El miércoles 21 de junio de 1989 logramos << colarnos>> en una reunión efectuada en las propias instalaciones donde funcionó Recadi, entre los diputados Roseliano Ojeda, coordinador de la comisión técnica del Congreso y los parlamentarios Salvador Militello, Alexis Ortiz y Edgar Mora de Copei; Enrique Parra y Ramón Parada de AD; Angel Cacique de Nueva Generación Democrática; y Jorge León Díaz, de ORA; con el Juez XXXVII Penal, Luis Guillermo La Riva López. También se apersonaron los asistentes Tatiana Uzcátegui, Manuel Rivero Viloria, Marcos Guánchez, Juan Pedro Uzcátegui, Henry Castro, Napoleón Coronado, Francisco Díaz y Fernando Palacios. El objetivo de la sesión, en la que el Juez La Riva no se percató de nuestra presencia, fue intercambiar criterios sobre lo detectado por el Congreso y por la instancia penal en las mismas áreas. Fundamentalmente se discutió el caso de las ensambladoras. Pero surgió otro detalle que nos impresionó: a la banca comercial, completa, posiblemente se le podría asignar su responsabilidad en el festín de los dólares, porque no estaba remesando al Banco Central de Venezuela alrededor de unos 250 millones de dólares por concepto de anticipos sobre importaciones no realizadas o por importaciones incompletas que obligaban a reembolsos. El punto nos llevó a buscar al Diputado Gonzalo Pérez Hernández del MIN, quien fue el que estuvo y está manejando todavía otra sub-investigación no concluida totalmente, porque la banca posteriormente comenzó a fluir los reintegros. El 21 de febrero de 1989, Luisa Garrido de Pérez, Gerente encargada de Administración Cambiaria del Banco Central de Venezuela, envió un fax urgente a todos los bancos comerciales que operan en Venezuela, anunciando: << cumplimos en informarle que a partir del 23 de febrero de 1989 las operaciones de reintegro enviadas por ustedes a la división de Ingresos de Divisas del Departamento de Liquidación de Ingresos y Egresos, se procesarán únicamente por transferencias telegráficas, a través de nuestro corresponsal Irving Trust Company New York, cuenta Nº 8033397047. No se recibirán operaciones de reintegro que se tramiten a través de cheques. Agradeciendo la colaboración que puedan prestar a la presente solicitud>> . El 9 de marzo siguiente, la misma funcionaria del BCV envió otra comunicación con el siguiente texto: << a la fecha aparece en nuestros registro un número considerable de solicitudes de retiro de divisas para el pago de importaciones amparadas por cartas de crédito abiertas por esa institución (los bancos comerciales públicos y privados), a cargo de cuyas conformidades de importación el Banco Central de Venezuela otorgó en su oportunidad el correspondiente anticipo, sin que por otra parte, el remanente haya sido requerido. Sírvanse verificar a la brevedad posible la situación de tales solicitudes y, en los casos en que las cartas de crédito no fueron aperturadas o no se negoció y la importación no se realizó dentro de los plazos establecidos, ordenar inmediatamente con aviso a nosotros y mediante crédito (a la antes referida cuenta) indicarnos en cada caso, el número consecutivo asignado a la solicitud y la fecha valor en la que el BCV otorgó dichas divisas>> . Más adelante concluye: << Agradecemos a esta institución atender el presente requerimiento a más tardar dentro de los próximos diez días hábiles>> . El 18 de abril de 1989, la misma Luisa Garrido de Pérez se comunicó de nuevo con los bancos comerciales y reclamó lo siguiente: << sirva el presente para reiterarles nuestra solicitud formulada en télex del 9 de marzo, a cuyos fines se les concedió un plazo de 10 días hábiles contados a partir de esa fecha, el cual se cumplió el día 27 de marzo de 1989. Agradecemos informarnos por esta vía resultados de las acciones adelantadas para proceder de inmediato a los reintegros pendientes>> . Finalmente, el 23 de junio de 1989, la Gerente Encargada de Administración Cambiaría del BCV, ofició al Area Internacional << en la oportunidad de remitirle el listado de anticipos otorgados hasta el 31 de mayo de 1989, por concepto de importaciones tramitadas por este Banco, sin que hasta la fecha (junio) se nos hayan requerido los respectivos remanentes>> . Este juego de comunicaciones le permitió al diputado Gonzalo Pérez Hernández, miembro de la Comisión Especial Recadi, entrevistarse con las autoridades del BCV, fundamentalmente con el Primer Vicepresidente, José Vicente Rodríguez Aznar, y detectar la siguiente situación irregular: - Desde que se creó el sistema de cartas de crédito para financiar importaciones con dólares preferenciales hasta el corte de fecha 31 de mayo de 1989, 31 bancos comerciales (Provincial, Mercantil, Industrial, Unión, Venezuela, Latino, Consolidado, Exterior, Internacional, Caracas, Venezolano de Crédito, Italo, La Guaira, Bancor, Caribe, Maracaibo, República, Metropolitano, Financiera, Caroní, Construcción, Lara, Orinoco, City Bank, Occidental de Descuento, Principal, Capital, Federal, Agroindustrial y Regionales de los Andes), tenían pendientes 3.432 casos de anticipos por reembolsar sobre anticipos concedidos por el BCV del orden de los 99 millones 924 mil 175 dólares. - Los
mismos 31 bancos comerciales privados y públicos tenían
pendientes por reintegrar sobre anticipos otros 4.142
casos, por el equivalente a 117 millones 272 mil 679
dólares. Todo esto para un gran total de 7.574 casos
pendientes para un monto global de 218 millones 44 mil
877 dólares.
El punto central de la investigación emprendida por Gonzalo Pérez Hernández no fue otro que establecer las razones por las cuales la banca estaba siendo reticente y lenta en corresponder los anticipos remesados previamente por el BCV. Se trató de determinar si era posible que el Banco Central de Venezuela presionara a la banca comercial por la vía de las demandas judiciales, la deducción de los anticipos a las autoridades sobre nuevas aperturas de cartas de crédito o el cobro exigible en efectivo o mediante transferencia a las cuentas externas del BCV. El otro aspecto sustancial fue el rescate de los anticipos con los correspondientes intereses sobre los montos de operaciones de importación no ejecutadas. La situación pareció enderezarse más recientemente, cuando el Primer Vicepresidente del Banco Central de Venezuela, José Vicente Rodríguez Aznar, comunicó al Diputado Henry Ramos Allup, de Acción Democrática, Presidente de la Subcomisión Especial del Sector Financiero de la Cámara de Diputados, sobre los reintegros efectuados por la banca comercial hasta el 31 de agosto de 1988. La totalidad de los 31 bancos comerciales había reintegrado a la fecha de la comunicación del BCV, 29 de enero de 1989, 18 millones 538 mil 900 dólares, sobre 1.188 casos en expedientes. El proceso ha sido lento, porque si el Banco Central de Venezuela exigía todo de una vez, con sus correspondientes intereses, la banca tendría que desembolsar entre 3.161 millones y 8.720 millones de bolívares, cantidad que no tiene en cartera por la baja liquidez reinante. Esta situación está siendo observada muy de cerca por los parlamentarios Henry Ramos y Gonzalo Pérez Hernández. Al menos este último está dispuesto a plantear otras acciones para presionar el pago de los reintegros de la banca comercial al BCV, que es otro de los problemas que trajo como secuela, junto con el de las fianzas, la liquidación del Régimen de Cambios Diferenciales, Recadi. Una de las implicaciones que le señaló el diputado Roseliano Ojeda al Juez Luis Guillermo La Riva en la reunión del 21 de junio, fue que algunos bancos rindieron estos anticipos en mesas de dinero en Estados Unidos y que su lentitud al remesar de nuevo al BCV no se justificaba por tal razón financiera. |