EDITORIAL 2

 

Hacia el Foro Social Mundial

Entre el 25 y el 30 de Enero próximo, se llevará a cabo en Porto Alegre, el primer Foro Social Mundial. Según sus organizadores, entre quienes figuran las más importantes organizaciones sociales de Brasil, y la propia Iglesia Católica a través de la Comisión Justicia y Paz de la Confederación de Obispos de Brasil, el Foro será un espacio internacional para la reflexión y la organización de todos los que se oponen a las políticas neoliberales y están abocados a la formulación de alternativas e intercambio de experiencias.

Este Foro Social Mundial, planea ser realizado todos los años a partir del próximo, simultáneamente al Foro Económico Mundial que tiene lugar en Davos, Suiza, habitualmente en los meses de Enero.

Como todos sabemos, el Foro de Davos reúne a los más fieles representantes de ese sistema neoliberal que a esta altura ya ha superado abiertamente las dimensiones económicas, para afianzarse en el marco de una cultura individualista y materialista, con resultados a la vista.

Desde el cristianismo no podemos estar ausente a esta maravillosa idea de aunar fuerzas para combatir al neoliberalismo.

La Iglesia Latinoamericana ha condenado claramente a esta corriente. En las Conclusiones de la IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, celebrada en Santo Domingo en el año 1992, se lee: "La política de corte neoliberal que predomina hoy en América Latina y el Caribe profundiza aún más las consecuencias negativas de estos mecanismos" (SD 179). En otro pasaje, llama a "urgir respuestas de los Estados a las difíciles situaciones agravadas por el modelo económico neoliberal, que afecta principalmente a los más pobres" (SD 182).

Los Jesuítas, por su parte, a través de esa magnífica Carta de los Provinciales Latinoamericanos, titulada "El Neoliberalismo en América Latina", fechada en Ciudad de México en 1996, anotan que las políticas neoliberales "ponen el crecimiento económico –y no la plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación- como razón de ser de la economía".

Debemos mencionar también el documento "Ecclesia in América", firmado por el Papa en 1998, y que exponíamos en el número anterior de "Cristianismo y Liberación". Allí, Juan Pablo II se pronuncia claramente contra ese "sistema conocido como neoliberalismo; sistema que haciendo referencia a una concepción economicista del hombre, considera las ganancias y las leyes de mercado como parámetros absolutos en detrimento de la dignidad y del respeto de las personas y los pueblos".

Finalmente, para no abusar de las citas y los documentos –que en esta materia son numerosos- la Iglesia Uruguaya, ha sido muy clara al respecto, a través de las Conclusiones de la XVI Semana Social, realizada el año pasado, donde se criticaba ese "vil sistema", luego de analizar la situación social de nuestro pueblo.

De manera que no cabe duda sobre la pertinencia de este Foro, y sobre la participación de los cristianos. Desde aquí entonces, invitamos a seguir de cerca estos acontecimientos. Los cristianos tenemos mucho que decir y mucho que mostrar en materia de economías alternativas y solidarias, pero también –debemos ser honestos- tenemos que superar muchas prácticas que no están en consonancia con los documentos arriba citados.

PG

1