PROPUESTA
Se nota, se siente en el ambiente, las cinco propuestas
para reformar la legislación relativa a la energía
eléctrica (tres ya rechazadas), más la que presente (si lo hace)
Vicente Fox, no bastan. Hay un vacío, falta una opinión,
nuestra opinión, la opinión de la sociedad, de los
trabajadores, de los usuarios, del pueblo, de los que van a ser directamente
afectados de modo masivo, de los que no han sido consultados, en fin, de los
auténticos dueños del Sistema Eléctrico
Mexicano.....
Veamos....
La calidad de vida o nivel de
bienestar de los seres humanos depende actualmente de la disponibilidad de la
energía eléctrica. para su uso
cotidiano.
Civilización y
Electrificación son conceptos que se
corresponden.
La electricidad para uso masivo se
obtiene de la transformación de las diversas formas de energía
libre o liberable de la naturaleza por medio de ingenios o artificios creados
por el hombre (transformación de energía potencial,
cinemática, térmica, nuclear, fotónica, etc. en
eléctrica); utilizando siempre, total o parcialmente, los recursos
naturales del lugar en que se dá, o sea del país en que
acontece.
De lo que se deduce que la Nación,
con sus recursos energéticos: petróleo, gas natural, cuencas
hidráulicas, vapor del subsuelo, uranio, carbón, energía
solar, vientos dominantes, mareas, etc. y el trabajo de sus habitantes,
está profundamente involucrada en la generación
eléctrica.
Es entonces un problema
social el problema eléctrico de un
país.
Y con la mira puesta en el mayor
beneficio para la mayoría, debe de ser
resuelto.
La
integración.
Al crear Luz y Fuerza del Centro, el Estado Mexicano,
casi sin proponérselo, dio culminación a un proceso, una
política y una estrategia que llevó a México a ser el
poseedor de uno de los mejores Sistemas Eléctricos Públicos del
Mundo.
Desapareciendo la Compañía de Luz
y Fuerza y Asociadas, desapareció con ellas la última "empresa
completa", privada (empresa que generaba en su totalidad la energía
que transmitía y distribuía), quedando finalmente un
sólo sistema, totalmente interconectado, con las necesidades
energéticas del país cubiertas en casi su totalidad y con un
sólo dueño: La Nación Mexicana; atendido por dos
entidades estatales CFE y LyFC.
Por lo que se
puede asegurar que la Industria Eléctrica Mexicana Estatal,
"Electricidad de México", (haciendo un parangón con Francia), "de
facto", de hecho, ya está
integrada.
En la realidad, en la vida
diaria, en su planeación, en su operación y en su comunidad de
intereses, funciona como un solo organismo, con absoluta interdependencia de
todas y cada una de sus partes.
Y su
desempeño es bueno.
A pesar de haber sido
decretado su desplome al reducir sistemáticamente la inversión en
desarrollo, mantenimiento preventivo y mantenimiento correctivo, equipo,
materiales, herramientas, etc. dejar sin cubrir muchos puestos vacantes y
minimizar las prestaciones e incrementos al salario. A pesar de todo, se le ha
calificado como el cuarto sistema en el
Mundo.
Sólo tiene un problema: Gobierno,
partidos y en general todo el ámbito político del
país no lo reconocen así. Se plantean
"reformas", a cual más irreal, que sacrifican todo lo conseguido hasta
ahora en el país a los intereses de unos cuantos tiburones nacionales e
internacionales con insaciable afán de lucro.
Las Propuestas
Sin embargo, tres de estas "propuestas de reformas
eléctricas" fueron ya rechazadas (las tres que pretendÍan
modificar a la ConstituciÓn) ante la enormidad de los problemas que
las privatizaciones, - que sólo buscan la ganancia máxima e
inmediata para luego dejar que todo se derrumbe atrás de ellas -, han
llevado a todos lados: la crisis de energía (California), la super
corrupción (ENRON), el desquiciamiento de la economía (Argentina),
etc.
Quedan otras dos propuestas que tratan de
resolver el "problema eléctrico" modificando las leyes reglamentarias
secundarias y planteando la "Autonomía de Gestión" (independencia
del Presupuesto de Egresos de la Federación) para las paraestatales; sin
detenerse, ni por un instante, a considerar que la integración de la
industria eléctrica ya sucedió y que "dar
autonomía" a las entidades que atienden nuestro Sistema
Eléctrico Nacional es tanto como volverlo a
desintegrar. Además de convertirlas, de hecho, en empresas
privadas, listas para "el mercado eléctrico" y para tarde o temprano ser
vendidas a las grandes corporaciones.
El caso los
ferrocarriles mexicanos es por demás ilustrativo. Al privatizarse se
vendió a varias empresas de los Estados Unidos, con lo que se
perdió el servicio p
úblico, ya no hay
transporte de pasajeros ni de carga ligera, únicamente de "contenedores"
para la industria norteamericana. Al principio eran varias sociedades pero ya se
están uniendo para formar un monopolio
privado.
Además de que LyFC no
volvería para ser lo que era, "una empresa completa", con todos los
aspectos del Servicio Público (generación, transmisión,
distribución y comercialización) ya que hace años que casi
ha dejado la generación en manos de CFE y regresaría como
empresa de distribución, totalmente dependiente de los precios de
compra y de venta de energía, mismos que le son fijados
externamente.
En su lugar deberían de buscar, -
ESTA ES LA PROPUESTA -, la manera de fortalecer a estas empresas, de
corregir su sistema administrativo y contable para que en vez de servir para
colocar a más amigos de los administradores, refleje esta nueva
situación.
No estamos proponiendo que LyFC
pase a ser una división de CFE. Definitivamente le quedaría
grande. No se parece a nada que CFE tenga para poderla comparar. El área
de atención de LyFC tiene características únicas en el
planeta. Ubicada a 2200 m sobre el nivel del mar obliga a "subir" todos los
servicios, una de las más extensas del Orbe, con gran densidad de
población, con enormes concentraciones de carga, con un crecimiento
anárquico que dificulta su tránsito, en un valle de altura en el
que se condensa la contaminación, con drenajes invertidos que hay que
bombear, etc. y finalmente, con más de 20 millones de
habitantes.
Lo mejor es que permanezcan ambas
entidades, sin atropellarse, respetándose mutuamente sus limitantes,
pero, eso sí, sin ningún tipo de relación comercial
de compra-venta de energía entre ellas. No es posible que
entidades (ambas), que funcionan dependientes del Erario Público, que no
manejan otro dinero que el que se les asigna, se estén pagando entre
sí o acumulen deudas entre ellas, especialmente cuando la totalidad de
sus ingresos va a la Secretaría de Hacienda y Crédito
Público.
Equivale a que el Erario
Público se preste y se pague a sí
mismo.
Amén de que incrementar las
atribuciones de la Secretaría de Energía a través de su
Comisión Reguladora de Energía (otro punto en el que convergen las
propuestas) no es más que hacerle al avestruz metiendo la cabeza
en el suelo y pretender no ver los desaguisados que están haciendo, la
cantidad de permisos anticonstitucionales otorgados y el triste papel de
"defensores a-como-de-lugar" de los intereses más agresivos
transnacionales.
Un sólo sistema
eléctrico en el país es más que suficiente para el servicio
público requerido (como mandata la Constitución), como lo
demuestra nuestra realidad. La Carta Magna no está errada ni
obsoleta. Todo depende de la óptica de quien lo vea. Si se trata de
funcionarios o legisladores comprometidos con las grandes corporaciones,
profundamente preocupados por "los inversionistas", principalmente
extranjeros, a los que tratan de dejar satisfechos en primera instancia,
olvidándose de las afectaciones a toda la población
(incluyendo a los industriales mexicanos, pequeños, medianos y
grandes) a la que en última instancia deben el puesto que ocupan,
para ellos, sí, "hay que modificar toda la legislación del
país, incluyendo a la Constitución, si es necesario, no sea que se
vayan a ir a invertir en otra parte". Para ellos, la energía
eléctrica no es más que un medio más de enriquecimiento de
los que ya son de por sí inmensamente ricos. Y además eso lo ven
bien.
Pero para los ciudadanos esto no es así.
La energía eléctrica y demás formas de energía que
aprovecha el hombre, se deben de generar como un servicio
público que satisface una necesidad que tenemos
todos.
Los permisos
mal-otorgados deben de revocarse y detenerse. Nuestra economía esta
en completa contracción, en crisis y no muestra signo alguno de
"repunte", pese a lo que digan los voceros oficiales (basta con ver los datos
publicados por el INEGI); la demanda de energía eléctrica no
creció el 6 o 7 % que pregonan sino apenas el 3% el año pasado,
las plantas ya construidas más las actuales dan una buena reserva; es por
demás que sigan queriendo alarmar a la población con futuros
"apagones", como hizo Zedillo (que ahora resulta "interesado en adquirir LyFC,
según rumores, -ver La Jornada del 17 de Mayo-). No es entonces cierto,
que las necesidades de generación del Sector no se puedan cubrir con
recursos propios y sólo
podamos sobrevivir
vendiendo nuestros
haberes.
Así que,
resumiendo, esta es
Propuesta
• Que se modifique la LSPEE para eliminar las
contradicciones anticonstitucionales: La Autogeneración y la
Cogeneración no pueden ser negocios particulares de excedentes, ni pueden
llevarse acabo en sociedades mercantiles, ni utilizar como particulares el
Sistema Eléctrico Nacional; la figura de Productor Independiente debe de
desaparecer. Que se especifique claramente que la electricidad se genera en
México para dar un Servicio Público. La Comisión Reguladora
de Energía debe dejar de existir y la Secretaría de Energía
debe modificar su visión de la problemática energética a
una concepción nacionalista.
• Que se
modifique la legislación pertinente para que a ambas paraestatales CFE y
LyFC, en las mismas condiciones, en sus propias zonas de influencia, se les
considere como las partes que componen el Sistema Eléctrico Nacional,
únicas encargadas de proporcionar el Servicio Público requerido
por la Nación. Lo que debe quedar reflejado tanto en su estructura como
en su contabilidad. No debe haber compra-venta de energía entre
ellas.
• Que se fortalezca a ambas entidades
para optimizar su funcionamiento con estructuras lógicas basadas en las
funciones naturales de cada entidad estatal y recuperar rezagos por recortes
presupuestales.
• Que se les asigne el
presupuesto necesario y suficiente para su funcionamiento, expansión y
desarrollo.
• Que se
detenga la inversión privada, particularmente extranjera, en el Sistema
Eléctrico Mexicano.
Ing. Romeo Maisner