Reflexiones
Es la medicina tal vez la ciencia más compleja que exista, no por el grado de conocimiento que se maneje o el nivel de análisis que requiera para su ejercicio, sino que por el desafío que nos pone cada día el enfrentarnos a un paciente (que es idéntico a nosotros). Fácil es que una máquina reemplace el quehacer médico: Sólo basta una serie de algoritmos para que aprenda. Pero carece de algo escencial: el amor humano. Y eso hace lo complejo de la medicina, eso hace de la medicina, un Arte.
«Por qué al médico y al preceptor les soy deudor de algo más, por qué no cumplo con ellos con el simple salario? Porque el médico y el preceptor se convierten en amigos nuestros, y no nos obligan por el oficio que venden, sino por su benigna y familiar buena voluntad. Así, al médico quo no pasa de tocarme la mano y me pone entre aquellos a quienes apresuradamente visita, prescribiéndoles sin el menor afecto lo que deben hacer y lo quo deben evitar, nada más le debo, porque no ve en mí al amigo, sino al cliente... ¿Por qué, pues, debemos mucho a estos hombres? No porque lo que nos vendieron valga más de lo que les pagamos, sino porque hicieron algo por nosotros mismos. Aquél dio más de lo necesario en un médico: temió por mi, no por el prestigio de su arte; no se contentó con indicarme los remedios, sino que me los administró; se sentó entre los más solícitos para conmigo, y acudió en los momentos de peligro; ningún quehacer le fue oneroso, ninguno enojoso; lo conmovían mis gemidos; entre la multitud de quienes como enfermos lo requerían, fui para él primerísima preocupación; atendió a los otros en cuanto mi salud lo permitió. Para con ese estoy obligado, no tanto porque es módico, como porque es amigo»
SÉNECA, de beneficiis, VI, 16.
"El más hondo fundamento de la medicina es el amor... Si nuestro amor es grande, grande será el fruto que de él obtenga la medicina; y si es menguado, menguados también serán nuestros frutos. Pues el amor es el que nos hace aprender el arte, y fuera de él, no nacerá ningún médico".
PARACELSO, Spitalbuch, I. Teil.