"La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Año 2 - Número 10 - 15 de marzo de 2002

n a c i o n a l

Convergencia Socialista

Una posición principista

 

Reproducimos aquí la declaración que Convergencia Socialista nos hizo llegar repudiando las calumnias y la agresión física por parte del PO y el stalinismo contra Democracia Obrera.

Una declaración del mismo tenor publicó en su periódico el MST. Ambas son posiciones principistas que no podemos menos que saludar. Lamentablemente, ni el FOS, ni el PTS se han pronunciado categóricamente aún. El PTS sigue sin nombrarnos, y hasta ahora se ha negado a pronunciarse porla agresión a los  iqueteros en Salta. Es lamentable este espíritu de secta contra sus viejos dorogentes separados de sus filas.

Hacemos un llamado fraternal a pronunciarse de inmediato, porque todo silencio al respecto de cuestiones de principios como esta –el arrojar calumnias sin pruebas- debe ser condenado.

 

12 de marzo de 2002

 

Repudiamos la agresión contra militantes de izquierda

 

Po­co an­tes de con­cluir la Asam­blea Na­cio­nal, pi­dió la  pa­la­bra un tra­ba­ja­dor del gru­po trotskys­ta De­mo­cra­cia Obre­ra.

La me­sa no le con­ce­dió la po­si­bi­li­dad de ha­blar y se ge­ne­ró una gran dis­cu­sión, que ter­mi­nó con la ex­pul­sión del re­cin­to de to­dos los de­le­ga­dos de De­mo­cra­cia Obre­ra, im­ple­men­ta­da por la ¨se­gu­ri­dad­¨de la Asam­blea, que es­ta­ba con­for­ma­da cen­tral­men­te por mi­li­tan­tes del PO, el MTR, el MTL y el MIJD.

La ma­yo­ría de los in­te­gran­tes de la me­sa, que en ese mo­men­to pre­si­dían el even­to, agi­ta­ron a fa­vor de la ex­pul­sion de los com­pa­ñe­ros, ar­gu­men­tan­do que se tra­ta­ba de ¨pro­vo­ca­do­res¨.

Los mi­li­tan­tes de Con­ver­gan­cia So­cia­lis­ta allí pre­sen­tes re­pu­dia­mos el he­cho, nos re­ti­ra­mos de la me­sa y pre­sen­ta­mos una mo­ción en fa­vor de otor­gar­le la pa­la­bra a los com­pa­ñe­ros y en con­tra de esa me­to­do­lo­gía.

Lo hi­ci­mos por­que, in­de­pen­dien­te­men­te de las po­si­cio­nes de los com­pa­ñe­ros de DO, los re­co­no­ce­mos co­mo ho­nes­tos lu­cha­do­res y mi­li­tan­tes de una or­ga­ni­za­ción que se re­cla­ma de la cla­se obre­ra y el so­cia­lis­mo, to­do lo con­tra­rio al ¨mo­te­¨de pro­vo­ca­do­res que se uti­li­zó pa­ra jus­ti­fi­car la ex­pul­sión y que tam­bién re­pu­dia­mos.

Re­cha­za­mos la ac­ti­tud de los re­pre­sen­tan­tes de va­rias or­ga­ni­za­cio­nes, que si bien no es­tu­vie­ron in­vo­lu­cra­das en la agre­sión, se ne­ga­ron a le­van­ter su voz en con­tra de los he­chos, ar­gu­men­tan­do que ¨no eran tan gra­ves¨y que de úl­ti­ma, ¨for­ma­ban par­te de una con­duc­ta más ge­ne­ral, de ca­rác­ter an­ti­de­mo­crá­ti­co, que re­co­rrió to­da la or­ga­ni­za­ción del even­to…¨

In­de­pen­dien­te­men­te de la va­lo­ra­ción de la Asam­blea y de su me­to­do­lo­gía, no po­de­mos con­fun­dir los he­chos, una co­sa es la me­to­do­lo­gía an­ti­de­mo­crá­ti­ca, que se de­be con­de­nar, pe­ro otra muy dis­tin­ta son las agre­sio­nes, es­pe­cial­men­te cuan­do las im­ple­men­ta una or­ga­ni­za­ción que se re­cla­ma de iz­quier­da en con­tra de com­pa­ñe­ros que tam­bién son re­vo­lu­cio­na­rios.

Una asam­blea que pre­ten­de ins­ti­tuir­se pa­ra en­fren­tar la po­lí­ti­ca y los mé­to­dos de los  bu­ró­cra­tas ¨pi­que­te­ros­¨de La Ma­tan­za, no pue­de na­cer de es­ta ma­ne­ra. De­jar pa­sar es­ta con­duc­ta po­si­bi­li­ta­rá que más ade­lan­te se jus­ti­fi­quen nue­vas ex­pul­sio­nes y agre­sio­nes co­mo for­ma de sal­dar las di­fe­ren­cias en el de­ba­te.

La ver­da­de­ra de­mo­cra­cia obre­ra es aque­lla que par­te del res­pe­to y el de­re­cho de opi­nion pa­ra los tra­ba­ja­do­res que lu­chan es­pe­cial­men­te pa­ra los re­vo­lu­cio­na­rios. La vio­len­cia so­lo se jus­ti­fi­ca cuan­do se ejer­ce con­tra los re­pre­sen­tan­tes de las cla­ses ene­mi­gas.

 

Co­mi­té Eje­cu­ti­vo de Con­ver­gen­cia So­cia­lis­ta

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