La Teoría de la Demanda Quebrada: importancia teórica y empírica
Por: F.V. Tow
Esquema de exposición
En primer término se realiza una muy somera introducción al modelo bajo estudio ubicándolo en su contexto histórico y señalando su ámbito de aplicación en el análisis de mercado.
En segundo lugar se presenta el modelo, sus supuestos y predicciones principales.
En tercer lugar se analiza en forma crítica dicho modelo tanto desde el punto de vista teórico como desde una perspectiva empírica.
Introducción
La década de los treinta fue sin duda un período muy fértil en el desarrollo del pensamiento económico en particular en cuanto a la crítica del modelo competitivo, esquema e instrumento principal de análisis de los economistas de la época.
En efecto, el modelo clásico de la competencia perfecta se cuestionaba tanto a un nivel de análisis de equilibrio general – tal el caso del embate de la flamante teoría keynesiana – como a nivel de equilibrio parcial – como lo ponen de manifiesto, en Inglaterra, los aportes de Joan Robinson al análisis de la competencia imperfecta y los del Profesor Chamberlin en los EEUU sobre la competencia monopólica.
Los esquemas de estos autores caen dentro de lo que puede denominarse ¨competencia entre muchos¨. Pero también surgieron ataques hacia fines de la década desde el campo de la competencia entre ¨pocos¨, esto es el análisis del oligopolio.
Es dentro de este campo que podemos apuntar a los trabajos de Hall y Hitch en Inglaterra y el de P. Sweezy del otro lado del Atlántico quienes formularon en forma prácticamente simultanea lo que se conoce como el modelo o teoría de la demanda quebrada, que es el tema que hoy nos ocupa.
Ubicado así el modelo de la demanda quebrada en su contexto histórico y en su campo de acción – esto es en el marco del análisis del oligopolio del cual es actualmente uno de sus tantos integrantes – pasamos seguidamente a presentar los aspectos más salientes de dicho modelo. A tal fin y en forma un tanto libre seguiremos la exposición de Sweezy que es la más consistente de las dos versiones, la más compacta y la que goza de mayor popularidad entre los autores de libros de texto en microeconomía.
El Modelo de la Demanda Quebrada
El análisis parte del supuesto que el oligopolista cree que sus rivales reaccionarán en forma diferente según si éste aumenta el precio o bien si lo disminuye.Supone que mientras que los aumentos en su precio no serían acompañados, disminuciones en el precio serán igualados con rapidez. La lógica de éste razonamiento por parte del oligopolista se comprende si se piensa que un aumento en el precio por parte del oligopolista ahuyentará clientes a favor de sus rivales por lo que no cabe esperar que éstos se vean inducidos a tomar alguna acción particular (en todo caso dirán gracias) mientras que por el contrario una reducción en el precio los inducirá a que hagan lo mismo so pena de perder clientela.
Desde la perspectiva del oligopolista bajo análisis esta conducta supuesta para los rivales le hará pensar que aumentos en su precio le hará perder ventas (o sea en el lenguaje de los economistas éste creerá enfrentar una demanda muy elástica) mientras que las disminuciones en el mismo, dado que los rivales acompañarán la baja en el precio, el incremento en la cantidad demandada será pequeña (o en nuestro lenguaje éste creerá enfrentar una demanda más bien inelástica).
En términos de geometría, podemos expresar
lo anterior dibujando una curva de demanda con una quebradura a la altura
de la combinación precio cantidad vigente; el tramo superior elástico,
el inferior más bien inelástico. La Figura No. 1 claramente
así lo ilustra.
Figura Nro.1
(La figura anterior habrá develado seguramente para muchos neófitos el misterio del nombre tan peculiar de la teoría que nos ocupa.)
La consecuencia de esta quebradura en la demanda es la
de determinar una curva de ingreso marginal con una discontinuidad a nivel
de la cantidad producida tal como lo describe la Figura No. 2.
Figura No. 2
Para mostrar que ello es así, podemos proceder
en forma geométrica como en las figuras 3a, 3b, 3ab y 3c. La figura
3c se compone de las curvas de demanda e ingreso marginal de la figura
3a a la derecha de xestrella y las curvas de demanda e ingreso marginal
de la figura 3b a la izquierda de xestrella (variando la pendiente de cualquiera
de las curvas se deduce que a mayor quebradura mayor el segmento inelástico
de la curva de ingreso marginal).
Dibujemos ahora una curva de costo marginal tal
que pase a traves del segmento inelástico de la curva de ingreso
marginal como ilustramos en la Figura No. 4.
Claramente la combinación de precio y cantidad no puede ser mejorada toda vez que un pequeño incremento en la cantidad – compatibilizado por el decrecimiento de precios que corresponda – aportaría más al costo que a los ingresos, mientras que una pequeña disminución en la producción – resultado de un mayor precio – restaría más ingreso que costo. Nos encontramos pués en una situación de equilibrio.
Si ahora desplazamos la curva de costo marginal dentro de los límites NG vemos que no existe incentivo alguno para que el oligopolista varíe su política de precio. Deducimos así la primera de las predicciones del modelo.
¨Variaciones en los costos marginales pueden no llevar a modificaciones en el precio¨.
Esta predicción difiere de la que se obtendría en iguales circunstancias con el modelo competitivo, con el de competencia imperfecta o en el de monopolio, por tomar algunos casos estudiados.
Si ahora desplazamos la curva quebrada de demanda dentro de cierto entorno obtendremos que tampoco habrá incentivo alguna para modificar la política de precios del oligopolista. Esto se ilustra en la Figura No. 5.
Segunda Predicción: ¨Variaciones en la demanda pueden no provocar cambios en los precios¨.
En idénticas circunstancias los modelos señalados ut supra difeririían en cuanto a tal resultado.
Ahora nos preguntamos qué pasaría si traspasamos la frontera en que no conviene modificar los precios. Supongamos por ejemplo que en un mercado de idénticos rivales (un duopolio) se produce un incremento en la demanda agregada que se distribuye en igual cantidad para cada oligopolista de tal manera que la curva de costo marginal corte a la de ingreso marginal del primero de los oligopolistas en el segmento correspondiente al tramo elástico de la curva de demanda. Esto se ilustra en la Figura No. 6.
La empresa 1 fijará el precio Pdobleestrella. El idéntico rival ahora verá incrementada su demanda y quizás vea necesario incrementar también su precio. Si esto ocurre la demanda D2 que está construída bajo el supuesto que el rival no modifica su precio (esto es para P=Pestrella se desplazará hacia la derecha, lo que llevará a cambiar nuevamente las condiciones de óptimo y por tanto precio y cantidad (lo que afectará al rival y así sucesivamente, como ocurre en el duopolio clásico) y cuyo resultado es incierto a falta de otros supuestos.
Este simple ejercicio pone en evidencia un punto de fundamental importancia: no es éste un modelo de determinación de precios. Es decir que si bien racionaliza o explica el porqué de la rigidez de precio dentro de ciertos límites, no explica qué pasaría fuera de ellos.
Por último, y teniendo en cuenta que la rigidez de los precios parece más probable – en este modelo – cuanto mayor es el segmento inelástico de la curva de ingreso marginal (o dicho de otra forma equivalente, cuanto más difiera la elasticidad a la derecha y a la izquierda de la quebradura) podemos intentar plantear casos en los que esperamos encontrarnos con una diferente quebradura (y por tanto con una diferente predicción de estabilidad de precios) para luego, empíricamente, verificar si ello efectivamente es así. Por ejemplo uno esperaría que las rigideces de precio fueran mayores para oligopolios de productos más diferenciados – cuanto más sustitutos sean los bienes más elástica será el segmento a la izquierda de la quebradura bajo esta hipótesis -(más rigidez en la industria del acero que en la de máquinas de calcular). También se podrán buscar caso en que la predicción de rigidez de precios difiera con la que se obtiene de otros modelos.
Resumiendo el modelo predice que los precios no han de variar dentro de ciertos límites y que cabe esperar menos variaciones de precios en ciertas circunstancias (cuanto mayor sea la diferencia de elasticidad a la derecha y a la izquierda del punto de quebradura).
Evaluación Teórica y Empírica
Un análisis superficial tiende a afianzar al modelo de la demanda quebrada toda vez que se ha verificado empíricamente una mayor rigidez en los precios de productos oligopólicos que en otros que se negocian en mercados con mayor número de participantes -esto es mercados más competitivos - . Asimismo encuestas realizadas a empresarios revelan que la conducta postulada por el modelo es aceptada en general por ellos mismos como ajustándose a la realidad. Sin embargo un examen más riguroso realza que estas observaciones no son base suficiente solida para ello.
Análisis Teórico
Desde la perspectiva teórica puede señalarse la existencia de otras hipótesis o argumentaciones clásicas o neoclásicas que predican también rigideces en precios. En consecuencia ¿con cuál nos quedamos? Planteamos brevemente dos rivales posibles a título de ejemplo y que luego serán tenidos en cuenta en la confrontación empírica. Uno que hace hincapie en la fragilidad administrativa en los acuerdos secretos de precio entre oligopolistas y otro que enfatiza los costos de los cambios en precio.
La primera de las argumentaciones diría algo así como que la dificultad en llegar a un acuerdo de precios determina que una vez alcanzado el mismo, tendería a persistir en el tiempo ya que habría un generalizado consenso para no volver a reabrir conflictivas discusiones y, si ello no fuera factible, posponerlas lo más posible con la expectativa que la necesidad de reabrir la discusión pasara con el tiempo.
La segunda de las argumentaciones pondría énfasis en que los costos pecuniarios de cambiar precios (publicidad, listas de precios, etc.) así como los no pecuniarios (buena voluntad de los clientes o proveedores) pueden más que compensar el incremento en ingreso esperado por la variación del precio. De allí que convenga dejar las cosas como están.
(Nótese que la primera de las hpótesis predice lo contrario de la tesis de la demanda quebrada ya que la colusión de precios tiende a eliminar la quebradura – y por tanto la predicción de rigidez en los precios -. Nótese también – ¿puede demostrarlo? – que un analista agudo podría afirmar, no sin cierta ironía, que estas dos hipótesis oponibles a la tesis de la demanda quebrada son hipótesis de costo total quebrada!!!)
En cuanto a las encuestas, cabe destacar que las mismas también revelan conductas que se contradicen con la postulada por el modelo, lo que evidencia que quizás no sean los propios investigados los que más puedan aportar sobre los móviles de su comportamiento, como por otra parte lo sugiere un conocimiento elemental de la sicología humana. A lo sumo lo que demuestra una encuesta directa sobre motivaciones a los propios sujetos es lo que ellos ¨piensan¨ que harían pero no lo que ellos realmente ¨hacen¨(aún cuando sus respuestas sean honestas).
Análisis Empírico
En forma más amplia puede afirmarse que las investigaciones empíricas no han sido favorables a la tesis de la demanda quebrada. A continuación hemos de presentar en forma sintética- y con el sólo ánimo de interesar a los alumnos por la investigación aplicada,- algunos de los hallazgos empíricos más significativos efectuados en los EEUU por el Profesor Stigler en base a datos que cubren el período 1929-1937 para 21 productos de empresas oligopólicas y monopólicas. El análisis parte de la identificación operativa de flexibilidad de precios con, por un lado el número de veces que cambiaron los precios y por el otro con el coeficiente de determinación de los precios (que es una medida estadística de la magnitud de la variación de los precios relativos) – medidas éstas que no son equivalentes . a su vez identifica operativamente la variación en la demanda con el coeficiente de determinación de la producción.
Stigler encontró que:
Evaluación Final
Tal como se desprende de la discusión anterior este modelo no se ha distinguido por sus aciertos empíricos a nivel de los grandes oligopolios americanos. Quedan, sin embargo, muchos ámbitos donde no se lo ha investigado. Si bien habrá quienes, en virtud de la inadecuada sicología empresaria supuesta, proyecten los resultados negativos a esas áreas también, no puede considerarse cerrado el caso. De lo que no quedan dudas es que este modelo ha sido influyente en estimular trabajos en otras áreas con hipótesis semejantes – en el campo de los monopsonios y los oligopsonios – así como estimulado la investigación empírica y la comprensión de aspectos metodológicos de importancia en las ciencias sociales. Además debido a su sencialla formulación, a su significativo contenido ideológico (que aquí hemos soslayado) y al hecho que es posible inferir conductas contrastables con la realidad (equivocadas o no es otro problema) es dable esperar que se le reserve un lugar entre los modelos de oligopolio que consideran los economistas. Aún de las pruebas fallidas se puede aprender.
Bibliografía adicional a loslibros de texto recomendados
P.M. Sweezy: ¨Demand under conditions of oligopoly¨
Journal of Political Economy Vol. 47 (1939). Reproducido en Ensayos sobre la Teoría de los precios. Editores Stigler y Boulding. Editorial Aguilar.
R.L. Hall y C.J.Hitch. ¨Price theory and business behaviour¨. Oxford Economic Papers Nro. 2 (1939).
G.J.Stigler.¨The kinky oligopoly demand cuerve and rigid Prices¨. Journal of Political Economy Vol. 55 (1947). Reproducido en ensayos sobre la Teoría de los Precios. Editores Stigler y Boulding. Editorial Aguilar.
M.Bronfenbrenner. ¨Aplications of the discontinuous oligopoly demand curve¨. Journal of Political Economy Vol. 48 (1940).
F.V.Tow.¨Analisis crítico de un caso de oligopsonio¨. Revista Española de Economía. (Enero-Abril 1975).
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