Oración

                                                                        Mons. Oscar A. Romero

 

De vez en cuando, dar un paso atrás nos ayuda

a tomar una perspectiva mejor.

El Reino no solo está más allá de nuestros esfuerzos,

sino incluso más allá de nuestra visión.

 

Durante nuestra vida, sólo realizamos una minúscula parte

de essa magnífica empresa que es la obra de Dios.

Nada de lo que hacemos está acabado,

lo que significa que el Reino está siempre ante nosotros.

 

Ninguna declaración dice lo que podría decirse.

Ninguna oración puede expresar plenamente nuestra fe.

Ninguna confesión trae la perfección,

ninguna visita pastoral trae la integridad.

Ningún programa realiza la misión de la Iglesia.

En ningún esquema de metas y objetivos se incluye todo.

 

Esto es lo que intentamos hacer:

plantamos semillas que un día crecerán.

Regamos semillas ya plantadas,

sabiendo que son promesas de futuro.

 

Sentamos bases que necesitarán un mayor desarrollo.

Los efectos de la levadura que proporcionamos

van más allá de nuestras posibilidades.

 

No podemos hacerlo todo y,

al darnos cuenta de ello, sentimos una cierta liberación.

Ella nos capacita a hacer algo,

y a hacerlo muy bien.

 

Puede que sea incompleto, pero es un principio,

un paso en el camino,

una ocasión para que entre la gracia del Señor

y haga el resto.

 

Es posible que no veamos nunca los resultados finales.

Pero esa es la diferencia entre

el jefe de obra y el albañil.

 

Somos albañiles, no jefes de obra,

ministros, no el Mesías.

Somos profetas de u n futuro que no es nuestro.

Amén.

1