UN MONSTRUO CON VENAS DE FIBRA
ÓPTICA
A pesar de que ya se instaló hace rato como un poderoso medio
de comunicación, es sorprendente el recelo y la desconfianza con
que todavía mucha gente mira a la red de información por
computadoras, internet.
Es sorprendente, sobre todo entre los menos informados, la cantidad
de prejuicios que existen acerca de la red. Personas que al solo escuchar
la palabra "internet", la asocian inmediatamente con pornografía
(en todas sus más oscuras variantes) o terrorismo, y culpan ingenuamente
a la red de la existencia de este tipo de información.
Creo que ese es un error grave. Culpar a internet de que existan websites
que promueven el terrorismo o la pornografía inafntil, es tan simplista
como culpar al vhs de que existan películas pornográficas
o peor aún, culpar a Gutemberg (que inventó la imprenta)
por la existencia de textos subversivos.
Para los que todavía no lo tienen muy claro, lo único
que hizo internet, y que es precisamente uno de sus principales aportes,
es que facilitó de una manera radical la publicación y difusión
de información e ideas. Hoy en día sólo hace falta
un computador de mediana potencia y un módem (lo que se esta haciendo
cada día más común en los hogares de todo el mundo),
para que cualquier ciudadano tenga su propio boletín electrónico
con el que, en escasos segundos, puede poner en el aire sus ideas para
que éstas sean discutidas, aprobadas o rechazadas por las personas
que tienen acceso a ellas.
Entonces si la red está llena de websites de pornografía,
drogas o terrorismo (que de hecho los hay en gran cantidad), no es porque
internet sea un monstruo incontrolable, sino simplemente porque el mundo
está enfermo, y la versatilidad de la red dejó al descubierto
esta enfermedad.
La actitud de algunos gobiernos de combatir este mal intentando eliminar
este tipo de sites, equivale a ocultar el problema más que a combatirlo.
A fin de cuentas, la red no es más que una acuciosa radiografía
de la especie humana y sería absurdo cerrar los ojos ante la realidad
que nos está mostrando.
Esto, por supuesto, no significa que esta radiografía sólo
nos muestre tumores malignos, sino también sectores donde este organismo
se desarrolla con fuerza y luminosidad.
El caso de Casagrande es elocuente. Hace no muchos años de este
tipo traspasara las fronteras del lugar donde ha sido concebida, era impensada,
a no ser que se trasladaran físicamente algunos de sus ejemplares.
Hoy, gracias a internet, Casagrande puede ser leída en cualquier
parte del mundo por cualquier persona con un buen ordenador y la curiosidad
suficiente, lo cual, sino fuera porque existe un soporte tecnológico
evidente, podría calificarse casi como un acto de magia.
Tal vez sea normal que la aparición de nueva tecnología
asuste a algunas personas poco acostumbrada a los cambios, pero la verdad
es que con internet van a tener que acostumbrarse, porque así como
la televisión en sus inicios causó desconfianza y muchos
la señalaron como un aparato maligno, internet sigue y seguirá
siendo cuestionado, pero definitivamente ha llegado para quedarse, y deberíamos
dar gracias por ello.
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