—Cambios que tienen que ver con la Reforma Política, ¿no? Una Reforma Política a fondo que debe replantear las relaciones entre el poder y los ciudadanos y desplazar, según propone el ingeniero Cárdenas, decisiones y facultades de la administración central a la participación ciudadana, ¿no es así?
—Bueno, sí, esa es la intención del gobierno de la ciudad. Nosotros, desde el principio, desde que convocamos a la Mesa Central para la Reforma Política planteamos que era necesario avanzar, concluir este proceso de reforma que llevamos los capitalinos desde hace varios años y que, sin embargo, todavía tiene asignaturas pendientes. No podemos decir por ejemplo aún que los capitalinos tenemos derechos plenos y las mismas garantías que tienen los habitantes de otras entidades de la República por el argumento cada vez de menor peso de que esta capital es la sede de los Poderes de la Unión. Pero que, como hemos visto en los procesos que se han ido dando, esto no es un obstáculo para ello. Entonces, en este proceso de discusión a la que como gobierno convocamos, llevamos ya aproximadamente 125-126 reuniones de trabajo en diversos niveles de los grupos, de cada uno de los grupos de la Mesa Central y de grupos más pequeños, con el objeto de avanzar en la discusión de la agenda. Y esto arroja ya más de 200 acuerdos, consensos muy importantes todos ellos que cuentan con el aval de los cinco partidos políticos —PRD, PAN, PRI, PT y PVEM— y del gobierno de la ciudad. Este proceso abarca el 80 por ciento de la agenda que nos dimos. No obstante, el 10 por ciento restante es definitivo porque estamos hablando de las reformas constitucionales que son absolutamente necesarias para darle a la ciudad el andamiaje jurídico y político que nos permita hablar verdaderamente de derechos plenos para los habitantes del Distrito Federal. Nosotros concebimos esto como un proceso. Así se ha venido dando a lo largo de los años. Un proceso que creo tendrá su conclusión cabal cuando haya una mayoría diferente en el Congreso de la Unión, que se requiere para dar forma constitucional a toda esta propuesta de reforma democrática. Mientras tanto, ¿en qué sentido se puede avanzar? Se puede avanzar de manera muy importante en lo que es una Ley Electoral, que va tener elementos distintivos en relación con otras leyes electorales del país. Aquí hemos logrado cuestiones importantes como el hecho de que se consideren los excesos en los topes de campaña como un delito electoral, tema básico en el México de hoy. Estamos viendo en los procesos electorales que se están dando que uno de los grandes cuestionamientos de los partidos de oposición es en el sentido de que hay un despilfarro y un gasto excesivo en las campañas políticas, sobre todo por parte del partido —PRI— vinculado al gobierno federal. Y en este caso nosotros, según el lema de que el que nada debe nada teme, aquí donde somos gobierno, hemos querido con hechos demostrar cuál es nuestra voluntad democrática. Entonces aquí sí se incluiría como delito electoral el que hubiese un exceso en el gasto de las campañas políticas. También en el uso y abuso de la cláusula de gobernabilidad que es escandalosa en la ciudad de México. Pues aquí, con el 30 por ciento de los votos y generalmente con menos, cualquier partido político puede tener 51 por ciento de las curules en la ALDF. No hay ninguna otra entidad del país que tenga esa sobrerepresentación.
—Según los acuerdos alcanzados, ¿cuáles serían los nuevos porcentajes?
—Bueno, estamos todavía concretando cuál sería el porcentaje, pero ya hay un acuerdo político de que no debe ser en esta magnitud. Yo pienso que por lo menos tendría que equipararse con lo que existe a nivel nacional: un requisito mínimo del 42 por ciento de los votos para tener la mayoría en el órgano legislativo correspondiente. En fin, hay acuerdos muy importantes en materia electoral. También en cuanto a participación ciudadana hay acuerdos significativos. Aquí se ha incorporado ya el referéndum consultivo, que es una figura muy importante que no había en la ciudad. Ya está acordado. Así como dar toda la reglamentación correspondiente para el plebiscito y la iniciativa popular. En cuanto a los órganos vecinales ya no será la elección indirecta de un presidente de colonia sino de órganos colectivos a través del voto universal, secreto y directo. Todos estos avances son muy importantes. Pero falta, insisto, una parte que es básica que tiene que ver con la municipalización de las delegaciones, la descentralización a las delegaciones de recursos, facultades y atribuciones, la constitución de cabildos a las delegaciones que nos permita hablar realmente de órganos de gobierno elegidos pluralmente que acompañen a la elección de delegados en el año 2000. Eso requiere una reforma constitucional, así como de la ampliación de facultades tanto al jefe de gobierno como a la Asamblea Legislativa para contar no solamente con órganos de gobierno con poderes limitados como hasta ahora sino con poderes plenos para legislar en su caso o ejercer acciones de gobierno como Poder Ejecutivo. No hay todavía acuerdo en esta materia. Hay un apoyo de cuatro de los cinco partidos políticos (PRD, PAN, PT y PVEM), el gobierno concibe esta reforma también en esta perspectiva y estamos en este proceso, pues, de avanzar en la reforma, incluida esta parte que tiene qué ver con una discusión que no será en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal sino en el Congreso de la Unión. Ahora, ¿qué es lo que yo veo en el panorama? La posibilidad de que la Asamblea legisle en materia electoral y participación ciudadana. Y la necesidad de que a través de estos medios los ciudadanos del Distrito Federal ya sea por medio de foros o de consultas populares, expresen su decisión de avanzar a cabalidad en la Reforma Política para que sea realmente una reforma integral, una reforma profunda, una reforma democrática, y que esa expresión ciudadana sirva como un elemento de referencia para normar el criterio del Congreso de la Unión. Lamentablemente son otros los que todavía legislan en este terreno por nosotros. Esto habla de que seguimos estando limitados en nuestros derechos. Y habrá que demostrar a ese órgano legislativo federal que los ciudadanos en su gran mayoría estamos por la reforma democrática. Ahorita, sin embargo, estamos en un momento un poco complicado. El PAN se retiró de la Mesa de la Reforma Política argumentando básicamente situaciones de forma. Nosotros hemos reiterado al PAN que ha sido una aspiración de muchos años de ese partido político concretar la Reforma, que ojalá podamos sumar su voluntad que ha sido mucha en todos estos meses de trabajo y que sería realmente muy lamentable que ya en el proceso final ellos no concretaran algo que también es su planteamiento y aparte su propio trabajo. Hay un panorama nacional, una discusión nacional —sobre el FOBAPROA— que también incide acá y evidentemente tendremos que ir sorteando todos estos obstáculos para completar la Reforma.
—¿Hacia ese objetivo tendió la reunión del ingeniero Cárdenas y usted con los representantes de los partidos políticos el 20 de octubre próximo pasado?
—Bueno, esa reunión no tenía otra intención que refrendar la voluntad del gobierno, particularmente del jefe de gobierno, de mantener un diálogo constante y permanente con los partidos políticos sobre éste y muchos otros temas que afectan a la ciudad, no solamente el que está relacionado con la Reforma Política. Así lo planteó el ingeniero Cárdenas en la reunión. También planteó su disposición para que se puedan realizar reuniones bilaterales con los partidos cuando éstos así lo consideren conveniente. Manifestó, pues, simplemente, una voluntad de diálogo, que es la que ha mantenido al gobierno de la ciudad, misma que nosotros hemos refrendado a los partidos para que podamos concretar este proceso. Pero creo que aquí, por encima de todo, está el interés ciudadano. La gente ejerció una voluntad mayoritaria el 6 de julio de 1997 con un sentido democrático y esa aspiración hay que concretarla con todos los partidos políticos o con los que estén dispuestos a llevar a cabo este proceso.
—¿Y cuál fue la respuesta que obtuvieron el ingeniero Cárdenas y usted?
—Una respuesta de reconocimiento al jefe de gobierno por mostrar esta voluntad de diálogo. Pero los partidos políticos se reservaron su derecho, sobre todo el PAN, a regresar o no a la Mesa de la Reforma Política. Específicamente así lo ratificó el PAN. El PRI más bien propuso sobre todo cómo avanzar en la discusión una vez que enviemos todo a la Asamblea y qué temas considera que debemos de seguir discutiendo del ámbito gobierno/partidos políticos, una posición propositiva, sentí yo, por parte del PRI. Ahora bien, el 22 de octubre se reunirá la Mesa Central. Yo espero que estén todos los partidos políticos y mandaremos a la Asamblea los acuerdos que son de todos porque esos son ya acuerdos que tomamos en la Mesa y los votaron los cinco partidos.
—Pero ha trascendido la reticencia del PRI a suscribir varios aspectos de la Reforma Política. ¿Qué aspectos son?
—Sí, son los que tienen que ver con la reforma constitucional, pero en lo demás hay apoyo.
—¿Cómo hacer para que el PRI marche?
—Seguir discutiendo, dialogando, platicando, intercambiando puntos de vista, trabajando sobre estos temas, expresándose los ciudadanos también a través de diversos mecanismos, por ejemplo, la consulta popular. Lo plantearon los Organismos No Gubernamentales (ONG). Y nosotros no vemos con malos ojos una iniciativa de este tipo. Porque de esa manera se podría ratificar la opinión de la sociedad. La gente votó mayoritariamente el 6 de julio de 1997 por plataformas políticas que incluyen una reforma democrática del Distrito Federal. No estoy hablando solamente de la plataforma política que llevó al ingeniero Cárdenas al gobierno. Estoy hablando también de las plataformas del PAN, del Partido Verde y del Partido del Trabajo. Sumados esos votos a los del PRD son casi tres millones de electores que votaron por plataformas que implican profundizar la democracia en la ciudad de México. Nosotros creemos que ese es un mandato ya muy claro que se expresó en las urnas. Pero además de ellos se pueden promover e incentivar formas de expresión ciudadana que ratifiquen ese mandato popular. Por ejemplo, la consulta popular.
—¿Cree usted que para las elecciones del año 2000 se podrá hacer uso de las coaliciones, las alianzas y las candidaturas comunes?
—Eso es parte de la Reforma Política que se está proponiendo: quitar los candados que impiden las coaliciones. El gobierno ha manifestado su disposición de que existan incluso candidaturas independientes, de que se puedan coaligar los partidos políticos entre sí de acuerdo con sus propias voluntades, que se puedan coaligar los partidos políticos con las agrupaciones políticas. Nosotros hemos planteado que se les dé el registro inclusive a partidos políticos locales en el Distrito Federal. En fin, es todo esto que estamos ahora discutiendo y que yo espero que en breve tiempo tengamos ya una legislación por lo menos en el ámbito electoral y de participación ciudadana.
—¿Qué puntos concretos hay para la nueva Ley de Participación Ciudadana?
—En el caso de la Ley de Participación Ciudadana hay ya acuerdos muy importantes como los que mencionaba yo hace un momento: la elección de los órganos vecinales, la consulta popular, el plebiscito, la iniciativa popular, la rendición de cuentas, el referéndum consultivo, cosas que no estaban legisladas en esta ciudad y que ya se legislarán muy pronto de acuerdo con lo que hemos discutido en la Mesa de la Reforma Política. ¿Ahora que sigue? Va a haber el 22 de octubre una reunión de la Mesa Central para enviar todos los acuerdos a la Asamblea Legislativa, que tendrá que traducir estos acuerdos en iniciativas de ley para su discusión y aprobación. Y también la Asamblea tiene la posibilidad de que todo lo que tiene que ver con el ámbito constitucional sea enviado en estos meses en forma de iniciativa de ley al Congreso de la Unión. Lo primero que tiene que discutirse próximamente son las leyes electorales de participación ciudadana. Lo demás, hay tiempo aún para seguirlo discutiendo, e insisto, para que los ciudadanos del Distrito Federal, a través de diversos mecanismos, expresen sus puntos de vista sobre estos temas polémicos.
—¿Qué hay acerca del IFE local?
—También su constitución por ley está acordada para que deje de ser una agencia del IFE federal y para que no sea el gobierno el que organice los procesos electorales, ni siquiera el proceso de elección de órganos vecinales. Nosotros queremos que haya un órgano ciudadano electoral autónomo constituido plenamente para que sea el encargado de organizar cualquier proceso electoral, incluidos los plebiscitos o los referéndums que van a quedar como derechos urbanos en esta legislación. Los topes de campaña ya están a su vez establecidos en términos generales, pero la iniciativa de ley los tendrá que establecer con precisión. Ahorita son acuerdos generales sobre tendencias y ya en la iniciativa tendrán que especificarse sus montos.
—¿Cuál ha sido la participación de las ONG?
—Aquí también ha habido una cuestión muy importante. En primer lugar en esta Mesa de la Reforma Política por primera vez hubo dos elementos que la hacen muy diferente a cualquier otro proceso que se hubiera dado previamente. Incorporamos como secretarios técnicos de las mesas a personalidades con una gran autoridad moral y que no pertenecen a ningún partido político, que son: José Agustín Ortiz Pinchetti, que participó como secretario técnico en la Mesa de Participación Ciudadana; Jaime González Graaf, que participó en la Mesa de la Ley Electoral; y Manuel González Oropeza, que participó en la Mesa de Estructura Jurídica y Política del Gobierno del Distrito Federal.
—Participaron, ¿quiere decir que ya no participan?
—Bueno, ya se concluyeron sus grupos, ya está la discusión nada más a nivel de Mesa Central. Ellos ya presentaron todas sus conclusiones de reformas. Pero aparte, la Mesa Central fue abierta a los medios de comunicación que estuvieron presentes en discusiones y debates. Y esto es algo muy importante porque se dio de manera transparente. Ellos sirvieron de puente asimismo con un sector también muy importante de ciudadanos, gente honorable, con trayectoria académica o política, que hicieron una propuesta integral de reforma desde la perspectiva ciudadana. También las organizaciones civiles que organizaron el plebiscito de 1992 han participado mucho. Esas y otras organizaciones convocaron recientemente a un foro en el que se produjeron conclusiones que coinciden básicamente en esta perspectiva, que es la del gobierno y la de la mayoría de los partidos políticos, y que es que la Reforma Política debe ser integral, es decir, que tiene que englobar también cuestiones relacionadas con mayores facultades a los órganos de gobierno y todo lo relacionado con la conversión de las delegaciones políticas en auténticos municipios, claro, con la característica de que estamos en una ciudad que es una megalópolis, que tiene que haber una visión metropolitana, que no se trata de feudalizar las delegaciones sino básicamente de darles los instrumentos jurídicos, políticos y financieros para que puedan ser verdaderas instancias de gobierno que acerquen las soluciones a la población.
—¿Cree usted que los logros que se están obteniendo en la ciudad de México en materia de transición a la democracia repercutirán en el país?
—Yo creo que sí. Yo creo que van a tener efecto porque el peso y el papel de la ciudad de México es un referente indiscutible y evidentemente que una forma diferente de gobernar siempre lleva a la comparación de otras formas y la gente va a ir percibiendo poco a poco estas diferencias.
—¿Sería una manera de acentuar la conducción del país hacia la transición a la democracia?
—Yo creo que esa es una de nuestras grandes responsabilidades. Lo que está en juego en la ciudad de México no es el destino de un partido político, de un dirigente o de un líder político. Está en juego este proceso de transición democrática, está en juego la posibilidad de que la gente se convenza de que en efecto el cambio sí se puede dar y que no sólo se puede dar en la ciudad de México sino en todo el país. Esa es la enorme responsabilidad que nosotros tenemos. Y estamos por ello trabajando con toda esta convicción de defender un proyecto con todo este entusiasmo y esperanza de que se va a lograr y de que la gente va a sentirse satisfecha y contenta de haber optado por el cambio aquí en la ciudad.
—¿Sería un planteamiento en contra de políticas económicas que no son favorables a la mayoría de los mexicanos?
—Yo creo que la gente se plantea actualmente mucho de las condiciones en las que se da la vida económica y social del país.
—¿Esa repercusión podría conducir al país hacia un replanteamiento económico y político de justicia social?
—Creo que sí. En la medida en que se consolide el cambio en la ciudad de México la gente tendrá mayores posibilidades de pensar en un cambio a nivel nacional, indudablemente.
—¿Considera usted que con los logros obtenidos hasta ahora y los que se obtengan pronto podría repetirse el triunfo de una fórmula encabezada por el ingeniero Cárdenas para las elecciones del año 2000?
—Ahorita es mucho especular. Dejémoslo. Ahorita lo que a nosotros nos interesa es trabajar, consolidar el cambio aquí en la ciudad. Ya lo demás vendrá después. (RRZ)