«Es posible que Siria me quiera matar: amenazan a todos los que pedimos su retirada de Líbano»

 

Amin gemayel / Ex presidente de Líbano

 

El ex presidente libanés habla de frente y sin miedo a las consecuencias. Dice que puede ser la próxima víctima del terrorismo auspiciado desde Damasco, pero no parece preocupado. El asesinato del ex premier Rafiq Hariri no hace más que refrescar viejos recuerdos. «La ocupación siria ya ha golpeado a mi familia demasiado. Mi hermano, una sobrina y un sobrino han muerto por culpa de Siria», explica Amin Gemayel a LA RAZÓN. Su hermano Bashir, fue asesinado en 1982 por intentar firmar un tratado de paz con Israel. Gemayel sucedió a su hermano como presidente de Líbano en 1982 y se mantuvo en el poder hasta 1988. Durante su mandato tuvo que enfrentarse a la interminable guerra civil que azotó el país. La invasión israelí, la ocupación siria y los combates entre los drusos y los falangistas fueron sólo algunos de sus desafíos.

Teresa Bó
 

 

Beirut- Cinco años después de su vuelta al país de un exilio prolongado, Gemayel asegura que las condenas internacionales contra Siria llegan en el momento justo y que el asesinato de Hariri es tan sólo un paso más en el largo camino hacia la independencia real de Líbano.


   – ¿Cómo ve la situación en el país después del asesinato de Hariri?
   – La situación es dramática. Desde principio del año 2000, en este país existe una seria oposición contra la presencia de tropas sirias. Hemos podido ampliar esta oposición cuando Waleed Jumblad, el líder druso, y los partidos musulmanes, se unieron a nosotros. Una oposición que era cristiana se tornó en nacional. Después de casi treinta años de ocupación hemos empezado a soñar con la independencia y con la idea de formar un Gobierno de unidad nacional.


   – ¿Cree que Siria realmente se está replanteando retirar las tropas?
   – No tienen demasiadas opciones. Hay muchas presiones contra Damasco, no sólo en Líbano sino también en la comunidad internacional. Antes del asesinato de Hariri había presión para que se implementara la resolución del Consejo de Seguridad 1.559, en la que se establece que Siria debe abandonar este país. Incluso EE UU está amenazando con sanciones si Siria no se retira. Anteriormente, la comunidad internacional era más tolerante con los sirios, ya no es así. Mi familia pagó un precio muy alto. Mi hermano, mi sobrino y mi sobrina fueron asesinados y sólo espero que haya servido de algo.


   – ¿Por qué en Líbano todos los dedos apuntan hacia Siria por el asesinato de Hariri? Después de todo, sirve más al propósito de la oposición o de Israel que al de Damasco.
   – Siria estaba preparando el camino para un atentado de este tipo y estaba generando una atmósfera de amenazas contra la oposición. Yo no sé quién apretó el gatillo, pero ellos estaban persiguiendo a los que nos atrevíamos a hablar contra la presencia de Siria. El jefe del partido Baaz en Damasco amenazó a Waleed Jumblad en el Parlamento. Le dijo que si hablaba de determinada manera sería asesinado. Las revistas y los periódicos pro sirios en Líbano también enviaban mensajes contra la oposición en los que decían que eran agentes de Israel. Hay que saber lo que significa en este país que te consideren un agente. De una manera o de otra, daban la autorización a cualquiera para asesinar a los que hablaban contra Damasco.


   – Pero, ¿no piensa que la Casa Blanca utiliza la ocupación de Líbano como una excusa más contra Siria?
   – Puede ser, pero no estamos en condiciones de decir que no a los que nos quieren ayudar. Ya han pasado muchos años de indiferencia y si tenemos que ser la excusa para tener el apoyo internacional, mejor aún. Siempre que el objetivo sea el mismo: que Siria termine con su ocupación.


   – ¿Ve alguna diferencia entre el régimen de Hafez al Asad y el de su hijo, Bashar?
   – Ha habido algunos cambios, pero no creo que sean tan grandes. Bashar utiliza los mismos instrumentos que su padre, la misma lógica y a la misma gente. Lo que ha cambiado es la posición que han tomado algunos partidos libaneses contra la ocupación. La presión internacional sobre Damasco está generando que incluso en Siria haya gente que se atreva a cuestionar la presencia de tropas en Líbano, ya que se dan cuenta de que empeora aún más la imagen de su país. A Hafez Asad se le toleraban cosas que hoy ya no se toleran. La caída de la URSS, el 11-S y la guerra en Iraq han cambiado el nivel de tolerancia, especialmente en EE UU.


   – ¿Cómo percibe un libanés la presencia siria? Ya no se ven carros de combate o soldados sirios. ¿Hasta dónde se siente esta ocupación?
   – En todas partes. Ya son treinta años de presencia en los que han logrado controlar cada oficina de Gobierno en Líbano. Incluso deciden quién va a ser el presidente de la República y controlan el Parlamento. También el Ejército. Han podido desmantelar a los partidos políticos que consideran molestos. Yo he estado exiliado más de 12 años. Han construido una dictadura en la que manejan hasta las asociaciones de deportes porque quieren manejar la vida social de los libaneses. Incluso la Justicia está en manos sirias. Si estás con ellos puedes hacer lo que quieras.


   – Pero si Siria accede a una retirada de tropas. ¿Cómo se limpia a la sociedad libanesa de esta presencia?
   – Seguramente será muy difícil. En Rusia, Putin hoy es un jefe de Estado cuando hace años era el jefe de la KGB. En Líbano tenemos un tremendo trabajo por delante. Desmantelar el aparato que Damasco ha montado seguramente tomará mucho tiempo. Pero estoy seguro de que cuando Siria anuncie su retirada habrá un cambio y todos los libaneses nos concentraremos en mejorar.


   – ¿Es optimista con el futuro del país?
   – Líbano es un país que ha sobrevivido a muchas cosas, un país sin recursos naturales que destaca siempre, incluso en la guerra. A pesar de la destrucción de Beirut, la ciudad se sigue reconstruyendo. Nuestro optimismo son los libaneses, que siempre sobreviven. Somos una democracia, defectuosa, pero democracia. Ejemplo de coexistencia. Los sirios promovieron el odio entre comunidades para tener una excusa para quedarse. Ese odio ya no está, se tienen que ir.


   – No tiene miedo de que su posición le cueste la vida?
   –Ya han matado a muchos en mi familia y la verdad es que a esta altura ya estoy en las manos de Dios. Es posible que Damasco me quiera matar pero la verdad es que no puedo hacer demasiado para evitarlo.

 

Nota del Editor de Digislam

 

"Sin embargo, a Israel se le presenta una nueva oportunidad. En 1982 reciben un nuevo mensaje de auxilio por parte de los falangistas libaneses, al que tampoco tardarían en decir que si." (Fragmento de la historia de la masacre de Sabra y Chatila) texto completo

Amin Gemayel sucedió en la presidencia de Líbano a  su hermano Bashir en 1982 hasta 1988

 

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