Año 1 Nro. 4 - 17 de Agosto de 2001
movimiento obrero
Abajo
la burocrácia sindical
Por
la independencia de los sindicatos y de las organizaciones de desocupados,
del Estado burgués, del Ministerio de Trabajo, de los intendentes
y de los partidos patronales
Enormes
fuerzas de la clase obrera se han puesto de pie, en los piquetes, los cortes
de rutas, en las masivas movilizaciones de estatales, etc. El odio a la
burocracia sindical se expresó en el Congreso de La Matanza cuando
Moyano fue echado al grito de "Se va a acabar la burocracia sindical",
y recorre todo el movimiento obrero. Cada vez más, millones de trabajadores
son conscientes de que estos burócratas son los que sostienen al
gobierno, los que entregan las luchas; los responsables de miles de despidos
y suspensiones, de los ritmos infernales de producción en las fábricas
donde, junto a los capataces, aprietan a los compañeros actuando
como verdaderos jefes de personal; los que vienen dejando aislados durante
años a los desocupados, librados a su suerte y a la mendicidad del
estado burgués.
No se trata de dirigentes sindicales "equivocados". La burocracia
es eso, burocracia, es decir, agentes pagos de la patronal que han usurpado
las organizaciones obreras. Son defendidos por estatutos consagrados y avalados
por el estado burgués, que les garantizan sus cargos de por vida,
transformando a los puestos de combate dirigentes del proletariado en una
verdadera carrera sindical.
El ministerio de Trabajo y demás instituciones del estado, que cuando
estos burócratas se ven obligados a ponerse a la cabeza de una lucha
los acusan de "corruptos", son los mismos que les ponen el dinero
en el bolsillo de los más de 3000 millones de dólares de las
obras sociales y del descuento compulsivo de las cuotas sindicales, que
les entregan para que lo administren sin ningún control de sus bases.
La burocratización de las capas superiores del movimiento obrero,
entonces, está íntimamente ligada al control y la subordinación
de las organizaciones obreras por parte del estado burgués. De allí
los métodos gangsteriles y totalitarios de estos burócratas
al interior de las organizaciones obreras, donde actúan como verdaderos
guardicárceles.
Ahí está el ejemplo de Bahía Blanca, donde el burócrata
Vallejos de la UOCRA recuperó el sindicato y el dinero de 2000 planes
Trabajar que le dio el intendente radical de esa ciudad para que controle
y sojuzgue al movimiento de desocupados, y con el que compró a matones
para apalear a los dirigentes obreros y mandarlos al hospital.
La lucha contra esta casta parasitaria, entonces, es inseparable de la lucha
por pan, por trabajo, por terminar con el ataque actual e imponer una salida
obrera a la crisis.
Por ello, los piquetes, las asambleas populares, los comités de lucha,
son los verdaderos organismos de democracia obrera impuestos y conquistados
por la clase obrera en el combate. Por esa razón, los trotskistas
estamos por desarrollarlos y extenderlos y hemos dedicado todo este periódico
a plantear mociones sencillas y concretas, que pueden ser comprendidas fácilmente
y están al alcance de la mano, como lo son poner en pie coordinadoras
zonales y un Congreso Nacional de Trabajadores ocupados y desocupados, donde
todas las organizaciones participen con delegados con mandato, revocables
por la base que los eligió, uno cada cien trabajadores. Es decir,
crear las condiciones para que la clase obrera se saque de encima, con nuevos
organismos de democracia directa para la lucha política de masas,
a la burocracia sindical que somete a la base obrera, que desmoraliza y
divide las luchas, y que cuando se ve obligada a ponerse a la cabeza de
las mismas lo hace para mejor traicionarlas.
A diferencia de la burocracia sindical y de otras corrientes obreras como
el stalinismo y la socialdemocracia, el trotskismo es la única corriente
obrera a nivel mundial que lucha consecuentemente por la autoorganización
de la clase obrera y la democracia directa de los que luchan, y por la independencia
de las organizaciones obreras del estado patronal y sus partidos. Somos
los que nos manifestamos en el movimiento obrero por ¡Fuera el ministerio
de Trabajo y sus conciliaciones obligatorias! ¡Fuera las leyes y estatutos
del estado patronal que condicionan el funcionamiento de las organizaciones
obreras! ¡No al cobro compulsivo de las cuotas sindicales! Que sean
los obreros los que todos los meses le paguen voluntariamente la cuota a
su delegado; y si éste carnerea la lucha, que no se la paguen, y
que lo echen. Estamos por que los dirigentes sindicales, después
de un año en su puesto, vuelvan a trabajar, y mientras tanto, ganen
el salario mínimo de los obreros a los que dicen defender.
LA
BUROCRACIA SINDICAL
Y LAS DIRECCIONES TRAIDORAS SON ENEMIGOS DE LA
AUTORGANIZACIÓN DE
LAS MASAS Y DE LA
DEMOCRACIA OBRERA
Esto
es así porque cuando ésta se impone, la clase obrera vive.
En los organismos de democracia directa, en las coordinadoras, en los cuerpos
de delegados con mandatos revocables, los dirigentes, las organizaciones
y los partidos de la clase obrera son vigilados y controlados por las masas
en lucha, que los pueden elegir y destituir en cualquier momento. En estos
organismos, la clase no sólo puede centralizar su lucha y su experiencia
y unir sus filas, sino también seleccionar a sus direcciones, cambiarlas,
expresar sus verdaderos estados de ánimo.
Es por ello que hicimos nuestro y luchamos por el programa obrero de 21
puntos que en sus distintos Congresos impusieron los piqueteros del norte
de Salta, un programa de democracia obrera por el que las asambleas deben
controlar a los dirigentes y echarlos si traicionan; donde se decidió
que los planes Trabajar no pueden ser motivo de clientelismo político,
ni de la imposición de direcciones que tienen buenas relaciones con
funcionarios, intendentes y gobernadores, y que son obligadas a actuar como
verdaderos patrones de los planes Trabajar, sino que éstos deben
ser administrados, así como todo lo que se consiga con la lucha,
por las asambleas, que son las que deciden. Porque la única garantía
de transparencia y honestidad absoluta es que los trabajadores se organicen
en forma independiente de los patrones y el estado. Y, por el contrario,
todo se corrompe cuando meten sus manos estado y la patronal y sus políticos.
Cuando los dirigentes están atados a los intendentes, los gobernadores,
los diputruchos y a sus favores, terminan siendo empleados de éstos,
ya que, como dice el viejo dicho, "el que paga, manda".
Así vimos cómo lo que son claras diferencias políticas
sobre los métodos de lucha y la perspectiva de la misma, intentaron
dirimirse de forma escandalosa cuando D'Elía y la CCC de La Matanza
tildaron a la dirección del MTR y del MTD de "buchones",
"agentes de los servicios", y otras acusaciones sin ningún
tipo de prueba, que rompieron la unidad del movimiento piquetero, y dejaron
expuestos a los compañeros del MTR -a quienes defendemos ante el
ataque de que fueron objeto, más allá de las discrepancias
profundas, políticas, que se puedan tener y que tenemos con ellos-
para que los golpeara la represión del Estado burgués, y que
hoy tengan 60 compañeros presos.
¿No hubiera sido más sencillo que se dirimieran las diferentes
posiciones que existen entre D'Elía, Alderete y la CCC, y el MTR,
en una asamblea democrática de los delegados con mandato, revocables,
de todo el movimiento desocupado, en la que se discuta y decida, por mayoría
y por minoría, el mejor camino de la lucha y el programa para levantar
en ésta? No lo hacen porque en estas asambleas, cualquier observador
serio se daría cuenta de que los compañeros del MTD y el MTR
se han negado sistemáticamente a realizar una acción centralizada
contra el gobierno nacional, y que su objetivo permanente es golpear y pegar
sobre Ruckauf como gobernador peronista de la provincia de Buenos Aires.
Como también se vería claro que la CCC y D' Elía permanentemente
ignoran que el PJ cogobierna y sostiene a este gobierno maldito del hambre
y la miseria, y guardan también sobre el mismo un silencio atronador.
Una vez detenidos y brutalmente apaleados los compañeros del MTR
de zona sur, al interior mismo de la Coordinadora de zona sur de los distintos
MTD y MTR, empezó entre sus dirigentes un cruce de acusaciones de
"buchón", cuestión que terminó debilitando
y desmoralizando a amplios sectores de los trabajadores, deteniendo el desarrollo
vigoroso que venía teniendo esa Coordinadora -que había hecho
una magnífica acción de solidaridad con Mosconi cortando los
accesos a la Capital, en momentos en que la gendarmería reprimía
violentamente al pueblo del norte de Salta. Así, la participación
de los desocupados de la zona sur en las últimas jornadas de lucha
fue debilísima, atacados como están por el estado burgués,
por la dirección de la mesa del Congreso de La Matanza, y con sus
propios dirigentes divididos entre ellos.
Por ello es necesario que la base imponga la democracia obrera y la independencia
total del estado, de los partidos patronales, del ministerio de trabajo,
de las organizaciones obreras. Por que es la democracia obrera y un programa
que enfrente al conjunto de los enemigos de la clase obrera, los que pueden
impedir que se actúe llevando al movimiento obrero como furgón
de cola de las distintas variantes patronales, y es la única forma,
en última instancia, de garantizar la unidad de las filas obreras,
e impedir que degenere y se debilite las nueva organización de coordinación
nacional que se conquistó del movimiento piquetero y desocupado en
Argentina.
PARA
LUCHAR POR LA
DEMOCRACIA OBRERA HAY QUE TENER UN PROGRAMA
Y UNA ESTRATEGIA DE RUPTURA CON LA BURGUESÍA
Y DE ENFRENTAMIENTO
A LAS DIRECCIONES TRAIDORAS
Es
que tras todo programa o política de colaboración de clases,
de búsqueda de patrones "progresistas", de intendentes
y diputados "democráticos" como los del Frepaso o la Lilita
Carrió, anida la corrupción y la descomposición de
las filas obreras. El capitalismo es un sistema que todo los compra y los
vende: apareció en la escena histórica comprando a los principies
y a los nobles, y en su época de decadencia y para mantener su dominio,
también compra y corrompe a una ínfima minoría de las
capas altas de la clase obrera. Inclusive llegó a comprar y a corromper
a nivel mundial a la burocracia stalinista, como la del PC Chino o el ruso,
que terminaron haciéndose partidos burgueses restauracionistas.
Sus métodos al interior de esos estados fueron la calumnia, la cárcel,
la persecución y hasta el asesinato contra toda corriente obrera
que enfrentara su política. El trotskismo fue la corriente continuadora
del bolchevismo que, contra el Caín Stalin, se levantó al
grito de ¡Abajo la burocracia stalinista con sus privilegios, rangos
y medallas! E inclusive planteó en su programa fundacional que, o
bien el proletariado derrotaba a la burocracia, o bien ésta iba a
terminar por hundir la enorme conquista que significaron los estados obreros.
Esta es una alternativa de hierro que también tiene hoy la clase
obrera argentina que se ha puesto de pie, que ha puesto en pie piquetes,
jalones de organismos de democracia directa, y programas como el de los
21 puntos de los piqueteros del norte de Salta de ruptura con la burguesía
y de ataque a su propiedad. Y digámoslo con claridad: la que ha permitido
tantas derrotas no ha sido ni la fuerza ni la valentía de la patronal
y el gobierno, ni el de Alfonsín, ni el de Menem ni el fantoche de
De la Rúa: ha sido la burocracia sindical comprada por la patronal
y el estado burgués, que ha actuado como verdadero guardiacárcel
y entregador de las luchas de la clase obrera. Y cuando más traiciona
la burocracia, y más debilita a las organizaciones obreras, menos
necesaria se vuelve como agente, y por eso aparecen después los Videla,
los Onganía, los Pinochet que destruyen incluso a las organizaciones
obreras.
La lucha por la democracia obrera es inseparable, entonces, de la lucha
por un programa y una dirección revolucionaria de la clase obrera.
Al servicio de esta lucha ponemos todas nuestras fuerzas quienes conformamos
Democracia Obrera.
Pico
"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"