Año 1 Nro. 6 - 23 de Noviembre de 2001
n a c i o n a l
Entre
la crisis del régimen y la contención impuesta a las masas
por la burocracia sindical, amplios sectores de la clase obrera y de las
masas giran a la izquierda
El voto bronca, la clase obrera y la crisis del régimen infame:
Un balance electoral necesario
La realización de las elecciones del 14 de octubre fue un triunfo del régimen, que gracias a la traición de la burocracia sindical logró sacar a las masas de las calles, evitando la caída del gobierno de De La Rúa y del régimen por la vía de la huelga general y el boicot a las elecciones, que hubieran significado el inicio de la Revolución Argentina. Sin embargo, este triunfo relativo no puede ocultar la monumental crisis del régimen infame, de sus instituciones y partidos patronales que durante 19 años han garantizado la superexplotación de los trabajadores y el saqueo de la nación por parte del imperialismo. Esta crisis del régimen se expresó, aunque en forma distorsionada, en el terreno electoral: la pérdida de 5.400.000 de votos por parte de la Alianza y los 1.120.000 de votos perdidos por el PJ; la más alta votación lograda por la izquierda en su conjunto - más de 1.350.000 votos a nivel nacional (IU más de medio millón de votos, PO-MAS 230.000, PTS más de 100.000, Luis Zamora 132.000) y el más alto nivel de abstención electoral desde 1983, casi 4 millones de votos anulados y en blanco convirtiendo al llamado "voto bronca" en la primera fuerza electoral en Capital Federal, Santa Fe, Río Negro y Tierra del Fuego y la segunda en Bs. As. y Neuquén. Este último, en su gran mayoría, fue un voto obrero y popular de repudio al gobierno y al régimen esclavista aunque impotente para establecer un claro carácter de clase y de reagrupamiento revolucionario de la vanguardia. Sin duda alguna el cretinismo parlamentario de la izquierda fue impotente para canalizar con una perspectiva revolucionaria y de clase y de combate este enorme odio y desprestigio del régimen infame y de los partidos de la patronal esclavista, los banqueros y el FMI.
El
resultado electoral expresa
la gran polarización de las clases existente en la Argentina.
Una situación objetivamente
revolucionaria está en curso
El
resultado de las elecciones del 14 de octubre muestra, aunque distorsionadamente,
la gran polarización entre las clases que hay en nuestro país
y un proceso agudo de radicalización de amplios sectores de trabajadores.
Reflejo de este proceso es el amplio repudio a la guerra de colonización
que está llevando adelante el imperialismo anglo-yanqui contra la
nación oprimida afgana; mostrando el resurgimiento de esta conciencia
antiimperialista de la clase obrera que fuera quebrada con la derrota de
Malvinas y anteriormente con el genocidio de la dictadura de Videla.
Afirmamos que la causa profunda de este giro de derecha a izquierda de amplios
sectores de la clase obrera y las masas ha sido el enfrentamiento al feroz
ataque de la patronal y el gobierno, con seis paros generales, levantamientos
obreros y populares como en el norte de Salta, jornadas nacionales de lucha
piqueteras con cortes de ruta en todo el país, etc.
El resultado de las elecciones no es más que la expresión
distorsionada en el terreno electoral de la relación de fuerzas conquistadas
por las masas con sus luchas en las calles, del giro de derecha a izquierda
de amplios sectores del movimiento obrero y su enorme predisposición
para entrar al combate en lucha política abierta. Muestra a las claras
la existencia de un proceso latente de radicalización de amplios
sectores obreros y populares, que alcanzó su punto máximo
con las dos Asambleas Nacionales Piqueteras en La Matanza.
Confirma que en nuestro país se viene desarrollando una verdadera
situación revolucionaria, y que esta es todo lo revolucionaria que
la dirección contrarrevolucionaria que tienen las masas al frente
se lo permiten. Los trabajadores tuvieron al alcance de la mano derribar
en las calles al gobierno y al régimen abriendo el camino al inicio
de la Revolución Argentina.
Este camino fue cerrado por la traición de todas las alas de la burocracia
sindical que impusieron una "contención" sacando a las
masas de las calles, con Daer y Moyano sosteniendo al PJ; con De Gennaro
y D'Elía llevando a los estatales y docentes de todo el país,
junto al movimiento piquetero detrás de su política de colaboración
de clases con su "frente nacional contra la pobreza" junto a los
políticos patronales como el cura Farinello y la Lilita Carrió.
Todos juntos le ataron las manos a la clase obrera y ayudaron al régimen
a imponer la trampa electoral. Este fue el triunfo del régimen patronal,
que le ha permitido ganar tiempo para discutir como reorganizar sus fuerzas,
para una vez más volver a la carga contra los trabajadores y el pueblo
como ya lo están haciendo.
El alto nivel de abstención electoral, los cuatro millones de votos
anulados y en blanco y la gran votación de la izquierda confirman
-aunque distorsionadamente- las enormes posibilidades que ya estaba dando
la situación revolucionaria para avanzar a un boicot de las elecciones
del régimen infame de la patronal esclavista y del imperialismo.
Porque estaba planteado que las organizaciones obreras nucleadas en las
dos asambleas piqueteras reunidas en La Matanza llamaran a mantener abierto
el camino a la huelga general convocando un gran Congreso Nacional de Trabajadores
Ocupados y Desocupados. Un congreso que luchara por imponer un plan obrero
y que iniciara el boicot con un plan de lucha superior a las elecciones,
que llamaran a hacer piquetes para que el día del comicio fuera el
día más activo de esta lucha con los piquetes convenciendo
a los trabajadores de no votar. Se hubiera abierto así el camino
a la derrota de la burocracia sindical que con Moyano, Barrionuevo y De
Gennaro le ataran las manos a los trabajadores para que se refortalezca
el desprestigiado y odiado régimen infame.
Pero para poder llevar adelante esta tarea, la clase obrera necesitaba y
necesita tener a su frente una dirección distinta a la traidora burocracia
sindical, hace falta una dirección revolucionaria. Porque han sido
los burócratas de todo pelaje - enriquecidos gracias a los millones
de las obras sociales y de las cuotas sindicales descontadas en forma compulsiva
por la patronal y el estado- los que después de los paros generales
y las jornadas de lucha nacionales con cortes de ruta le ataron las manos
a los trabajadores para impedir que las enormes energías desplegadas
con sus luchas no terminaran derrotando a la patronal esclavista y su plan.
Fueron Daer y Moyano los que después de cada paro general corrían
detrás de la patronal del frente productivo a poner a sus pies las
energías y el sacrificio de los trabajadores. Son las dos CGTs de
estos traidores las que sostienen a los gobernadores hambreadores del PJ
como Ruckauf, Romero, Reutemann, de la Sota y demás gorilas como
Sobisch en Neuquén. Fueron los dirigentes de la CTA, con la colaboración
de la dirección de la CCC los que poniéndose a la cabeza expropiaron
las luchas de los trabajadores estatales, docentes y del movimiento piquetero
para impedir que se pusiera de pié una alternativa para derrotar
a la odiada burocracia sindical y avanzar hacia el triunfo de la clase obrera.
Al tiempo que pusieron toda esta fuerza al servicio de las variantes patronales
como el ARI de Lilita Carrió o el Polo Social del cura Farinello
y para conseguir algunos cargos en el parlamento como lo hizo D'Elía
de la FTV-CTA. Fue así que D'Elía y Alderete de la CCC metieron
a las Asambleas Nacionales piqueteras y sus resoluciones en el "freezer"
en tanto desgastaban a los trabajadores desocupados, a los estatales y docentes
marchando a los cuatro puntos cardinales y debilitando sus fuerzas.
Una elección histórica de
la izquierda: tras centenares de miles de votos quieren ocultar
su capitulación al régimen de
la democracia para ricos
La
altísima votación conseguida por la izquierda no es más
que el reflejo electoral de que centenares de miles de trabajadores y jóvenes
han iniciado un curso de repudio y ruptura con los partidos patronales como
la Alianza y el PJ; es decir es un voto de clase que expresa el giro de
derecha a izquierda y la predisposición a la lucha de amplias capas
de trabajadores. Es expresión de la situación revolucionaria
abierta en nuestro país y de amplios sectores obreros y populares
que se han puesto de pie con los paros generales, con miles de piquetes
en todo el país, con centenares de acciones en las calles.
Sin embargo, debemos recordar que las elecciones burguesas y esta "democracia
para ricos" están hechas para estafar a los trabajadores y el
pueblo, esta es su razón de ser; pues detrás de los partidos
patronales que acaparan la mayoría de los votos y todas las instituciones
del régimen, se esconden los verdaderos dueños de la economía
y las riquezas del país: los monopolios y banqueros, las cámaras
empresarias, la traidora burocracia sindical y el FMI; luego del escrutinio
quienes se reservan las grandes decisiones son estos explotadores según
sus respectivos negocios. Por eso decimos que el resultado electoral no
es más que un reflejo distorsionado de la relación de fuerzas
que hay entre las clases en un momento dado, las elecciones en si mismas
no definen esta relación de fuerzas entre las clases, esto solo se
puede definir en la lucha de clases en las calles.
Para los marxistas revolucionarios la democracia burguesa no es más
que la mejor "envoltura" de la dictadura del capital. Como explica
Lenin: "todo Estado en el que existe la propiedad privada de la tierra
y los medios de producción, en el que domina el capital, por democrático
que sea, es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas
para el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio
universal, la Asamblea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma,
una especie de pagaré, que no cambia la esencia del asunto"
("Conferencia sobre el Estado").
Pero a diferencia de los "votoblanquistas" del PTP-PCR o las corrientes
del "No Voto" (MTR, MTD, etc.), cretinistas antiparlamentarios
que -con la excusa del carácter burgués de las elecciones
y el parlamento- se niegan a dar una lucha revolucionaria en el terreno
del enemigo, los marxistas revolucionarios no nos negamos a utilizar las
elecciones y al mismo parlamento como una tribuna revolucionaria, para desarrollar
la lucha extraparlamentaria de las masas. Por otra parte, es útil
recordar que estos votoblanquistas de hoy fueron los que votaron a Menem
y al PJ en una y mil elección en estos años de democracia
burguesa reaccionaria.
Pero tampoco consideramos que sea una obligación de principios participar
siempre, en todo momento o situación, de toda elección que
convoque la burguesía, como lo hace la izquierda electoralista, para
la cual siempre hay que acudir a la cita cuando la burguesía llama
a elecciones.
Es que esta izquierda - cada vez más ligada y disciplinada al régimen-
ha transformado en estrategia lo que para el marxismo revolucionario
es una simple táctica. Liquidan la estrategia revolucionaria
que estableciera la Tercera Internacional en épocas de Lenin y Trotsky
que se levantara contra la Segunda Internacional socialdemócrata
para la cual solo existía el "mundo de la táctica",
totalmente desligada de la lucha estratégica por la dictadura del
proletariado. Así lo definía la Tercera Internacional: "El
centro de gravedad siempre estará en la lucha extraparlamentaria
para la conquista del poder político. Queda claro que la cuestión
general de la dictadura del proletariado y de la lucha de masas por esta
dictadura, no puede compararse a la particular utilización del Parlamento"
("El Partido Comunista y el parlamentarismo" Tesis 19, negritas
nuestras).
Tanto los cretinistas "antiparlamentarios", como los cretinistas
"parlamentarios" rompen con las lecciones centrales que nos legara
la Tercera Internacional y su escuela de estrategia revolucionaria que señala:
"la necesidad de una participación efectiva en las elecciones
y en las asambleas parlamentarias que existan, no se desprende sólo
del reconocimiento de la efectividad de la acción revolucionaria
en el Parlamento. Todo depende aquí de las condiciones específicas
que se den en cada caso. En un momento dado, el abandono del Parlamento
por los comunistas, puede ser necesario. Es así como los bolcheviques
se retiraron del "preparlamento" de Kerenski para torpedearlo,
para convertirlo de golpe en inoperante y para oponerle más claramente
el Soviet de Petrogrado con el propósito de colocarlo a la cabeza
de la insurrección; tal fue el caso de los bolcheviques, cuando trasladaron
el centro de gravedad de los acontecimientos políticos, al Tercer
Congreso de los Soviets. En otras circunstancias puede imponerse el boicot
a las elecciones, cuando se trata de derribar inmediatamente y por la
fuerza, al Estado burgués y sus pandillas. También puede
darse la participación en las elecciones, simultáneamente
con el boicot al Parlamento" ("El Partido Comunista y el parlamentarismo",
Tesis nro. 17, negritas nuestras). Y continúa: "Así,
reconociendo en general la necesidad de participar en las elecciones parlamentarias
y municipales y de trabajar en el Parlamento y en las Municipalidades, el
Partido Comunista debe encarar la cuestión en cada caso concreto,
inspirándose en las características particulares y específicas
de cada situación" (Tesis 18, negritas nuestras).
Y como explicamos más arriba, "las caracteristícas particulares
y específicas" de la situación en Argentina eran para
darle una perspectiva a la Asamblea piquetera de La Matanza (opuesta a la
disolución de la misma que impuso la dirección de la CCC y
el CTA) que no podía ser otra que avanzar a reagrupar al conjunto
de los trabajadores desocupados y ocupados en un congreso nacional. Asamblea
piquetera que se constituyera en una alternativa de dirección y organización
contra la traidora burocracia sindical y tomando en sus manos y transformándose
en caudillo de la lucha contra este odiado régimen infame.
Por supuesto que para nada fue esta la política del MST, del PO,
del MAS, del PTS ni de Zamora. Todos se subordinaron a las direcciones del
stalinismo, del moyanismo y de la CTA, que a su vez pusieron al movimiento
piquetero a los pies de Farinello, la Lilita Carrió y los gobernadores
represores y hambreadores del PJ. Esto es que cuánto más y
más avanzaba el odio de las masas a este maldito régimen infame,
más y más colaboraban las corrientes que se dicen trotskystas
con este régimen decadente.
Desde Democracia Obrera afirmamos que de haber tenido esta política
revolucionaria de participación en las elecciones simultáneamente
con el boicot al Parlamento, una corriente de izquierda revolucionaria hubiera
podido incidir decisivamente sobre los millones de votos bronca que expresaron
en su amplia mayoría ni más ni menos que el rechazo y el desprestigio
de todas las instituciones de este régimen infame. Esa era la posibilidad
de darle a esta expresión impotente de repudio de las masas un verdadero
carácter de clase y revolucionario. Al no hacerlo fueron incapaces,
apoyados en centenares de miles de trabajadores que votaban a la izquierda,
en ser una alternativa real y eficaz a esta bronca generalizada contra el
régimen y sufrieron ellos mismos la misma bronca y repudio.
Pero esta política y acción revolucionaria sólo la
hubiera podido llevar adelante un partido genuinamente revolucionario que
hubiera llamado audazmente a las masas a ligar sus luchas contra el hambre,
el saqueo, la desocupación y el trabajo; sus luchas por imponer un
plan obrero de salida a la crisis y poner en pie a sus organizaciones, como
la Asamblea piquetera, para un enfrentamiento decidido contra el régimen
impulsando y agitando ampliamente la consigna del boicot. Inclusive presentándose
a las elecciones para usarlas como tribuna para imponer ese boicot, para
reagrupar las filas de las vanguardia obrera y denunciar a todas las direcciones
traidoras que lo impedían, para preparar el camino a la huelga general
y la apertura de la revolución argentina.
Y es justamente esta cuestión la que en todos los balances de la
izquierda del régimen está en un verdadero limbo. Todos discuten
si salieron ganadores o perdedores en la interna de los centenares de miles
de votos que consiguió la izquierda, pero todos callan porque con
tanto odio y bronca expresados en el voto nulo, abstención o en el
voto blanco, las corrientes de izquierda no pudieron capitalizar no un millón
trescientos, sino dos o tres millones para reagrupar a amplias capas de
la clase obrera para los combates que se vienen. Este vacío es lo
que lleva a que se rompan los dientes todos los tozudos balances electorales
que realizan los periódicos de la izquierda. Es que pueden expresar
su crecimiento, pero no pueden definir su propia impotencia de poner en
pie una alternativa como decía la III Internacional cuando afirmaba
que "también puede darse la participación en las elecciones
simultáneamente con el boicot al Parlamento..." "el Partido
Comunista debe encarar la cuestión en cada caso concreto..."
y este era uno de esos casos concretos, puesto que en este resultado electoral
se expresó toda la senilidad y crisis del régimen de dominio,
basado en los partidos y en la archireaccionaria constitución del
53, que desde 1983 desmalvinizaron al país, entregaron la nación
y atacaron despiadadamente en una verdadera guerra al conjunto de la clase
obrera y el pueblo.
El "voto bronca": un voto
impotente que expresa
la decadencia y crisis del régimen de dominio y la tardanza en poner
en pie una dirección
revolucionaria de la clase obrera y el pueblo explotado
En su gran mayoría, el voto bronca fue expresión de un amplio
sector de trabajadores y de sectores de clase media arruinados por la crisis
que tenían la legítima aspiración de derrotar al gobierno,
al régimen esclavista y al plan de los banqueros imperialistas. Otros,
con su voto bronca, pretendían presionar para que el gobierno cambiara
su política. Pero todos tenían la ilusión de que podían
lograr su cometido anulando su voto, votando en blanco o directamente no
yendo a votar. Es que como ya vimos, ninguna de las corrientes de izquierda
centristas o bien las stalinistas que llamaron al voto en blanco o nulo
fueron una verdadera alternativa capaz de reagrupar a millones de explotados
con una clara perspectiva de clase y revolucionaria.
Es por ello que el "voto bronca" demostró ser impotente
y no logró expresarse como un verdadero voto de clase y de reagrupamiento
de la vanguardia obrera nacional. Y mucho menos para derrotar al gobierno
y al régimen. Cuestión que ningún voto, ni ningún
sufragio universal del mundo podrá hacer por sí mismo.
Quedó demostrado -y millones de trabajadores hoy lo sufren en carne
propia- que a estos explotadores y esclavistas no se los puede derrotar
votando o no yendo a votar; el voto puede servirnos para ver el estado de
nuestras fuerzas, reagruparlas y avanzar en la construcción de un
estado mayor revolucionario. Porque pese a esa justa aspiración de
millones que intentaron repudiar al gobierno y a sus partidos es necesario
afirmar, en primer lugar, que ese voto no permitió reagrupar a nuestras
fuerzas pues no puso en pie ninguna alternativa de clase para los combates
decisivos que hoy están a punto de librarse. Y en segundo lugar,
debemos decir que solo la lucha en las calles podrá derrotar a la
patronal y los monopolios que tienen a su servicio a los milicos genocidas,
a los perros de presa de la gendarmería y a la policía represora
y asesina como la bonaerense. Ahí están , por si faltaba algún
hecho contundente, el feroz ataque que han largado en una verdadera conspiración
contra el pueblo, los banqueros y la patronal esclavista, al otro día
mismo después de las elecciones.
Porque como explicara Lenin y el marxismo revolucionario "no hay estado,
incluso el más democrático, que no tenga en la constitución
alguna rendija o reserva que asegure a la burguesía la posibilidad
de lanzar la tropa contra los obreros, de declarar el estado de sitio, etc.
'en caso de la alteración del orden' - en realidad, en caso de que
la clase explotada 'altere' su condición de esclava e intente hacer
algo que no sea propio de esclavos" (La revolución proletaria
y el renegado Kautsky). Ya vimos la brutal represión con la que respondió
el gobierno y el régimen a los trabajadores desocupados que en el
norte de Salta salieron a la lucha por "trabajo digno para todos",
es decir, cuando intentaron conducirse no como esclavos: los compañeros
Santillán y Barrios pasaron a engrosar las filas de mártires
obreros junto a Aníbal Verón, Teresa Rodríguez y Víctor
Choque. En tanto las tropas de gendarmería, actuando como un ejército
de ocupación por orden del juez Cornejo, impusieron un régimen
de terror videlista en el departamento de Gral. San Martín.
La clase trabajadora debe comprender - y le va la vida en ello - que solo
se puede derrotar al gobierno, el régimen y sus perros guardianes
con la movilización y la lucha de la clase obrera, con la huelga
general y los piquetes cortando rutas como en Cutral-có, Jujuy y
el norte de Salta, con los trabajadores poniendo en pie sus propios organismos
de autoorganización y democracia directa como los piquetes, las coordinadoras
y los comités de fábrica, y que solo luchando por obtener
todo se puede poner en retirada al frente de la patronal y el imperialismo
y avanzar en imponer una salida obrera y popular a la crisis, no dejando
piedra sobre piedra de este régimen infame y sus instituciones. Y
esto también se lo calló la izquierda, que como el PTS hablaba
de una Argentina capitalista en general, retomando el camino de los socialistas
a la violeta del viejo partido socialista argentino, o el frente PO-MAS
que hablaba de combinar las instituciones burguesas de dominio como la constituyente...
con los piquetes, en un electoralismo desenfrenado. Ni hablar de IU, como
veremos más adelante.
¿Atraso de los obreros o
reformismo de la izquierda
del régimen?
De
nuestra parte está claro -y los hechos así lo demuestran-
que la izquierda de este régimen infame le cubre a cada paso su flanco
izquierdo. Pero esta vez lo hace cuando, producto de las condiciones insoportables
de las masas y de los combates dados por éstas, amplias franjas de
las mismas han iniciado un proceso de derecha a izquierda.
Como explicamos antes, estas corrientes fueron enemigas de tener una política
revolucionaria, de impulsar la lucha por la huelga general, la denuncia
y enfrentamiento abierto a la traidora burocracia sindical, que en boca
de su mayor representante Barrionuevo afirmaba que con un 5% de acciones
de los sindicatos que se merecía el gobierno, éste ya hubiera
caído. La izquierda se calló la boca y se negó a impulsar
el boicot a las elecciones.
Y cuando millones de trabajadores comenzaban a recuperar su conciencia antiimperialista
-como lo demostraron los piqueteros del norte de Salta atacando los intereses
de los monopolios petroleros, o los trabajadores de Aerolíneas con
sus piquetes impidiendo la partida de los vuelos de Iberia- la izquierda
hizo su campaña electoral mientras las bombas del imperialismo yanqui
y los piratas ingleses caían sobre Afganistán sin decir una
palabra, sin utilizar el 1% de los espacios televisivos y radiales, ni en
los miles de afiches y volantes para llamar a los trabajadores y al pueblo
a luchar por la derrota militar del imperialismo anglo-yanqui y el triunfo
de la nación oprimida afgana en la guerra. ¡¡¡Y
después de 40 días de guerra no pusieron ni un pié
en los alrededores de la embajada yanky en Bs. As.!!! Ninguno de ellos públicamente
felicitó la valentía de Hebe de Bonafini -más allá
de que discrepamos total y absolutamente con su programa frente a la guerra-
cuando por TV denunció que los yanquis se habían tragado su
propia medicina, la medicina con la cual regaron al mundo con hambre, represión
y bombazos. Esta posición valiente, antimperialista, contrastó
con el silencio vergonzoso de la izquierda del "Salón de los
Pasos Perdidos".
Sin embargo y a pesar de tanta desesperación por sacar muchos votos
no hemos visto en ningún balance de la izquierda un intento serio
de buscar la verdad. Lo que ocurre es que millones de trabajadores les dieron
la espalda. Si realmente buscaran la verdad, las redacciones de los periódicos
del MST, del PO, del MAS y el PTS deberían escribir que millones
de trabajadores no solo repudiaron al gobierno, al régimen proimprerialista
de los partidos patronales con el "voto bronca" - que si bien
es impotente es una expresión de que amplios sectores de nuestra
clase han girado a la izquierda- sino que también han visto a esta
izquierda como lo que es, una izquierda del régimen incapaz de ponerse
a la cabeza de ninguna acción decidida de clase y por ello fueron
impotentes para constituirse en una verdadera alternativa revolucionaria
a la enorme bronca obrera y popular expresada mayoritariamente en forma
impotente en las últimas elecciones. Pero estos señores sabihondos
nos dirán, con un "alto grado de subjetividad", que el
voto bronca ¡no es un voto de clase! ¡Vaya descubrimiento! Inclusive
que muchos sectores reaccionarios utilizaron al voto en blanco y nulo, no
tenemos dudas. Pero ese no es el problema central señores, porque
ustedes tienen centenares de miles de votos y centenares de puestos en los
sindicatos y en las organizaciones de lucha de las masas y por ello la verdadera
pregunta es, y ustedes bien se la podrían realizar, ¿por qué
esta bronca también les tocó a ustedes?, ¿por qué
de conjunto y ninguna de sus fuerzas pudieron ser una alternativa a esta
bronca que se expresó de forma impotente mayoritariamente en el voto
bronca?
Las redacciones de los periódicos de la izquierda reformista se callan
y prefieren echarle la culpa al "atraso" de las masas ¡que
no rompieron con el PJ!, que "no comprenden" su programa. Esta
es otra de sus agachadas justamente cuando queda claro que las elecciones
dejan ver, aunque distorsionadamente, que la "conciencia" de las
masas ha quedado delante de sus "acciones", en momentos que la
burocracia sindical colocó en una situación de impasse a las
masas. Es decir, se callan y mienten para ocultar que los que estuvieron
por detrás de la conciencia y las acciones de las masas fueron los
"estados mayores" reformistas del MST, PO, MAS y del PTS.
¿Adónde va la izquierda?
Nuevamente las corrientes que
se reivindican del trotskysmo
ponen sobre sus hombros
al stalinismo en crisis
Y
esto está por demás claro, los hechos hablan por sí
mismos. Antes de las elecciones el PO, el MST, el PTS y el MAS permitieron
que el stalinismo con su programa y su política de subordinación
de la vanguardia obrera a la burocracia moyanista y del CTA sea el que controle
la enorme bronca y predisposición a la lucha de la vanguardia obrera
del movimiento de trabajadores ocupados y desocupados, que se expresara
en dos asambleas piqueteras en La Matanza. Es decir, le dieron a la CCC
y al stalinismo la dirección de amplias capas de la clase obrera
en lucha.
Renunciaron luego a tener una táctica electoral revolucionaria y
corrieron presurosos a ver quién se quedaba con los votos del viejo
MAS y del movimiento trotskysta argentino. En esta oportunidad les salió
un competidor, el doctor Luis Zamora.
Durante la campaña electoral el PTS se la pasó haciendo alharaca
de una Argentina anticapitalista en general (¿se acuerdan del morenismo
y de Argentina socialista también en general, de socialismo o miseria
del MAS de fines de los 80 y del 90?) ¡Ni una sola palabra del programa
de acción revolucionario para preparar a la vanguardia para los próximos
combates!. Pero lo que es más vergonzoso, ¡ninguna convocatoria
a realizar ninguna acción contra la agresión imperialista
en Afganistán!. Y cuando terminaron las elecciones nacionales corrieron
presurosos a las elecciones de centros de estudiantes, a sus frentes con
el PTP y al que junto con el PO y el MST llevaron adelante en todas las
elecciones estudiantiles en la UBA, para después de más de
cuarenta días de guerra terminar sacando una marcha cuando la guerra
nacional ya está derrotada. Eso sí, dirigida por la corriente
estudiantil del PTP y si no... nada.
El PO luego de las elecciones acuerda con la CCC la convocatoria a la asamblea
piquetera de La Matanza ¡PARA DICIEMBRE! en momentos en que se descarga
el peor ataque a la clase obrera y a la nación, cuando el golpe económico
ya está aquí, cuando roban el salario, el aguinaldo, los Planes
Trabajar y todos los convenios a la clase obrera. Estamos ante una subordinación
vergonzosa de estos impostores del trotskysmo al stalinismo del PCR-PTP
y los desechos del viejo PC. Es que ninguno, PO, PTS, MST, MAS, que han
salido objetivamente fortalecidos de las elecciones, han llamado a poner
todas sus fuerzas al servicio de que se reúna ya la asamblea piquetera
para abrir un camino de lucha de la clase obrera argentina, que la saque
del impasse que le impuso sus direcciones traidoras.
Y como no podía ser de otra manera, terminaron todos con Patricio
Etchegaray encabezando una marcha para presionar al parlamento, como si
esta cueva de bandidos fuera precionable, para que "no se pague la
deuda externa y no se aplique el plan de hambre". ¡Que vergüenza!
Hay que presionar al parlamento y no organizar centenares de asambleas y
piquetes para imponer que se reúna la asamblea piquetera de Matanza
a pesar y en contra de la política del stalinismo y el CTA que la
puso a los pies del régimen infame.
¡Que vergüenza!, ¿podrá indicarnos el PTS qué
tuvo que ver su campaña electoral de una Argentina anticapitalista
en general con la lucha de los obreros de Zanón que hoy aislados
enfrentan el cierre de su fábrica?, ¿por qué no utilizaron
los espacios de la campaña electoral para denunciar a la CCC y a
la CTA que habían disuelto la asamblea piquetera y dejaban aislada
a la vanguardia combativa en todo el país y expuesta a los ataques
de los capitalistas?
¡Que vergüenza!, corrientes que se dicen trotskystas subordinando
su política contra la guerra de agresión imperialista en Afganistán
a sus frentes con el stalinismo en las elecciones de los centros de la UBA.
¿Qué dirán ahora? ¡Que en Argentina no hubo una
sola marcha antimperialista cuando la izquierda sacó casi un millón
y medio de votos! Crisis de subjetividad, atraso de los obreros o sumisión
de los impostores del trotskysmo, usurpadores de sus banderas, aliados al
stalinismo que ata a la vanguardia a la burocracia sindical y esta a los
partidos del régimen infame.
¿Por qué esta subordinación al stalinismo? Porque están
todos preparando un frente de colaboración de clases para las elecciones
del 2003 y en él tienen que estar los padres de la criatura. ¿Denunciar
a Fidel Castro por inundar de banderas yanquis las calles de La Habana en
solidaridad con Bush? NO, eso es sectarismo de los trotskystas. ¿Luchar
por un reagrupamiento independiente de la vanguardia con un programa revolucionario
para derrotar a la burocracia sindical y reabrir el camino a la huelga general
enfrentando abiertamente al PTP que la sostiene? NO, eso no es táctico,
es divisionista, es sectarismo. ¿Hablar como hace el PTS de socialismo
o miseria y Argentina anticapitalista y denunciar a los dirigentes traidores
neostalinistas, anarquistas, verdes, humanistas y de Greenspace que expropiaron
el movimiento revolucionario de Seattle y Génova y terminaron en
plena guerra mientras se hundía Afganistán por los bombazos
discutiendo la suerte de las ballenas en Qatar? NO, eso es sectario.
No compañeros, todas estas son adaptaciones y capitulaciones que
llevan y llevarán a capitulaciones mayores y que luego se transformarán
en traiciones abiertas y en la degeneración completa de los movimientos
que se dicen revolucionarios.
Para la LOI (CI) la lucha por poner en pie al trotskysmo argentino, como
base de la construcción de un partido revolucionario de vanguardia
que la clase obrera necesita, es inseparable de derrotar a los pablistas,
hoy sirvientes del stalinismo en crisis y decadente, como parte del combate
por regenerar y refundar la IV Internacional luchando por un reagrupamiento
del trotskysmo principista.
Las lecciones de la guerra y de la revolución y la contrarrevolución
mundial, el combate contra el pablismo en nuestros respectivos países
es el camino para poner en pie un Kienthal y un Zimmerwald que reagrupe
al trotskysmo principista y ponga en retirada a los usurpadores de las limpias
banderas de la IV Internacional.
Comité Redactor de Democracia Obrera
"La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores
mismos"
"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"