Almirante Luis Bryon

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El Almirante Luis Brión, nació en Curazao el 6 de julio de 1782.

Recibió educación e instrucción militar en Holanda. Fuertemente influenciado por las ideas revolucionarias ve con simpatía los sucesos de Venezuela.

Su situación económica, el ser armador y buen marino, su influencia en la isla, crecida con la intervención militar que en ella dirige, lo colocan en posición de favorecer a quienes pronto combatirían por aquellos ideales.

Desde muy temprano partidario y admirador de Bolívar, concurre en auxilio de los patriotas cuando la emigración y luego con la fragata "Dardo", voluntariamente se presenta en Cartagena llevando pertrechos y para ofrecer sus servicios.

Testigo de aquella confusión no deja de extrañarse y repudiar las torpes intrigas y divisiones, a las cuales se entregan los patriotas, olvidando el objetivo ideal: la libertad de la propia patria, objetivo suficiente como para echar a un lado pequeños y muy personales apetitos. Desde el primer momento comprende la necesidad del Comando único y comprende también la capacidad y talento de Bolívar para este ejercicio. "Sólo el General Bolívar puede salvar a Cartagena", decía al tratar de convencer para que se llamase. Tarea en la cual fracasa. Pero, dentro de aquellas zozobras y discordias se imponen ya sus méritos y es bautizado "Hijo querido de Cartagena".

Las circunstancias le aconsejan irse a Haití y el 11 de noviembre de 1815 rompe el bloqueo con aquel rumbo, no sin enviar a Bolívar el corsario "La Popa". Recibe el nombramiento de Comandante de los buques de las Provincias Unidas de la Nueva Granada y colabora con el Libertador en el planeamiento de la expedición de Los Cayos en cuya Asamblea, el 7 de febrero de 1816, Brión propuso el nombramiento de Bolívar para Jefe Supremo y con facultades extraordinarias. No contento con ello, en apoyo de su proposición dijo "que sólo en este caso emplearía todo su caudal en beneficio de la empresa", Va más allá: directamente, pregunta a Mariño si reconoce o no la Jefatura de Bolívar y éste, ante la Asamblea contestó: "Sí, consiento". Bolívar jamás olvidará la noble y decidida intervención del futuro Almirante y el 8 de febrero lo asciende a Capitán de Navío. Brión contribuyó con pertrechos y efectivo por un valor global de 150.000 pesos. Suma considerable que comprometía su peculio. Distínguese Brión en los preparativos, recluta de personal, selección de la mejor ruta y por último en el combate de Los Frailes, donde es herido (2 de mayo de 1816). Sus servicios y valor respaldan el decreto de Bolívar creándolo Almirante de la República en ocasión de dicho suceso.

Un grupo de intrigantes, en su mayoría extranjeros y dirigidos por el pérfido Doucoudray Holstein pretendió el desconocimiento de Bolívar y llevar a Brión al mando en Jefe. El Libertador, rápidamente reconoció la inocencia del Almirante y escribió a Mac Gregor entre otras cosas: "Como S.E. el Almirante, lejos de ser digno de imputaciones infames, merece altares como Libertador de la Patria, es mi deber averiguar quiénes son los autores de este crimen"… Brión presentó su renuncia que naturalmente no le fue aceptada. Es poco clara la actitud de Brión cuando no apoya el plan del Libertador sobre las permanencia de la escuadra en aguas de Ocumare custodiando los parques. Posiblemente se dejó presionar por los Capitanes corsarios a quienes no convenía fijarse como transportes y sí navegar en busca de presas. Esta, digamos, decisión, fue una de las causales de la derrota. Sin embargo, Bolívar lo nombra Enviado Extraordinario el 7 de julio, y después de los tropiezos de Ocumare, ya en Bonaire, sale el 26 en desempeño de su misión a los Estados Unidos y México; el 25 de agosto naufraga y Brión escapa con otros compañeros, casualmente. De milagro llega a Jamaica.

Contribuye a la segunda expedición y sale para las costas de Venezuela el 21 de diciembre. El 28, Bolívar llegó a Juan Griego y el 6 de enero da poder al Almirante sobre el territorio de Margarita y le encarece adelantar las operaciones de bloqueo decretado y gestionar el trueque de armamentos por cueros y reses.

En las importantísimas operaciones sobre Angostura es llamado para que con la escuadrilla se apodere de las comunicaciones españolas al penetrar en fuerzas en el Orinoco. Toma parte en el absurdo Congresillo de Cariaco y es nombrado Jefe de la Marina, cargo que ya desempeñaba. Convencido por los resultados y por la presión enemiga, abandona a los disociadores y continúa colaborando en las operaciones de Guayana y finalmente entra en el río. Su división adelantada al mando de Antonio Díaz, luego de un descalabro inicial derrotó al realista Ambaredes y el resto, al mando de Brión ancló en la ensenada de Cabrían donde se habían hecho algunas obras de fortificación para proteger a los barcos. Sabedores los españoles de la llegada de Brión, se apresuraron a salir de Angostura arriesgando para ello un combate naval. Llegados a los fuertes de Guayana la Vieja, reforzaron sus buques y también perdieron tiempo en la esperanza de un hipotético refuerzo de parte de Morillo. El 3 de agosto se reembarcaron, abandonando los castillos. La escuadrilla española contaba con unas 24 embarcaciones de todo tipo y en ellas 108 cañones. Además navegaban 12 barcos de transporte con la emigración. Brión disponía de 8 buques de guerra en los cuales Bolívar hizo cargar 2 batallones para reforzar la fusilería.

Avistadas las escuadras, los españoles decidieron enganchar a Brión para en tanto hacer pasar los transportes. La maniobra que Brión realizaría consistió en atraer a los barcos españoles bajo el tiro de los cañones de tierra y tomándolos entre dos fuegos, desorganizarlos y abordar luego. Iniciado el combate Brión se enfrentó con la corbeta "Merced" donde ejercía el Comando el realista Lizarza. En un cambio de fuego prácticamente a medio tiro de cañón, Lizarza es herido. En ese momento llega en refuerzo de los patriotas el grupo de flecheras de Rafael Rodríguez y los realistas, sin mando, tratan de romper el combate. Los transportes habían pasado, pero la escuadra española en desorden y con daños se dispersa. Una fuerte tempestad si bien ayuda a algunos desconcierta a la mayoría, y más, los obliga a separarse buscando salir al mar por los diferentes brazos. Una persecución acicateada por la esperanza de buenas presas, fue conducida sin descanso por el mismo Brión; se libraron numerosos combates hasta el día 5, en que el último grupo organizado de los españoles pudo, merced a la marea pasar la barra. Brión se adueñó de unas 14 embarcaciones, gran cantidad de cañones y fusiles, dinero y prisioneros. Esta acción conocida como Batalla Naval de Cabrian aseguró para el Libertador el control de Orinoco desde la desembocadura del Apure al mar. Y cosa importantísima: sus comunicaciones con las Antillas, Margarita y Europa.

Organizado el gobierno de Angostura, Brión crea un astillero y arsenal, y los servicios de almirantazgo.

Su actuación en Cabrian, sus viejos servicios, su actividad fueron recompensados con el nombramiento de Presidente del Consejo de Gobierno que se constituyó en 10 de noviembre. La suerte le reservaba una prueba dura. Piar, su conterráneo, es preso acusado de conspiración "contra el porvenir de la Patria".

Bolívar en 4 de octubre, escribió a Bermúdez lo siguiente: "Mi deseo particular, privado, es ahora que el Consejo pueda conciliar el rigor de la Ley y el crédito del Gobierno con los merecimientos del reo… Brión su paisano y su más íntimo amigo, será el Presidente…". El 14 de octubre de 1817 Bolívar comunica a Brión el nombramiento, y éste, sufre la prueba con valentía y dignidad que le eran características.

Cuando se recogieron los votos, Brión procuró obtener la conmutación de la pena y entre otras cosas dijo: "si ustedes votan pidiendo conmutación yo les acompañaré en esto como en la responsabilidad para con la Patria que la conmutación pueda traernos…"

"Si el General Bolívar, cuyos títulos respecto, como estimo su persona, tuviera la desgracia de delinquir y a mí me tocara la de juzgarle, no se vería decaer la rectitud de mi proceder…".

Constituido el Consejo de Gobierno, la sección de Guerra y Marina quedó bajo la Presidencia de Brión. En abril de 1818 deja a Zea encargado del Ejecutivo y pasa a las Antillas en busca de elementos de guerra y para incitar a los emigrados patriotas a que se trasladen a Guayana. Cumplió acertadamente la misión, además trajo consigo al enviado confidencial de los Estados Unidos. Debemos señalar que sus servicios en estos meses fueron importantísimos: Por ausencia del Libertador se encarga del Gobierno, entabla negociaciones, es autorizado a hipotecar bienes de la República, atrajo al corsario Joly a servir para la República.

"La Esmeralda" con la gente de Campbell se puso a sus órdenes… En fin, bajo su dirección la escuadra se aumentó y cumplió con su deber inmediato: proteger Guayana.

Decidido el Libertador a completar sus victorias en Nueva Granada, comisionó al Coronel Mariano Montilla para expedicionar sobre Río Hacha y Santa Marta. Brión en esta oportunidad sirve con gran tacto, pues sus relaciones con Montilla eran tensas desde la Asamblea de Los Cayos. Además, Brión había propugnado esa expedición; por ello, Montilla recibió franca apoyo. Y parte de los éxitos ante Río Hacha y Cartagena deben atribuirse al hábil empleo de los buques hecho por Brión.

Desgraciadamente había llegado para la República la hora en que Brión dejase de ayudarla a vencer. En efecto agravada su enfermedad debe dejar el mando en manos de Clemente y pasó a Bogotá done fue recibido con grandes honores. Retirose a Curazao donde falleció el 25 de septiembre de 1821.

Fue el primero y único Almirante con título de tal concedido durante la guerra de Independencia.

El Congreso Constituyente de Colombia, sin conocer la muerte de Brión, en 13 de octubre de 1821, dictó un decreto en su honor, conservándole todas sus prerrogativas como Capitán General de la Marina y encargando al Ejecutivo que entregase al Almirante una espada de honor.

Brión como Jefe Militar combina conocimientos (recordemos sus estudios militares en Holanda) y fuerte personalidad. Su fortuna le permite poner a disposición de sus ideas y de la República, instrumentos capaces para el triunfo.

Brión es Jefe porque está convencido de la bondad de la idea revolucionaria; idea que lo hace consagrarle todas sus energías y convencer a los demás a correr los riesgos necesarios para alcanzar el objetivo: libertad de la América. Es optimista y perseverante.

No olvidemos que a sus órdenes sirve una mezcla, un grupo de hombres desemejantes, entre los cuales algunos han sido puestos a su servicio atrayéndoles mediante las promesas de botín. Estos obligaron al Almirante a acciones criticables desde el punto de vista histórico, pero insalvables en la práctica. Así se explica su actitud en Ocumare que hace (en parte) fracasar la expedición.

Esa limitación, impuesta por la falta de personal, se irá superando cuando a medida que consolida su autoridad y la causa de América obtiene triunfos, puede seleccionar entre quienes quieren servir. Tal es el caso de los llamados corsarios de Artigas, rechazados por Brión, pues sólo querían amparar sus piraterías con el tricolor.

Su título de Almirante lo justifica con su decisión, capacidad de imponerse a los acontecimientos (naufragios, combates, indisciplinas, falta de recursos, intrigas…) y con su habilidad marinera. Es el hombre de la ruta en la expedición de Los Cayos. Es quien combate exitosamente en Cabrian.

Algunas piedras preciosas suelen tener pequeñas tachas que hacen brillar más sus límpidas facetas.

Sólo el aceptar las insinuaciones de aquel Madariaga utópico, héroe y sin suponerlo, juguete de las ambiciones de unos cuantos, podría criticársele a Brión. Y esta actitud cuando el Congresillo de Cariaco, podría excusarse a quien acosado por acreedores extranjeros y sorprendido con las noticias sobre la muerte de Bolívar lanzadas por los interesados, creyó necesaria otra organización. Sin embargo, el proceder de acuerdo a información dudosa revela premura o candidez. En este caso, lo primero.

Cuando preside el Consejo de Guerra que condenó a Piar, vota por la muerte pero propone pedir la gracia de una conmutación, las dos acciones respaldadas con buen razonar.

De propia iniciativa lleva la escuadra al Atlántico obteniendo además de presas, el dominio definitivo de los mares orientales y muere sin que la República pudiera resarcirle los capitales gastados en su servicio.


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