DOCUMENTOS
- DECLARACIÓN DE GUADAJALARA
Los participantes en el Encuentro de Profesionales de la Segunda Feria de La Radio para los Niños «La radio que yo quiero», reunidos en la ciudad de Guadalajara del 17 al 19 de mayo, declaramos que la promoción de la radio para los niños es fundamental para el desarrollo de la sociedad y el fortalecimiento de nuestras culturas. Los niños son el presente y el futuro de la otra radio que queremos. Trabajar por la formación de un niño radioescucha crítico, informado y libre es condición indispensable para la construcción de una sociedad más justa, más digna, más humana.
Declaramos que la responsabilidad de multiplicar y fortalecer espacios radiofónicos para la expresión de los niños debe ser una responsabilidad compartida por los grupos organizados de la sociedad civil y por las instituciones del Estado (gubernamentales, universitarias, culturales y educativas). El Estado tiene la obligación irrenunciable de asegurar la permanencia de espacios radiofónicos para los niños, imaginados y realizados por ellos mismos.
Para el cumplimiento de estos propósitos, consideramos necesario:
Que se reserve una parte del tiempo oficial que corresponde al Estado en las radiodifusoras concesionadas para la difusión de programas de radio destinados a los niños.
Que las instituciones universitarias valoren a la radio para los niños como una prioridad, y que en consecuencia promuevan y apoyen proyectos de investigación y de producción de radio para niños.
Que las empresas privadas y las instituciones filantrópicas financien proyectos de capacitación, investigación y difusión de radio para los niños.
Que el gobierno federal asegure efectivamente el cumplimiento de la Declaración Universal de los Derechos de los Niños y de la Ley Federal de Radio y Televisión, en cuanto se refiere al derecho a la libre expresión radiofónica de los niños, y al respeto a su dignidad y a su condición de niños.
Que como parte de los criterios fundamentales en la próxima integración de los fondos estatales para la cultura infantil, se asegure el apoyo financiero para proyectos de producción radiofónica para niños.
Por nuestra parte, asumimos el compromiso de trabajar coordinadamente para lograr más y mejores programas de radio para los niños, para lo que consideramos necesario integrar una red regional de productores, investigadores y promotores. Uno de sus principales objetivos será procurar la incorporación de los niños en todos los momentos de la producción radiofónica destinada a ellos, desde la planeación hasta la producción y la evaluación, teniendo como base el respeto a su dignidad y a su condición de niños.
La red regional de profesionales de radio para niños fortalecerá en los niños y los jóvenes principios y valores que les permitan desarrollarse como seres humanos plenos, capaces de vivir con respeto a sus semejantes y con libertad. Trabajaremos por una sociedad en la que los únicos privilegiados sean los niños.
Guadalajara, Jalisco, 19 de mayo de 1996.
- LA RADIO, LA MÚSICA... ¿Y LOS NIÑOS?
PRESENTADA POR ROCÍO SALGADO, COLABORADORA DEL CEPRAC, EN EL III ENCUENTRO DE LA CANCIÓN INFANTIL LATINOAMERICANA Y DEL CARIBE, CIUDAD DE MÉXICO, 25 DE SEPTIEMBRE DE 1997
Históricamente, en nuestro país existe una relación íntima entre la música y la radio. Primero, porque la radio inició sus operaciones (en 1921) programando música entre comentarios y notas, convirtiéndose desde entonces en un elemento básico de la radio: la acompaña, le da sentido, ya que es parte del lenguaje radiofónico y como tal tiene una función expresiva, descriptiva, sugestiva y gramatical; pero además, desde sus orígenes, la radio encontró en la música un sustento comercial.
Con el viejo formato basado en palabras y piezas musicales, la radio ha logrado un auditorio cautivo siempre atento a escuchar a su cantante favorito, situación que hasta podría definirse como una condición innata entre auditorio y medio.
Por ejemplo, es inolvidable "La hora de los aficionados", uno de los programas de mayor audiencia de la XEW en los años treinta, escucharlo era una tradición familiar; por la curiosidad misma del invento y de conocer nuevos talentos, la gente se mantenía atenta a las transmisiones, y entre una participación y otra se emocionaba pensando en adquirir una lavadora o un nuevo perfume.
Sin duda, los empresarios de la radio encontraron en el descubrimiento y fabricación de talentos musicales un gran atractivo y un gran "tesoro". Años más tarde, con el invento de la televisión, conformaron una industria completa que crea a sus propias "estrellas", a las que hace cantantes y luego actores, o al revés, y las promueve a través de sus propias estaciones de radio y televisión.
Basta con encender cualquiera de los dos aparatos para conocer al cantante y la canción de moda, que han sido programados cada determinado tiempo con la intención de que conozcamos la nueva producción, nos aprendamos la canción y compremos el disco.
Por definición, la radio es un producto comercial, porque el modelo de medios de comunicación en México se rige por el otorgamiento de concesiones cuyo fin principal es el lucro. Así, el 96 por ciento de las estaciones radiofónicas en el Distrito Federal están programadas para vender tiempo a anunciantes y promover los "hits" musicales del momento (programar música es lo que cuesta menos y lo que requiere menos trabajo de producción). Explorando el dial, encontramos las mismas canciones en casi todas las estaciones que forman parte de alguno de los cinco grupos líderes en la radio.
En la ciudad de México existen 58 emisoras, en AM y en FM, de las que se distingue una radio universitaria, una de la Secretaría de Educación Pública y alrededor de diez estaciones que han optdo por el formato de "radio hablada", basada en la transmisión constante de noticiarios y programas de opinión. El resto transmite música de los "artistas" que nacen de las escuelas de actuación y de canto de la empresa que ha monopolizado la mayoría de los canales de televisión y las estaciones de radio en el país.
La radio se ha convertido en una "cajita musical", en la que escuchamos canciones rancheras, rock, baladas, boleros, y todos los géneros que se han impuesto como moda para jóvenes y adultos. Pero ¿qué hay de los niños, de la música para los niños?
De las 58 estaciones radiofónicas capitalinas, que en su mayoría transmiten 24 horas al día, lo que equivale a cerca de diez mil horas a la semana, sólo unas 20 se dedican a la transmisión de programas o de música "especial" para niños. Las cifras no sorprenden si tomamos en cuenta el rezago social y cultural en el que se halla gran parte de los niños y niñas mexicanos; basta con ver los altos índices de desnutrición, prostitución y callejerismo infantiles.
Considerando esto, no podemos extrañarnos de que sean un sector que tampoco preocupa a los medios de comunicación, cuando la sociedad misma los ha hecho a un lado, cuando para el Estado resultan más importantes los problemas de narcotráfico o contrabando de armas.
Después de que en 1986 el Instituto Mexicano de la Radio (Imer) canceló el proyecto de Radio Rin, la primera y única estación de radio para niños en México, sólo Radio Educación y Radio UNAM han mantenido espacios constantes dirigidos a los niños.
Aunque en estaciones del Imer y en algunas radios comerciales es posible escuchar programas para ellos, el tiempo que les dedican tanto las estaciones comerciales como las culturales, es mínimo; y se reduce aun más cuando la mayoría de los programas se transmiten simultáneamente los sábados por la mañana. ¿Será que los niños sólo existen y sólo escuchan radio ese día y a esa hora?
Los niños y las niñas piensan, cantan, juegan, y algunos van a la escuela o trabajan, todos los días. Y también todos los días escuchan radio, voluntaria o involuntariamente.
La escuchan cuando se suben al microbús, ya sea para ir a la escuela o para vender chicles, escuchan radio en su casa mientras su mamá hace las labores domésticas, o cuando acompañan a la abuela al mercado y en el puesto de frutas la vendedora está escuchando tal estación.
En fin, los niños siempre están en contacto con la radio. ¿Y cuál es esa radio? Es una radio genéricamente comercial y musical que transmite tres canciones y después varios minutos de anuncios comerciales, es una radio a la que sólo se tiene acceso para solicitar la canción de moda o para enviar saludos, características que alejan al niño y a la niña de ser radioescuchas expresivos y críticos.
Con el pretexto de las "complacencias musicales" para adultos, los niños escuchan a cada momento las mismas canciones, que no hablan de otro tema que no sea el "mal de amores". La diferencia entre una canción y otra sólo se encuentra en los ritmos y las voces. Los niños tienen que conformarse con ese repertorio musical, porque en la radio no hay espacios ni canciones dedicadas a ellos; como tienen la cualidad de fascinarse con cualquier tipo de música, siempre que el ritmo los haga moverse, les resultan atractivos ritmos como la quebradita o el merengue.
Para los niños lo que se dice con las canciones es lo de menos, pero son las letras y la cultura musical y comercial que está detrás de ellas lo que está educando a los niños. Porque la música es una forma de comunicación, y no hay comunicación que no eduque.
Creo que uno de los objetivos de las canciones y de la radio debería ser acercar al niño a la fantasía verbal, creada por las palabras acompañadas de música y efectos sonoros, que hacen de un cuento una canción y de una canción, un cuento. Parecería que esta es una de las cosas que está haciéndoles falta a las canciones para niños; y para adultos.
Las canciones que se escuchan en las estaciones comerciales no están pensadas para motivar el gusto comercial, sino para vender muchos discos, o el atuendo de la cantante, y de paso promover una golosina industrializada.
Además, las figuras del "mundo del espectáculo" que ahora están vendiendo canciones para niños son gente que no está dedicada ni comprometida con los niños, son personas que estaban haciendo telenovelas y de repente se les antojó grabar canciones para niños, siguiendo el patrón de las letras simples y repetitivas que no aportan estilos ni mensajes nuevos para los niños.
Canciones que a fuerza de repetición y la publicidad de las empresas disqueras se colocan tres o cuatro semanas en las listas de popularidad, pero que después se olvidan, que no trascienden en el tiempo.
Como sí lo han hecho por ejemplo las canciones de Francisco Gabilondo Soler, "Cri Cri", quien logró convertirse en una tradición musical. Incluso, muchos productores y musicalizadores de radio consideran a la música de este personaje indispensable para cualquier programa para niños.
Sin embargo, hay que reconocer que los niños son capaces de disfrutar todo tipo de música, y sobre todo tienen derecho a conocer una gran variedad de géneros musicales de calidad, interesen o no a las estaciones comerciales cuya programación está pensada para los adultos porque, según los publicistas, son ellos y sólo ellos los escuchas de la radio.
Considero que es necesario mostar a los niños que la radio comercial no es la única opción, y por tanto que la radio no sirve sólo para hacer escuchar canciones o enviar saludos, sino que a través de ella pueden decirse y hacerse cosas interesantes y divertidas.
Los comunicólogos y pedagogos se han aplicado mucho en estudiar el aprovechamiento de los medios para la educación de los niños; pienso que es tiempo de educar a los niños para que aprovechen a los medios, para que emitan sus propios mensajes a partir de sus vivencias cotidianas, de su cercanía con las personas y con la comunidad en que se desarrollan.
Hace falta dignificar radiofónicamente a los niños y las niñas, como consumidores --y re-creadores-- de cultura, con necesidad de canales de expresión abiertos a sus intereses y a su diversidad. Que les permitan identificarse con la radio para que encuentren en ella un espacio en el que siempre podrán decir lo que tengan que decir, con sus propias palabras y de acuerdo con su manera de sentir, de manifestarse, de ver y de imaginar la realidad, ya que desde luego son seres capaces de pensar, criticar y exigir por ellos mismos. De ahí que son uno de los públicos más difíciles de atrapar y de entretener.
Son ellos el prototipo de un nuevo radioescucha: son inquietos, exigentes en la búsqueda de nuevas formas de expresión. Son ellos quienes inventarán las nuevas formas de hacer y de escuchar la radio y la música.
- DECLARACIÓN DE SAN LUIS POTOSÍ
Nosotros, productores, promotores e investigadores de la radio para las niñas y los niños en el centro-norte de México, manifestamos nuestra decisión de crear una red regional, para continuar trabajando en mejores condiciones en beneficio de las niñas y los niños.
Nos vincularemos con otras redes similares, particularmente con las que resultaron de otros encuentros antecentes del nuestro, ahora, en San Luis Potosí. Nuestro propósito es crear y fortalecer continuamente un espacio para conocer y compartir proyectos, propuestas, experiencias, recursos, problemas y producciones.
Nosotros, los integrantes de la Red de Productores de La Radio para los Niños en el Centro-Norte de México, declaramos nuestro compromiso de trabajar por el desarrollo de más y mejores programas de radio para las niñas y los niños en nuestra región. Debemos trabajar por el desarrollo de una nueva radio, pensando en la radio con la que crecerán las niñas y los niños que no han nacido.
Entendemos que este compromiso nos exige mantenernos actualizados en el conocimiento de las nuevas tecnologías, en el ejercicio continuo de las técnicas radiofónicas, y en el conocimiento académico que nos permita comprender la situación y la problemática de las niñas y los niños para quienes hacemos radio.
La nueva radio para las niñas y los niños germina en la universidad. Asumimos el compromiso de ir a la búsqueda de los universitarios, convertir a la radio para las niñas y los niños en un objeto de estudio académico, con valor curricular, y colocar a la radio para las niñas y los niños en el horizonte laboral de los futuros profesionales de la radio.
Nos importa, mucho, reconocer y atender la diversidad de los niñoescuchas para quienes trabajamos. Alentaremos desde nuestros programas y proyectos radiofónicos el pleno respeto a las diferencias con las que las niñas y los niños crecen y se apropian de la radio.
La radio para las niñas y los niños crece con las niñas y los niños. Y las niñas y los niños crecen con la radio para las niñas y los niños. Esta radio que crece nos reclama cercanía con nuestros públicos, alimentarnos de su fantasía, compartir sus realidades, acompañarlos en la expresión libre de sus sueños.
San Luis Potosí, 21 de marzo de 2006
¿Cómo hacemos más y mejores programas de radio para niños? ceprac@yahoo.com