Antonio Ortiz Salinas
Ahorro y finanzas sanas para hacer más con menos en el DF
Por cada peso fiscal que capta la ciudad de México "prácticamente tiene comprometidos ochenta centavos para gastos de mantenimiento y operación de servicios urbanos que demandan no sólo los habitantes capitalinos sino también los de la Zona Metropolitana", declaró a Rino Antonio Ortiz Salinas, secretario de Finanzas del gobierno del Distrito Federal. Esto significa, agregó, que 8 millones de capitalinos subsidiamos en esa proporción —80 por ciento— el costo de la vida urbana de 12 millones de pobres y ricos que pululan en los municipios conurbados principalmente con el Estado de México pero también con los estados de Querétaro, Puebla, Hidalgo y Tlaxcala. Esa tremenda carga, añadió, ha venido mermando desde los años sesenta las posibilidades de un desarrollo urbano autónomo y sano de la capital de la República que explica en parte el deterioro, abandono y destrucción de la urbe que acentuó el terremoto de 1985. Otra parte del deterioro de la antes "muy noble y leal ciudad de México" o "ciudad de los palacios" como la nombró el barón Alexander von Humboldt, consideró, se debe a la rapiña de funcionarios corruptos que se han servido con la cuchara grande en la contratación de las obras públicas, en la expansión incontrolada de la mancha urbana (pues es un hecho que el 90 por ciento de las invasiones de bosques y tierras de la reserva ecológica eran propiciadas por autoridades que se beneficiaban con la especulación del suelo urbano para la apertura de colonias proletarias y el establecimiento de fraccionamientos residenciales de nivel medio y de lujo), en la adquisición de bienes y servicios con presupuesto público y en el pacto fraudulento de todo tipo de contratos sin licitación que supuso hasta el 1º de diciembre de 1997 cincuenta años más de multimillonarias comisiones que eran repartidas en proporciones equivalentes a la jerarquía de funciones, denunció. Ante esa situación, Cuauhtémoc Cárdenas, primer jefe de gobierno de la ciudad elegido en las urnas, se dio a la tarea inmediata de sanear las finanzas, reordenar la hacienda pública e instalar dispositivos para terminar con el imperio del cochupo. Ortiz Salinas recordó que Cárdenas advirtió que quienes sean sorprendidos en el auspicio o aprovechamiento de operaciones fraudulentas serán castigados de acuerdo con la ley. Dijo que la resistencia interna de estamentos corruptos aunado a la obsolencia tecnológica y administrativa de los sistemas heredados del antiguo régimen no han impedido, sin embargo, el avance de la asepsia. Esto, junto con el establecimiento de nuevos sistemas, ha permitido substanciales ahorros que explican la existencia de importantes fondos por ejercer. Si tenemos en cuenta que Cárdenas recibió el 5 de diciembre de 1997 el aparato de gobierno con las arcas vacías, con un déficit de mil millones de pesos, una deuda pública de 12 mil millones de pesos, y si a esto sumamos los efectos restrictivos al gasto que han supuesto tres sucesivos recortes al presupuesto capitalino derivados de otros tantos recortes al presupuesto federal debido a la caída de los precios internacionales del petróleo, se comprenderá claramente que el ejercicio democrático del poder "nos está permitiendo hacer más con menos", afirmó el alto funcionario. Ahora las finanzas, subrayó, son ejercidas con criterio social. "Las prioridades son determinadas por las necesidades de la ciudad y las demandas de la población". El gobierno de la ciudad, indicó, "está empeñado en impulsar una ética de servicio público". Se trata de "recuperar la confianza del ciudadano en que sus contribuciones son equitativas y los recursos que da al gobierno son manejados con pulcritud". "Porque la sociedad reclama, por un lado, honestidad pero también eficacia. Y por otro, un ejercicio transparente de las finanzas". La conversión de las delegaciones en municipios en el año 2000, dijo, apunta hacia ese objetivo. La descentralización de decisiones y recursos del aparato central a los municipios permitirá un control ciudadano de los fondos públicos de la urbe. "Hacia allá apunta la gestión a mi cargo", aseguró Ortiz Salinas.
—¿Qué avances hay en la Secretaría de Finanzas?
—En la Secretaría de Finanzas los esfuerzos de racionalidad
y ahorro han permitido solventar necesidades urgentes e iniciar nuevos
proyectos con un presupuesto que en términos reales es menor que
el de 1997 en aproximadamente 9%. Las áreas de oportunidad para
aplicar una política de austeridad sin dejar de cumplir con programas
y acciones han sido amplias: se cancelaron privilegios que violentaban
normas; se estableció un sistema de control de proveedores y de
procesos de licitación para combatir la corrupción, se eliminó
el pago de "comisiones" por la asignación de contratos; se redujo
el plazo para pago a proveedores de 25 a sólo 2 días; se
aplicó una disminución del 50 por ciento en los fondos resolventes
de las unidades administrativas, entre otras. Las economías presupuestales
generadas con esas medidas superan los cien millones de pesos. El combate
a la corrupción y el dispendio para que sea real y duradero requiere,
sin embargo, del establecimiento de nuevos sistemas, la fijación
de estándares de servicio, la profesionalización del servicio
y honestidad. En tanto se desarrolla ese nuevo estilo de administración
pública ha sido necesario cortar y parar las conductas y actos que
lesionan el patrimonio de la ciudad. Se han presentado ante la Procuraduría
General de Justicia del Distrito Federal 293 denuncias de las cuales 22
son por cheques devueltos, 23 por fraude, 21 por falsificación de
documentos, 19 por robo, 2 por cohecho, 2 por daño en propiedad
ajena; 1 por uso de documento falso, 1 por ejercicio abusivo de funciones,
1 por extorsión, 1 por peculado y 2 en relación con 584 mil
325 multas ecológicas falsas. La dimensión de este último
ilícito representa un daño al fisco de la ciudad de 300 millones
de pesos que da idea de la magnitud de la corrupción tolerada hasta
el 5 de diciembre de 1997, de los intereses involucrados y de la compleja
organización requerida para operarla. De las mencionadas multas
el 16.85% se remontan a 1993-96, 56.34% corresponden a 1997 y el 26.81%
a 1998. La lucha contra la corrupción y el robo demanda la integridad
y fortaleza de los servidores públicos. A la fecha, por lo menos
11 de ellos con cargos de alta responsabilidad y en ciertos casos hasta
sus familias han recibido amenazas con el fin de que dejen de actuar en
contra de quienes han sido sorprendidas en falta. En los innumerables asaltos
a las oficinas de recaudación murió un policía y a
otro le infligieron heridas. Resulta sintomático que el objeto del
hurto no es necesariamente el dinero sino formas fiscales o papel valorado.
Justicia que no es pronta y expedita va en contra de los intereses de la
sociedad. En materia de procuración fiscal se han realizado intensos
esfuerzos asimismo para abatir el rezago de asuntos pendientes de resolución
que recibió la Procuraduría Fiscal de este Gobierno. Se han
resuelto el 97 por ciento de los casos. Además, durante lo que va
de 1998 se han atendido 29 mil 652 asuntos nuevos. Todo ello hace un total
de 35 mil 451 asuntos que superan con mucho a los 11 mil 771 asuntos que
se atendieron durante 1997.
—¿Cuáles son los resultados a nivel de ingresos?
—Son muy claros: el mes de agosto de 1998 se ubican en 26 mil 681 millones de pesos, 24% más en términos nominales, que significan un crecimiento del 7% real en comparación con los obtenidos entre enero-agosto de 1997. Los ingresos propios que representan el 51% de los ingresos del gobierno del Distrito Federal y que son un indicador de la fortaleza de las finanzas públicas, superaron en 27% en términos nominales y en 10% en términos reales los captados un año antes, asimismo rebasaron su meta entre enero-agosto de 1998 en 5%. Por su parte, los ingresos de organismos y empresas crecieron en 18 y 12% en términos nominales y reales, respectivamente. Por el contrario, las participaciones en ingresos federales del DF presentaron una caída de 5% en términos reales aún cuando crecieron en 10% en términos nominales respecto al año anterior. Los ingresos propios del sector central alcanzaron un total de 13 mil 212 millones de pesos, 5% más que lo estimado al mes de agosto y 27% por encima de lo captado en el mismo periodo en 1997 gracias al cumplimiento en la meta de los impuestos y a la evolución favorable de la captación de recursos por concepto de productos, aprovechamientos y contribuciones de mejoras. En términos reales este crecimiento fue del 10%. Para alcanzar esa meta la Tesorería del DF brindó asistencia y orientación a 1 millón 990 mil contribuyentes, 4% por encima de lo reportado durante enero-agosto de 1998 se otorgaron subsidios por 78 millones de pesos, 110% más que los otorgados en 1997, que se destinaron a regularizar establecimientos mercantiles, a personas físicas y morales como parte del Programa de Mejoramiento del Comercio Popular, a organismos públicos, sociales y privados de vivienda popular, a empresas que han contratado a personas con discapacidad; a las que han iniciado operaciones con una planta laboral de hasta 100 trabajadores, y a las que han reparado o rehabilitado inmuebles de interés artístico o histórico vitales para la urbe.
—¿Qué tal ha sido la recaudación de impuestos?
—Ascendió a 5 mil 526 millones de pesos, con lo que se cumplió con el 100% de lo estimado al mes de agosto de 1998 y logró un avance del 68% del programa anual. A través del impuesto predial entraron 2 mil 627 millones de pesos, un avance de 98% en la meta programada. No obstante, el volumen de pagos fue superior en 0.5% a lo registrado en igual lapso de 1997. En términos nominales estos ingresos fueron superiores en 19% y en términos reales 3%. Al cierre de julio de 1998 se habían incorporado 39 mil 770 nuevos contribuyentes al padrón del impuesto predial respecto al cierre de 1997 con lo que el padrón quedó conformado por 1 millón 873 mil 8 contribuyentes. Los ingresos por el impuesto del 2% sobre nóminas ascendieron por su parte a 2 mil 100 millones de pesos situándose 3% por encima de lo programado. Este concepto aumentó en 30% en términos nominales y en 13% en términos reales con relación al mismo periodo de 1997. Destacan asimismo ingresos superiores en 24% y 7% en términos reales respecto al mismo periodo de 1997 por concepto de impuestos por adquisición de inmuebles, espectáculos públicos, loterías, adquisición de vehículos automotores nuevos y usados y por prestación de servicios de hospedaje. En materia de derechos los ingresos ascendieron durante enero-agosto de 1998 a 2 mil 45 millones de pesos, 93% de lo estimado. Por prestación de servicios de agua se captaron 1 mil 116 millones de pesos con los que 94% de los ingresos estimados para ese periodo no obstante que el volumen de pagos alcanzó un total de 4 mil 9 millones 579 mil pesos que superaron en un 16% lo reportado en enero-agosto de 1997. El nivel de ingresos resultó con todo 15% superior en términos nominales respecto a lo reportado en el mismo periodo de 1997. El volumen de pagos por concepto de derechos fue 14% por encima de lo registrado entre enero-agosto de 1997 gracias a ingresos por concepto de servicios de agua, control vehicular y registros Público de la Propiedad y Civil. Por su parte, los productos alcanzaron ingresos por 2 mil 449 millones de pesos superando en 57% lo estimado al mes de agosto de 1998 y en 65% lo captado entre enero-agosto de 1997. Finalmente, las participaciones por ingresos federales alcanzaron un total de 8 mil 819 millones de pesos, 99% de lo estimado, 5% en términos reales menos que lo recibido en igual periodo de 1997 debido a nuevos criterios en la Ley de Coordinación Fiscal que redujo el coeficiente de participaciones para el DF de 13.80 de enero-mayo a 12.19 a partir de junio de 1998. Esto, aunado a una menor recaudación global de la Federación, reducirá ingresos capitalinos por ese concepto en 1 mil 250 millones de pesos al término del presente año.
—¿Cómo fue el comportamiento de egresos?
—Del presupuesto autorizado por la Asamblea Legislativa de DF para el presente año fiscal el gobierno capitalino ejerció 20 mil 699 millones de pesos a agosto de 1998, un avance de 83% respecto a lo programado que supera en 223 millones de pesos al gasto registrado al mismo mes de 1997. Del total ejercido el 77% correspondió al Sector Central y el restante 23% a organismos y empresas. Entre enero-agosto de 1998 el gasto programable del gobierno del DF ascendió a 19 mil 514 millones de pesos, correspondiendo 15 mil 561 millones de pesos al gasto corriente y 3 mil 953 millones de pesos al gasto de capital, es decir, 80% y 20% respectivamente. La importante participación del gasto corriente se debe a que por cada peso que capta la ciudad de México prácticamente tiene comprometidos ochenta centavos para gastos de mantenimiento y operación de servicios urbanos que demandan no sólo los habitantes capitalinos sino también los de la Zona Metropolitana. La conurbación determinó 5.5% más de gastos de 1994 a 1997. La contracción capital se debió a la reprogramación que determinó el cambio de gobierno por verificación de licitación, adjudicación y contratación de obras públicas que redujo el ritmo de construcción de la Línea "B" del Metro, sujetó a revisión el Proyecto de Saneamiento de la Cuenca del Valle de México y contempló la adquisición de equipo para la Secretaría de Seguridad Pública y la Procuraduría General de Justicia del DF. Esto produjo importantes ahorros.
—¿En qué rubros se produjeron los ahorros?
—Los ahorros más significativos se reflejan en los sectores de obras y transportes los cuales ascendieron a más de 550 millones de pesos. Por ejemplo, la Dirección General de Construcción y Operación Hidráulica para adquisiciones, contratación de mantenimientos y revisión de estudios registró ahorros por 114 millones de pesos; la Dirección General de Servicios Urbanos por diversos conceptos y uso racional de energía eléctrica 66 millones de pesos; la Comisión de Aguas por revisión de precios unitarios pactados con empresas que participan en el Programa de Supresión y Detección de Fugas 96 millones de pesos; y en el Sistema de Transporte Colectivo Metro por ahorro en adquisiciones y contratación de servicios 24 millones de pesos.
—¿Cuál es el nivel de la deuda pública?
—El endeudamiento neto del gobierno de la ciudad registrado en el periodo enero-agosto de 1998 alcanzó un monto de 670 millones de pesos, resultado de una disposición de recursos por 917 millones y de un abono de capital por 247 millones. Uno de los principios fundamentales en el manejo de las finanzas para la presente administración lo constituye el manejo cuidadoso de los carros del Metro para la Línea "B", reprogramado para el año 2000, y el Proyecto de Saneamiento de la Cuenca del Valle de México en el que se ajustó el financiamiento a la dimensión real del proyecto. Es preocupación de esta administración no solamente manejar cuidadosamente el uso de recursos crediticios procurando que éstos se contraten en las mejores condiciones financieras de mercado y restringiendo su uso cuando sea complemento de las inversiones que sean financiadas con recursos fiscales, sino adicionalmente avanzar en la instrumentación de una fórmula de participaciones que sea más equitativa para el Distrito Federal. Además, ante las condiciones adversas que enfrenta la economía nacional que repercuten en ajustes en las tasas de interés y al tipo de cambio, mismos que impactan sensiblemente en el pago de servicio de la deuda e incrementan el saldo histórico, se tiene que orientar una cantidad adicional de recursos fiscales para enfrentar los compromisos contraídos con instituciones financieras. Por ello, es prioridad de esta administración otorgar especial atención al manejo de la deuda con el fin de no comprometer la viabilidad financiera de la ciudad en los años subsecuentes. (RRZ