Por si acaso...Pautas para padres y profesionales al enfrentar el duelo por la muerte de un hijo o hija

Intentar aliviar el dolor que usted está sintiendo frente a la pérdida de su hijo o hija queda fuera de la finalidad del presente folleto. Quienes integramos el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados no pretendemos inmiscuirnos en su dolor personal. Sin embargo, creemos que el proceso de duelo es una etapa importante para que usted logre recuperar su estabilidad, mejorar su salud física y mental, y restablecer un patrón de vida normal.

El presente folleto describe muchos de los sentimientos y reacciones que padres y familias experimentan frente a la pérdida o muerte de un hijo o hija, sea por secuestro, por un incidente de fuga o por explotación. Aquí encontrará sugerencias para adoptar una actitud saludable frente a sus sentimientos y reacciones. Asimismo, este folleto provee pautas informativas para profesionales de la asistencia social y de cumplimiento de la ley que tratan con las familias en estos casos.

El proceso de duelo

Atravesar las etapas del duelo es muy difícil por momentos, pero el proceso es saludable en sí mismo y tiene por objeto equilibrar sus actitudes ante la pérdida de su hijo o hija. Esté abierto ante el apoyo y comprensión que le brinden amigos y miembros de la familia; no es necesario que usted experimente su dolor en soledad. Al principio, podrá sentirse culpable por la pérdida de su hijo o hija, pero gradualmente este sentimiento de culpa disminuirá y usted aceptará la pérdida. No quede paralizado por la desorganización y la desesperación. Recuerde que, aunque usted nunca se olvide ni deje de amar a su hijo o hija, tampoco debe continuar el duelo para siempre.

Consideraciones familiares

Ahora necesitará aún más el amor y apoyo de su familia. No deje que el trauma de la pérdida altere la unidad familiar. Procure mantener relaciones afectuosas con todos los miembros de la familia. Tenga en cuenta que los demás niños de la familia están sufriendo un estrés significativo como resultado de la pérdida de un hermano o hermana; tal vez experimenten tristeza, miedo, culpa, ira o celos por la atención de los padres. Todas estas reacciones pueden manifestarse mediante trastornos del sueño o problemas de conducta. Tal vez quiera considerar la posibilidad de recibir terapia familiar.

A continuación se da una lista de recomendaciones que las familias deberían considerar ante la pérdida de un hijo o hija:

1. Anticipe períodos de pánico, ansiedad y depresión para no alarmarse cuando sucedan. Se trata de reacciones emocionales normales y comunes ante una pérdida significativa.

2. Reconozca los síntomas personales de estrés: fatiga, irritabilidad, aislamiento, cambios repentinos en el estado anímico y alteraciones importantes en los patrones de sueño, alimentación y actividad sexual. Aprenda a cuidar de sí mismo aun cuando no sienta deseos de hacerlo.

3. Comprenda que sus familiares o amigos pueden sentir el duelo en una forma similar o muy diferente a la suya. No imagine que ellos son fríos o despreocupados si sus estados anímicos no son similares a los suyos.

4. Busque grupos de auto-ayuda y reúnase con padres de menores secuestrados. El Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados puede ayudarlo a ponerse en contacto con recursos locales y centros de crisis. Usted no está solo en este problema.

5. Anticipe gran dolor en el cumpleaños de su hijo o hija, en las fiestas o en épocas especiales para la familia.

6. Comprenda que no existe un tiempo adecuado para estar triste o alegre. Sus sentimientos son legítimos. Aprenda a reconocerlos y a tratarlos apropiadamente. Deje de torturarse con sentimientos de culpa.

7. Probablemente usted pasará por los siguientes períodos de duelo: negación, ira, depresión y recuperación gradual. Los padres cuyos hijos o hijas han sido secuestrados pueden pasar por estos períodos varias veces, ya que la resolución del ciclo requiere la localización o recuperación del menor.

8. Si tiene otros hijos, asista en su cuidado o haga arreglos apropiados para ellos si no los ve durante el día. Abuelos, vecinos y amigos pueden aliviarlo temporariamente en la tarea.

9. Si está casado, mantenga una relación tan estrecha como sea posible con su cónyuge. Ambos sufren de estrés emocional y en ocasiones puede ser difícil resolver sus problemas racional y objetivamente.

10. Manténgase en contacto con recursos locales, estatales y nacionales que puedan ayudarlo a encontrar a su hijo o hija. El intercambio de información con otros provee una cobertura más amplia del caso y más apoyo para usted. Otros pueden trabajar para usted mientras usted descansa. No deje que la posible frustración por los esfuerzos realizados por la policía lo inmobilicen.

11. Cuando esté excesivamente tensionado, evite tomar decisiones importantes tales como dejar su trabajo, mudarse o cambiar de estado marital. Busque ayuda para discutir estas decisiones si requieren su atención inmediata y no pueden ser pospuestas. Cuídese de las personas que podrían aprovecharse de su vulnerabilidad en este momento.

12. Usted tiene derecho a descansar. Salir de paseo y reanudar los contactos sociales no significa que se ha olvidado de su hijo o hija. No se sienta presionado para cumplir con las expectativas de la comunidad.

Consideraciones profesionales

Dada la índole intensa del asesoramiento en casos de duelo, muchos profesionales de asistencia social pueden experimentar sentimientos similares a los de las familias que asesoran. Asimismo, los profesionales de la asistencia social y los investigadores de las agencias encargadas del cumplimiento de la ley cuyo trabajo se concentra en casos de secuestro de menores pueden experimentar agotamiento de cuando en cuando. Las siguientes recomendaciones están destinadas a profesionales que asesoran a familias o tratan en alguna otra forma con casos que entrañan la pérdida de un menor:

1. Reconozca que una pérdida significativa induce tensión y crisis que tienden a llevar a una conducta regresiva por parte del padre. Recuérdeles a los padres que tal conducta es una reacción esperada y común ante el dolor.

2. La negación del dolor, al menos en el corto plazo, puede ser beneficiosa. Les dará a los padres la oportunidad de reunir energías para buscar al menor, mantener un trabajo, etc. La negación a largo plazo, sin embargo, puede ser menos funcional y llevar al aislamiento y a la alienación respecto de los demás.

3. Tenga en cuenta que los padres pueden culpar a las autoridades encargadas del cumplimiento de la ley o a terceros por negligencia en la recuperación del menor. Aunque los padres utilicen a la policía como objeto de autoridad en el cual desplazar la ira, el culpar a terceros evita que los padres traten las cuestiones personales más importantes de negación, impotencia y culpa. De este modo, se demora la progresión en el ciclo del duelo.

4. Advierta a los padres sobre la culpa, depresión o auto-reproche excesivos. Asimismo adviértalos sobre dos extremos: o la preocupación morbosa sobre el menor o la disposición prematura de bienes que recuerdan la pérdida.

5. Déles a los padres tiempo para procesar su dolor. De acuerdo con las circunstancias de la pérdida, esto puede llevar años.

6. Controle el aislamiento de los clientes. Muchos padres informan sobre sentimientos de ostracismo de antiguos amigos, los cuales sólo aumentan los sentimientos de separación y pérdida.

7. Evalúe las necesidades y estados emocionales de los demás hijos de la familia, ya que tal vez no tengan oportunidad de confrontar sus emociones. Los demás hijos pueden sentir tristeza, culpa, miedo excesivo, ira o celos por la atención de los padres.

8. Ayude a que las familias se pongan en contacto con grupos de apoyo comunitario. El Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados puede ayudarlo a ponerse en contacto con los recursos locales.

9. Familiarícese con las etapas del duelo: negación, ira, depresión y finalmente recuperación gradual.

10. Eduque a los padres sobre el "síndrome de reemplazo del hijo". Si las cuestiones relativas al duelo no se enfrentan apropiadamente, se pueden crear expectativas distorsionadas respecto de otro hijo o hija. Esto puede ser muy negativo si se espera que dicho hijo o hija sea el fantasma del hijo perdido.

11. Tenga en cuenta sus propias reacciones ante la pérdida del menor. El tratamiento de tópicos tan intensos puede hacer aflorar temas no resueltos. Reconozca y enfrente estos sentimientos cuando se presenten. Planifique descansos si su trabajo se concentra en temas de duelo.

Ideas sobre el bienestar

La relación entre duelo y bienestar puede no ser aparente. Sin embargo, el duelo no resuelto generalmente provoca enfermedades y siempre conduce a una declinación en el bienestar. Bienestar se define como la condición en la cual las dimensiones física, emocional, mental y espiritual de nuestro ser se encuentran equilibradas de modo que podamos usar nuestra energía efectivamente en prosecución de nuestros objetivos. La pérdida de una persona querida altera este equilibrio y reduce nuestra energía. El duelo es el proceso por el cual restablecemos nuestra energía y afirmamos nuestros objetivos.

En el aspecto físico, el ejercicio y la nutrición son sumamente importantes. El bienestar emocional depende de contar con alguien con quien usted pueda hablar sin tener que disculparse por sus sentimientos. Aprenda a identificar sus sentimientos ante usted mismo y los demás. Procure el bienestar mental aprendiendo a mantener una imagen positiva de su ser querido en la mente. El bienestar espiritual se logra manteniéndose en contacto con su fuente de energía, tal vez mediante alguna clase de oración. Ayudar a otras personas que necesitan de usted también es beneficioso.

Reconozca que, sea lo que sea, lo que usted piensa, siente, cuestiona o cree es aceptable. No sea demasiado exigente con sí mismo ni se imponga restricciones rígidas. Comunique su tolerancia, compasión y amor. Sobreviva su duelo. A medida de que sus heridas cicatricen, procure lograr un equilibrio para usted mismo en su nuevo mundo, con sus cambios permanentes.

Este folleto fue redactado utilizando material de investigación perteneciente a Steven M. Ziebell, Ed.D., ACSW, AAMFT. El Dr. Ziebell desea agradecer a Michelle P. Spring, Administradora de Publicaciones del Centro Nacional, por redactar la adaptación de este trabajo. Las "Ideas para el Bienestar" fueron tomadas de conferencias de la Dra. Myrna Grandganett.


1