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Hemos visto ya que
hay un tal Sí mismo omnisciente, la fuente de la Memoria (ChŒndogya
Upani·ad VII.26.1, Maitri
Upani·ad VI.7; cf. I Corintios
2:11), y se afirma repetidamente que este Sí mismo solar, pre-conociente,
espiritual e inmortal de todos los seres, cuya presencia es indivisa en
las cosas divididas (Bhagavad G´tŒ
XIII.15, 16)27,
es nuestro Sí mismo real, a ser distinguido del Ego contingente,
un agregado aparentemente unánime (excepto en los casos de esquizofrenia)
de los poderes de percepción y de acción, los cuales son
"solamente los nombres de Sus actos"
(B¨hadŒraöyaka Upani·ad
I.4.7, Maitri Upani·ad
II.6d, etc.). El Principio providencial, en otras palabras, es el Espíritu
inmanente, el Conocedor del campo, prescindiendo del Cual, por una parte,
ningún nacimiento podría tener lugar (Bhagavad
G´tŒ XIII, etc.), y prescindiendo
del Cual, como único veedor, oidor, pensador, etc., en nosotros
(B¨hadŒraöyaka Upani·ad
III.7.23, etc.), ni la experiencia ni la memoria podrían ser concebidas28.
Vemos también que la "verificación" de las palabras, "Eso
eres tú", debe implicar al mismo tiempo la liberación y la
omnisciencia.
Es significativa la conexión de la omnisciencia con el nacimiento implícita arriba. JŒtissaro, citado arriba de Milindapa–ha 78, sugiere de hecho, inmediatamente, el antiguo epíteto JŒtavedas, epíteto de Agni, debido a que "él conoce todos los nacimientos" (visvŒ veda janimŒ, ôg Veda Sa×hitŒ VI.15.13; jŒtŒnŒµ veda, Aitareya BrŒhmaöa II.39), y también el término jŒtavidyŒ, conocimiento de los nacimientos, o de la genealogía29. Se debe a que Tanè-napŒt (Agni-PrajŒpati) deviene los Soplos inmanentes o Poderes del Alma (cf. êatapatha BrŒhmaöa I.8.3.2; Taittir´ya Sa×hitŒ II.1.1.3, 4; Jaimin´ya Upani·ad BrŒhmaöa IV.2.6; Maitri Upani·ad II.6a, b, etc.) y de que es así "el presenciador de sus hijos" (prajŒnŒm upadra·ÊŒ; cf. Jaimin´ya BrŒhmaöa III.261, agnir jaj–e… aupadra·ÊryŒya) como los dioses a través de él "conocen la mente del hombre" (êatapatha BrŒhmaöa III.4.2.5-7)30. ¿Cómo, El "que está de cara a todas las vías" (vi§vatomukha, ôg Veda Sa×hitŒ I.97.6) y es "de muchos nacimientos" (bhèri-janmŒ, ôg Veda Sa×hitŒ X.5.1), el que es la "vida universal" (vi§vŒyu, ôg Veda Sa×hitŒ I.27.3, y passim) o "movedor de la vida universal" (ôg Veda Sa×hitŒ VIII.43.25), y que asume todas las formas (vi§varèpa, ôg Veda Sa×hitŒ III.38.4), no va a ser también el "Omniconocedor" (vi§vavit, ôg Veda Sa×hitŒ III.29.7; vi§vavedŒs, ôg Veda Sa×hitŒ III.20.4, y passim)? Agni, JŒtavedŒs, es el Soplo (Aitareya BrŒhmaöa II.39, êatapatha BrŒhmaöa II.2.2.15): "aquellos de cuyos nacimientos tiene conocimiento, esos ciertamente vienen al ser (bhavanti), pero aquellos de cuyos nacimientos no tiene conocimiento, ¿cómo podrían existir?" (Aitareya BrŒhmaöa II.39); "en tanto que él es el Soplo que monta (vivifica) el semen emitido y lo conoce, por eso mismo Él conoce todo lo que nace" (êatapatha BrŒhmaöa IX.5.1.68). Siendo omniprogenitivo, el Espíritu es omnipresente; y siendo omnipresente, es necesariamente omnisciente. Este Soplo (o "Vida") inmanente es también VŒmadeva (Aitareya îraöyaka II.2.1), que dice de sí mismo, "Estando ahora31 en la matriz (garbhe nu san) he conocido todos los nacimientos de los dioses" (ôg Veda Sa×hitŒ IV.27.1; Aitareya îraöyaka II.5); "así habló VŒmadeva, yacente en la matriz" (garbhe… sayŒnaú; Aitareya îraöyaka II.5)32. En tanto que Agni, etc., engendrado en todas las cosas en moción o en reposo (garbha§ ca sthŒtŒµ garbha§ carathŒm), el Único Transmigrante33 conoce las operaciones de los dioses y los nacimientos de los hombres, y se le suplica que proteja (ni pŒhi) sus nacimientos (ôg Veda Sa×hitŒ I.70.1-3); en tanto que Gandharva34 guardián del Soma "él protege (pŒti ) las generaciones de los dioses" (ôg Veda Sa×hitŒ IX.83.4); y en tanto que el Omniveedor (vi§vam abhi ca·Êe, ôg Veda Sa×hitŒ VII.61.1), el Sí mismo de todo lo que está en moción o en reposo (ôg Veda Sa×hitŒ I.115.1) y nuestro verdadero Padre (Jaimin´ya Upani·ad BrŒhmaöa III.10.4), él es, como se ha dicho ya, el "Conocedor de los nacimientos" (ôg Veda Sa×hitŒ I.50.1). En tanto que Krishna, "el Sí mismo que mora en todos los seres" (aham ŒtmŒ… sarva-bhètŒ§aya-sthitaú, Bhagavad G´tŒ X.20; cf. Hebreos 4:12, 13) él conoce todos sus nacimientos (janmŒni… tŒny ahaµ veda sarvŒöi, Bhagavad G´tŒ IV.5). Este no es un conocimiento de acontecimientos sucesivos, sino de todos a la vez –"Dove s’appunta ogni ubi ed ogni quando… chè nè prima nè poscia procedette" (Paradiso XXIX.11, 20; êvetŒ§vatara Upani·ad I.2). La Persona de quien todas las cosas nacen, el Señor de la Inmortalidad (am¨tatvasye§Œnaú), "cuando sube sobre el alimento"35 (yad annenŒti rohati) deviene "todo esto, a la vez lo que ha sido y lo que será" (ôg Veda Sa×hitŒ X.90.2, cf. I.25.10-12; êvetŒ§vatara Upani·ad III.15)36. "Ese Dios (el îtman y Brahma de los versos precedentes) llena, ciertamente, todos los cuadrantes del Cielo, nació antes del tiempo, y está dentro de la matriz. Solo Él ha nacido y nacerá. Él está del lado de los hombres, de cara a todas las vías" (êvetŒ§vatara Upani·ad II.16). "Otro que el pasado y el futuro... Señor de lo que ha sido y será, sólo Él es hoy y mañana" (KaÊha Upani·ad I.14, IV.13). Ese Gran Ser es Omniconocedor, justamente a causa de que Todas las cosas se originan en Él (êaö karŒcŒrya sobre Brahma Sètra BhŒ·ya I.1.3, B¨hadŒraöyaka Upani·ad II.4.10). In divinis, Brahma es el destello iluminador, que revela todas las cosas instantáneamente; y dentro de vosotros, "eso que viene a la mente y por lo cual ella recuerda instantáneamente" (upasmaraty abh´k·nam, Jaimin´ya Upani·ad BrŒhmaöa IV.21.4, 5 = Kena Upani·ad IV.4.5). [Cf. Platón, Ep’stola VIII, 341D, "a veces este conocimiento deslumbra con un destello instantáneo…"] Se ha establecido así claramente, en las fuentes
indias, una conexión lógica de la Omniciencia, una Memoria
intacta de todas las cosas, con la omnipresencia temporal y espacial37.
Solo desde este punto de vista puede hacerse inteligible la noción
de una "Providencia", pues la Vida divina es inaconteciente, no en el sentido
de que ella no conoce nada de lo que nosotros llamamos acontecimientos,
sino en tanto que todos los acontecimientos de lo que son para nosotros
tiempos pasados y futuros son presente para ella ahora
y no en una sucesión. Es justamente en este punto cuando podemos
volver a considerar más ventajosamente la doctrina Platónica
similar de "que nosotros no aprendemos, y eso que llamamos aprender es
recordación" ( "Viendo, entonces, que el Alma [ El Alma Inmortal de Platón, "la parte más divina y señorial de nosotros" (Timeo 90AB), solo puede ser el Daimon inmanente, "ese compañero vulgar que no cuida de nada sino la verdad" (Hipias mayor 286D). Es el "Alma del alma" de Filón; el Spiritus Sanctus en tanto que distinguido del "alma" (mortal) (Hebreos 4:12) y la "fuente de todo lo que es verdadero, por quienquiera que haya sido dicho" (San Ambrosio sobre I Corintios 12:3, citado por Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica I-II.109.1), el "Speculum Aeternum"46 y la Sindéresis47 escolásticos, el Amor de Dante (Purgatorio XXIX.52-54), y nuestra propia "consciencia" (I.A. "inwyt") en el sentido original y más pleno de la palabra; y el Sí mismo Inmortal, la fuente de la Memoria, del VedŒnta. Encontramos también la doctrina de la recordación en contextos Hebreos. En el Talmud (Nidda 30B) y en el Zohar (Wayyiqra, Aharei Mot ), se nos dice que todas las almas humanas tienen un conocimiento pleno de la Torah, etc. (ver nota 32) y retienen todo su conocimiento hasta que descienden a la tierra y nacen. Manasseh ben Israel (siglo XVII) vio aquí el equivalente de la doctrina de la Recordación de Platón, pues puede deducirse que todo cuanto se aprende después del nacimiento solo puede equivaler a una recuperación de este conocimiento, y así Elimelech de Lizensk (siglo XVIII) dice, "Al reaprender la Torah más tarde por amor de ella, él (el niño) logra aprehender la verdad como ella fue implantada originalmente en él"48. La eternidad implícita de "la Torah que creó todos los mundos y es el medio por el que estos se sostienen" (Zohar, Beha ÔAlotheka) es como la del Veda, de cuyo origen nada más puede decirse sino que "el Señor" (ç§vara = Kyrios, Demiurgos), al comienzo de cada mundo-eón, le "recuerda" (smrtvŒ) y promulga, y no hay fundamento alguno para suponer que fuera compuesto con ningún otro modelo (îpadeva)49. La doctrina de la Recordación es explícita también en el Maestro Eckhart, que dice: "Si yo conociera mi Sí mismo tan íntimamente como debería, yo tendría conocimiento perfecto de todas las criaturas", pues "el alma es capaz de conocer todas las cosas en su facultad más elevada", a saber, "como un espejo claro ve todas las cosas en una única imagen", y así "hasta que no conoce todo lo que ha de ser conocido ella (el alma) no pasa al Bien Inconocido"50. La misma doctrina sobrevive en las palabras de Blake "¿Es el Espíritu Santo otro que un manantial intelectual?". No necesitamos intentar seguir la historia de la doctrina con un mayor detalle. Nuestro objeto principal ha sido llamar la atención a la vez sobre la importancia y la universalidad de la doctrina de la Recordación, y exponer que ella es solamente uno de los muchos rasgos consistentes de una "filosofía" que es esencialmente la misma en Platón y en el VedŒnta51. Traducción: Pedro Rodea |
NOTAS | |
27 | Como en Dionisio, "De divinibus nominibus", XII.11. |
28 | Cf. Hebreos 4:13. El hombre recordado y regenerado es "renovado en el conocimiento según la imagen de Aquel que le creó" (Colosenses 3:10). |
29 | Para el Conocedor de los Nacimientos in divinis esto significará la "genealogía" de todas las cosas siempre; en el caso del sacerdote humano, su análogo mortal, que vadati jŒtavidyŒm (ôg Veda Sa×hitŒ X.71.11), la genealogía tendrá que ver con una línea de descenso particular (santŒna). |
30 | El Sol omnividente y las miríadas de los "rayos" u "ojos" solares [pies o manos] que devienen el Soplo inmanente y los Soplos, nuestros poderes interiores cuyos instrumentos son los órganos de los sentidos (Jaimin´ya Upani·ad BrŒhmaöa I.28; Maitri Upani·ad VI.8, etc.) son precisamente "die göttlicher Späher, die der Menschen Thaten erschauen" (Grassmann), ôg Veda Sa×hitŒ passim. |
31 | El védico nu, como sak¨t, "una vez por todas", "ahora-siempre". Similarmente el pretérito perfecto, "he conocido". |
32 | Como en B¨hadŒraöyaka
Upani·ad II.5.18, puri§aya;
siendo pura, como en Platón ![]() |
33 | Ver Coomaraswamy, "Sobre el Único y Solo Transmigrante". |
34 | La deidad solar progenitiva, como en Majjhima NikŒya I.265, 266, gandhabbo, prescindiendo de la cual la unión de los padres humanos es estéril. |
35 | Cuando "viene comiendo y bebiendo" (San Lucas 7:34). "Esa Persona de Oro en el Sol… es también El que mora dentro del loto del corazón y come el alimento" (Maitri Upani·ad VI.1). "Alimento" en este contexto no es, por supuesto, solamente el "alimento sólido", sino todo combustible que alimenta los fuegos de la vida, bien sea físico o mental. |
36 | Hay una doctrina significativa del pasado (bhètam) y del futuro (bhavyam). El pasado es al futuro lo que el Cielo, el Día, el Sol, el Sacerdotium (brahma), la Realidad (satyam) y la Certeza son a la Tierra, la Noche, la Luna, el Regnum (k·atra), la Irrealidad (an¨tam) y la Incertidumbre (Atharva Veda Sa×hitŒ II.15; êatapatha BrŒhmaöa II.3.1.25). Estos son pares progenitivos, respectivamente masculino y femenino, diferenciados aquí pero coincidentes in divinis. El hombre es generado (prajŒyate) y hecho crecer a partir del encuentro o conyugación (maithunam) de lo real y lo irreal (Aitareya îraöyaka II.3.6); o como nosotros podríamos decirlo, el hombre es el hijo del pasado y el futuro. Es nuestra génesis ininterrumpida la que separa estos contrarios; teniendo lugar su reunión solamente a condición de nuestro cesar de devenir, de modo que nosotros seamos lo que nosotros somos ("Eso eres tú"), ahora, sub specie aeternitatis. |
37 | Es, por supuesto, "solo como si fuera con una parte de sí misma" (Bhagavad G´tŒ XV.7) como La Suprema Identidad del Ser y No Ser puede ser concebida como Omnipresente, Omniforme, Omnisciente. Pues la Omnisciencia solo puede serlo de las posibilidades y actualidad de la manifestación: de lo que queda (ucchi·Êam, Atharva Veda Sa×hitŒ XI.7, etc.) no puede haber ni ciencia ni omnisciencia, y es desde este punto de vista que, como lo hace notar justamente Erígena, "Dios no sabe lo que él es, debido a que él no es ningún qué" (cf. el budista Œkiµca––Œ). Son solamente sus posibilidades de manifestación las que devienen "qués", de los cuales puede haber ciencia u omnisciencia. |
38 | Es en concordancia con esta doctrina como Platón da por establecido que la función de las obras de arte es recordarnos las realidades eternas (Fed–n 74 sig., Fedro 278A); cf. Maitri Upani·ad VI.34, fin., donde para aquellos que no sacrifican, ni conocen, ni contemplan, "el recuerdo (smaraöŒ, [docta ignorantia]) de la morada celestial de Brahma (es decir, el brahmaloka) está obstruido". "Es lo inconocido –pienso– lo que tú deberías recordar" (atha nu m´mŒµsyam eva te manye Õviditam, Jaimin´ya Upani·ad BrŒhmaöa IV.19.1). En la iconografía de êiva, el demonio sobre quien él se erige se llama "la persona de la amnesia" (apasmŒra puru·a). |
39 | Timeo 69D,
90AC, Repœblica 430, 604B; siendo el
Alma Inmortal el "Sí mismo real" de Leyes
959B. Que esta Alma jamás ha devenido alguien se ve claramente en
Men–n 81B, donde se cita la doctrina
hierática de que "el Alma del Hombre es inmortal, y en un mismo
tiempo alcanza un fin, que se llama "morir", y "nace nuevamente", pero
nunca es matada". Esto es casi idéntico con B¨hadŒraöyaka
Upani·ad IV.4.5,6, Bhagavad
G´tŒ II.13 y 17-26, correspondiendo
el ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() |
40 | "La Filosofía… amonestando al alma a recogerse y juntarse en su Sí mismo, y a no arrojarse en nada sino su Sí mismo, a fin de que ella misma conozca su Sí mismo, el Sí mismo de (todos) los seres" (Fed–n 83B). Cf. Coomaraswamy, "La "E" de Delfos", e Hinduism and Buddhism, 1943, pp. 15-18, 58. |
41 | La doctrina de la Recordación aparece
repetidamente en el Corán (VI.80), e impregna el Mathnaw´
de Rèm´ (ver Anamnesis en el índice
de temas de Nicholson). Mathnaw´
IV.3632-3635 dice, "¿De qué extrañarse, entonces,
si el espíritu no recuerda sus antiguas moradas, que han sido su
lugar de residencia y su patria antes del tiempo, desde que este mundo,
como el sueño, le cubre como las nubes cubren las estrellas? Especialmente
cuando ha caminado por tantas ciudades, y el polvo todavía no ha
sido barrido de su facultad perceptiva, ni ha hecho ardientes esfuerzos
para que su corazón devenga puro y contemple el pasado; para que
su corazón saque su cabeza por la abertura del misterio y vea el
comienzo y el fin con el ojo abierto" La redacción sugiere una derivación
más bien india que platónica. La doctrina conexa de que Dios
es el agente real y el hombre solamente su instrumento, según se
expresa, por ejemplo, en el ManÊiqu-Ê-éair,
"Todo lo que tú has sido, y visto, y hecho, y pensado, No tœ, sino Yo, he sido, y visto, y trabajado" es igualmente india (Jaimin´ya Upani·ad BrŒhmaöa I.5.2, Maitri Upani·ad III.2, Bhagavad G´tŒ III.27, etc.) y neoplatónica (Filón, De opificio mundi 78, etc.). |
42 | Cf. "Timeo" 50AB, y ChŒndogya Upani·ad VI.1.4, "Esa enseñanza (Œde§am) por la cual lo que no ha sido oído deviene oído, lo que no ha sido pensado deviene pensado, lo que no ha sido conocido deviene conocido... Lo mismo que por una pieza de arcilla toda cosa hecha de arcilla puede ser conocida, pues la modificación es solamente una cuestión de nombre y la realidad (satyam) solo arcilla". Cf. B¨hadŒraöyaka Upani·ad IV.5.6. [Sócrates pretende conocer todo siempre por medio de su alma, Eutidemo 295 sig.]. |
43 | La "Virtud" (![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() La "ignorancia" tradicional no tiene nada que ver, por supuesto, con
lo que nosotros llamamos "ser iletrado". El valor exagerado que nosotros
damos a la "literatura" como tal, habría sido para Platón,
ciertamente, una evidencia de "ignorancia" (Fedro
275, 278); [cf. Leyes 689, "solo deberían
gobernar aquellos que son dueños de sí mismos, no aquellos
que son meramente letrados o expertos de todo otro tipo"]. La ignorancia
es "sujeción al placer", o lo que equivale a lo mismo, "sujeción
a uno mismo" ( |
44 | Aquí nuevamente "alma" en singular, "nosotros" en plural. Pero en otras partes encontramos "almas" (inmortales) en plural (Fed–n 76). Ambos usos son conformes con el punto de vista de que todas las almas son facetas de un Alma única, lo cual, pienso yo, era la creencia de Platón, como era ciertamente la creencia de Plotino y Hermes. |
45 | No que la ignorancia sea "real" (en cuyo caso no podría ser "destruida"), sino como la obscuridad (privación de luz) que es desalojada por la iluminación. Los textos de pŒli emplean a menudo esta ilustración: cuando el Buddha ha aclarado algún problema con su argumento, "ello es justamente como si una lámpara fuera introducida en una habitación obscura". |
46 | "Donde aquellos que miran contemplan todas las cosas, y mejor que en ninguna otra parte" (San Buenaventura, I Sent. d.35, a unic., q. 1, fund. 3, "sicut dicit Augustinus"); "como un claro espejo ve todas las cosas en una única imagen" (Maestro Eckhart, ed. Evans, I, 253). |
47 | Cf. O. Renz, "Die Synteresis nach dem Hl. Thomas von Aquin", en Beitrþge zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters, X (Münster, 1911). |
48 | Para un tratamiento más completo de este material ver J. Finkel, "A Psychoanalytic Prefiguration in Hasidic Literature", Eidenu, Nueva York, 1942. Finkel observa justamente que el "Inconsciente" de Elimelech no es psicológico sino transcendental. Cf. nota 33. [Eleazar de Worms (d. 1223-1232) sostiene que un ángel guardián causa el olvido al nacer debido a que si se recordara, la contradicción del curso del mundo con su nacimiento conduciría a la locura (G. G. Scholem, "Major Trends in Jewish Mysticism", Jerusalén 1941 –Nueva York, 1954– p. 92)]. |
49 | M´maµsŒ
NyŒya PrakŒ§a
6; posterior, pero una reafirmación de la antiquísima doctrina
del Pèrva MimŒµsŒ;
[Cf. Pèrva M´mŒµsŒ
Sètras I.1.5 y Brahma
Sètra BhŒ·ya
I.3.28]. La doctrina similar de que el Corán es "increado" es fundamental
en el islam.
No haber estudiado (adh´ ) o comprendido (vij–Œ ) el Veda es la ignorancia extrema (êŒökhŒyana îraöyaka XIV). Puesto que los significados de adh´ (literalmente "ir") son "estudiar" o "recordar" y de sm¨, "recordar" o "enseñar", todo esto equivale a decir que aprender es recordar. Estrechamente conexo con esto están los bien conocidos principios pedagógicos indios de la instrucción oral y del aprendizaje de memoria, los cuales, nuevamente, están en concordancia con Platón (Fedro 275A, 278A). Haber "ojeado" un texto implica que aunque nosotros hayamos recordado una vez, de nuevo hemos vuelto a olvidar, y que no somos menos ignorantes que antes. Nosotros solo conocemos realmente aquello que podemos citar siempre. De aquí la preferencia por la instrucción oral, la cual debe ser recordada si nosotros hemos de poseerla. Bajo estas condiciones, como también en muchas civilizaciones "primitivas", la cultura es independiente de la escolarización, a la que Platón llamaba "una invención para olvidar". Cf. Coomaraswamy, "La Plaga de la Escolarización". El argumento adicional de la Pèrva M´mŒµsŒ, de que las palabras participan en la eternidad a causa de que tienen un significado, es enteramente comprensible desde la doctrina platónica, aristotélica y escolástica de que el conocimiento solo puede serlo de lo inmutable, y no de las cosas en flujo, singulares o accidentales, que nunca retienen su identidad de un momento a otro. En otras palabras, percepción y conocimiento, hechos y realidades, son cosas muy diferentes. |
50 | Ed. Evans I, 324, 253, 359, 385. |
51 | La identidad virtual de la filosofía
india y socrático-platónica es de una significación
mucho mayor que el problema tal como se trata a menudo en conexión
con Plotino. Estamos tratando no de "influencias" sino –justamente como
en el caso de las raíces e idiomas de las lenguas griega y sánscrita
mismas –de doctrinas y mitos emparentados, muchos de los cuales son en
igual medida sumerios que griegos o indios. La Filosofía Perenne
es anterior en fecha a todo el período histórico dentro del
cual pueden predicarse las "influencias".
Por ejemplo, no es por una apropiación sino solamente por una remota herencia, como podemos explicar la aparición de las formas "caña cortante" y "roca chocante" de la "puerta activa" (Janua Coeli) por una parte en Grecia y por otra en las mitologías navajo y esquimal, mexicana y sudamericana, y china e india. Cf. R. Guénon, Introducci–n General al Estudio de las Doctrinas Hindœes. Toda mitología implica una filosofía correspondiente; y si hay solamente una única mitología, como hay solo una única "Filosofía Perenne", entonces que "el mito no es mío propio, [pues] lo obtuve de mi madre" (Eurípides) apunta a una unidad espiritual de la raza humana ya predeterminada mucho antes del descubrimiento de los metales. Puede ser ciertamente verdad que, como Alfred Jeremías dijo, las diferentes culturas de la humanidad no son más que los dialectos de uno y el mismo lenguaje espiritual. Para este punto de vista, como ahora lo sostiene una amplia escuela de antropólogos, para quienes el concepto de un único "Dios Altísimo" es anterior en fecha incluso al desarrollo del animismo, cf. Padre Wilhelm Schmidt, Der Ursprung der Gottesidee (Münster, 1912-1939); The Origin and Growth of Religion, tr. H. J. Rose (Nueva York, 1931); y High Gods in North America (Oxford, 1933). [Fundamentalmente, se sostiene en común que la filosof’a es a la vez un modo de vida y un medio de escape de la rueda, con cuya ayuda el alma retorna a sí misma]. |
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