LAS MOVILIZACIONES DE LOS PRODUCTORES Y DE NUESTROS PUEBLOS DEL INTERIOR

Cuando la dictadura ya estaba cayendo el movimiento popular uruguayo se articulaba de diferentes formas para ir ocupando los espacios que le correspondían. A mediados de la década del 80, entre los muchos actores: trabajadores, cooperativistas, empresarios,- los productores rurales- como parte de esa sociedad civil que había estado reprimida por mas de una década, se manifestaban a través del Plenario de Pequeños y Medianos Productores que participaron en las conversaciones de la Conapro (Concertación Nacional Programática). . Otros productores, especialmente los ganaderos se expresaban a través de la Federación Rural y Asociación Rural. Allí, en las gremiales rurales se había producido, al decir de los sociólogos, un clivaje, un corte entre los intereses de los productores familiares – aquellos que trabajaban su predio, principalmente con su mujer e hijos – y otras gremiales de empresarios ganaderos con predominio de mano de obra asalariada. Los intereses de uno y de otros eran diferentes.

El tiempo se encargó de juntarlos

¿Qué pasó en estos mas de dieciseis años que llevó a juntar, prácticamente a todas las gremiales rurales, incluidas las de los ganaderos en una Mesa Coordinadora de Gremiales Agropecuarias?. Un 13 de abril de 1999, por primera vez, en la historia nacional, todas las expresiones de la producción agropecuaria nacional marchaban frente al Palacio Legislativo – acostumbrado a las manifestaciones de los trabajadores urbanos y sorprendido por ver tantos tractores, zorras, ómnibus, caballos y toda suerte de vehículos - y luego por las principales avenidas y calles de la capital.

¿Sabe Don...?

La Proclama leída ese día trataba de responder a la pregunta que nos formulabamos: "¿Sabe Don?. En los últimos diez años mas de 4.000 productores tuvieron que irse por ese asunto de la viabilidad y entre los años 97 y 98 la cifra alcanzó a 1.500. Hoy en día quedamos menos de 48.000 productores de los actuales el 42%, o sea mas de 20.000, están por debajo del nivel de pobreza...De 53.733 establecimientos rurales que existían en 1988, 10 años, después sólo quedan 49.555, habiendo desaparecido en el último año (1997/1998) 1.500 de ellos. Esta cifra es realmente alarmante por el creciente incremento de la misma. ..." La Proclama leída por el Dr. Eduardo J. Corso abundaba con denuncias de esta situación. Recientemente, coincidiendo con el cierre de la Exposición Rural del Prado, un domingo 10 de setiembre, la "marcha de los brazaletes negros", volvió a reiterar lo que otros productores ya habían dicho en los pueblos de Colonia: "los desaparecidos también son los productores".

Las movilizaciones sociales y su impacto en la sociedad

Los diferentes sectores de la sociedad se han expresado históricamente de maneras diversas. Hasta unos años atrás algunas formas de movilización popular habían sido expresiones de trabajadores asalariados de la ciudad y del campo: los trabajadores del arroz, los peones de tambo, los peludos, cañeros de Bella Unión, los trabajadores de El Espinillar, algunos sectores de trabajadores públicos, la enseñanza, el movimiento cooperativo y otros. Si bien en los primeros años de la vuelta a la democracia algunos sectores granjeros se manifestaron con maquinarias y herramientas, huelgas de hambres en algunos sectores granjeros, va a ser en 1999, donde aparecen estas verdaderas marchas protagonizadas por productores del agro.

Entre los sectores que se manifestaron frente a estos reclamos estuvo la Iglesia Católica , que a través de un Comunicado de la Conferencia Episcopal Uruguaya, decía en junio de 1999:

"No es fácil hallar la solución de fondo. Sin embargo, ésta ha de apuntar a crear políticas que eviten la baja rentabilidad del sector agropecuario, que privilegien la vida de las familias rurales, apostando a la producción y por su calidad de vida.."

"En estos momentos nos preocupan, sobre todo, como a tantos compatriotas, estos tres desafíos: en primer lugar, la solución de fondo del problema; luego, la emigración creciente del campo a los pueblos y ciudades, sobre todo a Montevideo y a la frontera; y finalmente la situación difícil de los asalariados rurales...". "La situación difícil de los pequeños productores y de los asalariados rurales. Es inquietante la realidad actual de tantos trabajadores del campo que trabajan por un mes, un jornal, una zafra y carecen de seguro de paro, que no tienen jornadas de ocho horas, que carecen de instancias para la negociación salarial..."

Al finalizar los Obispos decían: "Se requieren urgentes políticas agropecuarias que den solución a tantos problemas. Soluciones que estén siempre iluminadas por los criterios y las propuestas de la justicia social, que beneficien a este sector tan importante y definitivo para la vida de nuestro Uruguay..."

En las Conclusiones de la XVI Semana Social "Monseñor Carlos Parteli" ¿Solidaridad o Exclusión?, de agosto de 1999, las comunidades cristianas decían: " La mayor parte de los hermanos y hermanas que hemos participado en estas reflexiones de la Semana Social provenimos del interior del país. A veces se nos piensa como un gran bloque: interior y capital. En cambio, no es lo mismo vivir en la frontera que en los pueblos y ciudades del centro del país. Algunas de nuestras poblaciones se han formado por el tipo de producción extensiva, distantes cientos de kilómetros unas de otras, otras en cambio, por formas de producción intensiva, generaron concentraciones mas cercanas. Si bien la desocupación golpea en todos lados, cuando un pueblo o ciudad depende casi exclusivamente de una agroindustria o de una fuente de trabajo local, cuando esta se cierra significa la muerte o la agonía de esa población. El difícil la reconversión y generalmente no suple los puestos de trabajo que se perdieron"

Los actores sociales locales logran articularse en torno a demandas básicas

Continuaba las Conclusiones de la XVI Semana Social: "En los últimos años, muchas de nuestras comunidades han expresado sus demandas articulando a todos sus actores sociales locales en la búsqueda de salidas en conjunto. Sabemos que los problemas no pasan por los falsos dilemas de capital versus interior. Buscamos propuestas nacionales que privilegien la asignación de recursos pensando en aquellos que cuentan con menores servicios y en cambio producen gran parte de la riqueza del país y fundamentalmente porque son personas, la descentralización no debe ser un tema electoral sino una permanente apuesta a políticas que articulen todas las zonas y regiones. No queremos algunos polos de desarrollo a costa de que otras zonas se depriman o simplemente desaparezcan como ha sucedió con algunas políticas llevadas adelante..."

Las movilizaciones de comerciantes, asalariados, cooperativistas, amas de casas, productores rurales, iglesias, se han dado en Paysandú, Florida, Durazno, Minas, Artigas, Bella Unión, Carmelo, Dolores, Young, Canelones, Salto y otros pueblos y ciudades de nuestro país.

Algunas repercusiones y logros de estas movilizaciones populares

Algunos protagonistas de estos movimientos en el interior nos señalaban que se ha logrado el surgimiento de las Mesas Coordinadoras Departamentales en casi todos los departamentos. Estas Mesas ya han organizado diversos Cabildos Abiertos, que han tenido importantes éxitos y a partir de esas actividades se han generado verdaderas "intersociales" ya que se han integrado todos los demás sectores – asalariados, comercio, agroindustria, etc. – dada la incidencia que tiene la situación del agro sobre la de todos los demás sectores.

Estas actividades locales además, están generando una fuerte presión sobre los actores políticos departamentales (diputados, ediles y hasta Intendentes), que han tenido que participar en ellas, lo que les está generando incomidades por las cosas que se dicen en esas instancias (en muchas son a micrófono abierto) y porque ya es común que la gente les pase la factura por la posición que cada uno de ellos asume, cuando votan en el Parlamento o en la Junta o por la posición que mantienen sus referentes políticos a nivel nacional.

Los desafíos en la construcción de alianzas

¿Es posible construir alianzas, entre diferentes sectores, en temas de interés común?. ¿Por las propias demandas, sus posibilidades de respuestas, se pueden mantener por un tiempo prolongado?. Hay diversas experiencias de alianzas en torno a demandas muy concretas que afectaban a todo un pueblo, con diversos resultados; Bella Unión: con la mantención de la protección al azúcar, Constitución: por mantener abierto El Espinillar; Juan Lacaze: salidas al cierre de la textil Campomar; Empalme Olmos: apertura de la cerámica Olmos; Paysandú: con Paysandú entre todos; Vecinos de una zona rural de Canelones: por la no instalación de una usina procesadora de residuos hospitalarios; Ciudad de la Costa: arreglo de calles y accidentes de tránsito en Giannattasio y otros.

Nosotros tampoco tenemos las respuestas ni las recetas. Somos parte de ese pueblo protagonista que tiene que encontrar las formas sociales de esas respuestas. . Como hombres y mujeres, cristianos, insertos en la sociedad, junto a otros hombres y mujeres de buena voluntad, queremos asumir nuestro compromiso de participar en canalizar esa potencialidad de participación. Somos conscientes de las dificultades, del entorno adverso y de los intereses en juego. Sin caer en protagonismos, ni hegemonías de ningún sector, sin partidizaciones, tratando de construir esas respuestas, en una actitud de servicio, apostando a la solidaridad.

Angel Rocha

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