... de ese lugar escondido, perdido, prestado en silencio, guardado, lo compartimos a nuestro pequeño jardín y esperamos sanar lamentos y lanzar flores al universo. Esperamos hallar muchos otros poetas de jardín o de bosque, que bailen esta canción y que sueñen una historia sin muchos cuentos.

... sentados, pensando en el límite. En aquel otro lugar al otro lado del rio. ¿como alcanzarlo? ¿como cruzar las aguas?... ... solos, sentados, pensando que este es el sueño que cobija el jardín, que allí, al final de la noche, bajo ese azul reproche, cantaremos a la luna.

... al amanecer, sentado en ese árbol grueso de brazos largos y languidos, se esconde del día. La morada azul se regocija bajo el árbol. Sus hojas escriben la historia de nuestro sentir, más nuestro pensar es único y no puede expresarse si no es la palabra quien lo nombra.