Editorial
En Uruguay todavía está pendiente la tarea de lograr un mayor desarrollo y divulgación del pensamiento social de la Iglesia. ¿Qué tanto sabemos en general sobre el contenido de nuestras principales Encíclicas Sociales, o sobre los numerosos y riquísimos documentos que nacen en el seno de la Iglesia uruguaya, y de todas partes del mundo?. A pesar de la enorme cantidad de cristianos que entregan buena parte de sus vidas al trabajo en distintas organizaciones sociales y políticas en el país, nos queda la sensación que se desconoce buena parte de la doctrina que da consistencia a ese trabajo, que lo refuerza, y además le da sentido de trascendencia.
Teniendo en cuenta lo anterior, un grupo de cristianos a los que nos une el trabajo en diversos ámbitos de lo social, hemos entendido pertinente hacer un nuevo esfuerzo para fortalecer el pensamiento social de nuestra Iglesia, mediante dos instrumentos. El primero de ellos, sería la creación de una organización civil sin fines de lucro, cuyo cometido sea justamente contribuir al fortalecimiento y divulgación del pensamiento social de la Iglesia, con especial referencia a las contribuciones latinoamericanistas. Para su puesta en práctica, hacemos un llamamiento en general a todos los interesados, para participar en una asamblea abierta para discutir estos asuntos, que tendrá lugar el Viernes 17 de Noviembre, a las 19 hs., en la sede de Parroquia Universitaria, en la calle Rodó 1727, Montevideo. El segundo instrumento, que dependerá del primero, es justamente continuar el periódico que hoy tiene su primera salida. Por medio de éste, pretendemos que el pensamiento social de la Iglesia llegue no solo a los cristianos, sino al público en general. Para ello, nos propusimos que el periódico no tenga valor de cambio. Esto solo es posible, gracias a la colaboración de quienes entregan gratuitamente su trabajo en el armado y confección del periódico, y de quienes por medio de esta suerte de publicidad- contribuyen a pagar los gastos de imprenta y materiales.
Que estos proyectos tengan lugar este año, no nos debe llamar la atención. Como señalamos en uno de los artículos que publicamos, el Jubileo debe leerse en clave socioeconómica. Esta invitación nos la ha hecho SS Juan Pablo II, quien en su Carta Apostólica en Preparación al Jubileo del 2000 ("Mientras se Aproxima el Tercer Milenio"), nos dice que "/.../ en la tradición del año Jubilar encuentra una de sus raíces la doctrina social de la Iglesia...". Hemos querido, entonces, que el espíritu del Jubileo nos ilumine en nuestra tarea pastoral.
Tampoco es casualidad que este número se entregue cuando la Iglesia celebra un nuevo Congreso Eucarístico. La oportunidad es absolutamente propicia, teniendo en cuenta la alegría con la que los cristianos hemos preparado este encuentro con Cristo.
Con la esperanza de que tantos proyectos se hagan carne, les extendemos la invitación a unirse a nuestra aventura. Porque como decía, ese gran líder espiritual de nuestro continente, Don Helder Câmara: "Cuando se sueña solo es solo un sueño. Pero cuando soñamos juntos, es el comienzo de una nueva realidad".
Que esa nueva realidad nos conduzca a un mundo más justo, a la luz de nuestros valores.
P.G.