LA BIOGRAFÍA DEL LUGAR Y EL NACIMIENTO DEL MONSTRUO

por P. M. Priani


Grandeza, decadencia y caída del Lugar gótico:

En el principio era el Lugar

La novela gótica clásica, como vimos anteriormente, se inicia con "El Castillo de Otranto" , una obra chata y de muy poco vuelo pero que tuvo dos virtudes importantes:

1)Fue una novela que se propuso provocar terror en el lector; esto era algo nuevo en su epoca, el descubrimiento de todo un continente literario.

2)Encarnó las corrientes estéticas dominantes o incipientes de su época : el amor por una teórica antigüedad "gótica" , la melancolía y los cánones de los "Graveyard Poets" y varios de los restantes tópicos que analizamos en el capítulo primero.

Este comienzo tan poco prometedor fue admirado y tuvo resonancias inimaginables: un eco que se amplió y enriqueció con el paso de los años y los autores y sobre todo con la solidificacion de los rasgos estéticos góticos, que pasaron de ser una intuicion de una minoría de poetas a ser la inclinación general de la época. Entre tantos y tantos autores que tomaron y retomaron los temas del Castillo hubo muchísimos tan poco dotados como Horace Walpole, pero que las circunstancias y el azar los ubicaron en una posición menos que secundaria. Los tópicos eran refritados sin ingenio y relatados sin gracia y sin elaboración: el Castillo y sus fantasmas, la Heroína y su permanente amenaza por parte de un Malo perverso y esquemático.

El terror para toda esta masa de escritores y escritoras hoy nulificados era una cadena de acontecimientos fantásticos e irracionales que dependían del Castillo, que segregaba hechos sobrenaturales que actuaban sobre los personajes, extraviados en su propia insignificancia. Una concepción pobre y superficial de lo horrible entendido como mera acumulación de eventos anormales; el Lugar como origen del terror pero mostrado de una tan manera primitiva y esquemática que hoy en día nos aparece seca, envejecida, incapaz de transmitir terror alguno.

Para esta masa de autores, que no eran pocos sino cientos o aun quizas miles, el Lugar era el Castillo, de forma arquetípica, y si hablaban de una Abadía o de una Caverna la trataba de una forma similar al de un Castillo; algo lejano y antiguo y fuente siempre de los mismos horrores desencarnados y de las persecuciones de las que la heroína salía invariablemente bien librada; hubo poca variación de forma y fondo.

La simbiosis con lo Sublime

Afortunadamente aparece el gran libro del Gótico "clásico" que sería "Los Misterios de Udolfo", que por un lado nos decepciona por su prejuicio racionalista de querer explicar a ultranza todos los hechos aparentemente sobrenaturales, pero que por otro muestra una diferencia enorme en cuanto a calidad del lenguaje y estilo y , lo que más nos importa, presenta un salto cualitativo de enorme importancia en lo que respecta a la nocion misma de horror. Puesto que asi como Walpole presentaba una integración de las novedades estéticas de lo "Gotico" Radcliffe toma las influencias del libro de Burke "De lo Sublime" y produjo una obra con tintes románticos y góticos de placentera lectura y cargada de contenido y de simbolismo y de toda la pasión del momento en que Udolfo fue creado, quiebre entre dos mundos.

Radcliffe sigue con la idea que el Lugar es el origen del terror, de lo sobrenatural y de lo inexpresable; pero enriquece ontológicamente esa idea de mediante la filosofía de Burke. El Lugar entonces es fuente de terror e inexpresable no porque sea un castillo solitario, ni orque sea antiquisimo, ni porque sea portador de viejos secretos y maldiciones, sino porque es Sublime, es decir que su perfecta belleza inexpresable es sobrehumana y solo puede captarse por una emanación de sentimientos; el lenguaje y la razón no pueden dar cuenta de el. Y esta misma carga de belleza produce una especie de estupor o de parálisis en el alma que la expande y que se asemeja al Terror puesto que como él la dejan inerme y plana. Radcliffe analiza de un modo magistral -y describe de un modo magistral- tanto el Lugar de sombría belleza que provoca terror que es el Castillo, como el de belleza amable que es la Naturaleza. De este modo le da una profundidad y un marco de coherencia a ese mundo de azar y de terrores dispersos que era el de Walpole y sus seguidores.

Lo que hace es transformar la noción de terror como simple amontonamiento de fenomenos fantasmagcoricos en una mas interesante; el terror es la sombra de lo sublime, que es como decir es la negrura destilada de la más perfecta belleza. Este concepto de terror depende mucho de la descripcion detallada del Lugar; porque antes era solo un lugar antiguo y no cotidiano; ahora debe además ser perfecto. Y para transmitir esa perfección Radcliffe echó mano a todos sus abundantísimos recursos estilísticos ; pocas veces se vio un encaje más perfecto de dones personales, de adecuación a la época y de tratamiento del tema.

Notemos además que Radcliffe en aquella obra fundamental duplica la noción de Lugar de una forma maniquea; hay un Lugar de Terror y otro de Bondad. Y envuelve toda su concepcion de una manera coherente, en forma y fondo, podemos resumirlo de este modo.

El Lugar enfermo y condenado; aparece el cuerpo.

El lugar considerado de esta manera parecia un callejon sin salida; condenadas a describir siempre los mismos lugares exoticos y desde la misma perspectiva, la propia repetición era una amenaza contra el sentido mismo de lo inesperado que lo sublime requería.

Pero una corriente novedosa llegó para provocar un cambio en esta situación de estancamiento -una corriente, en verdad, de aguas oscuras y putrefactas y subterráneas. Provino de un joven de 19 años quien escribió en pocas semanas un libro ajeno a estos conceptos propuestos por Radcliffe y que renovó el género con un estilo a veces onirico y libre y que puso un terror como condena y como mierda, como asquerosidad y como carne violada.

Se la puede considerar como una obra de transicion porque no anuló de modo alguno la persistencia del Lugar gótico clásico como generador de terror -si bien tuvo un hallazgo en ese sentido al poner como arquetipo además del Castillo, al Monasterio- pero le dio una entidad mas importante a los personajes; les dio carne y deseos; ellos dudan y se desean y se redimen de formas sucias y violentas.

Para Lewis el terror no es algo bello de ninguna manera; es una forma sucia, repugnante, que vive entre la inmundicia y se aloja en el cuerpo y sus deseos, transformando las personas en condenados para siempre.

Esto nos es mas cercano; ahora deseamos mayor realismo en los personajes, y es mas razonable para nosotros comprender lo horroroso como no-bello . Además abre una veta de enorme importancia, si bien es cierto que no la aprovecha él mismo: el concepto de terror sublime exigía que el entorno fuera desconocido; en el remoto pasado o en el lugar mas lejano. Solo ahí en ese espacio apto para la enrarecida existencia de las heroinas intactas existía lo sublime, entre los paisajes magnificos y los castillos que parecían surgidos de las manos de los gigantes y de los sueños de los locos.

En cambio, al poner Lewis la fealdad y la condena, el sexo y la perversión como rasgos de lo terrible permite ver el terror en todos lados y en todas las epocas: se puede advertir que incluso nos aparece más repulsivo cuanto más cercano.

El lugar se fragmenta y se debilita

Lewis no explotó estas novedades conceptuales anteriormente comentadas; pero Maturin sí en su libro que hizo pedazos el tema del Lugar gótico, lo deja como una cáscara vaciada. Entrega a través de "Melmoth" todo el sentido y toda la potencialidad al movimiento que le seguirá y que será llamado romanticismo, dejando lo gótico como antiguo, vampirizado por el movimiento naciente y renovador, como un cadáver exsangue. Maturin por un lado redimensiona el concepto de terror como algo repulsivo de Lewis, llevandolo a cotas de asco y de sufrimiento corporal mas prosaicas e infames; incluso rebaja el lenguaje mismo, lo carga de suciedad verbal. Y si bien gran parte de su novela transcurre en la antigüedad hay ya pasajes que ocurren en Londres y en la época contemporánea.

Maturin fragmenta el lugar en lugares multiples (manicomio, castillo, etc) y hasta lo hace metafora (toda España es un lugar: el cuerpo, la mente, la religión toman entidad de Lugares) y lo al hacerlo interior a la persona pierde asi la capacidad de extrañeza y de opresión terrorífica: era el Lugar inexpresable por su alteridad . Al hacerlo fagocitable y parásito de los terrores humanos lo reduce, aunque tenga igualmente enorme poder. Todo puede ser ahora lugar, todo puede ser terrible- y entonces la unidad amenazante se pierde, y se debilita.

En ese sentido puede decirse que Melmoth marca el fin de la homogeneidad, de la mayoría aplastante de la novela gotica como genero literario; no es cierto que sea el fin del gotico, porque como hemos dicho la concepcion gotica del terror por ser sumamente simple y accesible sigue vital hasta nuestros dias particularmente en el cine, que es un lenguaje mas apto para transmitir la atmosfera de un lugar; no se requiere tener la habilidad de transmitir imágenes visuales con el lenguaje .

La cambiante concepción de la virgen enclaustrada

Hay tambien un cambio en el sentido de que considerar la situacion mas digna de piedad, la que excita mas horror. Al principio se consideraba tal una heroína, virgen y pura, que estaba encerrada en un lugar tenebroso, claustrofóbico, que emanaba hechos sobrenaturales y encerrado con ella un hombre cruel , perverso y que era ineficaz para ejercer su crueldad con ella; usualmente era pariente de ella lo supiera o no, y ejercia su malevolencia a través del Castillo, encerrando a inocentes para dejarlos morir. El arquetipo de esta situación que se repitió insistente a través de centenares de libros es "Los Misterios de Udolfo".

Luego aparece otra idea, que puede ser ejemplificada con las obras de Sade o de Lewis ; una virgen encerrada en un lugar inmundo, pero la perversidad no viene solamente del lugar; sino también de la maldad, de la violencia y de la sexualidad del que encierra. Hay un progresivo dimensionamiento del individuo con respecto al lugar. Y esta idea, en la que mientras el individuo crece decrece el Lugar, adquiere una profundidad y una tremenda riqueza germinales en el libro de Maturin.

El hombre puede aterrar más que el lugar mas horrible, mas que las criptas de la inquisicion, mas que la podredumbre de las celdas de un manicomio, mas que la cercania de la peor muerte que se pueda imaginar; solo se requiere que ese hombre sea mas y menos que un hombre, que sea portador de un estigma inexpresable, que sea un signo de condenación;y ese ser deforme es el Monstruo, que tiene su primer reflejo claro en Melmoth aunque quizás se lo pueda adivinar en Carwin (Ver en el capitulo 8 nuestro comentario sobre Brocken Brown); que tiende a irse del Lugar fragmentado y debilitado que nos deja Maturin y que se refugia en los extremos de la tierra.

El Monstruo aparece ya con el Vampiro y con Frankenstein, dos años antes que Melmoth pero consideramos a Melmoth la ultima novela gótica porque con el se desintegra el Lugar gotico tal como lo conocíamos. Ahora el Monstruo adquiere una libertad equívoca y terrible y los personajes se enclaustran (porque el lugar incluso puede pasar a ser una protección) y temen la libertad del Individuo inhumano que ronda por sus vidas demasiado humanas.

El nacimiento del Monstruo

En algún momento, el Lugar fue cediendo el espacio y la nitidez y la capacidad de aterrar a los personajes que lo habitan; que tienen caracteres extremos, que tienen una consistencia y un poder distintos a los de, digamos, un Montoni, mero monigote atrapado en Udolfo.Y el terror se va transmitiendo al Monstruo, un ser ajeno, en el límite externo de la humanidad. Lo que no puede dudarse es que en el espacio entre Frankenstein y Melmoth aparece el Monstruo.

Tradicionalmente se considera a Frankenstein una novela romántica (individuo contra sociedad, etc, aunque hay análisis de todo tipo y tendencia sobre ese libro) y a Melmoth, la última novela gótica. No es así. Como hemos visto, el terror gótico sigue hasta nuestros días - no como lo que comúnmente se llama gótico (Anne Rice, etc) sino con cualquier novela de terror en la que el protagonista, que la emanación del mal, sea el lugar. El Resplandor, (Stephen King, 1978) es un buen ejemplo de ello.

Pero aunque esta consideración sea errónea, vamos a respetar ese canon. Pero la gestación del Monstruo en las sombras fúngicas y tenebrosas del Lugar es lento y tarda mucho hasta que se pueda independizar y colocar en un entorno cotidiano.Dracula duerme en un ataúd y vive en el castillo. Frankenstein camina en los polos o en cavernas de la montaña, en los extremos del planeta.Melmoth camina por precipicios y ruinas, y visita los lugares más condenados. Después veremos que recién con Jekyll y Hide; o con Dorian Grey, hay una cotidianización definitiva del hábitat del monstruo.

Al principio el Monstruo y el Lugar que habita son ambos aterradores y no es posible distinguirlos con precisión, ya que siempre transforman el entorno que los acompaña como una segunda terrible sombra. Eso también dura hasta hoy, para dar un ejemplo del cine, Freddy Kruger habita la pesadilla, que de por si genera horror; y Jason los campamentos abandonados. El Monstruo suele temer abandonar el Lugar que lo genera porque a merced de lo cotidiano pierde parte de su poder y de su esencia.

El caso de Melmoth es un buen ejemplo; tiene poder porque se presenta en los lugares más crueles, y así adquiere su poder tentador, su carga horrible.Fuera de estos lugares inmundos, poco o nada puede ofrecer; casi nada de temor, casi nada de alivio. Esta gestacion prolongada del ser deforme, esta larga existencia larvaria y dependiente del lugar recorrera nuestro análisis del terror en la literatura desde ahora.

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