INCOHERENCIAS ENTRE EL HACER Y LA TEORÍA DEL ÁREA TECNOLOGÍA 

(o cómo se hace el juego a la compulsión del consumismo)

                                       Fernando Pisani
 

Entre los objetivos actitudinales explícitos del área Tecnología, está el de   fomentar  una  actitud  crítica  frente  a  los  nuevos   productos tecnológicos, que no se caiga en el consumismo, en el seguir ciegamente las propuestas de venta de las empresas, etc.   
Se supone que la escuela debe formar en eso y otros contenidos actitudinales. También si repasamos los contenidos procedimentales o conceptuales  encontraremos propuestas que conducirían a formar alumnos o alumnas  pensantes, que razonan, que no son  simples apretadores de botoncitos  o consumidores de novedades. El informático es uno de los mercados más agresivos que existe, al punto que hay una planificación muy aceitada por volver obsoletos equipos y programas de más de un año y medio de vida. Me consta que muchos negocios trabajan y muy bien con las viejas 286 y 386, y que todavía andan, prácticamente sin mantenimiento. En lo que hace a usar la computadora para manejar bases de datos, planillas de cálculo y procesadores de texto, u otros utilitarios, no se necesita el equipo más 
sofisticado y costoso. Quien no se dedique a la imagen gráfica e imagen en  movimiento puede prescindir de sofisticados fierros. Lo mismo pasa  con el  software. Quien no a aprendido a usar todavía el Word 6 o el  
Excel 5, no tiene sentido que se desespere por conseguir la siguiente o la última  versión. Más cuando las anteriores andan bien y son subutilizadas por desconocimiento o falta de uso /preparación/demanda.   

Más cuando salen $$  
                                                                             
¿Qué dirían Uds. si desde entes públicos o institutos de educación -públicos o privados- nos impusieran que debemos usar tal sistema operativo, tal programa o tenerlo en nuestras computadoras personales?. Naturalmente se escandalizarían y protestarían. El Estado tendría mucho tino en no obligarnos a todos los docentes y escuelas a comprar la última versión de Windows o del paquete de Office, por poner ejemplos.  

Sin embargo, se hace. 
Cuando enseñamos, está lo que enseñamos conscientemente, diríamos el curriculum escrito, pero también existe todo otro conjunto de cosas que enseñamos, nos demos cuenta de ello o no, el currículum oculto, etc. Está en nuestros gestos, en nuestras opiniones, en nuestras censuras y nuestras simpatías, en nuestras selecciones o exclusiones. 
Desde hace años, organismos oficiales o grandes instituciones públicas, estén en el ámbito educativo o no, aunque me voy a referir a las del ámbito educativo, mandan disquetes, mandan documentos importantes,  
sea material para un concurso, transcripción de una ley, una reglamentación, un manual, un documento, y generalmente no se toman ni el más mínimo  trabajo de pensar en lo que hay más allá del simple acto de copiar un archivo en un disquete. 
Recuerdo cuando hace dos y tres años se les había dado por mandar cosas  en Work, no recuerdo qué versión, pero que era la última recién salida, no la que tenían generalmente las escuelas. Naturalmente nadie las podía leer, y muchos creían que el disco estaba fallado.  
Desde  el  año   pasado la mayoría de los documentos que circulan en  disquetes  provenientes de organismos oficiales, están escritos en Office  97  (generalmente Word 97). Esto supone varios problemas para quienes  van a  leerlo. Primero obligan a un cambio de sistema operativo, porque para correr Office97 no se puede desde el DOS 6.x o desde Windows 3.xx  o previos.  Por lo que ya hay que cambiar de sistema operativo, Microsoft y asociados agradecidos. Obviamente quienes producen esos documentos no proveen recursos a las escuelas y docentes para hacer esos cambios, si se justificaran Y luego hay que tener el Office 97, que también es un producto comercial y caro, que como todo los productos comerciales  de esta última época de la informática, son incompatibles para leerlos desde versiones anteriores. No la voy a hacer larga, pero ese tipo de actitudes en el manejo de la información -que necesariamente estamos obligados a leer-  contradicen abiertamente los contenidos actitudinales propuestos para el área  tecnología y en general. Resulta irónico que los mismos documentos que hablan de ello violen expresamente en la práctica lo que se está determinando como orientación. Y lo peor de todo esto es que hay formas muy simples para resolver estos problemas Por ejemplo, cuando uno va a guardar un archivo que supone que puede ser leído por otras personas que no necesariamente tendrán el mismo programa que uno, luego de poner el nombre y antes del aceptar, hay un lugar donde se define el tipo de archivo (si es el Word, dice directamente documento 
Word): se pica allí y aparecen otras opciones, La más universal es la guardar en formato texto .TXT, que incluso sirve para ahorrar espacio, y que puede ser leído en cualquier máquina y sistema operativo. 
Podrían decir, bueno, pero se pierden los formatos, las negritas, los tamaños, los gráficos. Pero unas líneas más abajo está el formato .RTF El formato RTF es un formato acordado especialmente para el intercambio. 
Se utiliza para convertir documentos de una aplicación a otra, de una versión a otra, incluso para transferir documentos entre un sistema Macintosh y un sistema MS-DOS. Permite transferir documentos con todo o 
casi todo su formato incluso con programas de comunicaciones que sólo aceptan archivos de texto 
También está la opción de guardar el mismo texto o dibujo o lo que sea en la versión anterior, teniendo en cuenta lo que está en uso mayoritariamente en ese momento. Tal el caso del Word 7. Se puede guardar 
con formato de Word 6, o de Word 5.5. Si se sigue de la manera actual, los organismos públicos inadvertidamente están contribuyendo a imponer a ciertas empresas sus políticas de 
obsolescencia planificada y forzada, y hacen un flaco servicio a las escuelas y docentes, que, por otro lado, se mal acostumbran y no hay mejor (o peor) educación que la del ejemplo y la coherencia. 
Escribo esto hoy  porque a medida que comience a usarse el Windows 98,  -o NT,- y versiones sucesivas, comenzará a perderse compatibilidad para atrás, toda vez que la FAT ya no será la vieja FAT, ni el engendro FAT -vFAT de w95 y la sofisticación va en aumento y cada vez hay mayores dificultades. Caso típico con las imágenes. Sin ser necesario en la mayoría de las veces, se trabaja con imágenes en millones de colores, con grandes dificultades para las placas que sólo soportan 256 o 16 (y ni hablemos de las otras). No estamos en una carrera, y no debemos   dejar  que nos  metan en  una  carrera  donde  no   tenemos nada que ganar y sí  bastante que  perder Por último, la casi compulsión por utilizar innecesariamente  nombres 
largos en subdirectorios (capetas) y archivos, es otro elemento muy pensado para obligar al cambio, ya que los enlaces y demás se ven truncados al intentar trabajar en sistemas operativos de 16 bits. Por eso 
muchos programas de CD-ROM no funcionan, aunque deberían funcionar  en  Windows común, por no tener en cuenta ese detalle Dije por último pero uno más. El tema de la compresión de archivos. 
Para meter archivos en disquetes o mandarlos por e-mail se recurre al uso de compresores. Aquí también hay que pensar en el que va a recibir el archivo. Si nos cuidamos de mandar un archivo en .rtf para que no exista esa dificultad y para mandarlo lo comprimimos en la versión de 32 bits del PKZIP estamos en la misma, porque la versión del PKUNZIP o PKZIP de  16 no  lo reconoce y para descompactarlo hay que tener el último PKZIP ... y W95 
 Este artículo responde a la realidad socio-económica argentina 
 
 



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