TETRACAMPEONES EN CRISIS
Una reciente publicación daba a conocer que en los últimos ocho años, Brasil ha exportado 2.148 futbolistas a 60 países.  El volumen de las operaciones supera los 250 millones de dólares y sus principales mercados son España, Portugal, Japón e Italia, aunque también aparecen brasileños en Finlandia, Indonesia y Macedonia. 
 
Estos datos no esconden los graves problemas que vive el fútbol brasileño hoy en día; bajas asistencias a los estadios, peleas internas de jugadores, arreglos de partidos y oscuros manejos dirigenciales. 

El caso más bullado fue una grabación difundida por la red O'Globo, donde un ex-arbitro denunciaba manejos corruptos del fútbol brasileño. 
 Los dardos iban dirigidos a Ivens Mendes, en ese momento presidente de la Comisión de Arbitraje de Fútbol (CONAF) y responsable de la calificación de los jueces; que ejercía presión sobre los jueces para conseguir que se dieran ciertos resultados en los partidos que estimaba conveniente, y los dineros que recibía de los dirigentes a cambio de ciertos "favores". 

El causante de este terremoto fue el ex-arbitro, José Aparecido de Oliveira, que denunció que el titular de la CONAF le pidió que ayudara a Argentina en su partido frente a Colombia, por las eliminatorias para el Mundial de 1994.  Finalmente el arbitro hizo omiso del pedido y Colombia derrotó a Argentina por 2-1.  De vuelta en Brasil, José Aparecido fue comunicado que dejaba de ser arbitro internacional FIFA y fue el fin de su carrera. 
 
Pero no todos los casos de corrupción están en manos de Ivens Mendes; en 1993 se enfrentaban Bangú y América por eludir el descenso a Segunda División del Campeonato de Río de Janeiro (Carioca).  Los dirigentes trataban por todos los medios de evadir la disputa de este encuentro, para esperar que los restantes encuentros terminaran y ver que resultado necesitaban.  Cuando los equipos entraron a la cancha, ambos vestían pantalones blancos y el América tuvo que ir a cambiarlos.  Una hora después comenzó el partido, cuando sabían que a ambos equipos les convenía el empate.  Era patético ver como todo se hacía a paso lento donde sólo los defensas tocaban la pelota sin ataque ni profundidad, el público enardecido gritaba "é marmelade" ("esta arreglado").  Al comenzar el segundo tiempo Carlinho, director de Bangú, se acercó al arbitro y le dijo que el empate era un buen resultado.  Pero Dionisio de Bangú, cabeceó y conquistó el 1-0 para su equipo.  En vez de celebraciones, fue reemplazado e insultado por su entrenador, las miradas entre dirigentes lo decían todo.  Pero América empató muy rápido, los defensas rivales se quedaron parados y el arquero de Bangú se tiró al suelo y la pelota pasó por encima de su cuerpo.  Finalmente el partido terminó 1-1 y ambos se salvaron del descenso. 
 
Pero los problemas del fútbol brasileño continúan, entre enero y julio se disputan los torneos estaduales, que son los más importantes de Brasil.  Pero estos campeonatos tienen poca respuesta de público, por ejemplo el partido entre Bragantino - Santa Rosa por el Campeonato del Estado de Pará, fue visto por ocho personas (eso sí, fue jugado un domingo a las 7:30 AM); o el Americano de Rio de Janeiro que en dos encuentros tuvo 33 personas como público. El promedio de público en los campenatos estaduales no supera las 2.000 personas como promedio; el Estado con mayor promedio fue Sao Paulo con 7.750 espectadores.  Además, este año, la final del Campeonato Carioca registró la menor asistencia de toda su historia; el partido entre Vasco de Gama y Botafogo fue visto en Maracaná por 16.854 espectadores. 
 
El problema es que Brasil posee muchos equipos profesionales; pensar que en el año se disputan 26 campeonatos estaduales (en 1996 participaron cerca de 300 equipos) y los equipos grandes se dan el lujo de jugar con equipos reservas y ser campeones, el Remo de Belem lleva cinco títulos consecutivos en le Estado de Pará y ha perdido 6 partidos en los últimos 5 años.  Para los equipos pequeños estos campeonatos son su única vía de subsistencia. 
 
Por otro lado en Brasil se disputa entre julio y diciembre, la Liga Nacional (Brasileirao), este campeonato es prácticamente nuevo (se creó en 1971), no tiene mucho respaldo y las irregularidades son constantes.  Por ejemplo, el año pasado descendieron a Segunda División Bragantino y el Fluminense (el histórico Flu).  Al comienzo del Brasileirao 1997, ambos equipos fueron incluidos en Primera División, sin mayor explicación.  Así mismo sucedió en Segunda División con Goiatuba, Central y Sergipe, que pese ha haber descendido mantuvieron la categoría. 
 
Los dirigentes del fútbol brasileño son los causantes de todo esto, mantienen un sistema de campeonato obsoleto, de poco interés y muy poco competitivo, han creado una suerte de cartel de la mafia alrededor del juego, pensar que el presidente de la Federación de Río de Janeiro (la entidad más corrupta de fútbol brasileño), Eduardo Vianna, declaró que la única manera de sacarlo del mando de fútbol carioca es esperar su muerte. 
 
Los clubes grandes de Río de Janeiro (Flamengo, Fluminense y Botafogo) están pensando crear una liga paralela, manejada por ellos, es una idea compleja, pero es un avance en tratar de mejorar la actividad. 
 
Con problemas o sin ellos, Brasil continúa ganando campeonato (Copa Libertadores, Copa América, Mundial Sub-17 etc.), deleitándonos con su fútbol y produciendo grandes jugadores.  Tome nota de estos nombres: Dodó (Sao Paulo), Mirandinha (Corinthians), Rinaldo (America-MG); van a ser grandes jugadores. 
 

 
QUE JUEGAN EN BRASIL
Durante el año se disputan tres grandes campeonatos en Brasil: los Campeonatos de Estados, la Copa Brasil y el Campeonato Brasileiro (Brasileirao), pero además se disputan un sinnúmero de torneos pequeños. 
Entre febrero y julio cada Estado brasileño (27) disputa su propio campeonato, cada uno de diferentes características; por ejemplo el Campeonato de Tocantins está compuesto por sólo 5 equipos a la inversa del Campeonato de Rio de Janeiro (Carioca) que está constituido por cuatro divisiones, con ascensos y descensos (si es que ocurre, ya que la corrupción es muy grande). 

El campeonato más antigüo es el de Sao Paulo (Paulista) que fue inagurado en 1902 siendo campeón del Sao Paulo Athletic, entre los años 50 y 70 este campeonato fue el más observado en todo Brasil, ya que jugaba el gran Pelé en el club Santos y provacaba estragos con las redes rivales entre 1957 y 1973 se consagró 11 veces goleador del Paulista y en una ocasión conquistó 58 goles en un solo año.  Por otro lado, el campeonato más nuevo es el del Estado de Roraima que comenzó en 1995. 

El segundo gran campeonato que se disputa es la Copa Brasil; se disputa durante Febrero y Julio y participan 32 equipos, todos los campeones estaduales (27) más los 5 vicecampeones de los Estados más poderosos.  El ganador de esta copa obtiene un cupo para la Copa Libertadores y el vicecampeón obtiene un lugar en la Copa Conmebol.  El campeón de 1997 fue Gremio de Porto Alegre que derrotó en la final a Flamengo. 
El tercer gran campeonato es el Campeonato Brasileiro (Brasileirao) que se disputa entre agosto y diciembre y fue instaurado en 1971, pero es el resultado de campeonato anteriores. 

El primer campeonato que que se jugó entre equipos de diferentes estados fue la Copa Río-Sao Paulo, que se comenzó a jugar en 1933 para dirimir cual de los estados era mejor para el fútbol.  En 1967, los equipos de otros Estados pidieron participar en esta Copa, asi se instauró el Torneo Roberto Gomes Pedrosa (Robertao) que incluía equipos de Minas Gerais, Rio Grande do Sul, Paraná y Bahía entre otros.  Finalmente en 1971 este campeonato fue reformulado y se dio inicio al Campeonato Brasileiro, donde el triunfador obtiene un cupo a la Copa Libertadores. 

Además se disputan muchos torneos pequeños como el Torneo Río-Sao Paulo, la Copa del Norte y la Copa Noroeste entre otros. 
El torneo Rio-Sao Paulo no era jugado desde 1966 y en 1993 se retomó la simbólica guerra entre cariocas y paulistas. 

La Copa del Norte es jugado por los Estados norteños del país y el ganador obtiene un cupo en la Copa Conmebol, el campeón de 1997 fue Vitoria de Bahía, donde juega el gran Bebeto. 
La Copa del Noroeste es disputada por los estados de esta zona de Brasil y también obtiene un cupo para la Conmebol, el ganador de la versión pasada fue Rio Branco de Acre. 

Este es el panorama interno del fútbol brasileño, donde los campeonatos regionales son más importantes que los nacionales y donde constantemente se disputa la supremacía entre Rio de Janeiro y Sao Paulo. 
 
 

 
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