MANOS
levanté y el teclado estaba frente a mi. nuevamente
ha sucedido,
pensé. mis manos siempre me juegan esta mala pasada. se despiertan
antes
que yo y corren al teclado, se deslizan con tranquilidad y se detienen,
siempre se detienen, poco antes que yo despierte. entonces leo:
temblamos
y no sabemos porque
y en nuestro temblor
traemos a tierra
pequeños trozos del hombre
que tan tristemente camina con nosotras.
bajo a tomar mi desayuno y ellas siguen temblando. que
pare, que pare, que
pare... pero no para. sirvo mi cafe, cae el azúcar, corto mi pan,
me corto
las manos, sangro, veo la sangre y golpeo mis manos.
jamás aprenderán.
jorge rivas sdb.