Palabras pronunciadas por Francisco Labastida Ochoa, durante el desayuno
de trabajo con miembros del Consejo Nacional de Industriales Ecologistas
(CONIECO).
México, D. F., julio 26 de 1999.
Deseo, primero, agradecerle al ingeniero Carlos Sandoval, la muy atenta
invitación para reunirme con ustedes, para tratar un tema de primordial
importancia para el país, que es el tema de la ecología,
en el cual coincidimos todos que es de la mayor prioridad.
Les agradezco a todos ustedes su presencia en esta reunión, que
me compromete por las reflexiones que aquí se han planteado y los
puntos de vista que se han expresado, que reflejan no sólo inquietud
y preocupación por el tema, sino un conocimiento preciso también
de las soluciones que sobre el mismo se puedan tomar.
Quiero felicitar al ingeniero Sandoval, además por la extraordinaria
capacidad de convocatoria y su capacidad de organización de esta
espléndida reunión. No sólo el número de quienes
se encuentran aquí reunidos, sino la calidad de quienes están
representados, hace que ésta sea una espléndida reunión,
de calidad, con planteamientos de fondo sobre uno de los puntos torales
del país. Una amplia felicitación, Carlos.
Somos un país que ha crecido explotando sus recursos naturales.
Nuestro entorno se ha degradado en algunos casos de forma seria y grave
y se ha agotado también en algunos casos nuestra riqueza natural.
Yo recuerdo que en alguna ocasión comentaba con Gabriel Quadri,
una foto que salió en una revista muy conocida, en donde le tomaban
desde el satélite la fotografía a la frontera de México
con Guatemala y en el National Geographic parecía que la línea
divisoria entre los dos países se marcaba muy claramente por la
deforestación, toda la parte mexicana estaba mucho más deforestada
que la parte guatemalteca.
La reflexión que hacíamos es: ¿cómo un país
que tenía un ingreso per cápita inferior, había logrado
cuidar sus bosques de manera mucho más exitosa de lo que lo habíamos
logrado nosotros? Y estaba relacionado obviamente con múltiples
causas, pero lo que es cierto es que esa es una tendencia que no puede
continuar en el país y no podemos continuar con el crecimiento económico
a base de los recursos naturales, como lamentablemente en algunas regiones
se ha dado.
Como sociedad y como nación, debemos hacer coincidir el desarrollo
económico, el crecimiento económico, con el cuidado del medio
ambiente. El deterioro no puede ni debe ser -creo que coincidimos todos
en ello- el costo que debamos pagar por el progreso y por la satisfacción
de las necesidades del país y de la población.
Por estas razones, para mí es particularmente grato, y agradezco
mucho la invitación, reunirme el día de hoy con los integrantes
del Consejo Nacional de Industriales Ecologistas.
Es muy satisfactorio constatar que en México hay empresarios
y asociaciones empresariales que se preocupan por la ecología y
que al lado de la preocupación tienen planteamientos viables de
lo que se puede hacer para lograr un desarrollo industrial respetuoso del
medio ambiente.
Gracias al ejemplo de lo que están haciendo ustedes, de sus inquietudes,
pero también de sus aportaciones, me permito enfatizarlo, es cada
vez mayor la conciencia y la disposición que existe para apoyar
un desarrollo sustentable en el país.
Conciliar el crecimiento industrial con el cuidado del medio ambiente,
puede ser y es, de hecho, una actividad rentable para las empresas, como
debe de ser.
Si todos los empresarios de México asumen esta visión
estratégica, pueden fortalecer sus actividades y al mismo tiempo
preservar el entorno natural. Son cada vez más los mercados que
demandan productos fabricados con tecnologías que no dañan
el medio ambiente.
La enseñanza es clara: es posible aprovechar las oportunidades
de hoy, sin cancelar las oportunidades del mañana.
Los recursos invertidos en las acciones para la sustentabilidad del
desarrollo, no son un gasto, son una inversión y además,
son una buena inversión.
Existe una percepción generalizada de la población, de
que la industria es la principal causante del deterioro ambiental, y esto
lo han generado algunas industrias que obviamente sí han deteriorado
el medio ambiente, pero no es la norma generalizada en el país y
yo celebro que ustedes estén trabajando de forma consistente para
lograr que ésta no sea la característica de nuestro desarrollo
industrial.
Por ello, mi opinión personal, es que como agrupación
y la derivo de las conversaciones que he tenido con varios de ustedes,
como agrupación se puede trabajar en dos vías: primero, ahondado
en sus acciones para que la industria reduzca los niveles de contaminación
que provoca y segundo, mediante una política de comunicación
social que difunda los esfuerzos que están realizando.
Las actividades del CONIECO y las que ustedes impulsan al interior de
sus empresas, han demostrado además que es factible, que es posible
aprovechar racionalmente los recursos sin agotar el patrimonio natural
que debemos legar a las futuras generaciones.
México y los mexicanos, tenemos derecho a aspirar al desarrollo,
pero debemos ejercerlo de tal manera que responda a las necesidades presentes
y también a las necesidades y a los intereses ambientales de las
generaciones futuras.
La protección del medio ambiente se ha convertido en un compromiso
internacional, es una necesidad nacional, jurídicamente regulada,
pero también es un compromiso ético con el país, con
nuestro presente y con el futuro.
Por ello, es indispensable fortalecer la conciencia ecológica
y esto se puede lograr mediante una regulación ambiental al interior
de las empresas.
En mi opinión, podemos avanzar en la formación de una
cultura productiva que cuide los recursos y proteja el medio ambiente y
que al mismo tiempo mantenga abierta las puertas del desarrollo y del fortalecimiento
de las empresas.
Debemos de impulsar nuevas actitudes para no posponer las inversiones
que requieren las empresas, que de manera paralela mejoren su producción
y no dañen el medio ambiente.
Estamos, a pesar de los años que han transcurrido en esta materia,
yo creo todavía al inicio del proceso, en la fase más difícil
de formación de conciencias que miran al futuro con responsabilidad
sin cancelar las acciones del presente.
Me parece que por lo que aquí se ha expresado, por lo que han
expresado quienes han hecho uso de la palabra, tenemos que reconocer que
a pesar de lo que hemos hecho, faltan todavía muchas cosas por hacer.
Que una gran parte de la industria aún no modifica patrones y
hábitos de producción en los que la dimensión ambiental
no tiene lugar y no le han dado cabida.
Ahí están los problemas generados por la liberación
de residuos peligrosos o la utilización de tiraderos clandestinos;
ahí está también su manejo inadecuado; ahí
está la falta de infraestructura que apenas alcanza para una tercera
parte del manejo responsable de los residuos peligrosos.
Admitamos que en muchos sectores de la sociedad, aún prevalecen
actitudes que degradan el medio ambiente, sólo por buscar beneficios
inmediatos; ahí está la pérdida de casi un cuarto
de millón de hectáreas de nuestras superficies forestales
en los últimos años; ahí están también
los más de seis mil incendios forestales al año.
Todavía es largo el camino que tenemos que recorrer, para actualizar
nuestras leyes y fortalecer también a nuestras instituciones ambientales;
ahí está la necesidad de una amplia reforma institucional
a favor del medio ambiente y la urgencia de incentivos fiscales sobre todo
a las micro, pequeñas y medianas empresas; para favorecer las acciones
ecológicas, ahí están los intentos de vulnerar la
soberanía por quienes arrojan desechos en las zonas fronterizas
cuando le hacen daño al país.
Por eso, porque todos debemos asumir actitudes responsables, les quiero
proponer a ustedes que pudiéramos reflexionar, comentar y dialogar
sobre 10 acciones que me permito proponerles muy respetuosamente para avanzar
hacia un desarrollo sustentable y lo hago, espero de manera responsable,
pero también humilde.
Lo hago con el ánimo de que, quien está conversando con
gente que sabe más que él de esta materia y dispuesto no
sólo a dar su opinión, sino sobre todo a escuchar y aprender
de ustedes.
Propongo que abramos un espacio de participación efectiva de
los industriales y de todos los sectores productivos, para la elaboración
de la normatividad ambiental y de la política que de ella se derive,
con el claro propósito de que cualquier medida que se tome en esta
materia siempre sea una medida que surja del diálogo, de la discusión
y de la coordinación y del consenso.
Segundo, orientarnos a mejorar la reglamentación ecológica
a nivel sectorial, estatal y regional.
Y yo agregaría ahí, particularmente en las industrias
que están provocando mayores problemas de contaminación como
son algunas de las petroquímicas y también parte de la industria
azucarera.
Tercero, promover una política de prevención a partir
de programas que ataquen las fuentes de contaminación.
Cuarto, impulsar una protección efectiva de nuestra biodiversidad,
aumentando las áreas naturales protegidas. Por el tamaño
de nuestro país y por las necesidades de conservación, es
factible pensar que podamos llegar a 20 millones de hectáreas, el
doble de lo que actualmente existe.
Quinto, promover programas más ambiciosos para la regeneración
y conservación de acuíferos y de suelos, particularmente
en algunas regiones críticas del centro y del norte del país,
en los cuales los acuíferos se están agotando a una velocidad
extraordinariamente rápida.
Sexto, asegurar la calidad y disponibilidad de agua para uso doméstico,
industrial y agropecuario.
Séptimo, trabajar por un desarrollo sustentable, capaz de crear
un millón de empleos cada año, con los apoyos necesarios
para que los empresarios lo hagan factible.
Octavo, impulsar un amplio programa de educación y capacitación
en todo el sistema educativo, particularmente en la educación básica
y media, donde la conciencia ecológica tenga un lugar central.
Noveno, apoyar un programa de desarrollo integral del campo, con formas
de producción y usos de tecnologías que favorezcan la preservación
y uso sustentable de los recursos y en particular que hagan un gran ahorro
en el uso del agua.
Y décimo, abatir la pobreza y la marginación como requisito
básico para un desarrollo sustentable.
Creo que juntos, y es mi propuesta para ustedes, podemos dialogar sobre
estas propuestas y también sobre otras que surjan del mayor conocimiento
y profundidad que ustedes tienen de esta materia.
Pero estoy convencido que deben ser y serán en beneficio del
país y de todos los mexicanos.
Si trabajamos en estas líneas de acción, se puede favorecer
el desarrollo industrial y a través de ello favorecer el desarrollo
del bienestar y el desarrollo del nivel de vida de la población
con un sentido de largo plazo autosustentable.
Reafirmemos la enseñanza, que para el presente y el futuro nos
dejó para todos la Cumbre del Río, sobre medio ambiente,
los seres humanos, se dijo en la Cumbre del Río, la gente deben
ser el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sustentable,
con derecho a una vida productiva en armonía con la naturaleza.
Elevemos la producción y la productividad con un correcto aprovechamiento
de los recursos.
Por todas estas razones, yo les pido a ustedes que acepten una invitación
para que ésta sea la primer reunión de varias que podamos
tener y que podamos construir en todos, políticas y acciones que
hacia el futuro nos permitan identificar cómo caminar de manera
más acelerada y cómo lograrlo para beneficio del crecimiento
sustentable del país.
Les pido que trabajemos en ello y les pido también otra cosa:
les pido que me apoyen y me ayuden en trabajar para alcanzar el honor de
ser el Candidato del Partido Revolucionario Institucional y después
el honor de ser el Presidente de la República. Para que hagamos
juntos un programa de trabajo en favor de la ecología y en favor
del desarrollo sustentable.
Yo soy de los que no creen en los liderazgos iluminados. Creo que sólo
las buenas políticas se hacen cuando trabaja la sociedad, los expertos,
los que saben de las materias y entre todos llegamos a soluciones consensadas
y entre todos impulsamos su aplicación.
El reto para los siguientes años, es no sólo lograr que
la economía del país crezca, sino hacerlo sin dañar
el futuro de largo plazo del país. Ustedes que saben de esto, tienen
no sólo los conocimientos, sino que tienen la fuerza y la capacidad
para impulsar los cambios.
Les propongo que unamos la fuerza y el conocimiento que ustedes tienen,
con la voluntad que tiene su amigo, para impulsar un desarrollo económico
sustentable, de largo plazo, que cambie el rumbo que hoy lleva; fortalezca
lo positivo que se ha hecho en estos años e iniciemos nuevas acciones
para tener la seguridad de que el desarrollo del país va por muy
buen camino.
Muchas gracias.

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