Dar comienzo al proyecto del Colegio Secundario, allá por 1995, fue un verdadero desafío. Iniciamos nuestra tarea con 32 alumnos, nuestros Precursores, en quienes depositamos expectativas, deseos e inquietudes.

Crecimos de a poco, con dedicación, trabajo y esfuerzo, haciendo camino al andar, dejando huellas firmes para guiar los pasos de todos los próximos estudiantes que vendrán.

Se hizo mucho… con aciertos y errores, desde lo que se ve a los ojos de todos hasta lo silencioso y sin estridencias.

Ver tranformarse a los niños en jóvenes adultos es gratificante pero también doloroso. Gratificante porque reconocemos en ellos la semilla que dio sus frutos, ese árbol erguido, rebosante de riquezas que brindar… pero también doloroso porque se acerca cada día más el momento en que indefectiblemente nos dejarán.

Acompañarlos es una tarea ardua… pero apasionante.

Este ese el compromiso de la institución para con estos jóvenes… ayudarlos a SER los hombres y mujeres que hoy nuestro país necesita: íntegros, honestos y principalmente comprometidos con la VERDAD, la JUSTICIA y la PAZ.