Voy
viajando de ciudad en ciudad
Hasta donde nadie me persiga,
Donde el eco no
se escuche
Para ahuyentar también a mi voz.
Mis
lágrimas se convierten en mi único alimento
para que las beba mi alma y poco
a poco
se ahogue sumergiéndose en su poco dolor.
Descansa alma mía,
olvídate ya del amor.
Mis
suspiros escapan como grito ahogado
porque quisiera poder exclamar mis
sentimientos
pero siempre que lo intento siento que muero,
suspiros huyan,
aléjense y únanse al viento.
Hasta
mis versos se han ensombrecido
porque desde que tu amor no esta a la
vista
el cielo de mi alma se ha obscurecido.
Es por siempre, trágica esa
falta.