Entre los
objetivos actitudinales explícitos del área Tecnología,
está el de fomentar
una actitud crítica frente a los
nuevos productos tecnológicos,
que no se caiga en el consumismo, en el seguir ciegamente las
propuestas de venta de las empresas, etc.
Se supone que la escuela debe
formar en eso y otros contenidos actitudinales. También si repasamos
los contenidos procedimentales o conceptuales
encontraremos propuestas que conducirían
a formar alumnos o alumnas pensantes,
que razonan, que no son simples
apretadores de botoncitos o consumidores
de novedades. El informático es uno de los mercados más agresivos
que existe, al punto que hay una planificación
muy aceitada por volver obsoletos equipos y programas
de más de un año y medio de vida. Me
consta que muchos negocios trabajan y muy bien con las viejas 286 y
386, y que todavía andan, prácticamente
sin mantenimiento. En lo que hace a
usar la computadora para manejar bases de datos, planillas de cálculo
y procesadores de texto, u otros utilitarios,
no se necesita el equipo más
sofisticado y costoso. Quien no se dedique
a la imagen gráfica e imagen en movimiento
puede prescindir de sofisticados fierros. Lo mismo pasa con
el software. Quien no a aprendido
a usar todavía el Word 6 o el
Excel 5, no tiene sentido
que se desespere por conseguir la siguiente o la última versión.
Más cuando las anteriores andan bien
y son subutilizadas por desconocimiento
o falta de uso /preparación/demanda.
Más cuando
salen $$
¿Qué dirían Uds.
si desde entes públicos o institutos de educación
-públicos o privados- nos impusieran
que debemos usar tal sistema operativo,
tal programa o tenerlo en nuestras computadoras personales?. Naturalmente
se escandalizarían y protestarían. El Estado tendría
mucho tino en no obligarnos a todos
los docentes y escuelas a comprar la última versión
de Windows o del paquete de Office, por poner ejemplos.
Sin embargo, se
hace.
Cuando enseñamos, está lo
que enseñamos conscientemente, diríamos el curriculum
escrito, pero también existe todo otro conjunto de cosas que
enseñamos, nos demos cuenta de ello
o no, el currículum oculto, etc. Está en
nuestros gestos, en nuestras opiniones, en nuestras censuras y nuestras
simpatías, en nuestras selecciones o exclusiones.
Desde hace años, organismos oficiales
o grandes instituciones públicas, estén en el ámbito
educativo o no, aunque me voy a referir a las del ámbito
educativo, mandan disquetes, mandan documentos importantes,
sea material
para un concurso, transcripción de una ley, una reglamentación,
un manual, un documento, y generalmente no se toman ni el más mínimo
trabajo de pensar en lo que hay más
allá del simple acto de copiar un archivo
en un disquete.
Recuerdo cuando hace dos y tres años
se les había dado por mandar cosas en
Work, no recuerdo qué versión,
pero que era la última recién salida, no la que
tenían generalmente las escuelas. Naturalmente nadie las podía
leer, y muchos creían que el disco estaba fallado.
Desde el año
pasado la mayoría de los documentos que circulan en
disquetes provenientes
de organismos oficiales, están escritos en Office 97
(generalmente Word 97). Esto supone varios
problemas para quienes van a
leerlo. Primero obligan a un cambio de sistema
operativo, porque para correr Office97
no se puede desde el DOS 6.x o desde Windows 3.xx o
previos. Por lo que ya hay que
cambiar de sistema operativo, Microsoft y asociados agradecidos.
Obviamente quienes producen esos documentos no proveen recursos a las escuelas
y docentes para hacer esos cambios, si se justificaran
Y luego hay que tener el Office 97, que también es un producto
comercial y caro, que como todo los productos comerciales de esta
última época de la informática,
son incompatibles para leerlos desde versiones
anteriores. No la voy a hacer larga,
pero ese tipo de actitudes en el manejo de la información
-que necesariamente estamos obligados a leer- contradicen
abiertamente los contenidos actitudinales
propuestos para el área tecnología
y en general. Resulta irónico que los mismos documentos que
hablan de ello violen expresamente en la práctica
lo que se está determinando
como orientación. Y lo peor
de todo esto es que hay formas muy simples para resolver estos problemas
Por ejemplo, cuando uno va a guardar un archivo
que supone que puede ser leído
por otras personas que no necesariamente tendrán el mismo programa
que uno, luego de poner el nombre y antes
del aceptar, hay un lugar donde se
define el tipo de archivo (si es el Word, dice directamente documento
Word): se pica allí y aparecen
otras opciones, La más universal es la guardar
en formato texto .TXT, que incluso sirve para ahorrar espacio, y
que puede ser leído en cualquier máquina
y sistema operativo.
Podrían decir, bueno, pero se pierden
los formatos, las negritas, los tamaños,
los gráficos. Pero unas líneas más abajo está
el formato .RTF El formato RTF es un
formato acordado especialmente para el intercambio.
Se utiliza para convertir documentos de
una aplicación a otra, de una versión
a otra, incluso para transferir documentos entre un sistema Macintosh
y un sistema MS-DOS. Permite transferir documentos con todo o
casi todo su formato incluso con programas
de comunicaciones que sólo aceptan
archivos de texto
También está la opción
de guardar el mismo texto o dibujo o lo que sea en la
versión anterior, teniendo en cuenta lo que está en uso
mayoritariamente en ese momento. Tal el caso
del Word 7. Se puede guardar
con formato de Word 6, o de Word 5.5.
Si se sigue de la manera actual, los organismos
públicos inadvertidamente están
contribuyendo a imponer a ciertas empresas sus políticas de
obsolescencia planificada y forzada, y
hacen un flaco servicio a las escuelas y docentes, que, por otro lado,
se mal acostumbran y no hay mejor (o
peor) educación que la del ejemplo y la coherencia.
Escribo esto hoy porque a medida
que comience a usarse el Windows 98, -o NT,-
y versiones sucesivas, comenzará a perderse compatibilidad para
atrás, toda vez que la FAT ya no será
la vieja FAT, ni el engendro FAT -vFAT
de w95 y la sofisticación va en aumento y cada vez hay mayores
dificultades. Caso típico con las imágenes.
Sin ser necesario en la mayoría
de las veces, se trabaja con imágenes en millones de colores, con
grandes dificultades para las placas que sólo
soportan 256 o 16 (y ni hablemos de
las otras). No estamos en una carrera, y no debemos dejar
que nos
metan en una carrera donde no tenemos
nada que ganar y sí bastante
que perder Por
último, la casi compulsión por utilizar innecesariamente
nombres
largos en subdirectorios (capetas) y archivos,
es otro elemento muy pensado para obligar
al cambio, ya que los enlaces y demás se ven truncados
al intentar trabajar en sistemas operativos de 16 bits. Por eso
muchos programas de CD-ROM no funcionan,
aunque deberían funcionar en
Windows común, por no tener en cuenta
ese detalle Dije por último
pero uno más. El tema de la compresión de archivos.
Para meter archivos en disquetes o mandarlos
por e-mail se recurre al uso de compresores.
Aquí también hay que pensar en el que va a recibir el
archivo. Si nos cuidamos de mandar un archivo
en .rtf para que no exista esa dificultad
y para mandarlo lo comprimimos en la versión de 32 bits del
PKZIP estamos en la misma, porque la versión
del PKUNZIP o PKZIP de 16 no
lo reconoce y para descompactarlo hay que
tener el último PKZIP ... y
W95
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