marsregulusmatterSIMBOLISMO ALQUÍMICO

Rubellus Petrinus

Vía Seca

(backgroud sounds)

Sujeto Mineral: Las Moradas Filosofales, Fulcanelli, Plaza & Janes, S.A., Editores, Barcelona, 1973, p 149 y 150.

«Su nombre tradicional de piedra de los filósofos, retrata con bastante fidelidad este cuerpo para servir de base útil para su identificación. Es, en efecto, en verdad, una piedra porque presenta al salir de la mina los caracteres exteriores comunes a todos los minerales. Es el caos de los sabios en el cual los cuatro elementos están encerrados, pero confusos y desordenados...»

«Aún se le llama dragón negro cubierto de escamas, serpiente venenosa, hija de Saturno y la más mamada de sus criaturas. Esta sustancia primaria ha visto interrumpida su evolución por interposición y penetración de un azufre infecto y combustible que empasta el mercurio puro, lo retiene y lo coagula. Y aunque sea enteramente volátil, este mercurio primitivo, corporeizado bajo la acción secativa del azufre arsenical, toma el aspecto de una masa sólida, negra, densa, fibrosa, quebradiza, friable, cuya escasa utilidad la convierte en vil, abyecta y despreciable a los ojos de los hombres. Este tema - pariente pobre de la familia de los metales - , el artista esclarecido encuentra, sin embargo, todo cuanto necesita para comenzar y perfeccionar su gran obra, pues interviene, según dicen los autores, al principio, en medio y al final de la Obra...»

«Ésta es la razón por la que han pintado simbólicamente su materia en su primer ser bajo la figura del mundo, que contenía en sí los materiales de nuestro globo hermético o microcosmos, reunidos sin orden, sin forma, sin ritmo y sin medida.»

«Nuestro globo, reflejo y espejo del macrocosmos, no es, pues, más que una parcela del Caos primordial destinado, por la voluntad divina, a la renovación elemental en los tres reinos, pero que una serie de circunstancias misteriosas ha orientado y dirigido hacia el reino mineral...»

«La materia filosofal es, pues, de origen mineral y metálico. Por tanto, no hay que buscarla más que en la raíz mineral y metálica, la cual, dice Basilio Valentín en el libro de Las Doce Claves (designada por Lobo Cenizo) , fue reservada por el Creador y prometida a la generación sola de los metales.»

Azufre. P 155. «Este fuego espiritual, informado y corporeizado en sal, es el azufre escondido, porque es el curso de su operación jamás se pone de manifiesto ni se hace sensible a nuestros ojos. Y, sin embargo, ese azufre, por invisible que sea, nos es en absoluto una ingeniosa abstracción, un artificio de doctrina. Sabemos aislarlo y extraerlo del cuerpo que lo oculta, por un medio escondido y bajo el aspecto de un polvo seco que, en tal estado, se vuelve impropio y pierde su efecto e el arte filosófico.

Ese fuego puro, de la misma esencia que el azufre específico del oro, pero menos digerido es, por el contrario, más abundante que el del metal precioso. Por ello se une con facilidad al mercurio de los minerales y metales imperfectos. Filaleteo nos asegura que se encuentra escondido en el vientre de Aries o del Carnero, constelación que recorre el Sol en el mes de Abril. Finalmente, para designarlo mejor aún, añadiremos que ese Carnero que esconde en sí el acero mágico lleva ostensiblemente en su escudo la imagen del sello hermético, astro de seis rayos.

En esta materia tan común, pues, que nos parece simplemente útil, es donde debemos buscar el misterioso fuego solar, sal sutil y fuego espiritual, luz celeste difusa en las tinieblas del cuerpo, sin la cual nada puede hacerse y a la que nada podría sustituir.»

La Entrada Abierta al Palacio Cerrado del Rey, Biblioteca Esotérica, Barcelona, 1979, p 57.

«Por lo que, buscando más lejos este azufre activo, los Magos lo pidieron y lo encontraron encerrado en lo más interior de la casa de carnero o Aries. El hijo de Saturno lo ha acogido con avidez, siendo purísima, muy tierna y muy próxima al primer ser de los metales su materia metálica, completamente privada de azufre activo pero capacitada para recibir azufre. Por lo que atrae hacia sí como un imán, absorbiéndolo y escondiéndolo en su vientre. Y el Todopoderoso le imprime su sello real...»

Separación. P 43 «Así, para desatar esta dificultad, lee con atención lo que sigue: Toma cuatro partes de nuestro Dragón ígneo que esconde en su vientre al acero mágico y nueve partes de nuestro Imán; mézclalas con la ayuda del tórrido Vulcano, en forma de agua mineral donde flotará una espuma que debe ser apartada. Rechaza la cáscara y escoge el Núcleo, púrgalo tres veces por el fuego y la sal, lo que se hará fácilmente si Saturno ha reconocido su imagen en el Espejo de Marte.»

Regulo. P 33. «Tú, cuando divises su estrella, síguela hasta su Cuna: allí verás a un bello niño. Separando las inmundicias, honra a este retoño Real, abre el tesoro, ofrécele dones de oro y, después, de la muerte, te dará su carne y su sangre, medicina suprema para los tres reinos de la tierra.»

El investigador sagaz y con algunos conocimientos del Arte fácilmente comprenderá el simbolismo porque tanto Fulcanelli como Filaleteo fueron extremadamente caritativos tanto en la descripción de las principales características del Sujeto mineral, como de su acólito Metálico.

Resumimos al mínimo el modus operandi porque nuestra intención fue describir solo simbólicamente las materias de la vía seca hasta el Regulo Marcial Estrellado.

La vía seca está descrita hasta al coccion final de la Rémora en el libro del que fue discípulo de Fulcanelli, Eugène Canseliet, L'Alchimie Expliquée Sus Ses Textes Classiques, A Paris Chez Jean-Jacques Pauvert, 1972.

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(Imagen con links)


 

 

 

 

 

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