AUSENCIA
Apenas
te he dejado,
vas en mí, cristalina
o temblorosa,
o inquieta,
herida por mí mismo
o colmada de amor, como cuando tus ojos
se cierran sobre el don de la vida
que sin cesar te entrego.
Amor
mío,
nos hemos encontrado
sedientos y nos hemos
bebido toda el agua y la sangre,
nos encontramos
con hambre
y nos mordimos
como el fuego muerde,
dejándonos heridas.
Pero
espérame,
guárdame tu dulzura
Yo te daré también
una rosa.