AYÚDAME A CERRAR EL CAÑO

  Siempre es igualito. Siempre, siempre, siempre, siempre. El no tiene tiempo para hablar conmigo. Dice que es porque toditos los días está ocupado con sus cosas de grandes. Pero yo sé que él me quiere mucho. No le vayas a decir a mi hermanita, pero él me dijo que yo soy su hijito preferido, aunque a veces pienso que no porque así como ahora, él no me hace caso. A veces también me pega. Un día me llevó al Tip-Top y me compró un helado bien rico que creo que se llama zambito. Pero cuando estabamos en el carro, yo todavía no me acababa mi helado y se me comenzó a chorrear en el asiento. Entonces él se molestó mucho conmigo y me pegó fuerte en la pierna con su puño grandote. Después él casi chocó al carro que estaba al costado y el señor del otro carro bajo su vidrio y le gritó huevón. Esta palabra yo nunca la había escuchado y me dio mucha risa. Me imaginé a un huevo grande, como de gallina, pero grandote grandote manejando un carro con un caballito en la parte de adelante.

 Mi mamá nunca me pega. Ella cuando está en la casa todo el tiempo toca el piano. Un día, cuando yo era chiquitito, así del tamaño de tu mano, ella me enseño las notas. Son bien fáciles. Empiezan en do, sigue do sostenido, y así hasta si. Cuando me las aprendí de memoria ella tocaba una nota y yo le decía cuál era. Desde ese día, que ella le dijo a mi papá que yo tengo oído absoluto, mi papá todo el tiempo me dice que tengo que aprender a tocar el piano como mi mamá. Pero yo todavía no sé que tiene que ver lo del oído con lo del piano. Yo quiero aprender a tocar el violín, porque es más bonito, y además como es más chico me lo puedo llevar al baño y ahí debe sonar muy bien por el eco. Además mi tío Jacinto toca el violín y él me ha dicho que es el mejor instrumento del mundo.

 

  Mi papá trabaja en las mañanas en televisión. Habla en un programa de noticias, pero yo no entiendo casi nada de lo que dice. Siempre me acuerdo de algunas cosas que él dice, pero que no sé lo que significan. También habla de unos señores que se llaman servicio de inteligencia del ejército. El me ha contado que ellos no lo quieren a mi papá. Supongo que no lo quieren porque ellos tampoco entienden las cosas que mi papá dice en televisión. O de repente mi papá también les pega cuando ellos se portan mal. Pero a la hora de almuerzo mi papá siempre viene y nos sentamos todos juntos en la mesa, hasta mi hermanita, que le ponen una silla más alta, porque ella es muy chiquita, y todavía no se puede sentar en las sillas de grande como yo. Mi mamá nos sirve la comida y ella siempre come ensaladas y después se queda hablando con mi papá.

 

Pero mi mamá ahora no está en la casa. Salió en las tarde. Y justo ahora que la necesito, porque abrí muy fuerte el caño del lavatorio y no puedo cerrarlo. Le dije a mi papa, pero él creo que está bien dormido porque le hablo y no me hace caso. Lo raro es que no se despierta. Debe estar muy cansado, porque hace un rato vinieron unos señores que yo no conocía, y creo que estaban un poco molestos con mi papá. Mi papá los vio por ese huequito de la puerta y me dijo que me fuera a mi cuarto y que cerrara la puerta con seguro y me pusiera a dormir. No pude dormir porque ellos hicieron bulla un rato. Estuvieron gritando y me dio risa, porque volví a escuchar esa palabra: huevón. Debe ser la chapa de mi papá. Pero ahora no lo puedo despertar. Voy a tener que esperar a que llegue mi mamá y antes de que se ponga a tocar el piano le digo que me ayude a cerrar el caño.

Adrián Nuñez 1/7/97

 


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