Los usos y
costumbres entre Masones han tenido siempre un parecido cercano a los de
los antiguos Egipcios. Sus filósofos, remisos a exponer sus misterios al
vulgo, enseñaban sus sistemas de estudios y constitución por medio de
señales y figuras jeroglíficas, las cuales eran comunicadas a sus
principales Sacerdotes y Magos solamente, quienes estaban sujetos por
juramento sagrado a ocultarlas. El sistema de Pitágoras fue fundado de
manera parecida, así como muchos otros de tiempo más reciente. La
Masonería, sin embargo, no es solamente la más antigua, sino también la
sociedad más honorable que ha existido, porque no hay un carácter o
emblema aquí representado que no sirva para inculcar los principios de
piedad y virtud entre todos aquellos que profesan sus verdaderos
ideales. Permítame primeramente llame su atención a la hechura de la Logia, que es cuadrilonga, su largo de Oriente a Occidente, su ancho entre Norte y Sur, su base desde la superficie de la Tierra hasta su centro, y de altura hasta el Cielo. La razón de que una Logia Masónica es representada de tan inmensa extensión es para demostrar la universalidad de las ciencias, igualmente porque la caridad de un Masón no debe tener más límites que los de la prudencia. Nuestras Logias están sobre tierra Sagrada, porque la primera Logia fue consagrada debido a tres grandes ofrecimientos que se hicieron en ella, que hallaron la Aprobación Divina. Primero: la pronta complacencia de Abraham con la voluntad de Dios en no rehusar ofrecer a su hijo Isaac en sacrificio, complaciéndole luego al Altísimo sustituirlo por otra víctima más agradable. Segundo: las muchas piadosas oraciones y jaculatorias del rey David, que apaciguó la ira de Dios, y detuvo una pestilencia que entonces hacía estragos entre los suyos, debido a haberlos enumerado inadvertidamente. Tercero: las muchas oblaciones, acción de gracias, sacrificios y costosas ofrendas hechas por Salomón, rey de Israel, a la terminación, dedicación y consagración del Templo de Jerusalén al servicio de Dios. Esos tres fueron entonces, son ahora y espero serán siempre, motivos para que nuestras Logias estén sobre tierra Sagrada. Nuestras Logias están construidas de Oriente a Occidente, porque todos los lugares dedicados a Dios, así como las Logias Masónicas, debidamente formadas y constituidas, están o deben estar construidas así, por lo cual asignamos tres Razones Masónicas. Primera: el Sol, la Gloria del Señor, sale por Oriente y se pone por Occidente. Segunda: la erudición tomó su origen en el Este, y desde allí esparció su benigna influencia al Oeste. La tercera, última y gran razón, la cual es muy larga de contar, es explicada en el curso de nuestras leyendas, lo que espero tenga muchas oportunidades de oír. Nuestras Logias están sostenidas por tres grandes pilares. Ellos se llaman Sabiduría, Fuerza y Belleza; Sabiduría para dirigir, Fuerza para soportar y Belleza para adornar; Sabiduría para dirigirnos en todas nuestras empresas; Fuerza para soportarnos en todas nuestras dificultades, y Belleza para adornar interiormente al hombre. El Universo es el Templo del Señor, a quien servimos: Sabiduría, Fuerza y Belleza, están cerca de Su trono como pilares de Su obra, pues Su Sabiduría es infinita, Su Fuerza, omnipotente, y Su Belleza brilla por toda la creación con simetría y orden. El Cielo lo ha extendido como un dosel; la Tierra la ha puesto como un suelo; con estrellas adorna Sus Sienes como una diadema, y con Sus Manos extiende el poder y la gloria. El Sol y la Luna son mensajeros de Su voluntad y toda Su ley es armonía. Los tres grandes pilares que sostienen una Logia Masónica, son emblema de estos atributos Divinos. Además representan a Salomón, rey de Israel; Hiram, rey de Tiro, y Hiram Abí. A Salomón, rey de Israel, por su sabiduría en edificar, completar y dedicar el Templo de Jerusalén para el servicio de Dios; a Hiram, rey de Tiro, por su fuerza sosteniéndole con hombres y materiales; y a Hiram Abí, por su curiosa y hábil arquitectura al hermosearla y adornarla; pero como no tenemos órdenes en Arquitectura conocidas por los nombres de Sabiduría, Fuerza y Belleza, aludimos a las tres más célebres, que son: el Jónico, Dórico y Corintio. Las Logias
Masónicas están cubiertas de un celestial dosel de diversos colores, así
como el Cielo. El camino por el cual nosotros, como masones, esperamos
llegar, es por medio de una escala, llamada en la Sagrada Escritura la
Escala de Jacob. Esta se compone de muchos escalones, que nos señalan
otras tantas virtudes, pero tres principales, que son Fe, Esperanza y
Caridad. Fe en el Gran Arquitecto Del Universo, Esperanza en la salvación,
y Caridad para con todo el género humano. Esta escala alcanza al Cielo, y
descansa sobre el Volumen de la Divina Ley, pues por las doctrinas que
contiene ese sagrado libro, somos enseñados a creer en la Divina
providencia, la cual refuerza nuestra fe, y nos ayuda a ascender el primer
escalón; esta Fe naturalmente crea en nosotros una esperanza de que
seremos partícipes de las benditas promesas que contiene, cuya esperanza
nos ayuda a ascender el segundo escalón; pero el tercero y último, siendo
la Caridad, lo comprende todo, y el masón que está en posesión de esta
virtud en su más amplio sentido puede justamente ser considerado de haber
llegado al límite de su profesión; figuradamente hablando, una mansión
etérea, velada a los ojos de los mortales por el estrellado firmamento,
emblemáticamente representado aquí por siete estrellas, que aluden a otros
tantos masones, sin cuyo número ninguna Logia es perfecta, ni tampoco
puede ningún candidato ser legalmente iniciado. Las Joyas de la Logia son tres movibles y tres inamovibles. Las tres movibles son la Escuadra, el Nivel y la Perpendicular (o Plomada). Entre masones operativos la Escuadra sirve para probar y ajustar los ángulos rectangulares y asiste a traer la materia tosca a su debida forma; el Nivel sirve para nivelar y probar horizontales; y la Perpendicular para probar y ajustar perpendiculares, mientras son fijadas sobre sus debidas bases. Entre masones libres y aceptados, la Escuadra nos enseña moralidad, el Nivel igualdad y la Perpendicular rectitud de vida y acciones. Se las llaman movibles porque son usadas por el Maestro y sus Vigilantes, y son transferidas a sus sucesores en noches de instalación. El Maestro se distingue por la Escuadra, el Primer Vig. por el Nivel, y el Segundo Vig. por la Perpendicular. Las Joyas inamovibles son el caballete, la piedra tosca y la piedra cúbica. El caballete sirve al Maestro para trazar y designar; la Piedra bruta sirve al Aprendiz para trabajar sobre ella; y la cúbica la usa el hábil Compañero para probar y ajustar sus herramientas. Se las llaman inamovibles porque están en sitio fijo y visible en la Logia para estudio de los hermanos. Así como el caballete sirve al Maestro para trazar y delinear, como guía a los hermanos para terminar sus trabajos con regularidad y esmero, de la misma manera el Volumen de la Sagrada Ley puede justamente considerarse como el caballete espiritual del G. A. D. U., en el cual hay trazadas todas las leyes Divinas y planos, que si estuviéramos versados en ellas y las practicáramos, nos llevarían a una mansión etérea de eterna gloria. La piedra bruta es una piedra como recién sacada de la cantera, hasta que por la industria y habilidad del obrero es modelada, labrada y dejada servible para la edificación de la estructura; ésta representa al hombre en su estado infantil o primitivo, rudo y sin pulimento como esa piedra, hasta que con el cuidado y atención de sus padres o tutores, dándole una educación virtuosa y liberal, su mente es cultivada, y lo hacen digno de pertenecer a la sociedad civilizada. La piedra perfecta es una piedra de un verdadero dado o perfectamente cuadrada, dispuesta a ser probada solamente por la Escuadra y el Compás; ésta representa al hombre en el declive de su vida, después de una vida de piedad y virtud, que no puede ser probada de otra manera más que por la Escuadra de la palabra de Dios y el Compás de su misma conciencia. En toda Logia
regular, debidamente formada y bien constituida, hay un punto dentro de un
círculo alrededor del cual los Hermanos no pueden errar; este círculo se
halla comprendido y rodeado de Norte a Sur por dos grandes líneas
paralelas; una representa a Moisés, y la otra al rey Salomón; en la parte
alta de este círculo descansa el Volumen de La palabra Lewis denota fuerza, y está representada aquí por ciertas piezas metálicas introducidas en la piedra a cola de pato, formando una grapa y en combinación con alguno de los sistemas mecánicos, tales como un sistema de poleas; el masón operativo puede levantar grandes pesos hasta ciertas alturas sin gran esfuerzo y fijarlas sobre sus propias bases. Lewis, asimismo, denota el hijo de un masón; su obligación hacia sus padres es soportar el trabajo y fatigas del día, que ellos debido a su edad deben ser exceptuados, asistirlos en sus necesidades y así hacer que sus últimos días sean felices y confortables; el privilegio que con esto adquiere es el de ser iniciado en nuestra orden antes que cualquiera otra persona, por muy digna que sea. Pendiente de los cuatro ángulos de la Logia hay cuatro borlas que aluden a las cuatro virtudes capitales, que son: Templanza, Fuerza, Prudencia y Justicia, todas las cuales, según las antiguas tradiciones, fueron constantemente practicadas por una gran mayoría de nuestros antiguos hermanos. Los distintivos característicos de un buen masón, son: Virtud, Honor y Misericordia, y puedan éstos siempre ser hallados en el pecho de un Masón. Nota |
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