Año 1 Nro. 6 - 23 de Noviembre de 2001
movimiento obrero
Salta:
El régimen logró un triunfo
volver a poner en pie las instituciones burguesas reaccionarias
que los heroicos piqueteros y el pueblo trabajador destruyeron con su lucha
Cualquiera
que haya estado en General Mosconi habrá visto la Municipalidad quemada
como un símbolo de la bronca y el odio de los trabajadores y el pueblo
a las instituciones del régimen de los partidos patronales; y cualquiera
que haya estado en la Plaza del Aguante, sabe que los trabajadores y el
pueblo usaban los restos de la municipalidad como baño público.
Pues bien, luego de sucesivas traiciones tanto de la burocracia sindical
a nivel nacional y de las direcciones oportunistas locales, el régimen
pudo volver a poner en pie los municipios que los heroicos piqueteros habían
reducido a cenizas en Tartagal y Mosconi en el Departamento de General San
Martín, con sus intendentes y sus consejos deliberantes, lo que es
sin duda un triunfo patronal, aunque coyuntural, del gobierno de De La Rúa,
Romero y este régimen de la democracia de los monopolios, que deberán
llevar hasta el final cortando los planes trabajar y los microemprendimientos,
junto a la baja generalizada de los salarios de los trabajadores estatales
y privados, con despidos y más desocupación.
Los monopolios respiran aliviados y se congratulan de tener como nuevo intendente
de General Mosconi al que fuera interventor en los tiempos de la dictadura,
el genocida Karanicola. Envalentonado -después de recuperar sus instituciones
reaccionarias tras las elecciones- el régimen de los monopolios ahora
va por la UTD para que no queden ni rastros de los organismos que los trabajadores
pusieron en pie con la lucha, como sus heroicos piquetes, sus asambleas,
sus coordinadoras y congresos departamentales, etc.
Se vuelve imprescindible entonces, para preparase para los próximos
combates, sacar las lecciones de las luchas dadas y comprender porqué
después de tanto heroísmo obrero el gobierno pudo obtener
este triunfo. No fue por la inteligencia o la fortaleza de la patronal que
estos esclavistas pueden alzarse con un triunfo, sino por las traiciones
de todas las alas de la burocracia sindical y el rol canallesco de quintacolumna
jugado, una vez más, por el stalinismo. De la mano de la CCC y la
dirección de la UTD -con su política de colaboración
de clases- cerraron el camino para el desarrollo del doble poder hacia el
poder obrero expropiando la lucha, transformando el heroísmo de los
piqueteros del norte de Salta -que atacaban la propiedad de los monopolios
imperialistas por trabajo digno para todos, por el reparto de las horas
de trabajo expresado en el programa de los 21 puntos y los organismos de
autodeterminación- en una lucha de presión sobre los gobiernos
nacional y provincial por las migajas de los planes trabajar, los microemprendimientos
y algunos puestos en las petroleras.
Esta vanguardia piquetera que luchó heroicamente - sujeta a múltiples
presiones desde afuera y desde adentro para liquidar la lucha - no pudo
impedir que su dirección encarnada en la directiva de la UTD de Gral.
Mosconi, encabezada por Pepino Fernández y Piquete Ruiz, se fuera
cada vez más hacia la derecha, con su política de presión
sobre el gobierno nacional y provincial por una tajada de las regalías
del saqueo a las riquezas petrolíferas, para que se queden en el
departamento de Gral. San Martín. Estos dirigentes terminaron negociando
por su cuenta las migajas de los planes trabajar y los puestos temporarios
en algunas petroleras, es decir, abandonando el programa obrero de los 21
puntos y terminaron transformándose en un grupo de presión
de las PyMEs, la misma patronal esclavista que en febrero del 2001 le pedía
a gritos al gorila de Romero que reprimiera a los piqueteros que bloqueaban
la refinería de Campo Durán.
Lo más lamentable es que esta política conciliadora de la
dirección reformista ha llevado a que en la actualidad los trabajadores
de Pocitos, Mosconi y Tartagal se encuentren divididos y peleándose
entre sí por los puestos en los Planes Trabajar. No fue entonces
la falta de heroísmo y combatividad de los trabajadores, sino la
política de la dirección reformista el que ha llevado a los
trabajadores del norte de Salta a este callejón sin salida; callejón
del que solo se puede salir retomando el camino de los 21 puntos y volviendo
a poner en pie los organismos de autodeterminación y democracia directa
como los piquetes, las asambleas, las coordinadoras y congresos departamentales.
Por eso afirmamos que - hoy más que nunca - lo que hace falta es
construir una dirección a la altura de la guerra que nos han declarado
los monopolios petroleros y sus políticos a sueldo, es decir, hay
que devolverle a nuestra clase la dirección que se merece, una dirección
revolucionaria. Una vez más se ha demostrado que las causas de las
derrotas de los combates de nuestra clase no hay que buscarlas en el "atraso
de la conciencia" de los trabajadores, "que no entienden",
sino en la política conciliadora de los dirigentes de la lucha que
se arrodillan ante algún sector de los patrones esclavistas entregando
nuestro sacrificio por migajas. Los combates en el norte de Salta no son
la excepción. Por eso nuevamente afirmamos que la clase obrera no
tiene la dirección que se merece.
Desde Democracia Obrera quienes hemos hecho nuestro el programa obrero de
21 puntos de los piqueteros del norte de Salta - cumpliendo con el compromiso
de llevarlo al conjunto del movimiento obrero para completarlo, luchando
por que sea tomado en sus manos por los trabajadores de todo el país
- aportamos estas conclusiones con el objetivo de ayudar a poner de pie
una organización revolucionaria que esté a la altura del combate,
que para nosotros no es distinta de la lucha por regenerar y refundar la
IV Internacional.
Por eso, si ayer defendimos con nuestro propio cuerpo, las instituciones
de doble poder que la vanguardia de nuestra clase puso de pie, hoy consideramos
que es nuestro deber sacar las lecciones revolucionarias, porque es ahí
y en la defensa de ese jalón de poder obrero que han sentado con
su lucha y el programa de los 21 puntos donde se concentra, el sacrificio,
la experiencia y el futuro, que la Santa Alianza patronal pretende hacer
desaparecer. Preparar los próximos combates sacando las lecciones
de los combates dados para no volver a empezar de cero significa también
que nuestros compañeros no habrán caído en vano, su
sangre es nuestra bandera y su lucha nuestro programa.
Ahora -como antes - solo pedimos un lugar en la primera línea y la
posibilidad de debatir democráticamente una salida de fondo para
acabar con este régimen de explotación y opresión.
En este sentido humildemente queremos contribuir con estas conclusiones
para que sean discutidas por la vanguardia obrera de todo el país.
Sabemos que seguramente habrá compañeros que disentirán
con las conclusiones que acá presentamos, desde ya estamos abiertos
a recibir sus críticas y aportes, porque la verdad surge siempre
de dos o más que piensan distinto.
Una Santa Alianza de
los monopolios, los partidos
patronales, la burocracia sindical y la Iglesia para aislar
al movimiento piquetero del norte de Salta e impedir que
se extienda el ejemplo al resto del país y el movimiento obrero se
unifique alrededor
del programa obrero de
los 21 puntos y los organismos
de autodeterminación y
democracia directa
Después
de la derrota de la policía y la gendarmería en la ruta y
en las calles, el 10 de noviembre de 2000, el poder burgués en el
departamento de Gral. San Martín se concentró en su banda
de hombres armados, es decir en la gendarmería y la policía
bajo la batuta de De la Rúa, Romero y el juez Cornejo.
Recuperar las instituciones que los trabajadores habían destruido
con su lucha no fue algo que el régimen patronal pudiera hacer en
un solo acto. Para volver a poner en pie los municipios y demás instituciones
en crisis, las elecciones no bastaban en sí mismas. Es más,
para imponer las mismas elecciones primero tuvieron que destruir los organismos
de doble poder que los piqueteros y el heroico pueblo trabajador habían
puesto en pie con su lucha.
Porque durante el año 2000 los piqueteros del norte de Salta no solo
habían enfrentado y derrotado en las calles la represión policial
y quemado las odiadas instituciones del poder burgués como la Municipalidad
de Mosconi y Tartagal desarticulando las instituciones del estado patronal
en el departamento de general San Martín, sino que fundamentalmente,
habían conquistado organismos superiores para la lucha política
de masas, poniendo en pie verdaderos organismos de autodeterminación
de las masas en lucha y de democracia directa, independientes del estado
y la patronal, como lo fueron sus heroicos piquetes que cortaban la ruta
34 en las narices de las empresas petroleras impidiendo su funcionamiento,
su Coordinadora y sus Congresos departamentales de trabajadores ocupados
y desocupados, levantando el programa obrero de 21 puntos donde consagraron
que para conseguir "trabajo para todos" hay que atacar la propiedad
y los intereses de los monopolios imperialistas que saquean las riquezas
del Departamento de General San Martín y de la nación, exigiendo
la reducción de la jornada laboral para que los trabajadores desocupados
entraran a trabajar. De esta manera, tomando la resolución de sus
problemas en sus propias manos, demostrando que para conseguir la más
mínima conquista la clase obrera debe luchar por todo, haciendo piquetes
comunes de trabajadores ocupados y desocupados como en la refinería
y la planta de bombeo de Campo Durán, los piqueteros del norte de
Salta mostraban cómo unir las filas obreras divididas por el accionar
de la burocracia sindical y cual era el camino a seguir por los trabajadores
de todo el país.
Y así, de la misma forma, como tomaban la resolución de los
problemas en sus propias manos, estuvo planteado que los trabajadores con
sus organizaciones de autodeterminación y de democracia directa tomaran
todo el poder en sus manos e impusieran una comuna obrera en el Departamento
de General San Martín, lo que hubiera significado un punto de apoyo
cualitativamente superior y una palanca monumental para desarrollar y extender
la lucha y para organizar al movimiento obrero a nivel nacional para echar
a patadas a la burocracia sindical y abrir el camino a la huelga general.
Aislamiento, represión y política de colaboración
de clases
de la dirección
Era
precisamente el terror a que el ejemplo de los piqueteros salteños
con sus organismos se extendiera y se desarrollara a nivel nacional, lo
que llevó al gobierno y al régimen a descargar toda una andanada
de medidas para liquidar el doble poder que incipientemente se había
puesto de pie en el Departamento de General San Martín y que no quedaran
ni rastros del mismo: "Terminar con la Argentina piquetera" era
la consigna de la Santa Alianza del gobierno, los grandes monopolios, los
banqueros usureros, la patronal esclavista, los partidos patronales como
el PJ y la Alianza, la burocracia sindical y la Iglesia.
Como ya explicamos desde Democracia Obrera, buscaban por todos los medios
aislar a los piqueteros del norte de Salta para "evitar que los trabajadores
del Gran Buenos Aires dejaran de cortar rutas reclamando bolsas de comida
y Planes Trabajar por $ 120 y siguiendo su ejemplo, fueran a las puertas
de la Mercedes Benz, a las oficinas de la Telefónica, de Repsol YPF,
de los bancos como el City Bank, el Banco Francés-BBV, y atacaran
los intereses de los monopolios imperialistas y la gran patronal e impusieran
trabajo para todos con salarios dignos" (DO nro. 3, 30/05/01).
La burguesía era consciente que en el resto del país se desarrollaba
una situación revolucionaria, de la cual el norte de Salta era el
punto más alto. Por eso mismo sabía que era inevitable que
se desarrollara la tendencia que empujaba hacia la unidad del movimiento
piquetero a nivel nacional y que llevara a la unidad con los trabajadores
ocupados. Por ello la patronal desató la santa cruzada para impedir
que ese movimiento piquetero a nivel nacional se unificara con los ocupados
alrededor del programa obrero de los 21 puntos y con la democracia obrera
y los organismos de autodeterminación que los trabajadores habían
conquistado con su lucha.
Aislados producto de la traición de la burocracia sindical de las
CGTs y la CTA, reprimidos por la gendarmería en Tartagal, con Pepe
Barraza, Rainieri y Gil detenidos, con Pepino Fernández, Piquete
Ruiz y decenas de anónimos compañeros perseguidos por la justicia
patronal y con las tropas de gendarmería rodeando a los últimos
piquetes que en Mosconi cortaban la ruta 34, los piqueteros y la UTD de
General Mosconi realizaron un llamamiento urgente a un Encuentro Nacional
de Trabajadores ocupados y desocupados para el 17 de junio, en un intento
desesperado de romper el aislamiento, unificar su lucha con esa otra gran
lucha antiimperialista como era la de los trabajadores de Aerolíneas
y con la del resto de los trabajadores ocupados y desocupados del país,
convocando por fax a la Asociación de Personal Aeronáutico
de Ariel Basteiro, a la CTA, a la CCC del Perro Santillán y numerosas
organizaciones de trabajadores ocupados y desocupados. Estas faltaron a
la cita dejando solos a los piqueteros frente a la represión de la
gendarmería. Solo algunos delegados docentes del Suteba Matanza miembros
de Democracia Obrera y el compañero Roberto Martino del MTR respondieron
al llamado de los piqueteros. La burocracia sindical en todas sus alas se
había encargado así de dejar aislados a los piqueteros y el
heroico pueblo trabajador del Departamento de General San Martín
para que De la Rúa, Romero y el juez Cornejo desataran la brutal
represión de la Gendarmería del 17 de junio del 2000 que le
costara la vida a los compañeros Barrios y Santillán, impidiendo
la realización del Encuentro.
Esta derrota en las calles a manos de la gendarmería y el aislamiento
logró hacer retroceder a los piquetes y que el movimiento quedara
a la defensiva resistiendo en la Plaza del Aguante; con las tropas de Gendarmería
sitiando a Mosconi y actuando como un verdadero ejército de ocupación,
el juez Cornejo y el gobernador Romero instalaron un verdadero régimen
de terror videlista en el Departamento de General San Martín.
Mientras esto sucedía, todas las alas de la burocracia sindical -con
la complicidad de toda la izquierda electoralista y oportunista- se encargaban
de profundizar el aislamiento para que los organismos de doble poder fueran
liquidados. Así, 72 horas después, cuando la gendarmería
lograba entrar en General Mosconi y efectuaba una verdadera "cacería"
persiguiendo a los piqueteros casa por casa, la burocracia sindical de las
CGTs, la CTA y la CCC se negaron a llamar a un paro nacional contra la represión
y en solidaridad con los piqueteros de General Mosconi.
La izquierda oportunista seguía los pasos de la burocracia sindical
de la CTA y la CCC y también dejaba aislados a los piqueteros del
norte de Salta. Jorge Altamira (PO), Patricio Echegaray (PC) y Vilma Ripoll
(MST) se negaron a poner su inmunidad parlamentaria y sus bancas al servicio
de romper el cerco de la Gendarmería, y se pusieron de rodillas ante
los diputados patronales del Frepaso y la burocracia sindical de la CTA
y la CCC en el "Salón de los Pasos Perdidos" del Congreso,
rindiendo pleitesía a esta democracia para ricos del hambre, la desocupación
y la entrega. en definitiva, todas estas corrientes de izquierda terminaron
diciendo "yo no fui" en vez de denunciar la traición de
la burocracia y exigir un paro nacional en solidaridad con los heroicos
piqueteros que resistían la represión. Así el legislador
Altamira del PO se dedicó a contestar las acusaciones de Romero reiterando
que "jamás he estado en Mosconi" y a exigir a gritos "elecciones
inmediatas en Mosconi y Tartagal".
Solo Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo junto a Democracia Obrera
respondieron al llamado desesperado de los piqueteros y el pueblo trabajador
de General Mosconi, viajando hasta allí y organizando una movilización
que junto a cientos de trabajadores marcharon desde la plaza hasta la ruta
expulsando a la gendarmería, y que permitió que los compañeros
perseguidos pudieran salir de donde estaban escondidos y montar la Plaza
del Aguante.
La vanguardia piquetera del norte de Salta en la resistencia
Ya
en franca resistencia, desde la Plaza del Aguante, los piqueteros hicieron
un nuevo intento de romper el aislamiento y de coordinar sus luchas con
la del resto de los trabajadores desocupados que en La Matanza y el resto
del país cortaban rutas, convocando al Cabildo Abierto "La Otra
Argentina" para el 9 de julio del 2000. Las corrientes de izquierda
se negaron una vez más a poner todo el peso de las organizaciones
obreras que dirigen al servicio de llenar la Plaza del Aguante de delegados
de las organizaciones obreras y de los trabajadores desocupados, para poner
en pie una mesa coordinadora nacional que unificara todas la luchas. Así
el PO mandó una pequeñísima delegación en la
que brillaban por su ausencia los 400 delegados que habían concurrido
al Encuentro que el Polo Obrero y la CGT San Lorenzo habían convocado
en dicha ciudad. Lo mismo hizo el PTS: del Sindicato de Obrero y Empleados
Ceramistas de Neuquén que ellos co-dirigen, asistieron solo dos miembros
de su comisión directiva -sin mandato de asamblea- a invitar al encuentro
obrero que estaban organizando en Neuquén para... ¡el 4 de
agosto! ¡Y esto se lo decían a los piqueteros que estaban cercados
por las tropas de gendarmería, con sus dirigentes presos y perseguidos!
¡Nunca vimos tanto reformismo en el movimiento marxista!. La seccional
oeste de la Unión Ferroviaria del FF.CC. Sarmiento -que dirige el
"Pollo" Sobrero del MST- ni siquiera concurrió. Los legisladores
del PO, el PC y el MST se negaron a trasladarse y poner a funcionar sus
bancas desde la Plaza del Aguante.
Todas las corrientes de la izquierda reformista se negaron a luchar por
un reagrupamiento revolucionario de la vanguardia, para pelear por darle
al heroico movimiento de trabajadores desocupados la dirección que
se merecen. Porque estaba planteado quién moldeaba a ese enorme movimiento
piquetero que a nivel nacional buscaba centralizarse y coordinarse, si el
programa obrero de los 21 puntos y los organismos de democracia directa
y autoorganización de las masas en lucha, o el programa reformista
y de colaboración de clases de la CCC y la FTV-CTA. Y este no es
un problema menor o circunstancial. Porque lo que está en discusión
es qué programa y qué dirección va a tener a su frente
el movimiento de trabajadores desocupados en Argentina, que fuera abandonado
a su suerte por la burocracia sindical y que irrumpiera en la vida política
nacional en los años 94 y 95 con sus jalones de lucha y poder obrero
en Cutral Có y Jujuy: si la política de colaboración
de clases de la CCC y la CTA o los heroicos piqueteros del norte de Salta
con su programa obrero de los 21 puntos y sus organismos de autodeterminación
como sus piquetes, asambleas, coordinadoras y congresos de trabajadores
ocupados y desocupados.
La dirección de la CTA y la CCC buscaban impedir que los desocupados
avanzaran por el camino que marcaban el programa obrero de los 21 puntos
y los organismos de autodeterminación. Con su política de
"multisectoriales" -y utilizando el poder que les daba el control
de los Planes Trabajar negociados con los intendentes radicales, peronistas
y frepasistas- buscaban liquidar el reagrupamiento de los trabajadores desocupados
por el camino de la independencia de clase y del poder obrero. La estrategia
del CTA era poner a esta heroica lucha a los pies de los políticos
patronales y su "frente contra la pobreza". Para eso es que sus
socios de la CCC se hicieron presente el 9 de julio en Mosconi, y lógicamente
se opusieron a "formar una mesa Coordinadora nacional y a colocar una
'Carpa del Aguante' en Plaza Congreso en Buenos Aires, con delegaciones
de piqueteros y demás organizaciones luchadoras" como finalmente
resolvió ese Cabildo Abierto.
Al mismo tiempo, y pese a ser parte de los convocantes como dirigente de
la UTD de Mosconi, el compañero Pepino Fernández no intervino
en el congreso y el compañero Piquete Ruiz lo hizo para reivindicar
una vez más "su orgullo de ser mosconense", fomentando
así la ilusión de que la solución a los problemas del
pueblo trabajador podían resolverse desde Mosconi y el Departamento
de General San Martín, cuando estaba y está a la vista que
ningún sector puede salvarse solo en esta brutal crisis económica
y social, más si se tiene en cuenta el total aislamiento al que la
burocracia sindical y el cerco de la gendarmería imponía a
los trabajadores en la Plaza del Aguante, último vestigio del poder
obrero en el norte de Salta. Por eso se negaron a luchar dentro del mismo
Departamento de General San Martín por volver a poner en pie nuevamente
la Coordinadora Departamental para romper el aislamiento, ya que la Plaza
del Aguante solo podía sobrevivir si se retomaba el camino del 1er
y 2do Congreso de Trabajadores y Desocupados del norte de Salta y en la
plaza misma de Mosconi se constituía un nuevo Congreso de trabajadores
ocupados y desocupados.
El encuentro por la Coordinación de la Zona Sur desconoce a
la delegación de la Plaza del Aguante y se niega a coordinar
e intervenir como un polo
en la Primera Asamblea Nacional Piquetera de La Matanza,
entregándole la dirección a D'Elía (FTV-CTA) y Alderete
(CCC)
sin dar pelea
Así
de conjunto todos jugaron su rol para impedir que surja una alternativa
de dirección a nivel nacional expresada en una mesa coordinadora
nacional que enfrentara a la burocracia sindical. También los compañeros
de los distintos MTD y MTR de la zona sur que venían de protagonizar
una gran acción solidaria con los piqueteros de General Mosconi cortando
los accesos a la Capital Federal, y que habían asistido el 9 de julio
a Mosconi, se enfrascaron en una lucha con la FTV-CTA y con la CCC alrededor
de los métodos de lucha y no de que programa hacía falta levantar
para triunfar. Esta brecha es la que aprovechó el estado burgués
para reprimir a los compañeros del MTR.
Lamentablemente, los compañeros dirigentes de los MTD de zona sur
y del MTR en dos Plenarios realizados en la Escuela de Música Popular
de Avellaneda no solo rechazaron la propuesta que hiciera la delegación
que vino desde la Plaza del Aguante sino que directamente desconocieron
su autoridad. Esta actitud divisionista de los sectores más duros
dentro del movimiento piquetero contó con la solidaridad de los compañeros
Pepino Fernández y Piquete Ruiz quienes pisoteando las resoluciones
del Cabildo Abierto del 9 de Julio, enviaron un fax a la ciudad de Avellaneda
desconociendo a los compañeros que habían viajado a Buenos
Aires a cumplir con las resoluciones, quienes día a día rendían
cuentas a la Plaza del Aguante y en particular a los dirigentes de la UTD
de Mosconi. Esta actitud desleal llevó a que los compañeros
de la delegación volvieran a Salta de inmediato. Y no podía
ser de otra forma porque Pepino y Piquete habían enviado a Buenos
Aires su propia "delegación" a negociar a espaldas de los
trabajadores y de las resoluciones del Cabildo Abierto del 9 de julio, a
entrevistarse en secreto con el gobierno represor de De la Rúa, Juampi
Cafiero y la Bullrich. Desde ya que estaban en su derecho, pero su obligación
era hacerlo de frente y en franca oposición a las resoluciones del
Cabildo del 9 de Julio que resolvió no negociar hasta que liberen
a todos los luchadores presos y se retire la gendarmería del departamento
San Martín.
Los dirigentes de los MTD y MTR de la zona sur eran conscientes de todas
estas negociaciones porque fueron el puente para conseguir las entrevistas
con los ministros de De La Rúa.
Pero esto no es lo más grave, en última instancia estaban
en su derecho, siempre y cuando se diga de frente. La gravedad de todos
estos acontecimientos se concentran en que los dirigentes de la Zona Sur
tanto del MTD y MTR se negaron a intervenir en forma unificada - junto a
la delegación que para eso había viajado desde Mosconi hasta
Bs. As. - en la Primera Asamblea Nacional Piquetera que convocaban la FTV-CTA
y la CCC para el 24 de julio, donde a pesar de las agachadas y las puñaladas
por la espalda el movimiento piquetero pudo en las asambleas de La Matanza
centralizarse y coordinarse, echar a Moyano al grito de "se va acabar
la burocracia sindical" y votar un plan de lucha con jornadas nacionales
con cortes de ruta en todo el país. Al no existir ningún polo
por izquierda que garantizara su aplicación, los dirigentes de la
FTV-CTA y la CCC se encargaron de desconocer ese mandato, transformando
los cortes de ruta en cortes pacíficos dejando caminos alternativos,
haciendo subir a los palcos de los actos piqueteros a los diputados de los
partidos patronales que los piqueteros habían echado de La Matanza.
Lamentablemente la dirección del MTR terminó pagando en carne
propia su política oportunista, ya que al debilitar a la vanguardia
piquetera del norte de Salta, fortalecía al ala de D'Elía
y Alderete que aprovechaba para lanzar su ataque provocador a la honesta
dirección del MTR. Lamentablemente, la dirección del MTR demostró
así estar en contra de la unidad de los trabajadores ocupados con
los desocupados -a los que no consideran parte de la clase obrera sino como
"excluídos"- y terminaron aislando a su propia base cuando
quedaba claro que era cuestión de vida o muerte la unidad entre ocupados
y desocupados para triunfar.
De lo que se trataba era de poner de pie un bloque para defender el programa
obrero de los 21 puntos de los piqueteros del norte de Salta, contra el
programa de colaboración de clases de la CTA y la CCC. La dirección
de los MTD y MTR que fueron a la I Asamblea Piquetera no presentaron batalla.
De esa forma y en varios actos colaboraban una vez más para que D'
Elía y Alderete se reubicaran y se hicieran de la dirección
del Movimiento Nacional Piquetero que acababa de nacer después de
tanto sacrificio. Esta política ayudó a que la FTV-CTA y la
CCC impusieran su política de colaboración de clases. Así,
mientras se realizaba la Primera Asamblea Piquetera en La Matanza, en momentos
en que la coordinación por la que tanto lucharon los piqueteros del
norte de Salta empezaba a darse a nivel nacional, la CCC y la CTA dejaba
que esta heroica vanguardia continuara aislada por la gendarmería,
con presos y pedidos de captura por la justicia patronal.
Todas las corrientes de
la izquierda oportunista sostienen sobre sus hombros al stalinismo
Una
vez más contaron con la complicidad de la izquierda oportunista que
como el PO, el MST y el PTS le dejaron la representación de los trabajadores
ocupados a De Gennaro y el CTA en las dos asambleas piqueteras (Altamira
actuó en la primer asamblea del 24 de julio como un asesor de izquierda
de De Gennaro y Moyano). Así, con las manos libres, la CCC y la CTA
pusieron al movimiento piquetero a los pies de las variantes patronales
como el ARI de Lilita Carrió y el Polo Social del cura Farinello;
llamaron a una "marcha contra la pobreza" para desgastar las enormes
energías de los trabajadores desocupados caminando a los cuatro puntos
cardinales del país, cerrando así el camino para derrotar
a la burocracia sindical de Moyano y Daer e imponer la huelga general y
el boicot a las elecciones fraudulentas que abría el camino a la
revolución argentina. Ayudaron así a que el régimen
de los partidos patronales montara la trampa electoral con la que contuvieron
a las masas.
Pese al aislamiento y a las mil y una traiciones de la CTA y la CCC, no
pudieron impedir que en las asambleas piqueteras de La Matanza se expresara
la vanguardia que quería derrotar a la burocracia sindical y que
echaron a Moyano al grito de "se va acabar la burocracia sindical"
y que fuera coreado incluso por sectores del propia base de la CCC y la
CTA.
Y una vez más, en el momento decisivo, cuando las papas queman, el
compañero Martino, dirigente del MTR -que tuvo una destacada actuación
en la segunda asamblea piquetera- nuevamente sumó otro gravísimo
error al unificar su moción que apuntaba a la defensa del programa
obrero de los 21 puntos- con la moción de la FTV-CTA y la CCC, que
eran totalmente opuestas, y luego de ello se negó lamentablemente
a reagrupar y coordinar al "ala dura" del movimiento piquetero
para disputarle la dirección a D'Elía y Alderete.
Toda la izquierda oportunista comenzando por el PO y seguido de cerca por
el MST y el PTS fueron los cómplices de esta política que
en última instancia desde adentro del movimiento piquetero desarticuló
una y otra vez la energía de los trabajadores que se orientaban en
un ángulo de 180° con el de la dirección.
Por ello al imponerse la política de colaboración de clases
de D'Elía y Alderete, con acciones bonachonas y un largo "plan
de lucha" para agotar las enormes energías de la clase obrera
que se había puesto de pie, comenzaron a verse las dramáticas
consecuencias. Esta política terminó empujando a sectores
de trabajadores desocupados, que ya no podían esperar más,
a la desesperación y a emprender acciones aisladas de las masas,
como ocurrió con los compañeros de la UTD de Pocitos, que
desesperados por no tener nada para darle de comer a sus familias, abandonaron
el costado de la ruta y marcharon a la municipalidad, donde fueron víctimas
de la encerrona del intendente, la policía provincial y la gendarmería
que los reprimió y encarceló, cobrándose nuevos rehenes
obreros y asestándole un durísmo golpe a la UTD de Pocitos,
o como ocurriera con los compañeros del MTR que fueron encarcelados
tras ocupar el Ministerio de Trabajo en la ciudad de La Plata.
Como puede comprobarse, fue este proceso combinado de aislamiento, represión,
engaño, chantaje (recordemos que de la mano de la Iglesia, se lo
pudo ver al ex ministro Juampi Cafiero llegar entre gallos y medianoche
a Mosconi para ofrecer "microemprendimientos" como quien ofrece
espejitos de colores, para chantajear con que si la Plaza del Aguante no
aceptaba la limosna que él ofrecía y firmaba la rendición
"se venía más represión"), y la política
de colaboración de clases de la CTA, CCC, la propia dirección
de la UTD Mosconi, y los dirigentes de los MTR-MTD de zona sur, sostenidos
por "izquierda" por la política de las direcciones del
PO, el MST y el PTS lo que llevó a que los organismos de poder obrero
fueran liquidados.
Solo sobre esta base pudieron al final imponer en el norte de Salta la trampa
electoral y recomponer las instituciones del régimen que los trabajadores
habían destruido con su lucha.
Comité Redactor de Democracia Obrera
"La liberación de los trabajadores será obra de los trabajadores
mismos"
"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"