INTRODUCCION
El Instituto de los
Hermanos Maristas fue fundado en La Valla el 2 de enero de 1817. Los Hermanos
fueron fundados con un propósito y un estilo de vida bien determinados. El P.
Champagnat quiere que sus Hermanos sepan de qué se trata desde el principio.
Sabe que la indefinición no ayuda a la identidad propia, personal y colectiva.
Después de un tiempo de formación los novicios se comprometían a vivir
"las promesas" que había redactado su Fundador. La fórmula de las
promesas que a continuación presentamos se usó desde 1818 hasta 1826. A partir
de 1826 los Hermanos hacían votos (basándose en la autorización concedida por
Mons. De Pins, Administrador Apostólico de Lyon). Su importancia radica en que
nos muestra el compromiso múltiple que nuestros primeros Hermanos intentaban
adquirir desde los albores del Instituto. Son las Constituciones en su estado
más primitivo y embrionario
TEXTO
Nous soussignés, pour la plus grande gloire de Dieu et l'honneur de
l'auguste Marie, Mère de notre Seigneur Jésus Christ, certifions et assurons
que nous nous consacrons [...] à compter de ce jour [...], librement et très
volontairement, à la pieuse association de ceux qui se consacrent, sous la
protection de la bienheureuse Vierge Marie, à l'instruction chrétienne des enfans de la campagne. Nous entendons: premièrement, ne
chercher que la gloire de Dieu, le bien de son Eglise Catholique, Apostolique
et Romaine, et l'honneur de l'auguste Mère de notre Seigneur J(ésus) C(hrist). Secondement,
nous nous engageons à enseigner gratuitement les indigens
que présentera M. le curé de l'endroit 1º le catéchisme, 2º la prière, 3º la
lecture, le respect aux ministres de Jésus Christ, l'obéissance aux parens ete aux princes légitimes.
Nous entendons, troisièment, nous engager à obéir
sans réplique à notre supérieur et à ceux qui par son ordre nous seroient préposés. Quatrièmement, nous promettons de
garder la chasteté. Cinquièmement, nous mettons tout en communauté. |
Los
infrascritos, para la mayor gloria de Dios y el honor la augusta María, Madre
de nuestro Señor Jesucristo, certificamos y hacemos constar que nos
consagramos [...] a partir de este día [...] libre y muy voluntariamente, a
la pía asociación de los que se consagran, bajo la protección de la
bienaventurada Virgen María, a la instrucción cristiana de los niños del
campo. Intentamos: en primer lugar, no buscar sino la gloria de Dios, el bien
de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, y el honor de la augusta Madre de
nuestro Señor Jesucristo. En segundo lugar, nos comprometemos a enseñar
gratuitamente a los indigentes que nos presente el Párroco del lugar [en que
nos hallemos] 1º el catecismo, 2º la oración, 3º la lectura, el respeto a los
ministros de Jesucristo, la obediencia a los padres y a los príncipes legítimos [3].
Intentamos, en tercer lugar, comprometernos a obedecer sin replicar a nuestro
superior y a todos los que reciban orden suya de presidirnos. En cuarto
lugar, prometemos guardar la castidad. En quinto lugar, ponemos todo en
común. |
[1] Puede afirmarse que el naciente Instituto religioso fundado
por Marcelino Champagnat obtuvo su autorización diocesana a la llegada de Mons.
Gaston de Pins a la sede de Lyon (1824).
[2] El original francés está tomado de: J.Coste-G.Lessard, ORIGINES MARISTES, “Extraits
concernant les Frères Maristes”,
Rome, 1985.
[3] A la caída definitiva de Napoleón I (1815), reinarán de nuevo,
sucesivamente, dos miembros de la Casa de los Borbones:
Luis XVIII y Carlos X. Eran hermanos del Rey sacrificado por la revolución:
Luis XVI. Históricamente se está en la época de la Restauración.