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Discurso pronunciado en el zócalo de la Cd. de México, marzo de 2000.
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Discurso pronunciado por el |
Trabajo Democracia y solidaridad las armas para combatir el neoliberalismo.
Este primero de mayo del 2000 se cumple un ciclo más de la lucha obrera en México. Hoy como nunca antes la resistencia obrera requiere de una perspectiva general y por regiones, para responder a las asenchanzas y a los embates del capitalismo mundial en su propio terreno. La resistencia obrera debe crecer para combatir su perspectiva de globalización y para detener las prretensiones de la flexibilidad total; para impedir la desaparición de las políticas sociales. Cuando un pensamiento único avala una política económica única, nosotros, los trabajadores con clara proclama esgrimimos la disidencia, la discrepancia con una concepción alternativa, bajo el esquema universal de los derechos del hombre; trabajo, democracia y solidaridad.
Los objetivos y el eje central de los neoliberales están diseñados para acabar con esos derechos que son la resistencia del pueblo. La fuerza y la conciencia radican ahí, en el trabajo y en la solidaridad, son la vida misma y contra ella van los neoliberales, para quebrar la escencia y esperanza de los obreros mexicanos y del pueblo todo.
El desempleo, los bajos salarios, la flexibilidad, la quiebra de los contratos colectivos, la exclusión social, los bonos de productividad intensiva, la individualización de las cuentas de seguridad social, el salario por hora, los despidos, las privatizaciones de las empresas públicas, la jornada inhumana en las maquilas, el corporativismo oficial, los topes salariales, todos son elementos que atacan al trabajo y a la solidaridad de los obreros en México y el mundo.
Por ello discrepamos, por ello luchamos. La globalización limita al trabajo y resquebraja la solidaridad, la cambia por competencia individual y flexibiliza las formas sociales de la producción, para obtener el pleno control patronal ; quebranta las formas sociales de existencia: somete conciencia y anhelos. Trabajo y solidaridad contra el desempleo y la plena ofensiva neoliberal.
Son dos proyectos, son dos perpectivas. Son propuestas discrepantes sin duda alguna, somos por ello la voz diversa. Trabajo y solidaridad contra globalización salvajey el neoliberalismo enajenante. Socialicemos el poder, impulsemos la democracia: no queremos más demagogia. Defendamos el trabajo, promovamos el desarrollo de las industrias estratégicas y el crecimiento social de los pueblos, del pueblo de México.
La política neoliberal que se emite desde los grupos hegemónicos mundiales, por las grandes empresas imperiales y se acata por los débiles gobiernos locales, es la causa flagelante de la explotación de los pueblos cuando los medios tecnicos y los medios de producción permitirían con suma facilidad acabar con la miseria que asola al mundo del trabajo, los neoliberales destruyen con pobreza la esperanza de los pueblos, especialmente en América Latina.
Las voces de los sin tierra, las voces de los explotados, las voces de los excluidos, las voces de las minorías, las voces étnicas acrisoladas, son cada vez más y se manifiestan ya por todos los rincones y recovecos del mundo: Un aire de rebelión renovadora se expande, al sentir el paso firme y convicción serena del mundo del trabajo. ¡Basta de miseria! ¡Basta de sumisión y bajeza! ¡Basta de matanzas de campesinos! Veamos a mundo con dignidad, construyamos una nueva perspectiva que recupere la escencia de la trayectoria social del trabajo, con una democracia social del poder y una solidaridad de raigambre historica del pueblo trabajador.
Este primero de mayo es uno de los más combativos en México y en el mundo. Recordemos que el primero de mayo se procura la lucha. Recordemos que se instaura la desidencia cntra la represión. Recordemos que en la experiencia del primero de mayo se combate contra la explotación intensiva y extensiva diseñada por los centro patronales del último tercio del siglo pasado. El primero de mayo es la respuesta obrera frente a la opresión, no la alabanza al gobierno ni la aceptación de la injustas políticas patronales. Los mártires de Chicago en el siglo pasado pulsaron sus tiempos por las viejas consignas que renacen tan frescas como entonces: "8 horas de trabajo, 8 horas para dormir, 8 horas para lo que me pegue la gana". Se dijo entonces, se reconoce ahora. Queremos un salario y una vida que nos cumpla la vieja consigna de Chicago; retomemos el reto de los viejos tiempos por los viejos anhelos.
Hemos tenido una año pleno de luchas y combates generales y regionales. En Colombia, en Ecuador, en Venezuela, en Brasil, en Costa Rica, en Seattle y en Washington: han sido contra la imposición, contra la exclusión, contra los fraudes económicos o electorales, contra las botas del autoritarismo, contra las políticas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, contra las imposiciones. Miles han sido golpeados y encarcelados pero otros miles y centenas de miles persisten y resisten.
Las propuestas están claras, muestran discrepancia, somos la voz diversa y discordante, estamos en el campo, en el monte, en la maquila, en la pizca, en las escuelas públicas, en la defensa ecológica, en el resguardo de las zonas culturales, en la defensa de las ramas estratégicas, en las fronteras, en la ciudad y en los emporios de la industria transnacional, somos mucho más que un clamor marginado, somos miles en el mundo, porque queremos construir una globalización plena, con democracia, solidaridad y trabajo. Estos son los elementos que proponemos globalizar. Nos oponemos a la globalización imperialista por las injusticias que promueve y por la desolación que causa, bajo el esquema del despojo y sometimiento. No claudicaremos, pues dejar avasallarnos por "el desarrollo neoliberal" nos hundirá en la miseria y en la exclusión social. A esto es a lo que nos oponemos.
Por supuesto, en México el camino ha sido complicado, los oídos parecen sordos y nos dicen fóbicos por no aceptar su política neoliberal de desarrollo, porque nos oponemos en forma insistente y enérgica a la privatización de las industrias estratégicas nacionales, porque rechazamos la flexibilización de la Ley Federal del Trabajo, porque repudiamos el sometimiento a losdictados del Banco Mundial, porque defendemos la educación superior pública y gratuita, porque reprobamos la alianza financiera del Ipab-Fobaproa con la banca de capital especulativo, porque combatimos los despidos modernizantes de las privatizaciones, porque invocamos el viejo anhelo del Contituyente del 17 nos dicen necios y fóbicos, y nosotros deimos que sí: los somos y los seremos. Nos invitan al diálogo, pero rechazan nuestras propuestas e incumplen lo pactado, pasó en Chiapas, pasó en la universidad. Se quejan de nuestras acciones y de nuestras propuestas, pero insistiremos miles de veces. Hemos dicho en forma concisa y precisa: La Constitución no tiene precio, la patria no se vende. La patria se defiende.
Hemos tenido un año pleno de lucha y claro en la prespectiva de nuestros objetivos. La solidaridad incondicional y permanente del Frente Sindical Mexicano dede su nacimiento en 98 y la creación en el 99 del Frente Nacional de Resistencia ontra la Privatización de la Industria Eléctrica son un ejemplo alentador de la naciente esperanza que la proclama solidaria produce en nuestra patria. Pulsemos el poder con esas viejas, pero vigentes propuestas, con aquellos programas de desarrollo social sostenido, crecimiento económico independiente y ejercicio pleno de las decisiones fundamentales por el pueblo soberano. Como en los viejos tiempos hagamos acopio de la soberanía y el desarrollo plasmados por el Constituyente de 1917. Que esa sea nuestra tarea, que esa sea nuestra misión. Que sea el debate del mundo del trabajo, para ¡¡mitra los marcos de acción del mundo de los propietarios y de los banqueros usureros.
Pulsemos el sentir del pueblo de México, con una discusión amplia sobre la problemática nacional, las prioridades y la estrategia de acción que preserve el proyecto de nación contenido en nuestra Carta Magna, a partir de:
1. Los alcances sociales de los artículos 27 y 28 constitucionales, que buscan la solidez de una nación soberana preservando en forma estratégica a la empresas energéticas nacionalizadas.
2. Los alcances y el sentido social, por su propuesta distributiva de los artículos 3° y 123 de la propia Constitución, pues otorgan educación y perciben equidad en el trabajo.
Porque la Patria no se vende, ni un paso atrás.
Porque la Constitución no tiene precio, ni un paso atrás.
¡Vivan los Mártires de Chicago!
¡Viva el Día Internacional del Trabajo!
Responsable de la publicación: Ramón Pacheco Llanes, Secretario del Exterior SME.
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