Este zoólogo,
uno de los más eficaces propagandistas de Darwin en lengua
alemana, había sido llevado a Viena para que modernizara el
departamento de zoología. No solo lo elevó al nivel de otros
departamentos de la Universidad, sino que logró fondos para
establecer una estación experimental de biología marina en
Trieste, Venecia. Parte del dinero se destinó a unos pocos
estudiantes privilegiados que realizarían allí sus
investigaciones. Freud fue uno de ellos: la tarea que le asignó
Claus fue poner a prueba la afirmación del investigador polaco
Simone de Syrski en cuanto a que había observado gónadas en
anguilas. La tarea de hallar testículos en la anguila había
fracasado hasta ese momento y si Syrski estaba en lo cierto,
quedaba sin fundamento la concepción tradicional de la anguila
como hermafrodita. Luego de disecar unos cuatrocientos
especímenes, Freud pudo confirmar en parte y no de manera
concluyente la teoría de Syrski. Aunque Freud más adelante
desestimó esta tarea, ella le había adiestrado en la
observación precisa y tranquila, el tipo de atención
concentrada que luego le fue indispensable en la escucha de sus
pacientes. (11 Bb)