Cuento


Pasos en la escalera


Por María Eugenia López de Silanes *

Todavía me da por escuchar los pasos de mi nana haciendo chillar la escalera, pasos lentos y pesados, como los de un monstruo en decadencia.

—Algún día se caerá— me repetía todas las noches mientras esperaba en silencio a que Lupe cumpliera con la misión de apagarme las luces en punto de las nueve.

Pasaban los días y los meses, que en ese entonces me parecían eternos, sin que la nana dejara de venir todas las noches a torturarme con su presencia.

Esa criatura parecía estar hecha de piedra. Ni las lágrimas de cocodrilo, ni las golosinas que le traía del colegio, ni las rabietas de niña caprichosa, servían para ablandarle el corazón o para iluminarle el pensamiento.

...

*Ganadora del 3er. lugar del II Concurso del Cuento Pegaso Casa Lamm.

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