Aquí estoy,
en la azotea de mi casa,
y no vengo aquí para fumar marihuana,
para que nadie me vea, para invocar a mi soledad,
no, vengo aquí para poder ver 
como las nubes se siguen moviendo,
como el viento sigue soplando,
como los autos siguen pasando, 
siguen haciendo ruido,
como a pesar de que ya no me amas
la ciudad se sigue moviendo, sigue contaminando 
y la gente sigue viviendo.

Y la orilla está tan cerca, y no le tengo miedo 
ni a la altura, ni a la velocidad, 
ni a la aceleración, ni a la muerte;
sin tu amor, sin ti, todo está tan frío, 
tan falto de sentimientos
que sin pensarlo podría saltar, pero no, 
no vine aquí para saltar, 
vine a ver que a pesar de que ya no te tengo
le gente sigue yendo a su trabajo,
el país sigue siendo una porquería, 
y el mundo necesita mucha paz.

Sólo vine a eso, vine a eso y a no saltar,
porque a pesar de que te perdí,
todavía puedo acariciar a un perro,
todavía puedo sonreírle a un niño,
todavía puedo escribir, 
todavía puedo ayudar a la gente,
todavía puedo esforzarme por hacer un país mejor
y a pesar de que ya no me amas, todavía puedo vivir.

Jack Fermón Schwaycer