Rino 29 dedica un número especial al gobierno de la ciudad de México. En él se publica el 1er. Informe del Jefe de Gobierno de la ciudad de México, ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Un informe de los trabajos de 9 meses de gobierno, el primer gobierno electo democráticamente por los ciudadanos y ciudadanas de la ciudad de México; en él se nos comunica: del nuevo sistema de información integral, del combate a la corrupción "mal —al decir del ingeniero Cárdenas— antiguo, profundo y extendido"; de los ahorros del gasto y sus posibilidades de atender mayores necesidades; la entrega de libros de texto gratuito a los estudiantes de secundaria; la actitud del gobierno del DF de defender la reserva ecológica de la cuenca de México; el término de la tercera etapa del acuaférico; los avances en la construcción de la línea "B" del Metro; la creación del Consejo Consultivo de la Mujer; el programa piloto de mayor presencia policial, con la colaboración y vigilancia ciudadana en 15 colonias del DF y; en conexión con el ambulantaje, el Jefe de Gobierno expuso en su Primer Informe, la política de persuasión, diálogo y negociación permanente. Finalmente llamó al ciudadano a recobrar la ciudad para todos, "un territorio del transcurso de nuestras vidas".
En este número especial de Rino damos a conocer el pensamiento de sus colaboradores principales y de algunos intelectuales sobre el gobierno democrático, en la perspectiva de crear un ciudadano informado, y por tanto, un poder ciudadano. Proponer, como lo hace Cuauhtémoc Cárdenas, un desarrollo sustentable —ya lo decíamos en el número anterior de Rino y aquí lo reiteramos— es un tema novedoso, polémico y que va a contracorriente de todo el espíritu de la época , es no sólo azaroso sino temerario en algún sentido, y eso es lo significativo, una aventura del pensamiento y la acción política.
El desarrollo sustentable enfrenta, como una categoría económica "subversiva", la falta de difusión y en casos negación de sus atributos cruciales. El desarrollo sustentable se refiere a una forma de crecimiento económico en la cual la sociedad satisface las necesidades de su población presente —8.5 millones de habitantes en la ciudad de México— y asegura los recursos necesarios para satisfacer las de sus generaciones venideras.
Nuevas categorías económicas conforman su cuerpo teórico: escala óptica, asignación óptima de recursos naturales, capacidad de sostenimiento, producción primaria neta, capital y trabajo sostenible, entropía económica, preservación de la biósfera, comunidad sostenible, etcétera.
El desarrollo sustentable representa nuevos balances que la economía neoclásica o neoliberal, así como la economía política marxista, no habían visualizado de manera prioritaria porque parecían asuntos secundarios propios de la microeconomía o de los materiales de la planificación central. Los nuevos balances se refieren a los flujos de recursos y a su aprovechamiento integral, a los fondos de trabajo y capital, a la escala óptima de la economía y a los límites del desarrollo. La entropía económica, tiene que ver con la diferencia cualitativa entre tasas de utilización de recursos y la generación de desechos o en su caso reaprovecharlos.
Las determinaciones cruciales que se podían atribuir al desarrollo económico sustentable son: un retorno a la energía no contaminante (eólica, solar, orgánica); un retorno a la naturaleza, sentir que somos parte y estamos en armonía con ella, una relación de intercambio de sustancias y objetivación de la idea en ellas; supone una conciencia de perdurabilidad y un uso racional de la biósfera; la recuperación del paisaje urbano, su limpieza y una tecnología apropiada que conduzca a una armonía con la biodiversidad; que en consecuencia oriente a la sociedad en su conjunto hacia un desarrollo científico-técnico y tecnológico que elimine la contaminación del aire de nuestra ciudad, y una "escala óptima" de la economía en relación con el ecosistema. Para cambiar el mundo cosificado y de estereotipo del consumismo sin límites por un mundo comunitario, en el que se satisfagan las necesidades básicas y se aliente el confort para permitir el uso del tiempo libre en el desarrollo integral del individuo.
El ciudadano, con una nueva cultura ecológica del ambiente, regulando el conjunto de sus relaciones sociales e interrelaciones con el ecosistema y concientes de sus derechos políticos, será el agente central de la ciudad-Estado y del desarrollo sustentable y "recobrará para todos el territorio del transcurso de nuestras vidas".