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Sor Juana, Juana Inés de la Cruz o Juana de Asbaje (de Asuaje según algunos), llamada El Fénix de américa y también La décima musa. Escritora barroca mexicana, poeta y dramaturga del siglo diecisiete. Mujer deslenguada y locuaz si las ha habido. Nació en un pueblito del valle de México, San Miguel Nepantla, cercano a Amecameca, y aprendió náhuatl con sus vecinitos. Descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros. Aprendió todo cuanto era aprendible en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y a la teología del momento. Aprendió latín de autodidacta, en veinte lecciones a decir de Marco Aurelio Almazán. De muchacha estuvo en la corte virreinal mexicana, y de este tiempo hay muy pocos datos biográficos. Quiso ir a la universidad y en algún momento le pasó por la cabeza vestirse de hombre, pero a fin de cuentas decidió que era menos descabellado meterse a monja. Después de un intento fallido con las carmelitas, que eran muy hard-core, ingresó a la orden de las jerónimas donde la disciplina era algo más relajada. Tenía una celda de dos pisos y sirvienta. Allí se pasó la vida, escribiendo versos sacros y profanos, villancicos cada navidad, autos sacramentales, y dos comedias de capa y espada. También sirvió como administradora del convento, con bastante buen tino. Sus superiores inmediatos, los obispos y su confesor le reprocharon harto que anduviera por allí escribiendo, especialmente porque encima ella tenía mucha afición a codearse con la alta sociedad y a sostener correspondencia con medio mundo. Sor Juana tenía también el hábito de mantener relaciones sospechosamente cercanas con las virreinas. A las dos que coincidieron temporalemente con ella les escribió poemas bastante encendidos, y a una le dedicó un retrato y un anillo. Fue precisamente una de las virreinas la primera en publicar poemas de Sor Juana. Regañada por el obispo de Puebla, Juana Inés escribió una carta llamada "Respuesta a Sor Filotea", gran joya de la hipocresía, en la que defiende su derecho a escribir y a investigar. Poco antes de su muerte Sor Juana fue obligada por su confesor a rematar su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos. Recuérdese que en su tiempo la Santa Inquisición estaba activa. Murió a los cincuenta y tantos años, durante una epidemia.

Entre sus obras se cuentan montones de poemas galantes, poemas de ocasión para regalos o cumpleaños de sus amigos, poemas de vestíbulo sobre pies o consonacias sugeridos por otros, letras para cantarse en diversas celebraciones religiosas, y lo dicho, dos comedias llamadas "Amor es más laberinto" y "Los empeños de una casa". Según ella casi todo lo escrito era por encargo y la única cosa que escribió por gusto propio es un poema filosófico llamado "El sueño", que muchas veces se edita bajo el título de "Primer sueño". Se trata de una alegoría de varios cientos de líneas, con forma de silva, a propósito del ansia de saber, el vuelo del pensamiento y su consecuente trágica caída (acaso premonitorio de Frankenstein). Sor Juana también escribió un tratado de música, llamado "El Caracol", que está perdido.

El estudio sobre Sor Juana de más autoridad fue escrito por Octavio Paz, y se titula "Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe" que edita el Fondo de Cultura Económica. Se trata de un tabique de unas quinientas páginas que debe leerse como quien come pescado, ya que el estilo grandilocuente de Paz a veces hace pasar por buenas algunas ideas que no son sino sandeces. Es un estudio amplio y bien documentado, si bien de rigor desigual. Paz, por considerarse ensayista, a veces se excusa de fundamentar sus propuestas y a veces llanamente alucina barato; la mayor parte del tiempo, sin embargo, echa la luz de su mirada literaria sobre la oscuridad histórica del retrato de Sor Juana y de su tiempo.

La editorial Porrúa publica las obras completas de Sor Juana en un práctico volumen de la colección "Sépan cuántos...", el célebre número 100, desnudo, sin aparato académico que abulte salvo un sobrio y breve estudio preliminar.

Barroca hasta el tuétano, Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivizar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y todos esas libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Por ello, y porque también gustaba mucho de hacer referencias mitológicas que actualmente caen fuera de la cultura general de las gentes, su lectura es bastante escabrosa para el ciudadano de a pie. Una repasada a La Metamorfosis de Ovidio será de mucha utilidad a quien quiera disfrutar de Sor Juana y quedarse con menos dudas.

Un dato adicional: Sor Juana aparece en los billetes mexicanos de alta denominación. Es la única artista que aparece en los billetes, aparte de Nezahualcóyotl, también poeta. Inicialmente apareció en los billetes de mil pesos, que con la inflación terminaron volviéndose monedas. Después del recorte de los tres ceros al peso, Sor Juana salió de circulación brevemente, para reaparecer en los billetes de doscientos.



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Creación: 10 de mayo 2004. 1