Año 1 Nro. 6 - 23 de Noviembre de 2001
e d i t o r i a l
Golpe
económico de banqueros, patrones y usureros internacionales. El gobierno,
Cavallo y el PJ lanzan un Nuevo ataque de hambre y saqueo La burocracia
sindical pacta con los enemigos del pueblo Zanón, docentes, estatales cordobeses
y tucumanos, telefónicos, ferroviarios, trabajadores del PAMI, piquetes
de desocupados.
Comenzó la respuesta obrera
¡Reunión de urgencia de la
3º Asamblea Nacional Piquetera de La Matanza!
para unir a los trabajadores ocupados y desocupados e imponer la
HUELGA GENERAL
hasta derrotar y expropiar a los expropiadores del pueblo e imponer un plan
obrero de emergencia.
Mientras
descargan toneladas de bombas en Afganistán y le imponen una derrota
nacional a ese pequeño país oprimido, el imperialismo, los
banqueros, el FMI y sus sirvientes del gobierno de De la Rúa, Cavallo
y el PJ lanzaron un nuevo y feroz ataque contra los trabajadores y el pueblo,
una verdadera guerra para robar el salario familiar y de las jubilaciones,
liquidar hasta de las migajas de los planes Trabajar, imponer decenas de
miles de despidos que se preparan entre los estatales de las provincias
a los que ya les pagan apenas una parte del salario y encima en bonos, liquidar
el aguinaldo en la administración pública, municipalizar la
educación y liquidar la miseria del Incentivo Docente, es decir,
terminar de destruir la educación y también la salud públicas
ya en bancarrota. Mientras, día a día se expulsa del trabajo
a decenas de miles de trabajadores con cierres de fábricas y despidos.
Entre tanto, después de 40 meses de recesión, están
terminando de mandar a la ruina a decenas de miles de pequeños comerciantes
y de pequeños productores del campo endeudados hasta los tuétanos
con los banqueros chupasangre, a los que las inundaciones acaban de liquidar.
Después de cuatro años de recesión, desde diciembre
pasado, Argentina ha entrado en un verdadero marasmo. La crisis del sistema
capitalista semicolonial argentino ya es un punto central en el que se expresa
la crisis económica mundial que desde 1997, de Japón a Rusia,
y de Brasil a Argentina, ya ha golpeado al corazón mismo de la economía
norteamericana.
Como explicamos en recuadro artículo aparte, estamos presenciando
el fin de un modo de acumulación capitalista sostenido por el genocidio
de la dictadura militar de 1976 y sus continuadores desde 1982, los distintos
gobiernos de los partidos patronales y proimperialistas de la archirreaccionaria
Constitución de 1853.
Los usureros internacionales y la gran patronal esclavista, los banqueros
y los tenedores de títulos y de las AFJP han organizado y lanzado
un brutal golpe económico.
Persiguen aterrorizar a la clase obrera con desocupación, disciplinar
a las clases medias endeudadas en dólares con el terror de una hiperinflación,
y asimismo, como el jinete a su caballo, sacan el fuste para disciplinar
a sus partidos para que se unan en una santa cruzada para volver a un ataque
decisivo y superior a lo que hemos visto en años contra la clase
obrera y el pueblo argentino.
La polarización y tensión entre las clases tiende a volverse
insoportable. La catástrofe ya está aquí.
Desde el año 2000, los trabajadores y las masas realizaron más
de seis paros generales, contra tantos otros intentos de ataque del frente
burgués imperialista. En jornadas revolucionarias como en Tartagal
y Mosconi, como las de los obreros del pescado en Mar del Plata, las de
los petroleros de Neuquén, las de los desocupados de La Matanza y
de la zona sur del Gran Buenos Aires y tantas más, la clase obrera
estuvo a la altura de la circunstancias de este descomunal ataque de los
de arriba.
No está en el movimiento de la clase obrera y las masas argentinas
la responsabilidad de que cada vez tengamos un ataque superior. Los responsables
directos de estos ataques cada vez más persistentes y atroces contra
las familias obreras de nuestro país, tienen nombre y apellido: son
los burócratas sindicales de las CGT y el CTA que a cada paso dividen
y desorganizan lo que la clase obrera une y pone en pie en su combate. Son
los únicos responsables de que la patronal y los usureros internacionales
persistan en su ataque antiobrero y antinacional, porque sostienen a este
régimen de explotadores.
Así, dejaron aisladas ante la represión las luchas más
agudas y las jornadas revolucionarias, como en el movimiento de desocupados
de zona sur, de Tartagal y de Mosconi. Llevaron a las organizaciones sindicales
a los pies del PJ y de la patronal esclavista del frente productivo antes
de las elecciones, para crear un dique de contención al ascenso de
masas, mientras los burócratas del CTA apoyados en el stalinismo,
en la CCC y el PTP, disolvieron la Asamblea piquetera y antiburocrática
de La Matanza. Se metieron en las listas de partidos patronales como el
de la Lilita Carrió y el cura Farinello, y así todos juntos
contuvieron la acción de masas, e impidieron el camino al boicot
a las elecciones y a la huelga general que estaba planteado.
Permitieron la trampa electoral; jugaron todas sus fichas a fortalecer a
partidos patronales y proimperialistas, para que hoy la burguesía,
que había quedado paralizada ante la ofensiva de masas en el período
anterior, intente romper el impasse, unificar sus filas, para largar este
nuevo ataque decisivo contra los explotados.
Ellos, los burócratas sindicales, son los que han permitido que un
gobierno y un régimen en crisis cierren filas para atacar hoy a los
trabajadores y al pueblo.
Se reúnen el CEA, la UIA, los banqueros,
la Sociedad Rural, aplaudidos
por la burocracia sindical. Se juramentan
reconstruir la unidad nacional que ayer
le diera plenos poderes a Cavallo y
De la Rúa, para atacar a las masas
En
las elecciones del 14 de octubre se reflejó de forma distorsionada
el proceso profundo de masas en la Argentina. Una enorme fracción
de centenares de miles de trabajadores girando de derecha a izquierda, dándoles
su apoyo a los partidos obreros y de izquierda, mientras el PJ y la Alianza
perdieron millones y millones de votos, y con un repudio generalizado expresado
en un voto bronca a este régimen infame que no pudo canalizarse con
una política de clase pues la burocracia sindical y los mismos partidos
de izquierda que conviven y dependen de este régimen infame, impidieron
el camino al boicot a las elecciones y a la huelga general.
Las consecuencias están aquí: Moyano, en una marcha sacada
entre gallos y medianoche, grita y denuncia el saqueo y el ataque que está
presente. La denuncia es correcta: el ataque ya está aquí.
Pero, ¡fueron el propio Moyano, y la CGT y el CTA, los que llamaron
a apoyar a los mismos partidos y a los mismos gobernadores que hoy largan
el ataque! Fueron él, Daer y Barrionuevo, los que acompañaron
durante meses a los gobernadores del PJ como Ruckauf, Reutemann, De la Sota,
cual lazarillos, para sacar a las masas de la escena. Ahora, Moyano amenaza
con convocar a la "desobediencia civil": ¿y por qué
no lo hizo antes, llamando al boicot a las elecciones y a la huelga general?
Es como la burocracia sindical ubaldinista de principios de los '90, que
prometía el paro general en "el momento oportuno", y siempre
terminan haciendo como Casildo Herrera en los '70: borrándose y dejando
en la estacada a la clase obrera.
Es que son Moyano, Daer, Barrionuevo, De Gennaro y miles de burócratas
pagados con los millones de las obras sociales y el descuento compulsivo
de las cuotas sindicales, los que hacen sostener sobre los hombros y la
miseria de la clase obrera al gobierno y a este régimen infame y
a sus partidos antiobreros y antinacionales.
Esta política, como la de todas las alas de la burocracia sindical,
incluidos De Gennaro y el CTA con sus marchas a los cuatro puntos cardinales
del país, indudablemente le han dado tiempo a la burguesía
en su desconcierto, para intentar volver a reunificar sus filas, como lo
hicieran ayer cuando desde el parlamento le dieran los superpoderes a Cavallo
y De la Rúa. Así, a espaldas del pueblo, conspiran la UIA,
la Sociedad Rural, la Cámara de la Construcción, los banqueros,
definiendo su unidad, la unidad de los explotadores para volver a expropiar
al pueblo.
Ellos, los verdaderos dueños del estado y del poder, lo buscan y
liberan a Menem, para que éste largue su candidatura para el 2003
y para poner al conjunto del PJ tras esa carrera electoral, fortaleciendo
así al gobierno de De la Rúa debilitado y odiado para... que
llegue hasta el 2003, y evitar que termine cayendo a manos de la lucha obrera
y popular y de una división de los partidos del régimen.
Ellos son los que les dan instrucciones a esta justicia patronal y a su
Corte suprema. Es que son todos los jueces de la "servilleta",
pero no de Corach, sino de la patronal esclavista y de los usureros internacionales.
Es este nuevo intento de unidad nacional el que se está estrenando
con el golpe económico, el saqueo de la nación, la hipoteca
de por vida de los impuestos a los usureros internacionales. Se han juramentado,
como explicamos aparte (ver página 6), imponer salarios de $ 200,
dejar millones de estatales cesantes, conseguir una clase trabajadora sin
organizaciones obreras, sin jubilaciones, sin aguinaldo, con millones de
desocupados sin subsidios.
Ellos quieren todo, las reservas y hasta la última gota de la sangre
y el sudor de los trabajadores argentinos. ¡Ese es su grito de guerra,
realizado en reuniones de conspiradores, en citas palaciegas, donde existe
el verdadero poder, es decir, la más feroz dictadura del capital!
Este es el régimen que, a su manera, intentaron repudiar millones
de trabajadores en las últimas elecciones. Pero los resultados están
a la vista, como decimos en el artículo de página 8: a estos
explotadores que controlan las fábricas, el parlamento, la justicia,
se los derrota en las calles, con los piquetes, con las acciones revolucionarias
de masas, con los comités de autodefensa, porque ellos tienen sus
generales genocidas resguardados por los partidos de la entrega, en las
fuerzas armadas, y la gendarmería y sus fuerzas policiales represoras.
Las elecciones han servido tan sólo para eso, para mostrar esta tendencia
a la polarización entre las clases, y de giro a la izquierda y predisposición
a la lucha de millones de trabajadores y explotados. Pero sólo con
la lucha extraparlamentaria de masas terminaremos con este régimen
del oprobio y la entrega para abrir el camino a la revolución obrera
para derrotar a la dictadura del capital e imponer un gobierno de las organizaciones
obreras y populares basado en los organismos de democracia directa de las
masas.
Para reabrir el camino a la huelga general,
para votar un pliego único de reclamos
que toque la propiedad y las ganancias
de los expropiadores, para romper las treguas y derrotar a la burocracia
sindical
que las impone,
¡Que se reúna ya la Asamblea piquetera de La Matanza!
A
pesar de la traidora burocracia sindical, aunque parcialmente y aún
de forma no centralizada, la respuesta obrera ya empezó: piquetes
de los desocupados en Puente Pueyrredón, en Puente La Noria, en puente
Uriburu, puente Avellaneda y en la Gral. Paz dejaron bloqueada a la Capital;
mientras en Rosario cortaron la ruta y se enfrentaron a la represión
de la policía de Reutemann. Los trabajadores de Telecom irrumpieron
con su piquete en la cueva de bandidos de la Bolsa de Comercio y al día
siguiente se movilizaron por las calles contra la rebaja salarial; los ferroviarios
se preparan a parar contra los despidos; en Córdoba se movilizaban
los trabajadores municipales y judiciales. Pararon los docentes en todo
el país, y se movilizaron al grito de "Plan de lucha" y
"Se va a acabar la burocracia sindical". ¡Basta de pelear
separados: hay que centralizar ya la respuesta al ataque feroz que nos han
largado!
La prueba de que esta respuesta obrera empezó, a pesar y en contra
de la burocracia, es que Moyano se la ha pasado todos estos días
brindando en reuniones donde patrones y banqueros discuten como pasar el
ataque, y entre brindis y brindis tiene que salir corriendo a poner la cara
en las marchas, como hizo en la movilización de los trabajadores
telefónicos. Es que la burguesía teme que esta respuesta obrera
que ha empezado se desarrolle y se extienda sin el control de sus agentes
pagos en el movimiento obrero, y por eso los mandan, a Moyano, a Maffei,
a ponerse a la cabeza para controlar.
Se trata de poner de nuevo a la clase obrera y a las masas a una ofensiva
generalizada que la burocracia, con las treguas y pactos, entregó.
Se trata de poner en pie organizaciones de democracia directa y autodeterminación
de las masas, es decir, revolucionarias, que liberen las fuerzas de los
explotados para enfrentar el ataque despiadado y la catástrofe que
ya está aquí.
En la Argentina se ha abierto una situación objetivamente revolucionaria
que puede volverse todo lo opuesto, inclusive, super reaccionaria por el
carácter de la dirección traidora que las masas tienen a su
frente. Se trata de reagrupar las filas obreras para sacarnos de encima
a la burocracia sindical traidora, y abrir el camino para el triunfo de
la lucha política de masas. O la clase obrera tira abajo a la burocracia
sindical traidora y rompe la subordinación de las organizaciones
obreras a la patronal y al estado, o la burocracia terminará por
llevarla a la derrota.
D´Elía, el CTA y la CCC han convocado la Asamblea piquetera
recién para diciembre. ¡Ellos están permitiendo que
el frente de los banqueros y patrones largue este ataque, sin una respuesta
generalizada y centralizada! ¡Ellos no quieren que vuelva a reunirse
esa Asamblea piquetera porque son conscientes de que, cuando lo hizo, el
grito de guerra inclusive de sus propias bases fue "Fuera la burocracia
sindical, fuera los políticos patronales de los palcos", "piquetes
contundentes" y no simbólicos con pasos alternativos; "unidad
de ocupados y desocupados", "Congreso con un delegado cada 20
trabajadores ocupados y desocupados", como votó la última
Asamblea piquetera! Ellos también son parte de la tregua antiobrera
y están desconociendo el mandato de la Asamblea del 4 de septiembre
que había votado nueva convocatoria, aunque tardía, para el
mes de octubre.
Por eso, sin convocar a la Asamblea piquetera, De Gennaro, D´Elía
y Alderete hicieron una "acción simbólica" entrando
al Ministerio de Economía, una acción que no molesta a nadie,
mientras dejan paralizadas las enormes energías de los trabajadores.
¡Cómo no van a actuar así los dirigentes del CTA que
son los que están permitiendo el hambre, el pago en bonos a centenares
de miles de docentes del país, dejando aislados a los estatales que
son atacados! Amenazan con una acción totalmente simbólica
como poner de nuevo la Carpa Blanca "de sorpresa", pero se niegan
a convocar a un Congreso de delegados de base para organizar una lucha docene
unificada a nivel nacional. ¡Son una verdadera quintacolumna dentro
de las filas obreras! Por eso los docentes gritan con odio y justa razón:
"Fuera Yasky traidor", "Se va a acabar la burocracia sindical".
Desde las asambleas del movimiento de desocupados, de los trabajadores de
Telecom y FOETRA Capital, de los docentes que enfrentan a la burocracia
de Yasky y Maffei, desde las heroicas y durísimas luchas que están
en curso como Zanón, Telefónicos, PAMI, estatales de Córdoba,
y un largo etcétera, desde los centenares de delegados que se agruparon
espontáneamente en un ala combativa de la última Asamblea
piquetera, encabezada por los MTD, el MTR y los desocupados del Chaco, debe
salir el llamamiento a la convocatoria urgente a la III Asamblea nacional
piquetera de La Matanza, constituida como un Congreso nacional de delegados
con mandato, uno cada 20 trabajadores ocupados y desocupados, de toda la
clase obrera argentina.
De conquistar esta convocatoria, estaríamos en mejores condiciones
de imponerles a D' Elía y la CCC la reunión urgente de esa
Asamblea. De conquistar esta convocatoria, daríamos un paso decisivo
en el reagrupamiento de las filas obreras. ¡Este sería el único
camino efectivo para disputar en el combate la dirección del movimiento
piquetero de los desocupados, y la de los trabajadores ocupados y sus sindicatos,
dirigidos tal cual guardiacárceles por la burocracia sindical sostenida
por la patronal y su estado!
Este sería el único camino para impedir derrotas parciales
de luchas aisladas, e inclusive para imponerle a la burocracia sindical,
aunque no quiera, el camino a la huelga general.
Estaríamos en inmejorables condiciones de poner en pie un reclamo
único de toda la clase obrera y los explotados que no puede ser otro
que el de expropiar a los expropiadores, ponerles a ellos, a los usureros
y a los grandes capitalistas, un "riesgo país" a sus bolsillos
y sus ganancias de 3000, 5000 o 10.000 puntos, conquistando la ruptura con
el FMI, trabajo para todos reduciendo la jornada laboral con un salario
mínimo de $ 1.200; renacionalizando sin pago y bajo control de los
trabajadores Telecom, Telefónica, Aerolíneas, Repsol-YPF y
todas las empresas privatizadas; nacionalizando y poniendo bajo control
obrero toda fábrica que cierre o despida, expropiando a los banqueros
sin pago y bajo control obrero para otorgar créditos baratos a los
pequeños productores arruinados de la ciudad y el campo. Es decir,
un pliego único de reclamos para la acción inmediata, para
que la crisis la paguen los capitalistas, y para que la clase obrera acaudille
la lucha de las masas explotadas y la nación oprimida.
La lucha antipatronal
y antiimperialista de la clase obrera argentina, es la misma lucha
que la de los trabajadores
y los pueblos de Afganistán,
Palestina, Argelia, Chechenia
y de todo Medio Oriente
Como
planteamos en las Tesis sobre la guerra de Afganistán en este mismo
periódico, con el bombardeo, el saqueo y el genocidio que con sus
cipayos internos les está provocando al pueblo y a la nación
afgana, el imperialismo está ganando una batalla.
El destino de la clase obrera argentina y del resto de los trabajadores
y pueblos oprimidos del mundo -inclusive el de la propia clase obrera de
los países centrales- se está jugando en este enfrentamiento
entre revolución y contrarrevolución que protagonizan nuestros
hermanos de clase de los pueblos de Asia y Medio Oriente.
Son estos triunfos parciales obtenidos por el imperialismo angloyanqui los
que han endurecido al FMI, a los banqueros y los usureros que al inicio
de la crisis económica norteamericana preparan nuevas aventuras militares
y profundizar sus saqueos. Ellos están tras este gobierno de usureros
y patrones esclavistas de la Alianza y el PJ, para sostenerlos en su ataque
despiadado contra las masas.
La bandera de las luchas en curso, de las asambleas piqueteras y de todas
las organizaciones obreras y estudiantiles no puede ser otra que la de ponernos
incondicionalmente del lado y ver nuestra propia lucha como parte del combate
de las masas explotadas de Asia y Medio Oriente, pues allí y aquí
enfrentamos al mismo enemigo: el imperialismo y sus gobiernos sirvientes
y cipayos.
La tregua y los pactos de la burocracia, y el carácter cretinamente
parlamentarista y de arrodillamiento ante el régimen de la izquierda
argentina, han impedido hasta ahora, después de más de cincuenta
días de guerra y de agresión contra la nación afgana
y contra toda la clase obrera mundial, que en nuestro país se realice
una sola marcha ni acción antiimperialista en las calles. Estas banderas
deben pasar a manos firmes, a las de la clase obrera en lucha y a la de
sus organizaciones: esta es la moción concreta que hace Democracia
Obrera.
La izquierda que se reivindica del movimiento trotskista, el PO, el PTS,
el MAS, el MST
en Izquierda Unida, han conquistado
un enorme apoyo político en las últimas
elecciones, y centenares de puestos de lucha en los que lo puso la clase
obrera
para que encabecen el combate.
UNA DISYUNTIVA DE HIERRO:
a los pies del stalinismo como en los '80
y los '90; o por el camino de la revolución
En
los '80 y principios de los '90, enormes fuerzas que se reivindicaban del
movimiento trotskista y revolucionario, que se agrupaban mayoritariamente
en el MAS y en menor medida en el PO, recibieron un fuerte apoyo, en las
organizaciones obreras y políticamente, de centenares de miles de
trabajadores para que encabezaran el combate para buscar una salida a la
terrible crisis que azotó a la nación en el '89 con las acciones
reaccionarias y contrarrevolucionarias de los golpes hiperinflacionarios
y con la contraofensiva burguesa que instauró el menemato en Argentina.
Esos partidos se habían construido durante años preparando
cuadros y militantes para décadas de luchas sindicales pacíficas
y elecciones, y cuando vinieron terribles acontecimientos sobre la nación
y la clase obrera, catástrofes y crac, levantamientos impotentes
de masas, y grandes acontecimientos internacionales como fue el inicio de
la revolución política en la hoy ex URSS y en los ex - estados
obreros en liquidación, estos partidos adaptados al régimen
terminaron estallando en mil pedazos.
Cuando caían y estallaban los estados obreros, estos enormes partidos
centristas que habían sido sirvientes del stalinismo a nivel mundial
durante todos los '80, y que en Argentina habían construido, como
el MAS, un frente electoral estratégico con el PC, terminaron derrumbándose
junto a los escombros de la basura stalinista que había entregado
la conquista de los estados obreros transformándose en agente directo
de la restauración capitalista.
Cuando bajo condiciones de crac, crisis y catástrofes se levantaron
los hambrientos en 1989, estos partidos fueron incapaces de dar una orientación
y una salida revolucionaria, porque estaban atados como "opositores
de su majestad" de la burocracia sindical ubaldinista, que a la vez
prometía la "madre de todas las batallas en el momento oportuno"
y terminó entregando una a una las heroicas luchas contra las privatizaciones
en Telefónicos, Somisa, ferroviarios, etc. Mientras, esta izquierda
del régimen llenaba la Plaza de Mayo junto con el stalinismo, y le
dejaba una silla vacía al traidor Ubaldini, como en el caso del MAS;
o como el PO, en los levantamientos del hambre, cuando el régimen
los disciplinaba, salía a los gritos a proclamar "Yo no fui,
yo no fui".
Luego, en los '90, como parte del revisionismo que sacudió a todo
el movimiento trotskista internacional, se dedicaran a echarle la culpa
al marxismo, a las "viejas teorías sectarias de partido",
como dice hoy vergonzosamente el diputado Luis Zamora, responsable de semejantes
catástrofes y capitulaciones. Hablaron de las bondades de un capitalismo
que avanzaba y crecía desarrollando las fuerzas productivas al calor
de la "revolución tecnológica", ya sea en toda la
economía mundial o en sectores del planeta, como llegó a decir
el PTS y sus dirigentes trasnochados de la universidad de Buenos Aires (vean
hoy el Mercosur y el Asia, señores charlatanes, esos "mercados
emergentes" donde supuestamente se "desarrollaban las fuerzas
productivas"!!!!)
Y no sólo le echaron la culpa al marxismo revolucionario de sus propias
capitulaciones, sino que culparon a las mismas masas y a su supuesta "crisis
de subjetividad" y al "atraso de la conciencia del proletariado"
por las derrotas impuestas por la burocracia stalinista que entregó
los estados obreros a la restauración capitalista, renegando de la
tesis central del Programa de Transición de que la crisis de la humanidad
se reduce a la crisis de dirección revolucionaria del proletariado.
Así, estos partidos usurpadores de las banderas de la IV Internacional
siempre le cubrieron la espalda al stalinismo: en la década del ´50,
fue el pablismo disolviendo a los partidos trotskistas en los partidos stalinistas
y haciendo estallar la IV Internacional; en los ´80, acompañando
como la sombra al cuerpo, con un brutal giro a la derecha, el pase de la
burocracia stalinista, con Gorbachov a la cabeza, al campo de la restauración
capitalista. Y en los ´90, echándoles la culpa a las masas
y ocultando la traición de la burocracia stalinista restauracionista
que entregó los estados obreros, y también sus propias capitulaciones
y adaptaciones.
Con este revisionismo fueron preparando una o una sus capitulaciones y la
adaptación a la burocracia sindical y al stalinismo nuevamente, pero
esta vez, a un stalinismo decadente, senil, al que suben sobre sus hombros
para que controle el flanco izquierdo de la burocracia sindical y el régimen.
Al igual que en los '80 y los '90, desde hace años y meses vienen
preparando a la vanguardia obrera para un largo camino de ganar de poco,
con "nuevas direcciones", los sindicatos, y viendo cómo
denodadamente se reparten en las elecciones lo que ellos llaman el "cheque"
del movimiento trotskista, en una carrera desembozada de cretinismo parlamentario
muy superior a la que viéramos en los '80 y '90.
Pero la crisis ya está acá: por más que les pese a
estos revisionistas, las condiciones de esta época de crisis, guerras
y revoluciones ya están acá, en la catástrofe nacional,
en el hundimiento de la clase obrera, la única clase productora,
en el despido de millones de trabajadores. La guerra de clases se ha hecho
inmediata, ha roto todos sus moldes, y les ha hecho tragar todo su revisionismo
y los ríos de tinta que escribieron atacando al marxismo y utilizando
de forma pérfida el nombre, el programa y las banderas de la IV Internacional.
Hoy estamos en ese período convulsivo, como en 1989-90, señores
revisionistas. Vuestra estrategia y programa son los mismos -y mucho más
de derecha aún- de los que fracasaron y llevaron a la vanguardia
obrera a la desmoralización en Argentina en aquellos años,
y a miles de heroicos y honestos militantes a sus casas. Y si ayer permitieron
que sobre vuestras crisis y estallidos resurja un poderoso movimiento stalinista
argentino, como fue el PTP y el santillanismo que en los 90 controló
toda una fracción de la clase obrera atándola a la suerte
de la burocracia sindical, hoy le ponen nuevamente el hombro al stalinismo,
justo en el momento en que el Caín Fidel Castro ha llenado de banderas
yanquis La Habana en solidaridad con Bush para consumar la restauración
capitalista en el único estado obrero de América Latina, y
entregar como en Colombia, en Uruguay, en Chile, en Centroamérica,
en Ecuador, la heroica lucha de las masas latinoamericanas.
Durante estos últimos años han formado cuadros y honestos
militantes revolucionarios en las peores revisiones del programa y de las
lecciones revolucionarias del trotskismo, el bolchevismo del siglo XX.
Con este centrismo devenido en burocrático y ladero de los regímenes
capitalistas -del que las corrientes de Argentina son tan sólo un
botón de muestra de los usurpadores de la IV Internacional-, con
sus lecciones oportunistas y sus adaptaciones, no se podrá estar
a la altura ni del combate de las masas ni del mandato de amplias capas
de la clase obrera que los pusieron a la cabeza en decenas y decenas de
organizaciones obreras, ni del apoyo político que centenares de miles
de trabajadores les dieron en las últimas elecciones.
Millones de trabajadores le dieron
a la izquierda que se reivindica del trotskismo apoyo político y
los pusieron al frente
de sus organizaciones para el combate:
o se ponen al frente de ese mandato
y esas justas aspiraciones;
o les cubren el flanco izquierdo al régimen
y a las direcciones traidoras
Desde
la LOI (CI)-Democracia Obrera, siguiendo las mejores tradiciones del marxismo
revolucionario, afirmamos que es necesario decirle la verdad y toda la verdad
a las masas por más dolorosa y cruel que ésta sea. Lo que
decimos más arriba es lo que realmente opinamos de las corrientes
de izquierda que hablan en nombre del trotskismo en Argentina, que hoy,
de forma esporádica y pasajera -como siempre sucede con el centrismo-
están expresando el giro de derecha a izquierda de amplias franjas
de la clase obrera. ¡Ese es el fenómeno, el proceso verdaderamente
progresivo, esas decenas y centenares de miles de trabajadores que han girado
a la izquierda!
En los estados mayores de esta izquierda del régimen con sus lecciones
oportunistas y sus capitulaciones cotidianas, los trotskistas principistas
no confiamos ni un ápice. Pero sí confiamos en los miles de
honestos militantes que en esas organizaciones buscan un camino a la revolución;
sí confiamos en los cientos de miles de trabajadores que les han
dado su apoyo político, que los han puesto a la cabeza de sus organizaciones,
y en sus justas aspiraciones que los empujan a la lucha.
A ellos, a estos miles de militantes y trabajadores, entonces, les decimos
desde Democracia Obrera: ¡exijámosles juntos a esos estados
mayores que se pongan al frente del mandato y de las justas aspiraciones
de esos centenares de miles de trabajadores! La unidad de la izquierda que
pregonan y están realizando no puede estar al servicio de presionar
a esa cueva de bandidos del parlamento burgués, como hicieron con
la movilización del 16 de noviembre, ni de sacar muchos votos en
las elecciones del 2003: ¡pongan toda esa fuerza ya para recorrer
las fábricas, establecimientos, movimientos de desocupados de todo
el país, para mocionar y votar la convocatoria inmediata de la III
Asamblea piquetera de La Matanza!
Exijámosles juntos a estas direcciones que rompan su subordinación
al stalinismo que, como la burocracia castrista en Cuba, hoy aliada a Bush,
avanza en la restauración capitalista, y que pongan sus fuerzas y
convoquen a los trabajadores y a sus organizaciones, a los estudiantes,
etc., a ganar las calles en una gran acción antiimperialista en apoyo
a nuestros hermanos de Afganistán y Medio Oriente y por la derrota
de los carniceros imperialistas y de sus sirvientes y cipayos en la guerra.
Exijámosles juntos que sus puestos parlamentarios -que estuvieron
ausentes ayer en los heroicos combates de los piqueteros de Mosconi y Tartagal,
y están ausentes hoy en las duras luchas con las que la clase obrera
está respondiendo al ataque burgués, como la de Zanón,
la de Telecom, etc.- estén incondicionalmente al servicio de la lucha
y la movilización extraparlamentaria de las masas.
Desde Democracia Obrera, entonces, sí confiamos en los honestos militantes,
en esos trabajadores y en sus justas aspiraciones. Por ello estamos dispuestos,
sin ningún tipo de sectarismo, a avanzar en común con todos
aquellos que quieran dar aunque más no sea un pequeño paso
en la lucha por reagrupar las filas obreras y por que la clase obrera pueda
ponerse a la altura de la guerra que nos han declarado.
Comité Central de la Lïga Obrera Internacionalista (Cuarta Internacional)
"La liberación de los trabajadores será
obra de los trabajadores mismos"