblea popular, en cada barrio, en cada fábrica y empresa!
Los trabajadores y el pueblo tenemos que conquistar una gran organización a nivel nacional para que empecemos en ella, practicando la más amplia democracia directa sin tutelas y controles de ninguna especie, a tomar en nuestras manos la crisis del país, levantando un programa de soluciones obreras y populares. Porque a la pregunta de ¿quién defiende los intereses de los trabajadores? solo hay una respuesta: los trabajadores mismos. Los "21 puntos" de los piqueteros del Norte de Salta ya planteaban la necesidad de la "convocatoria a un Congreso Nacional de bases con representantes electos en todo el movimiento obrero"
La pasada asamblea piquetera del 16 y 17 de febrero fue una gran oportunidad perdida y la responsable es la "dirección piquetera", esa nueva burocracia sindical del movimiento de desocupados que con el apoyo del PC- quiere administrar unos pocos miles de planes trabajar en lugar de luchar por trabajo para todos organizando a millones. Le ayudaron los partidos de izquierda que se prestaron a un acuerdo a espaldas de la base donde todo estaba ya decidido y cocinado para que la base no se expresara libremente. La marcha del 15 es igual a aquellas marchas federales con las que el CTA y De Gennaro cerraban oleada tras oleada de sublevaciones y levantamientos de los estatales del interior como el Santiagueñazo- bajo el gobierno de Menem. Las asambleas populares están amenazadas por el plan de ponerlas a los pies del régimen patronal, como ahora con la trampa de la marcha del 24 de marzo. Es que hay una verdadera quinta columna encargada, desde adentro, de desorganizar y paralizar todos lo que los trabajadores hacen, de bomberos tirando toneladas de agua.
Pero la convocatoria del 17 de marzo es una nueva oportunidad, derrotando todos los intentos de desorganizarlos por parte de esta quinta columna, para dar pasos firmes en poner en pie un verdadero Congreso Nacional Obrero y Popular, verdaderamente democrático, con un delegado cada veinte trabajadores elegidos en cada fabrica, escuela, barrio, en cada asamblea popular y piquete obrero de lucha, en cada comité de desocupados.
Hay que hacer asambleas en todos los sectores para ir a la convocatoria de la interbarrial de Parque Centenario. El movimiento de desocupados debe mandar centenares de delegados con mandato votado en asamblea por barrio. Lo mismo debe hacer cada fábrica empezando por las que están en lucha contra los despidos. Los docentes que están en lucha y a quienes se amenaza con arrasar con todas sus conquistas deben estar en primera fila con sus delegados.
A los partidos que se reivindican del trotskysmo, como el MST, el PTS, Convergencia Socialista y el FOS, los llamamos a que rompan su política de subordinación a la "dirección piquetera" y al stalinismo y al castrismo, y a que juntos impulsemos este llamamiento, así como la formación en el seno de las organizaciones de masas de los piquetes de autodefensa obreros y populares para enfrentar a los matones a sueldo del PJ y a la represión. A las corrientes que dicen luchar por la democracia directa, como la de Zamora, si es por este programa por el que luchan y no por uno de subordinación de las asambleas populares al estado patronal, no tenemos ningún impedimento en impulsar este paso conjuntamente. Desde aquí podríamos llamar a todos los trabajadores que confían en las direcciones piqueteras combativas a que les exijan que rompan toda subordinación y ligazón con el estado patronal, a que si son distintos a DElía y Alderete, que lo demuestren. Esta es la única manera de evitar que la nueva asamblea nacional piquetera del 2 de abril se convierta en una nueva frustración para todos los luchadores como ya fue la del 16 y 17 de febrero, y tiene que servir para organizar, junto a las asambleas populares, a los millones desocupados por trabajo para todos y no como ahora, a unos pocas decenas de miles para recibir limosnas.
Ni programa patronal ni defensa de la democracia de los esclavistas. A este programa traidor hay que oponerle la estrategia de organizar a millones de explotados en un congreso nacional obrero y popular, para tomar la crisis en nuestras manos imponiendo soluciones obreras y populares para que sean los capitalistas y el imperialismo los que paguen. Los trabajadores aprendimos que a los gobiernos se los tira con la lucha en las calles. Por eso tenemos que preparar y organizar un nuevo embate obrero y popular que repita y supere al de diciembre, para tirar abajo a este gobierno ilegítimo y terminar de reducir a escombros a este régimen odiado e infame, el único camino para que se haga realidad el "que se vayan todos, que no quede ni uno solo", e imponer un gobierno obrero y popular basado en las organizaciones de las masas insurrectas.
Comité de Redacción
"La liberación de los trabajadores será obra
de los trabajadores mismos"
"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"