Amaneció con el sol apagado,
sin luz en mi habitación
y con la cama vacía.

Desperté y en mis brazos estaba el espacio
que debía ocupar tu cuerpo, y en mis ojos
ya no estaba tu mirada que ayer
se cruzaba con la mía.

Mis manos desesperadas buscaban
a las tuyas pero ya no estaban,
buscaban otra vez tus mejillas y tu cabello,
buscaban el pecho donde esta noche durmieron.

Tus labios faltaban para que pudieran
jugar otra vez con los míos,
para que volvieran a pelearse sin tregua,
y para que nunca mas tuvieran descanso...

...Y faltaban, para que los míos
pudieran acariciarlos de nuevo,
para que mi boca volviera a escapar de mi cara,
y traviesa, besara salvajemente tu cuello
y volviera a recorrer despacio todo tu cuerpo.

Y amaneció con el sol apagado,
con una habitación obscura,
pero con mi cuerpo lleno de deseo
y mi alma llena de ti.

Jack Fermón Schwaycer