Para servir:

Cristo, para poder servirte mejor

dame un corazón noble,

un corazón fuerte

para aspirar a altos ideales

y no quedarme en opciones mediocres.

 

Un corazón generoso en el trabajo

viendo en él no una imposición

sino una misión que me confías.

 

Un corazón grande en el sufrimiento,

valiente para llevar mi propia cruz

y sensible para acompañar la cruz de los demás.

 

Un corazón grande para con el mundo

siendo comprensivo con sus fragilidades

pero inflexible ante sus criterios y seducciones

contra el hombre y la mujer.

 

Un corazón grande con los hombres y mujeres,

leal y atento para con todos

pero especialmente servicial y dedicado

a los pequeños y humildes.

 

Un corazón nunca centrado en mí,

siempre apoyado en Tí,

feliz de servirte y servir a mis hermanos

todos los días de mi vida.

 

Amén.

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