Especialista en garganta, nariz y oído,
berlinés, había ido a Viena a estudiar y por consejo de Breuer escuchó algunas
conferencias de Freud sobre neurología. Fliess era el íntimo amigo que Freud necesitaba:
era su escucha, su confidente, lo estimulaba; era un admirador entusiasta y compañero de
especulaciones que no se escandalizaba por nada. "Tú eres el único Otro, el
alter", escribió Freud en 1894. A Fliess se le consideró un numerólogo
desequilibrado, patológico. Según sus teorías, la nariz es el órgano dominante que
influye sobre la salud y la enfermedad humanas. Decía que existen ciclos biorrítmicos de
23 y 28 días a los que estaban sometidos hombres y mujeres, éstos permitirían al
médico diagnosticar dolencias. También habló de ciclos sexuales masculinos, a los que
incluso Havelock Ellis prestó cierta atención, pero concluyó diciendo que, si bien
"hay que tener presente la posibilidad de tales ciclos, no se justifica mucho que los
aceptemos". Ya que él era un reputado especialista, erudito y culto, muchos
investigadores en distintos países lo apoyaban, pero hacia fines de siglo sus ideas
estaban totalmente desacreditadas. Fliess le proporcionó ideas y apoyo a Freud, siendo
además un gran lector de su correspondencia. Ayudó a Freud a atender a los chistes como
material útil para el estudio psicoanalítico y especuló sobre la sexualidad infantil en
escritos publicados en 1890. Tal vez hoy se podría atender un intento muy ambicioso de
Fliess de fundar la biología en la matemática. En más de una oportunidad Freud envió a
Fliess pacientes, una de las más conocidas Emma von Eckstein, fue operada por este
último, con tan mala suerte que luego de grandes sufrimientos posteriores a la operación
se descubrió que durante la operación había permanecido un trozo de medio metro de gaza
en la herida que se estaba descomponiendo produciendo una peligrosa infección, Emma fue
quien Freud denominara Irma, y su preocupación por ocultar o disminuir el error del amigo
aparece permanentemente tambien en sus sueños. Una de las razones por las que el retrato
idealizado de Fliess permaneció vivo por tanto tiempo, residió en que a Freud le llevó
años reconocer y elaborar el ingrediente erótico de la relación. "Nadie puede
reemplazar para mi la compañía del amigo, exigida por una vertiente especial, tal vez
femenina", admitió hacia el final de su amistad, en 1900. Ese año se encontraron en
Achensee, cerca de Innsbruck, y discutieron con violencia. Se atacaron en sus puntos más
sensibles: el valor, la validez del trabajo de cada uno. Esa fue la última vez que se
vieron. En la actualidad, gracias a la publicación completa de las cartas de Freud a
Fliess, podemos saber mas claramente hasta qué punto éste influía en sus ideas,
precisamente muchos de los trozos censurados en la versión anterior, contienen cálculos
en relación a su propia vida o a la de Martha basados en las teorías de Fliess, hasta
avanzada edad Freud en su reiterado temor a morir, basaba ciertas fechas y edades en las
que pensaba podía morir en los cálculos biorrítmicos. Una de las teorías de Fliess que
Freud tomó y sustentó toda la vida fue el carácter bisexual de todo ser humano.(11 Bb)