Cualquier acto de bien que busca una posición de predominio no es el bien en sí mismo, sino una ilusión disfrazada de bien. Tras el apogeo, igual que siempre se desvanecerá. El bien verdadero busca el bien unicamente, y permanece para siempre.
Nadie puede encontrar a Dios. Hay que abrir el corazón y hacer que su luz se irradie en todas direcciones, como un faro en medio de la noche, y esperar que Dios nos encuentre.
Nada es gratis, todo tiene su precio, todo una razón. Donde esto no es cierto, allí está el amor.