Ya con varias entregas en la calle de La Agenda Secreta, la dirección del periódico encargó a la Sección Política un trabajo que salió insertado el sábado 8 de abril de 1989, en el cual se buscó respuesta a una sola interrogante: ¿se puede juzgar a un ex-presidente? Las respuestas las dieron dos dirigentes de la oposición y uno del partido de gobierno. Pedro Pablo Aguilar, de Copei, comentó en esa oportunidad que las responsabilidades presidenciales estaban consagradas y claramente establecidas en la Constitución Nacional. Solamente que el poder de un Jefe de Estado en Venezuela estaba desnaturalizado por que no funcionaba el proceso de rendición de cuenta ni el juicio de gestión, por lo que << no se podían evitar dos males igualmente perversos: la tolerancia cómplice ante los abusos de poder y la pasión desatada contra el que está caído propiciando venganza>> . Gastón Navarro Dona, de Acción Democrática, en eminente tono constitucionalista, explicó que los procedimientos para emprender un juicio a un ex-mandatario también están pautados en la misma Carta magna, pero que no creía que prosperara en el caso de Lusinchi, << porque no se le puede atribuir todo lo malo o todo lo bueno que haga una administración a la figura de uno de los órganos de esa administración>> . No obstante, precisó que en los casos de omisión o extralimitación se prevén las responsabilidades civiles, penales y administrativas sobre casos puntuales de la estricta incumbencia del Presidente de la República, en su esfera particular de decisión. El dirigente de Nueva Generación Democrática, Vladimir Gessen, sin embargo, apuntó -más políticamente- que un hombre público debe ser responsable de sus actos. En esa misma edición pero en otra página, el presidente de la CTV, Juan José Delpino, de manera enérgica planteó que << el ex-presidente Lusinchi tiene que demostrar que él desconocía absolutamente lo que estaba sucediendo en Recadi. El tiene que ayudar a que las investigaciones y las denuncias tengan un fin exitoso>> . Luego de unas cinco semanas en Miami, Lusinchi reapareció en la escena, en una rueda de prensa efectuada en La Ermita el mediodía del lunes 10 de abril. - En cuanto a los comentados dólares preferenciales -dijo este día-, debo señalar someramente que unos cuantos de quienes atacan señudamente la política de otorgamiento de divisas, fueron más de una vez a distintas y altas oficinas públicas a buscar esos dólares a como diera lugar. Se les concedieron en la medida de lo posible, lo legal y lo conveniente; pero sus ambiciones al parecer quedaron insatisfechas. Sin duda que esta parte de su declaración oficial estaba dirigida a contraatacar a El Nacional, por La Agenda Secreta de Recadi. Esto quedó claro a lo interno del periódico. En torno a la posibilidad de ser enjuiciado y el temor que tal posibilidad le pudiera estar causando, respondió: - Ninguno, ¿Por qué? Yo me siento injuriado y calumniado, pero acusado no me he sentido jamás... Nunca le he escurrido el bulto a la vida y aquí estoy, por eso he venido. De tal modo que no tengo, sinceramente, temor alguno. Pretender establecer responsabilidades para el Presidente que pudiesen estar sustentadas en la conducta de algún funcionario en un contrasentido y una locura... En realidad Lusinchi regresó en esa oportunidad a Caracas porque el jueves 6 de abril el diputado por Copei, Paciano Padrón, planteó en un debate en Cámara el enjuiciamiento al ex-mandatario. Frente a esto el jefe de la Fracción de AD, Carlos Canache Mata, comentó el mismo día que habló Lusinchi con la prensa, que el partido socialcristiano modificará tal propuesta -como en verdad ocurrió- en tanto que el jefe copeyano, Gustavo Tarre, no estuvo de acuerdo con una posibilidad considerada como muy vaga en ese momento. - AD es solidaria de los aciertos y errores del gobierno de Jaime Lusinchi - agregó Canache. Antes de conversar con los periodistas, Lusinchi, muy temprano, se reunió con el Comité Operativo de Acción Democrática en La Casona, con la asistencia del Presidente Pérez. Sobre la marcha, el diputado Douglas Dáger exhortó al viajero recién llegado para que concretara << ese interés que dice tener para que esto se esclarezca>> . - No me atrevería a decir que esta investigación es la piedra angular de un juicio político a una administración, pero sin querer hacer ningún señalamiento o acusación específica y formal contra el ex-presidente Lusinchi, como venezolano afirmo que él tiene que darle muchas explicaciones al Congreso y al país, porque lo que ocurrió en Recadi fue tan público y notorio, que no puedo creer que el Presidente de la República pudiera haber ignorado lo que allí estaba ocurriendo. En esta misma línea dura opositora, su << eterno rival>> , el senador copeyano Felipe Montilla, con su característico tono superácido, le dijo a Lusinchi el 15 de abril que << nunca antes de Jaime se había protagonizado una experiencia pasional tan desviada y atormentada, que permitió que se cometieran las peores tropelías y los más incalificables atropellos. En nombre de esa pasión se quizo convertir a todos los sectores de la sociedad en celestinos del Presidente y su secretaria (Blanca Ibánez)>> . Gonzalo Barrios, presidente de AD salió al paso y respondió el 24 de abril: << creo que Lusinchi desconocía las irregularidades>> . Mientras tanto el debate en el Congreso siguió. Cuando el 27 de abril tomó la palabra la diputada paulina Gamus -ex-ministra del gobierno de Lusinchi- consideró que era un absurdo el juicio al ex-mandatario, << porque no hay ningún elemento que permita demostrar su responsabilidad en hechos aislados>> . Este primer debate sobre la posibilidad de enjuiciar a Lusinchi tuvo una escaramuza importante: la oposición subió a los palcos del público el 9 de mayo para impedir, rompiendo el quorum reglamentario, que AD aprobara la forma de como no investigar al ex-presidente. Dos días más tarde, el propio centro de la discusión, Lusinchi, apareció en un programa de televisión moderado en el canal cuatro por el periodista Nelson Bocaranda y algunos colegas invitados. La noche del jueves 11, Jaime Lusinchi dijo claramente, ante todos los que le escucharon, que la responsabilidad del caso Recadi recaía sobre quienes fueron sus ministros de Hacienda. Pero también acusó directamente a El Nacional de haber ejercido presiones para obtener divisas preferenciales, lo cual vino a confirmar nuestra sospecha en torno a lo apuntado por él en la rueda de prensa de La Ermita, un mes atrás. Luego se supo que este programa de televisión fue planificado el sábado anterior en La Ermita, quinta que fue propiedad de Francisco << Pancho>> Lander, en una reunión donde participaron los ex-ministros Carlos Croes y Carmelo Lauría, un directivo de Venevisión y Lusinchi. Se escogieron las ideas básicas que no debían dejar de decirse, al moderador y, además, a los periodistas que debían asistir y que en este caso el ex-presidente consideró como sus amigos. Posteriormente, el 27 de mayo Lusinchi cumplió años y, en medio de la celebración declaró: << he leído con estupor las declaraciones del doctor Nicomedes Zuloaga relacionadas con el auto de detención que le fuera dictado. He seguido también con asombro el barrage infamante dicho por el doctor Zuloaga, señalando nombres que él en ningún momento mencionó y que pretende cargar sobre mí y Acción Democrática la autoría de la decisión judicial. He leído también con indignado desprecio la irresponsable declaración del señor Paúl Delfino, un intemperante consuetudinario y enemigo histórico de Acción Democrática>> . Agregó que no veía peligro en AD, derivado del calor de la situación y las denuncias. El 7 de junio el jefe de la Fracción Parlamentaria de Copei, Gustavo Tarre, declaró que el escándalo Recadi era << un hecho profundamente adeco>> y que, en todo caso, << el ex-presidente Lusinchi no podría librarse de la investigación>> . El Nacional reportó una nueva reunión sostenida por el Presidente Pérez y el ex-presidente Lusinchi. Se encontraron en Miraflores muy tarde en la noche, el 15 de junio. El 5 de agosto, una vez más, el ex-Jefe de Estado volvió a viajar a Miami. Antes envió un fax a todos los periodistas menos a El Nacional, que tuvo que trabajar con la portada de El Mundo, donde dejó establecido que << salgo al exterior dejando un clima en el cual la legalidad y la justicia se encuentran seriamente amenazadas, por cuanto sus principios inminentes parecen coartados o mediatizados al deseo de construir escándalos>> . - De ningún modo evadiré mi responsabilidad para enfrentar la realidad y luchar por la verdad y la justicia... Anuncio que regresaré a Venezuela a luchar denodadamente en defensa de la integridad del Estado de Derecho -apuntó antes de abordar un avión de Alberto Finol. Los Secretarios Generales tanto de AD como de Copei, por diversas razones cuestionaron la ida de Lusinchi. El primero, por considerarlo como una imprudencia y una debilidad política, y el otro por estimar que era un error que el texto dejado no lo aclaraba. Otro ex-presidente, Rafael Caldera, consideró como muy dramática la situación política y personal de Lusinchi. Recuérdese que días antes, el 19 y 20 de junio, El Nacional ya había denunciado el caso de los jeeps y que, además de Recadi, se ventilaban en el nuestro y otros periódicos todos los detalles sobre irregularidades en el Centro Simón Bolívar, Urbanización Juan Pablo II, el Registro Automotor Permanente y el Instituto Nacional de Hipódromos. Luis Piñerúa Ordaz, enemigo interno y candidato a enfrentar a Lusinchi por la presidencia de AD -para sustituir a Gonzalo Barrios, ya en relativo retiro de la actividad política-, salió a la carga el 9 de agosto y argumentó: << rechazo como falaz el argumento de que toda denuncia que se haga sobre supuestos o reales hechos de corrupción, tengan alguna intención desestabilizadora del sistema político>> . - Por el contrario - afirmó- aún siendo enemigo del escándalo, quiero expresar que la democracia vive un momento estelar. Por fin se han puesto las cartas sobre la mesa, y las denuncias se ventilan a la luz del sol, con una libertad inusitada. Aprecio como importante la ruptura de lo que parecía un pacto tácito, pero no preconvenido, que les permitía a los partidos del status defenderse mutuamente. Agosto 23. Lusinchi regresa una vez más. Comentó que enfrentaría solo sus responsabilidades. - Yo creo que aquí existe una conspiración contra el sistema democrático y que aquí existe un proyecto político para liquidar el sistema democrático. De eso no me cabe la menor duda -respondió a una pregunta con el mismo argumento tantas veces manoseado por Gonzalo Barrios y Blanca Ibáñez-, vamos a dejar la dosis hasta aquí. Yo tengo muchas cosas que decir y las voy a decir en su momento oportuno. Voy a esperar que las situaciones se vayan disipando y tengo la impresión de que ya estamos en una etapa de descanso, porque la capacidad de denunciar se agotó. Nunca se imaginó el ex-mandatario que, luego, el caso de los jeeps y de los dólares extraviados en Relaciones Interiores lo volverían a colocar << contra la pared>> y de nuevo en el umbral de un juicio parlamentario. Lusinchi viajó de nuevo a Estados unidos y regresó el sábado 9 de septiembre. En el aeropuerto de Maracaibo, agresivo como de costumbre, amenazó con mandar a investigar a los medios de comunicación. Todo el mundo le volvió a caer encima. El secretario general de Copei, Eduardo Fernández, ripostó que << los venezolanos no podemos aceptar que ahora se pretenda seguir con la misma política de amenazar a los medios de comunicación, ni por parte de voceros del gobierno anterior, ni por parte de la actual administración>> . Al secretario general de AD Humberto Celli, no le quedó otra que tratar de remendar el entuerto del ex-presidente: << Hay que comprender las circunstancias emocionales en las que se mueve el ex-presidente Lusinchi. Se siente hostigado y agredido en base a una campaña de supuesta corrupción administrativa durante su período>> . Así las cosas, el Movimiento al Socialismo planteó de nuevo la posibilidad de investigar a Lusinchi en el Congreso, pero ahora a nivel del Senado, su cámara natural, el 29 de septiembre de 1989. Freddy Muñoz dijo: << resulta absurdo que si el mismo ex-presidente consignó una comunicación ante la presidencia del Congreso, en la cual se responsabiliza de las actuaciones de sus funcionarios, que a todos ellos se les hagan averiguaciones mientras que al mismo Lusinchi no>> . Mientras tanto, Paciano Padrón expresó el 1 de octubre, en una frase muy sencilla, << Lusinchi debe ir preso>> . Dos días después el secretario general de AD, Humberto Celli replicó: - El derecho de palabra solicitado por el MAS para abrir una investigación sobre la presunta responsabilidad que pueda tener el presidente Jaime Lusinchi sobre actos de corrupción o irregularidades administrativas, no puede tener carácter de urgencia en el senado... El MAS busca beneficios políticos-electorales. La Senadora Lolita Aniyar de Castro, del MAS, prácticamente desconocida hasta para sus propios electores del estado Zulia, precisó que << lo básico es ver qué relación hay en la gestión de Lusinchi, entre él como Presidente y todo lo que pasó a su alrededor>> . Como fue su costumbre, una vez olfateado de nuevo el peligro inminente, Jaime Lusinchi regresó por cuarta vez de Miami el 6 de octubre, pero esta vez en un avión de Relaciones Interiores. Caldera se reunió con Barrios el sábado 7 de octubre y el primero no asistió, luego, a la votación en el Senado que hizo perder la segunda oportunidad de encontrar consenso para enjuiciar a Jaime Lusinchi en la Cámara Alta. Comenzó a funcionar la trama que finalizó con la cómica puesta por el senador de Nueva Generación Democrática, José Marsicobetre y el famoso Lepajazo, perfectamente diseñado por Acción Democrática. El domingo 8 de octubre se realizó una reunión de estrategia en la casa de Reinaldo Leandro Mora, con la asistencia de Carmelo Lauría y Carlos Canache Mata. El lunes 9, Copei se plegó oficialmente a la propuesta del MAS y José Curiel, Sub-secretario General, indicó que << el debate sobre Lusinchi hay que iniciarlo de inmediato>> . Una jugada política inesperada del Presidente Pérez, para que el Congreso pudiera recibir en cámara plena al ilustre visitante Presidente de Francia, François Mitterrand, logró anular el derecho de palabra previamente solicitado por Aniyar de Castro el lunes 9 de octubre. Esto le dio más tiempo a los adecos de pulir los cañones. Freddy Muñoz comentó: << A Jaime sólo le dimos un receso>> . El 11 de octubre Lusinchi en persona argumentó que no era enjuiciable. - Yo tengo cara de tonto, pero la administro -sentenció Lusinchi ante media docena de periodistas-. El enjuiciamiento a un presidente es algo con lo que no se puede jugar. Aniyar de Castro, al día siguiente contestó: << demostraré que sí es enjuiciable>> . Pero del propio Acción Democrática, los miembros del Tribunal de Etica señalaron que no aceptaban las groserías de Lusinchi, quien les dijo que las expulsiones ocurridas eran << superficiales e inconvenientes>> . El viernes 14 de octubre el senador José Marsicobetre dijo con toda precisión que << investigar a Lusinchi demostrará nuestra madurez política>> . Nadie se ha podido explicar qué le paso a este representante del pueblo, pero lo cierto del caso es que el 16, el mismo Marsicobetre volvió a sorprender a los venezolanos cuando puntualizó: << no votaré para que enjuicien a Lusinchi>> . Las versiones sobre el cambio de opinión fueron disímiles. Se habló desde nuevas cuentas bancarias hasta de ofrecimientos de cargos diplomáticos, pasando por viejos y desempolvados expedientes. Luis Herrera Campíns, con muchas ganas de sacar dividendo político, tras cinco años tolerando la famosa frase << la culpa es del gobierno anterior>> , comentó que << el juicio a Lusinchi no se debe quedar en el aire>> . Incluso, anunció que votaría a favor del punto en la Cámara de Senadores. El hecho culminante se desencadenó el lunes 17 de octubre y la historia recordará el episodio como El Lepajazo. - La solicitud no tiene carácter de urgencia y además es extemporánea -leyó Octavio Lepaje, Presidente del Congreso y ex-ministro de Lusinchi- antes de que cortaran el sonido a los micrófonos y dejaran el discurso de solicitud que leería Lolita Aniyar de Castro sobre su curul. La reacción del MAS fue fuerte << Si Lolita no habla no aprobaremos el presupuesto>> , con lo que estuvo de acuerdo Copei, a quien le faltó en sus filas Rafael Caldera. De todos modos se obtuvo la intervención de Aniyar de Castro: << la responsabilidad de Lusinchi es por negligencia>> . Un viejo amigo militante compañero de Lusinchi en otros tiempos de unidad partidista, Luis Beltrán Prieto Figueroa, consideró repugnante el incidente en la Cámara de Senadores. - Jaime Lusinchi se mostró como un pobre diablo y Octavio Lepaje como su subalterno -declaró el 18 de octubre... Lusinchi volvió a la condición primitiva de los hombres sin categoría de ninguna especie. El ex-presidente volvió a la carga el jueves 19 de octubre: - Se dice que pronto presentarán el informe sobre Recadi. Desde ya lo veo incompleto, porque si se trata de juzgar una política, como fue el régimen de cambios diferenciales, debe analizarse el asunto en todo su contexto: en sus causales y en el curso completo de su administración. A todos les digo a la hora de las cuentas claras no quedarán defraudados. Finalmente Lolita Aniyar de Castro pudo hablar, pero con retraso, el 23 de octubre. Las cosas se calmaron un poco, hasta el sábado 4 de noviembre, cuando el periodista Alfredo Peña levantó otra liebre: << se perdieron 337 mil dólares del ministerio de Relaciones Interiores>> , cuando José Angel Ciliberto era ministro de Jaime Lusinchi. El 3 de diciembre sucedió algo prácticamente anecdótico. El ex-presidente Lusinchi decidió no regresar otra vez de Miami a ejercer el derecho al voto para elegir directamente gobernadores, alcaldes y concejales. El día que el Congreso decidió, por denuncia de la Fiscalía ante la Corte Suprema de justicia, que a su vez encontró méritos para que el Tribunal Superior de Salvaguarda siguiera investigando, allanar la inmunidad parlamentaria del ex-ministro Ciliberto, una vez más, pero esta vez Copei, planteó investigar al ex-presidente Lusinchi para determinar su responsabilidad en la compra de los famosos jeeps. Desde el autoexilio, Lusinchi mandó una carta a su ex-ministro Carlos Croes, publicada en El Universal, donde expresó - el 22 de enero de 1990 -: << Afuera permanecí en atención a esa condición del militante que siempre he sido. Hoy me arrepiento de haber procedido así... Estamos, pues, en los límites del ejercicio de la legítima defensa. Ya está bueno de que fariseos vengativos sigan jugando con la honra de los demás y que unos pocos mediocres audaces quieran constituirse en ductores del país>> . Tratando de evitar que le volvieran a caer encima, el senador José Marsicobetre, ahora independiente y desvinculado de Nueva Generación Democrática, sumó su voto a otros 11 para lograr mayoría y aprobar una investigación parlamentaria a Jaime Lusinchi, al menos en el caso que buscaría determinar la responsabilidad del ex-mandatario en la compra de los rústicos de Ciliberto. La antesala a la llegada, por sexta vez de Lusinchi desde 1989, la planteó Morris Sierralta, quien argumentó el sábado 3 de febrero de 1990, que la Comisión Delegada << usurpaba funciones>> . El ex-presidente regresó por La Carlota en el avión de su financista y amigo Franco D´Agostino, y con los pies sobre suelo venezolano sentenció: << Yo niego en forma absoluta haber intervenido en eso (lo de los jeeps). Lo de la delegada es agavillamiento con premeditación y alevosía>> . - Voy a poner las cosas en su lugar en el Senado. Voy sencillamente a solicitar que se investiguen todos aquellos hechos que se considere fueron irregulares durante mi gobierno. Previamente, Lusinchi mandó otra comunicación solicitando ejercer un derecho de palabra en la Cámara Alta, una vez que se reanudaran las sesiones ordinarias de 1990. Sobre el tema de los jeeps, en la comisión especial conformada por la Delegada, el Contralor José Ramón Medina acusó que Lusinchi no había cumplido con las leyes. Pero lo más impactante fue lo dicho por el ex-ministro José Angel Ciliberto en su correspondiente interpelación ante la misma instancia investigadora: -El ex-presidente tiene una conducta indigna, dijo. El 14 de febrero de 1990, la comisión especial designada por la Delegada, en su informe preliminar, determinó que Jaime Lusinchi sí autorizó la compra de los rústicos marca Wrangler que originalmente -se había dicho- estaban destinados para operaciones de cedulación y seguridad del Estado, y terminaron en manos de dirigentes medios y bajos de Acción Democrática y fueron utilizados en la precampaña electoral del ex-ministro Octavio Lepaje, y luego, en la campaña presidencial del actual Presidente, Carlos Andrés Pérez. |